Dulce tentación

By Innarrios

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[Borrador] Christal es una joven de 17 años que proviene de una de las familias más ricas de Tennessee y tamb... More

Prólogo.
Capítulo 1: Christal.
Capítulo 2: Mirada perversa.
Capítulo 3: Recuerdos.
Capítulo 4: Errores.
Capítulo 5: Predecible.
Capítulo 7: siempre será así.
Capítulo 8: Desastre.
Capítulo 9: Marcas.
Capítulo 10: Idiota.
Capítulo 11: Sueños.
Capítulo 12: Deseo.
Capítulo 13: Problemas.
Capítulo 14: Perdidos.
Capítulo 15: Odio.
Capítulo 16: Acción.
Capítulo 17: Reacción.
Capítulo 18: Rebelde.
Capítulo 19: Business rotos.
Capítulo 20: Control.
Capítulo 21: Destrucción.
Capítulo 22: Atrapados.
Capítulo 23: Amenazas.
Capítulo 24: Frente a Frente.
Capítulo 25: Revelación.
Capítulo 26: Dolor.
Capítulo 27: Estás vivo.
Capítulo 28: Inesperado.
Capítulo 29: Frágil.
Capítulo 30: Dulces sueños.
Capítulo 31: Castigo.
Capítulo 32: Mala Racha.
Capítulo 33: Demasiado cerca.
Capítulo 34: Marido y Mujer.
Capítulo 35: Solo nosotros.

Capítulo 6: Complicada.

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By Innarrios


La oscuridad lucia como todo a lo que le temía, hacia frío, estaba tirado en el suelo y el miedo como en muy pocas ocasiones lo consumía, sus piernas no respondían por lo que su primera y última opción fue comenzar a arrastrarse entre la oscuridad no lograba ver o entender donde estaba y porque.

Una fría y áspera mano comenzó a jalar su pierna izquierda, la pierna que siempre dolía, comenzó a gritar de dolor, de miedo y de desesperación. Vio una luz a metros de él que dificultaba su visión y un ruido lo espanto, era un camión, se logró levantar le dolía todo, y cuando asimiló que estaba en el lugar que más odiaba, vio a una mujer con un vestido blanco que la hacía lucir hermosa y aterradora.

—5 meses Ethan, 5 meses haz dormido...

Y de pronto abrió sus ojos, tenía todo el cuerpo mojado, no paraba de jadear y era el mismo sueño que tenía desde hace 5 años, miro la hora en su teléfono, solo faltaban minutos para que se levantara. Así que fue hasta la ducha a quitarse el sudor, comenzó a mirar las cicatrices de su pantorrilla izquierda y recordaba pequeños fragmentos de la pesadilla, con ira y frustración le dio un golpe en la pared.

—Supéralo Ethan, no puedes temerle a algo que ni recuerdas con claridad— se dijo así mismo.

Vistió un costoso traje y salió de su habitación bien arreglado y de camino a desayunar vio la puerta del cuarto de la chica y recordó lo que hizo la noche anterior, bajo hasta el comedor, Clarice lo juzgaba en silencio, mientras Peter leía el diario, pasó un buen rato y el chico se extrañó que la menor de los Walton no bajara a desayunar.

—Christal se quedó dormida— indicó la madre mirando el reloj y levantándose de la mesa hacia el cuarto de su hija.

—Christal llegarás tarde, por el amor de Dios—gritó abriendo la puerta y dirigiéndose directo a la chica que estaba acostada, arrebató las tapas de cuerpo de la chica despertándola de inmediato.

—¿qué pasa?— pregunto molesta y confundida.

—el despertador aún está averiado, ve a ducharte— ordeno mirando el reloj con odio.

La chica corrió al baño, minutos después bajo corriendo hacia la entrada ignorando a su padre y al invitado.

—¡Chris, los audífonos!— gritó el hombre al ver a su hija con los auriculares en el cuello, la chica se detuvo molesta.

—¿Qué?

