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— Hyunjin, por favor. — Pidió aquella muchacha que, siendo sinceros, no recordaba su nombre.
Bufó, antes de zafarse de la pelirroja, quien sostenía uno de sus brazos.
— Noona, no me interesa; también debí de haber sido lo suficientemente claro esa noche, ¿no? Nunca me interesaron las relaciones serias, y tú estabas de acuerdo con eso. — Dijo, lo suficientemente fuerte para que ella pueda escucharlo.
Y sin esperar respuesta, caminó por los pasillos, ligeramente llenos, y no pudo evitar rodar los ojos.
"¿Escuchaste eso?"
"¡Que idiota! ¿Cómo pudo tratar así a Krystal-noona?"
"Eso no le quita lo atractivo"
"Es sólo un patán, se cree todo un machito por esa cara de malo"
"Yo quisiera estar en su cama, no importa si él dice que nada es serio"
"La última vez dijeron que se peleó con Kim Jongdae, ¿puedes creerlo? No deja de meterse en problemas"
"Es sólo un jugador, se acuesta con quien sea, ¿acaso no oyes lo que todos dicen?"
Ignoró aquellos comentarios que escuchaba en, para nada, bajos murmuros; llegó a su casillero, y guardó todos los cursos que no tenía pendientes. Estaba por emprender su caminata, cuando una mano en su hombro derecho lo detuvo.
— Hey, Hyunjin, hoy iremos con Changbin al cine, ¿nos acompañas? — Le habló Minho, sonriendo ampliamente, como tan sólo él sabía hacerlo.
Hwang se encogió de hombros, mientras se aseguraba de haber colocado correctamente la clave.
— Iré a la biblioteca, tengo que buscar el jodido libro de física, y me iré a casa. — Respondió por fin, antes de elevar su cabeza en dirección al mayor. — Nos vemos mañana. —
Y sin agregar más, se fue de ahí, ignorando lo que sea que uno de sus amigos, los cuales únicamente eran dos, le estuviera diciendo.
Ingresó a la biblioteca, en donde saludó cordialmente a la agradable señora que se encargaba de supervisar el lugar. Y emprendió su búsqueda del libro que debía estudiar esa noche.
Hyunjin siempre escuchaba los rumores que corrían sobre él, algunos decían que era un "Bad Boy", que atemorizaba a todo aquel que se metiera en su camino, abusando de su fuerza y demás.
Decían que no tenía sentimientos, por el simple hecho de que nadie nunca lo había visto sonreír.
Decían que le gustaba jugar con los sentimientos de tanto chicos como chicas, romperles el corazón y sólo tenerlos por un rato, para satisfacerse en la cama.
Pero claro, nadie se interesaba en conocerlo más a fondo.
Y, siendo honestos, eso era lo mejor para él.
Tomó el libro apenas lo encontró, y le pidió amablemente a la señora poder llevarlo a casa. Estaba cruzando los grandes pasillos repletos de "conocimiento", cuando algo en el suelo llamó la atención.
Se arrodilló para poder tomar el objeto, y frunció el ceño con confusión.
— ¿Un llavero? — Se preguntó a sí mismo, antes de elevar la mirada, tratando de ubicar a quien fuera el portador del mencionado.
Al no ver a nadie en ese corredor, buscó en el siguiente, y luego en el siguiente. Y fue recién en el cuarto, en donde se dio por vencido.
Bien, quizás podría dárselo a la bibliotecaria, y ella lo pondría en cosas perdidas, o algo así. Y con ese plan en mente, se dispuso a volver donde la amable señora; aunque todo se vio interrumpido por alguien que estaba justo frente a él.
Un chico de cabellos negros, piel pálida, más bajo que él, y una amplia sonrisa en sus labios, dejando ver sus brackets y hoyuelos.
— Umh, disculpa... — Empezó, el de nombre desconocido para Hyunjin.
El castaño elevó una ceja, sin intenciones de siquiera abrir la boca para decir algo.
— ¿Podrías tomar un libro por mí? No puedo alcanzarlo, por favor. — Pidió el de brillante sonrisa.
Hwang se encogió de hombros, antes de señalar a su detrás con su dedo pulgar.
— Hay bancos ahí, puedes tomar uno y hacerlo tú mismo. — Respondió con simpleza, pasando por uno de los lados del más pequeño.
Pero toda acción que estaba dispuesto a hacer fue, de nuevo, interrumpida por el pelinegro, quien tomó de su muñeca con rapidez.
— Por favooor, es ese de allí, y tú estás más cerca que los bancos. — Volvió a insistir el de brackets, un puchero apareciendo en sus belfos y su índice señalando justo en frente, a un libro en específico, el cual estaba en la última repisa.
Hyunjin terminó por rendirse, antes de asentir, y ver como la sonrisa en los labios de aquel chico de ojos alargados, volvía a aparecer.
Elevó uno de sus brazos, y tomó el libro con facilidad, antes de entregárselo al pelinegro, quien lo aceptó contento.
— ¡Muchas gracias! — Le dijo el desconocido.
Hyunjin no hizo nada más que caminar hacia la salida, volvería al día siguiente para entregarle el llavero a la bibliotecaria, no importa.
Salió de la preparatoria en apenas segundos, y se dispuso a caminar rumbo a su apartamento.
— ¡Hey, espera! — Logró escuchar a sus espaldas.
