-Buenas tardes. -Escuché su voz atrás de mí y entrecerré los ojos. -Hola, Valentina. -Me saludo.
Me gire para verla. Y me di cuenta de dos cosas. Una, estaba acompañada por Alex, Harry y otro chico que no llegaba a reconocer. Y dos, se veía extremadamente atractiva.
-Buenas tardes, Juliana. -Respondió Megan.
-Hola, Valdez. -Saludo Renata y Alejandra en unísono.
-Hola, Juliana. -Salude secamente.
-¿Qué te pasa? -Preguntó Juliana con una ceja elevada. Se sentó a mi lado, Alex lo hizo, pero al lado de Renata. Harry y Megan se habían sentado en otra mesa junto con Alejandra y el chico de cabello rizado.
-Nada. -Sonreí falsamente. -Estás guapa. -Dije sin pensarlo, pero haciendo que ella sonriera.
-Gracias, tú estás tan... -Me observó por unos segundos y sonrió. -Irresistible. -Me acarició la mejilla con su pulgar y me dio un beso que me dejó mareada.
Las chicas estaban platicando, con normalidad. Observé a Renata de reojo y me dije: "Oh por dios, es Renata ". Ella puede acostarse con uno y al día siguiente tratarlo cómo si apenas lo hubiera conocido, al igual que Alejandra. En cambio, yo no. Detestaba eso de mí. Acarició mi mano por arriba de la mesa y contuve la respiración.
Se acercó a mí con intenciones de besarme, pero me aleje. -¿Qué pasa? -Susurró confundida.
-Nos pueden ver. -Respondí. -Recuerda que nos odiamos.
-Tus amigas ya lo saben, ¿no?
-Si -Asentí. - Pero cualquiera del colegio puede pasar y vernos.
-¡Al diablo todos ellos! -Gruñó.
-¡Juliana! -La miré y ella levantó los hombros.
-Me da igual lo que piensen de nosotras. -Se acercó a mí y besó mi cuello. -Aún tienes las marcas. -Susurró con orgullo.
-Y unas nuevas. -Le enseñe las otras que me había hecho la noche anterior y se limitó a reírse.
-Me la pase increíble. -Sonrió. -¿Recuerdas que te dije que pondría condición para callar mi silencio?
Asentí. -¿Ya lo decidiste? -Me cruce de piernas y Juliana llevo una de sus manos a mis piernas, acariciando uno de mis muslos.
-Si. -Mi corazón se detuvo al encontrarme con sus ojos marrones fijamente en los míos. -Mi silencio te costara... más noches. -Abrí los ojos y sentí las mejillas arder. Y no precisamente por excitación. Estaba molesta por lo que insinuaba.
¿Acaso quiere que sea su prostituta privada?
-¿Qué acabas de decir? -La miré y ella se limitó a verme en silencio. - Juliana, no soy una prostituta. -Aclaré.
-Lo sé, Valentina. -Sacudió la cabeza. - Pero no finjas que no te gustó lo de anoche. - Rió. -¿Qué dices?
-No lo sé. -Murmuré confundida.
-Por dios, Valentina. -Su voz era tan ronca que llegaba a erizarme la piel. -Será como "Sexo Secreto". -Mire a Renata quien estaba en las nubes con Alex, mientras sonreían. Luego miré a Alejandra y Megan, ellas estaban en sus propios mundos que no prestaban atención a lo que Juliana y yo hacíamos.
Miré nuevamente a Juliana. -Bien, pero nada de lazos afectivos.
-Eso está más que asegurado. -Acarició mi mulso con sus uñas. -Pero... ¿Puedo tomar tu mano cuando estemos juntas? También quisiera abrazarte y besarte cuando tenga la necesidad... -Mi corazón latió rápido.
Esas eran cosas de parejas.
-Yo... -Balbuceé. Tranquila, Valentina. - Sí. -Asentí y me acerqué a ella para besarla. Unos segundos después, sentí las miradas en nosotras.
-¿Es oficial? -Preguntó Alex.
-¿Qué? -Contesté.
-¿Ya están oficialmente saliendo? -Preguntó Renata apoyándose en la mesa.
Juliana y yo nos miramos.
-No. -Respondí secamente.
-Pues lo parecen. -Dijo Megan desde la otra mesa sonriendo. Harry asintió.
Opinó Alejandra. -Además hacen buena pareja.