—Vas a la escuela a estudiar, no a escuchar música, déjalos aquí— ordeno

—No, solo escuchare música en el auto— indicó casi suplicando

—¡no te estoy preguntando!, te dije que los dejarás aquí, y se acabo— gritó con la mirada firme sin ni siquiera exaltarse de más, confiaba en su poder de controlar todo a su al rededor con una sola mirada.

Chris  miro a Ethan que miraba todo muy preocupado y se sintió avergonzada y molesta entonces arrebato bruscamente los audífonos de su cuello y los lanzó al suelo.

—¡ahí tienes los malditos audífonos!— gritó molesta corriendo hacia el auto, Ethan quedó asombrado.

—bien, si no quieres ir a la oficina hasta que no tenga los libros no se que harás los días que tengas libres— dijo el hombre sin tomarle importancia y desviando el tema.

—¿días?, creí que este negocio era importante y rápido para ti— pregunto confundido pues no planeaba quedarse semanas en la cuidad.

—lo se, pero hay problemas.

—soluciónalos...— ordeno distrayéndose con una llamada que atendió de inmediato.

—¿Qué?— pregunto de malhumor

—¿mal momento?— pregunto Alex al teléfono

—¿qué sucede?

—tenia unas horas libres antes de ir al trabajo, quería saber si ¿quieres hacer algo?

—dame unos minutos— dijo colgando el teléfono.

—no puedo esperar tanto Peter, dame una solución buena— ordeno levantándose de la mesa y caminando en la dirección en la que estaban los auriculares los levantó del suelo y confirmó que estaban rotos, camino hasta Peter y los dejó en la mesa, para después salir rápidamente de la casa.

Christal llegó de muy mal humor a la secundaria, se sentó sola en su primera clase, la primera clase que además compartía con Connor que cada vez que podía volteaba a mirar a la chica que tenía toda la atención en la clase.

—si sigues así vas a reprobar— aseguro Lerroy

—¿así como?, no estoy haciendo nada

—justamente eso, no has hecho nada de lo que él maestro pidió, y tampoco estás haciendo nada con ella— indicó señalando a la chica con la mirada.

—¿qué se supone que haga?— pregunto confundido.

—No lo se, a ti te gusta no a mi— indicó volviendo a poner atención a la clase, mientras su amigo volvió a voltear a ver a la chica que esta vez lo noto y se sonrojó.

***

Ethan por su parte fue en busca de Alex y después de irla a buscar pasearon por la cuidad en busca de un lugar para comer.

—¿Dónde es que trabajas Alex?— pregunto  tratando de indagar más en la vida de la chica.

—trabajó en una empresa de chicos ricos—
confesó con una sonrisa burlona en su rostro.

—¿es enserio? Aborreces tanto a la gente rica y trabajas para ellos.— se sorprendió

—los poderosos mueven el mundo Ethan, y yo necesito dinero para pagar mi renta y la comida, es lo qué hay, aunque me duela admitirlo.— rodó sus ojos y soltó un suspiro

—¿y qué hay si te ofrezco llevarte de vuelta a Chicago?, te dolería admitir que trabajarías para mi.— esbozó una sonrisa traviesa fijó sus ojos con un ligero brillo sobre Alex, y soltó una pequeña carcajada

—no te ilusiones Ethan Blackstone, solo tenemos sexo, no tienes porque intentar que coma de la palma de tu mano, además jamás te acuestes con tu jefe— rio

—no me ilusionó, solo te ofrecía una gran oportunidad— reparo

—Gracias pero estoy bien— aseguro sin borrar la sonrisa de su rostro.

—¿Cómo es que no te has casado y tenido hijos?— pregunto haciéndola reír

—porque soy complicada, y a los chicos que quieren todo fácil eso no les agrada...—

—error— gritó confundiendo a la chica que se detuvo en mitad de la calle.

—¿disculpa?

—lo complicado atrae, al menos a mi— confesó arqueando una ceja con picardía y simulando una sonrisa tentadora.

—no eres como todos los chicos Ethan—aseguro volviendo a caminar, dejando ver algo que llamó la atención del chico.

—¿eso es bueno o malo?— pregunto confundido.