Suspiró con pesadez, antes de darse media vuelta, y encontrar al chico de apenas minutos, el cual estaba con la respiración agitada.
— Vaya, tienes piernas muy largas... — Lo oyó decir.
— ¿Otra vez tú? — Fue todo lo que preguntó Hyunjin, mientras se cruzaba de brazos.
El más bajo se reincorporó, y le sonrió ampliamente, antes de hablar.
— No nos llegamos a presentar, soy Yang Jeongin. — Casi tarareó el pelinegro, balanceándose sobre sus pies.
— Hwang Hyunjin. — Respondió el de cabellos castaños.
— Woah, ¿Hwang Hyunjin? ¡Entonces es mi hyung! Mucho gusto. — Volvió a decir el, al parecer, más joven. — Siempre escuchaba sobre usted, pero nunca lo había visto en persona. — Rió, entrecerrando sus ojitos en el proceso.
Hyunjin chasqueó sus labios.
— ¿Oíste de mí? Entonces debes tener el mismo concepto que todos, ¿no es cierto? — Preguntó en apenas un murmuro. — Como sea, adiós, o hasta nunca, como prefieras. —
— Yo no creo lo que todos dicen. — Se apresuró a decir Jeongin, cuando vio como el mayor estaba dispuesto a irse. — No creo que usted sea una mala persona, hyung. —
Hyunjin dudó un poco, pero terminó permaneciendo en su sitio.
— No me conoces. —
— Tampoco creo que ellos lo hagan, Hyunjin-hyung. — Habló el adorable pelinegro.
Hwang mordió de su labio inferior, observando por apenas segundos los curiosos orbes del más bajo.
— ¿Qué es lo que quieres, niño? — Preguntó luego de un par de segundos.
El de brackets volvió a sonreírle.
— ¡Quiero ser su amigo! — Respondió con entusiasmo.
Jeongin siempre había sido caracterizado por ser alegre, ya que siempre portaba una bella sonrisa en los labios. Él nunca tuvo problemas con alguien, o algo así.
Él siempre había oído todos los rumores que decían sobre un tal Hyunjin, aunque siempre les restó importancia, debido a que eran eso, simples rumores. Pero al tener al mayor frente a él, por primera vez, jamás se imaginó sentir su corazón latir tan rápido.
En la biblioteca, cuando le pidió ayuda con su libro, pudo ver unas preciosas iris marrones, junto con unos labios gruesos y piel blanca. Definitivamente era muy, muy, MUY atractivo.
Pero al ver cómo su hyung se alejaba, él no dudó en adquirir el libro y salir corriendo tras el castaño, necesitaba saber más sobre él, no sólo los tontos y, obviamente, falsos comentarios que muchas personas hacían sobre el más alto.
Y por eso, ahí estaba, frente a Hyunjin, pidiéndole ser amigos para conocerse mejor.
Aunque, bueno, no sería una tarea fácil, al parecer.
El más alto se había dado media vuelta, y siguió su caminata como si nada hubiera pasado, dejando a un desconcertado pelinegro atrás.
Pero no, Yang Jeongin no se rendiría tan fácil, definitivamente no.
Se apresuró a llegar a un lado de su hyung, y le mostró una adorable sonrisita cuando este volvió a notarlo.
— ¿Por qué no le dice algo a todas esas personas que dicen cosas falsas sobre usted, hyung? — Preguntó luego de unos segundos.
Pudo ver al castaño fruncir el ceño.
— No me interesa lo que ellos digan de mí. — Comentó Hwang, encogiéndose de hombros.
Jeongin sólo asintió, hasta que algo entre las manos del más alto logró capturar su mirada.
— ¡Hyung! Ese es mi llavero. — Dijo con sorpresa, antes de buscar dicho objeto en su mochila, donde se supone debería estar puesto, pero no había nada.
Escuchó una risa corta por parte del mayor, provocando que eleve la mirada observando una diminuta sonrisa surcar en los labios del más alto.
Woah, es más lindo cuando sonríe. Pensó.
— Ten, lo encontré en uno de los pasillos de la biblioteca. — Le tendió el llavero, a lo que él tardó unos segundos en reaccionar.
Negó suavemente, antes de quitar sólo la llave, y volver a colocar el objeto entre los dedos del más alto.
— Puedes quedártelo, hyung~, lo más probable es que yo lo pierda de nuevo. — Rió bajito, antes de retomar la caminata que, sin querer, estaban tomando juntos.
Ninguno imaginó que ese simple encuentro en la biblioteca, cambiaría tantas cosas a las que estaban acostumbrados en toda su vida.
Jeongin fue conociendo más a su hyung, conociéndolo de verdad, no por falsos rumores.
Conoció el más puro de los corazones, junto con bellas sonrisas que sólo eran dirigidas a él, y dulces besos en sus propias mejillas.
Conoció los verdaderos sentimientos que ocultó por mucho tiempo su hyung, por más que a este mismo le cueste demostrarlos a veces.
Conoció a Hyunjin, al verdadero Hyunjin.
Mientras que el más alto, descubrió estar enamorado.
Porque, Hwang Hyunjin se había enamorado de Yang Jeongin.
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Bien, ¡aquí está el especial de cómo se conocieron!
Espero y les haya gustado:(♡
Tengan un precioso día, no olviden cuidarse y comer bien; lxs quiero♡.