-Uh... -Fue lo único que pude decir.
-No, en realidad no. Y no quiero que mencionen nada de esto. -Habló Juliana.
El mesero llegó a la mesa y me miró cómo si fuera un pedazo de carne haciendo que me removiera en mi asiento incomoda. Juliana besó mis labios dándole a entender que yo "no estaba sola".
Juliana y sus amigos pidieron su comida y las chicas y yo comenzamos a comer sin esperar que llegara la comida de ellos.
La comida pasó entre risas, chistes malos de Alex, escenas románticas de Megan y Harry que nos iban a dar diabetes, derrames de Coca-Cola de mi parte y algo de coqueteo de parte de Alejandra con el amigo de Juliana que resulto llamarse Jackson.
Al término de la comida, Harry dijo que, ya que estábamos juntos, podíamos pasar la tarde juntos. Primero me excusé con que "Me dolía la perforación en el ombligo" y Juliana me miró con una sonrisa coqueta pero cómo era de esperarse, Renata me desmintió y luego mentí diciendo que "debía lavar la ropa". Esta vez, Alejandra me desmintió y tuve que aceptar a regañadientes.
-Entonces, ¿Al parque del centro? -Preguntó Juliana con su brazo rodeando mis hombros.
En realidad, en todo el rato no me había soltado ni un segundo. Alejandra y Jackson se coqueteaban, y Renata y Alex se habían tomado de la mano con "confianza".
-Si. -Asintió Renata.
-Me parece perfecto. -Respondió Harry. Alex Asintió.
-¿Y qué dices tú, Valentina? -Preguntó Juliana.
-Supongo que está bien. Solo que hay un problema. - Juliana me miró. -Tú trajiste auto, al igual que yo y Alejandra. ¿Cómo haremos con los tres?
- Juliana y sus amigos se van en el auto de Juliana y nosotras en los nuestros. -Opinó Renata.
Asentí. -Me parece...
-No -Interrumpió Juliana. -Mejor Alex y Renata se van en el auto de Valentina. Alejandra, Megan, Harry y Jackson en el auto de Alejandra y Valentina y yo nos vamos en el mío.
-Sí, perfecto. -Sonrió Renata.
Fingí una sonrisa y entregué las llaves a Alex y le advertí con un "Si le pasa algo a mi auto, espero que duermas con un ojo abierto". Renata se rió y Alex sonrió nervioso.
Luego de ver desaparecer el auto de Alejandra y el mío, Juliana y yo comenzamos a caminar. Ella tomó mi mano, y me sentí extraña. Aún no acostumbrada a este tipo de trato con ella.
Caminamos una cuadra y después llegamos al auto de mi acompañante. Juliana me abrió la puerta y yo le agradecí. Luego rodeó y subió.
-¿Crees que Renata y Alex tengan algo? -Pregunte "rompiendo el hielo".
-No lo sé. -Sacudió la cabeza. -Alex dijo que ella era linda... Y Jackson, ¡ja! Siempre supe que tenía un crush por Alejandra.
-Oh... -Suspiré y me giré para ver por la ventana. Evitando lo más rápido posible sus marrones y seductores ojos. -¿Por qué quisiste traerme?
-Quería dejarles a Renata y Alex su espacio, ¿sí? Lo mismo con Megan y Harry. Y Jackson con Alejandra. - De acuerdooooo. Ahora Juliana estaba muy seria. Más de lo normal.
-Okay. -Me limite a decir.
*****
El día había terminado, y había sido una grandiosa tarde. Juliana y yo habíamos dejado el odio y "repugnancia" entre nosotras, y habíamos descubierto que teníamos demasiadas cosas en común. Harry y Megan se la pasaban hablando y riendo, Renata y Alex habían tenido demasiada conexión en sus labios. Jackson y Alejandra por otra parte se coqueteaban de la manera más increíble que había visto.
El sábado había pasado, había llevado consigo al domingo y el lunes había llegado. Y no podía ser peor. Aire helado, mis padres enojados -de nuevo- y la gripa invadiendo cada parte de mi cuerpo. El viernes y sábado, el sol estaba perfectamente y ahora. ¿Qué pasaba?
Después de una cálida ducha, me coloqué unos shorts cortos, un suéter blanco y unos conversé negros.
Tomé un poco de jugo que me había dado una de las ayudantes en casa, me cepillé los dientes y después me fui al colegio en mi auto.