—no lo se— indicó

Y mientras ella hablaba él llevó su atención a lo que lo atrajo hace un rato.

—¿puedes esperarme unos segundos?—pregunto el chico cruzando de calle hacia una tienda de artículos electrónicos.

—no, iré contigo, ¿dónde vas?— pregunto confundida caminando hacia el.

—debo comprar algo— indicó

***

En casa Clarice iba rumbo a la boutique, Peter partía a la empresa y Maddison despertaba en la soledad de su habitación, después de ducharse recibió una videollamada de Annie.

—Hey— dijo Maddie ante la sorpresiva llamada

—¿acabas de despertar?— pregunto la chica al teléfono como si el hecho de que Maddie se levantara tarde le afectará.

—si, hace un rato, ¿por qué?

—porqué es obvio que te dormiste tarde, te saldrán ojeras, y serás la dama de honor más fea de mi boda— exclamo ofendiendo a la chica.

—¿como que dama de honor?, Annie no se si aun estaré aquí para tu boda— confesó

—claro que estarás, ¿qué clase de mejor amiga eres?— soltó un suspiro

—la con padres estrictos que le exigen que vuelva a la universidad, ni siquiera me lo preguntaste— respondió apenada

—cierto, que inteligente eres, claro que no pregunte, no era una pregunta, eres muy buena siguiendo órdenes, encontrarás el modo de estar en mi boda, ¿me oíste?— aseguro molestando a su amiga.

—debo irme, adiós— índico colgando la llamada y dejando indignada a su amiga.

***

Ethan y Alex pasaron una excelente mañana hasta que ella le pidió que la acompañara hasta la empresa donde debía trabajar, llegaron a un gran edificio donde la chica se despidió.

—llámame si necesitas algo— indicó el chico

—¿algo como ir a Chicago?— bufo

—algo que esté a la mano, por ahora me complica ir hasta allá.

—adiós— dijo ella volteándose y estampándose en el torso de un chico alto bien vestido.

—señor Albertson, discúlpeme— dijo de inmediato buscando un modo de remendar aquel incidente.

Pero su repentina actitud sorprendió  a Ethan que no apartó la mirada, de la piel tostada del muchacho y su voluminoso cabello castaño.

—Alex, llámame Hunter, llevas tiempo trabajando para la empresa, algo de confianza debe fluir, ¿quien es tu amigo?— pregunto colgando el teléfono parecía traer prisa pero eso no le impidió que se quedara a charlar.

—E-Él...es...

—Ethan Blackstone, mucho gusto— interrumpió el chico presentándose ante el hombre.

—Hunter Albertson, jamás creí tener el placer de conocerte, mucho menos encontrarte a las afueras de la empresa de mi familia— indicó sorprendido, mientras aceptaba la mano del chico.

—¿disculpa, me conoces?— hundió el ceño y ladeo su cabeza con tal confusión.

—¿quién no?, eres uno de los empresarios más jóvenes, con una buena fama, y una buena historia que contar— dijo incomodando al chico.

—Yo...gracias, debo irme...adiós Alex— índico volteándose a caminar, mientras la chica algo nerviosa entraba al edificio.

—Señor Blackstone, ¿qué haces por la cuidad?—pregunto Hunter corriendo hasta el joven.

—Por favor, tengo casi tu misma edad, llámame Ethan, y estoy haciendo negocios— aseguro

—¿te quedarás mucho tiempo?— pregunto mirando su teléfono que comenzaba a sonar, Ethan también lo noto y después de mirar ambos lados de la calle para cruzar a su auto y pensar su respuesta dijo:

—Eso creo.

—toma mi tarjeta, por si te interesa venir a la empresa alguno de estos días— indicó sin rodeos, haciendo un esfuerzo por no mirar su teléfono.

—atiende— ordeno, esperándolo.

—¿has conseguido el número?— pregunto al teléfono.

—se que es más fácil hablarle por alguna red social, pero también es más fácil que me ignore, y ahora estoy algo ocupado para discutir eso, envíame el número, y te lo agradeceré— indicó colgando

—¿todo bien?

—si, bueno entonces, ¿te gustaría visitar la empresa, hablar de números?

—te avisaré— indicó mostrando la tarjeta y cruzando hasta su auto, Albertson por su parte tomó el teléfono y marcó al número que su amigo le envió.

—Por favor contesta— suplicaba al teléfono.

Maddie, se arreglaba para salir y cuando un número desconocido la llamó.

—¿si?— pregunto al teléfono

—¿Maddison Walton?

—¿quien habla?— pregunto preocupada

—soy yo Hunter

—¿como conseguiste mi número?— pregunto molesta.

—tengo mis contactos— rio

—¡Hunter no vuelvas a llamar!— gritó

—¡no cuelgues!— suplico

—Creí que te había quedado bastante claro el hecho de que no volvieras a hablarme

—lo se, pero tenemos muchas cosas de que hablar, por favor.

—¿hablar de qué?, ¿como arruinaste mi vida, como estoy sentenciada desde ese entonces?— pregunto sería y dolida.

—¿qué?...lo siento si, sea lo que haya pasado después de lo de nosotros...perdóname por favor, ¿podemos vernos?— insistió

—no vuelvas a llamar Hunter— colgó, y después de hacerlo miraba con arrepentimiento el número desconocido que le marcó.

Maddie: ¿A qué hora nos vemos?

—¡carajo!— dijo después de enviar el mensaje al chico.

—¡Si!— gritó de emoción el, al recibir el mensaje.

Hunter: En cuanto puedas 👍

Maddie: Ahora mismo!!

Texteó saliendo de casa, para ver el taxi que la estaba esperando, el chico le envío la ubicación y después de unos minutos ella llegó tímidamente al café, se sentó frente al sudoroso hombre que al parecer llevaba un rato largo ahí.

—me alegra mucho que asistieras— dijo él con una sonrisa nerviosa, mientras que Maddie evitaba su mirada a toda costa.

—tu llamaste...así que dime de una vez...que es lo que quieres— ordeno con la voz entre cortada.

—creí que los dos queríamos lo mismo—dijo muy apenado.

—¿y que sería eso?— pregunto ella tan molesta que desvió su mirada hacia los oscuros ojos del chico, poniéndose a un más nerviosa.

—aclarar lo qué pasó entre nosotros

—Hunter, han pasado años..., supéralo

—¿acaso ya lo superaste?— pregunto ofendido, intimidándola con la mirada.

—Si— aseguro

—No se nota— dijo alzando un ceja e intentando tomar la mano de la chica que la apartó en cuanto noto sus intenciones.

—Hunter, lo único que puedo sentir ahora, ahora que estás aquí frente a mi, es odio, no puedo parar de pensar que tan diferente sería mi vida si no hubieras aparecido en ella—confesó reteniendo las lágrimas.

—sería igual de miserable Maddison, lo único distinto es que no abrías vivido tu adolescencia al máximo, como lo hiciste conmigo— aseguro

—o quizás abría terminado la secundaria aquí, junto a mis amigos, y no estaría obligada a estudiar algo que odio— intento mantenerse firme

—¿de que hablas?

—después de todos los errores que cometí contigo, mis padres no me creyeron capas de tomar mis propias decisiones, tengo 20 años y ellos toman cada puta decisión por mi, eso quizás pudo ser distinto para mi y para mi hermana si yo no me hubiera vuelto una loca cuando te conocí— dijo tomando su cabeza con ambas  manos.

—tus padres ya tomaban decisiones por ti cuando tenías 16.

—¿y que esperabas?, era una niña

—fui a rehabilitación después de lo que ocurrió, mis padres ahora me permiten ayudarles con la empresa y me...

—¿y que diablos me importa a mi?— lo interrumpió

—lo siento...solo...creí que hablábamos de qué pasó con nosotros después de...después de que todo se acabo

—no, te estaba contando cómo acabaste con vida— dijo levantándose y dejándolo solo, el chico se levantó rápidamente y dejó el dinero de la cuenta en la mesa y corrió hasta ella.