La gripa se había llevado todos mis nervios y ganas. Me sentía sin fuerza y débil. Como si en cualquier momento fuese a llorar. Y lo sabía. Siempre que me enfermaba mis defensas se bajaban y era insoportable. Al menos para mí.
Estacioné mi auto y bajé de él con un pañuelo mientras me sonaba la nariz. Pase entre los mismos halagos de siempre. Pero esta vez, les di menos importancia que nunca. En realidad, me sentía pésima. Y si... ¿Estaba embarazada? ¡Dios! No, no. No podía ser, yo había tomado la pastilla, de hecho, la estaba tomando. Habíamos usado condón. Pero y si... ¡No! Eso no.
Me detuve frente a mi casillero, aun con los pensamientos locos, y comencé a sacar cosas sin importancia. No sabía ni siquiera que era lo que estaba haciendo. Estaba perdida. Luego reaccione al sentir la respiración cálida en mi cuello y su anatomía pegada a mi trasero.
-Hoy estás preciosa, gatita.
-Juliana. -Hablé con la voz gangosa, y me giré para verla. -Nos pueden ver. -Ella rió ante la diferencia de mi voz.
-¿Enferma?
-¿Se nota? -Pregunté sarcástica y me solté de su abrazo, lo cual fue en vano, ya que volvió a atraerme a ella. -¡Juliana! Estoy enferma y no estoy de humor.
-No me importa. -Besó mis labios cortamente y fue imposible no ocultar mi cabeza en su pecho. Respiré su delicioso perfume en aquella camisa de cuadros y justo en eso un chico llegó y se paró a nuestro lado, se enfocó en el casillero 205, introdujo la combinación y comenzó a guardar algunos libros. Por lo visto era nuevo.
-Disculpen... -Nos habló y empujé a Juliana hacía atrás para verlo. El chico se mordió el labio inferior al verme, sonrió. -¿Saben del salón 3 "A"? - Preguntó sin dejar de mirarme. Y yo por lo visto igual. El chico era lindo. ¡Bueno!, sí, estaba demasiado guapo.
Sus ojos eran avellanados, era alto y fornido. Su voz era ronca, y muy sexy. Sus labios eran delgados, pero se veían irresistibles. "Basta, Valentina". Me dije a mi misma.
-Sí, por desgracia es mi salón. -Habló Juliana sacándome de mi trance.
-Oh. -Exclamó sin quitarme la vista de encima. -¿Son... ya saben... ¿Son pareja? -Preguntó el chico sin quitar su vista de mis ojos.
-No. -Murmuré y rompí la conexión con él, miré a Juliana quien me miraba con aquellos ojos marrones. -¿Eres nuevo? -Volví a mirar al chico nuevo.
-Si. -Sonrió -Eres demasiado guapa.
-¡Hey! - Juliana se acercó a él. -Cuida esa boca. -Gruñó empujándolo. El chico solo sonrió sarcástico.
-Tranquila amiga, ella dijo que ustedes no son nada.
-¿Y a ti que te importa?
-Resulta que, cuando algo me gusta, lo obtengo. -Sonrió. -Sea como sea.
Estaba boquiabierta. Hace apenas unos segundos que el chico nuevo había llegado y Juliana ya tenía algo contra él.
El castaño, me miró sonriente. Y llevó su mano hasta mi mejilla, apenas la tocó y Juliana la apartó con brusquedad. Sus ojos marrones brillaban con ira.
-No la vuelvas a tocar. - Juliana lo miro con sombría. Una mirada que nunca había visto. Ni si quiera cuando yo la hacía enfadar.
El chico levantó una de sus cejas, y suspiró divertido. Quitó su chaqueta de roja de fútbol americano y la metió en su casillero.
-Yo tocó lo que quiero. -Dijo aquel chico.
-No me provoques a romperte la cara. - Juliana apretó las manos.
-No te atreverías.
Todo sucedió en cámara lenta.
Tenía a Juliana a un lado mío y en un segundo ya estaba enfrente del chico nuevo. Mirándolo fijamente mientras que el chico, tenía una sonrisa burlona en su rostro.
Mis nervios aumentaron a un nivel extremo.
AQUÍ TE DEJO OTRO REGALO... Y DE NADA...
PARECE QUE VIENE LA DRAMA
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