—no me puedes culpar de todo, no te obligue a nada, no es justo que me culpes...que tus padres nos culpen por enamorarnos

—¡Cierra la boca!— le gritó con lágrimas en los ojos

—¿vas a llorar frente a mi, y aun así me vas a negar el hecho de que aun te duele?

—¿me duele que?

—que nos hayan separado así nada más— también le dolía

—Los padres siempre tienen razón, y tu y yo solo nos estábamos haciendo daño, ahora por favor continúa con tu vida, y no vuelvas a llamar, a buscarme, estaba mejor así.

—Yo no, todavía te pienso, te deseo— dijo acercándosele, y ella no se molesto en apartarse y sentir su calor.

—Hunter— suplico

—¿qué?

—aléjate de mi, antes de que me arrepienta de todo lo que dije— advirtió

—¿y que sucedería si te arrepientes?— pregunto desafiantemente.

—te pediré perdón como una estupida y suplicaré que me beses como la última vez—aseguro rogándose a sí misma que eso no pasará.

—eso no me molestaría.

—para mi suerte, ya no soy la niña tonta de la que te enamoraste, ya no haré justo lo que esperas que haga— indicó dando un paso atrás

—¿y que se supone que harás?— pregunto confundido

—actuaré como una mujer de 20 años, y me voy a largar— dijo dándose media vuelta y alejándose de él.

—¿y que se supone que haga ahora?— se pregunto Hunter mientras la chica desaparecía entre la gente.

***

En la secundaria los chicos se encontraban en el receso de almuerzo, Christal y sus amigos comían algo en la gradas de la cancha de fútbol mientras Harper pulía sus pasos para este viernes.

—yo te puedo prestar mis auriculares— indicó Lucas después de que Christal contara la razón de su malhumor.

—no, está bien, espero no haberlos averiado después de tirarlos al suelo, soy una tonta.

—no eres una tonta, estabas enojada y cuando uno está así hace cosas tontas— dijo Harper

—que buen dato amiga, ¿alguna vez cuando abres la boca dices algo que ayude?— pregunto molesto Lucas

—abróchate las agujetas— le ordeno, el chico miro sus tenis y obedeció. —aveces lo intento, y a tontos como tú les sirve la ayuda— rio Harper

— Oye Chris, ¿podemos hablar?— pregunto Connor que ser acercó junto a Lerroy que no apartó la mirada de Harper.

—¿qué sucede?— pregunto la chica sin moverse del lugar y el chico algo avergonzado se acercó a ella con las mejillas rojas.

—¿sa...sabes que el viernes hay un juego muy importante?

—Si

—bueno, me gustaría que vinieras, yo se que es algo complicado, y que te e invitado a otros lados y no has podido asistir, pero esto es muy importante para mí, y me gustaría que estés ahí.

—trataré, espero estar ahí—indicó

—Gracias significa mucho para mi— Connor volteo para marcharse y se encontró la fría mirada de Harper, ella lo odiaba y él lo tenía muy claro, Lerroy se avía marchado a la práctica.

—¿por qué haces todo esto por Chris?—pregunto la chica siguiéndolo hasta el interior de la secundaria.

—¿de que estás hablando?

—vas por la secundaria con cara de amargado, y cuando te acercas a ella le das una sonrisa y te ves raro, ¿cuáles son tus intenciones con Christal?

—me gusta, idiota— le gritó

—¿seguro?, ¿no es por algo más, no es porque quieres tener algo que nadie más a tenido?

—¿se supone que tú eres su mejor amiga?—pregunto confundido porque Harper parecía estar hablando mal de la chica.

—lo soy, y por eso me estoy asegurando que tus intenciones sean buenas, y que no la vayas a lastimar— le dio un empujón

—solo la invite al partido.

—¿pero te gusta?— insistió

—Si

—entonces has algo más allá de solo invitarla al partido, idiota— dijo dándole un golpe en la cabeza

—Harper.

—¿Qué?

—le gustas a Lerroy— confesó

—¿y a mí qué diablos?

—no le rompas el corazón— dijo riendo mientras se iba.

***

Horas después Christal volvió a casa y se encontró a su madre a punto de salir, otra vez quedaría sola en la gran casa.

—¿dónde vas?

—A la  boutique, debo arreglar unas cosas

—¿Maddie está en casa?— pregunto algo desanimada

—no, me envío un texto, dijo que saldría con Anne.

su hija tras oír eso protestó

—traje Cupcakes están en la cocina

—bien— dijo ella

—casi lo olvidó— dijo devolviéndose hacia su hija

—tu padre dijo que debía hablar seriamente contigo, creo que estás en problemas por romper tus auriculares.

—¿romper?, carajo— murmuró entre dientes

—vocabulario, ya me voy— dijo despidiéndose, Chris subió hasta su cuarto y se llevó una sorpresa cuando encontró unos audífonos nuevos sobre su cama, tomó con sospecha la caja y encontró un nota que decía.

"Espero no los rompas, cuenta hasta 10 la próxima vez, necesito saber cual será la primera canción que oirás con ellos.
Atte: Ethan."

Una tierna sonrisa se dibujó en sus rostro, y luego una idea vino a su cabeza, bajo hasta la cocina tomó uno de los pastelitos que compró su madre y también escribió una nota.

"No tenía nada que darte, pero los de la pastelería quieren que sepas que están hechos con amor, gracias por los auriculares, y hay muchas canciones que me gustaría escuchar con ellos, muchas gracias.
Atte: Christal."

Fue hasta el cuarto del chico y dejó el Cupcake en la cama con la nota, luego volvió a su cuarto.

Horas más tarde Maddie volvió, minutos antes de la cena, Chris fue a golpear su puerta.

—¿dónde estabas?— pregunto entrando al cuarto de la chica

—salí hacer unos trámites— mintió

—debo contarte algo, necesito un consejo—indicó sentándose junto a la chica

—soy todo oídos.

—Connor me invito al partido del viernes

— diablos, papá— se detuvo a pensar en algo.—dile que irás a casa de Harper a estudiar, hacer un proyecto

—jamas me creería, el partido es cerca de las 8pm— aseguró nerviosa de tan solo pensar en mentir a sus padres

—carajo

—por favor ayúdame, quiero ir, además está molesto porque hoy le grite delante de Blackstone —confesó

—has que te encierren en el cuarto y te escapas por la ventana— bromeó

—no tan severo

—no tengo idea de que puedes hacer— solo un suspiro de tanto pensar en ideas sin sentido

—esperare que se le pase el enojo y le preguntaré, ¿qué podría salir mal?— chasqueo su lengua temiendo de sus propias palabras

Bajaron a cenar y Peter se arrepintió de hablar con su hija, así que se fueron a dormir en paz, Ethan no llegó hasta cerca de las 2 am a casa, y volvió acompañado de Alex, mientras se besaban en el pasillo y chocaban con todo, entraron al cuarto y Blackstone plantó la mirada en un sospechoso pastel que estaba sobre la cama.

—¿que es esa mierda?— pregunto Alex, Ethan la hizo callar y dijo.

—podría ser una bomba— susurró riendo

—claro pareces un niño de 7 años, ¿puedo ir al baño?— pregunto la chica a lo que Ethan respondió asintiendo con la cabeza y aprovechó la oportunidad para leer la nota que le sacó una sonrisa.

—no puedo creer que ese enorme baño sea para ti solo— dijo la chica casi gritando, Ethan saco con su dedo un poco del glaseado del pastel y lo saboreo y luego camino hasta Alex y le tapó la boca con su mano, como un verdadero psicópata.

—¿qué haces?— pregunto la chica, Ethan la lanzó a la cama y se quitó la blusa dejando ver unas cuantas cicatrices que la chica siempre ignoraba le besó el cuello y le arrebató la ropa como en cada uno de sus encuentros.

Christal oyó cuando llegaron a casa y no podía parar de sentirse avergonzada por lo del pastel lo que ella no sabe es que a Ethan le gusto el detalle y esos fueron los primeros pasos para que se acercaran.

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