El día llegó, y por más que la castaña no quería dejar ir a su esposo, no tenía mucha opciones.
Se despidió de él en casa, no le acompaño al aeropuerto ya que Dana aún estaba dormida.
Era muy temprano en la mañana, El agente fiel a su estilo, No dijo muchas cosas y se limito a besar la frente de su cónyuge, y partir en su auto.
Jill se quedó mirando en la puerta de su casa la escena, la partida de su esposo significa estar sola por una semana como mínimo.
Si bien es cierto que León le prometió llamarla todo el tiempo, y decirle que todo estaba bien por allá, esto para calmarla.
Cruzó sus brazos y se recargo en el marco de la puerta.
Al menos tendría tiempo para ella misma, pero eso no era exactamente lo que ella quería.
Mientras su mirada estaba perdida en sus pensamientos, Con el rabillo del ojo, pudo percatarse que un auto pareció moverse justo después de que ella volteara... Casi como si no intentarán ver quién era.
El auto arrancó, haciendo crujir el motor y llamando la atención de la mujer.
El vidrio era polarizado, e impedía ver quién era.
Jill se asustó un poco, ya que dicho vehículo parecía tener favoritismo hacia su casa.
—Que rayos...
...
Tienda de café, centro de la ciudad
Hunnigan había hecho una parada para comprar algo de café y tomarlo en el lugar, aprovecho la conexión a internet del sitio y se acomodo allí antes de ir al trabajo.
Un mensaje de León diciendo que partiría a Ukrania le había llegado, Ella nuevamente le informo que no será más de 3 semanas su misión y que cuándo tendrá unos días libres con pagá.
Mientras la mujer disfrutaba de su café, no pudo evitar observar un pareja que estaba aun lado de donde se encontraba, Los dos estaban en su mundo y parecían ignorar todo a su alrededor.
Las palabras y oraciones melosas no faltaron, El hombre parecía una persona romántica... Al grado que compró un ramo de flores a un vendedor que pasó de manera repentina.
La mujer las acepto y parecía muy feliz, Le correspondío con un fuerte abrazo a su pareja y un besó largo y apasionado en sus labios,... A la vista de Hunnigan, La mujer parecía más que contenta y enamorada.
Pero Ingrid los miró de reojo hasta ese momento, bajó su mirada hasta el suelo... No podía evitar pensar la idea, de que a ella también le gustaría que le dieran esos pequeños detalles, esos gestos sutiles, pero con un gran valor emocional y sentimental.
En pocas palabras, Hunnigan quería ser esa afortunada mujer, que había encontrado al hombre adecuado que le hará compañía al menos, si no toda la vida, si una parte de está.
Ella jamás se había cuestionado porque no tenía novio, de hecho no pensaba en ese tema desde que estaba en preparatoria... Nisiquiera en la universidad pensó en aquello.
El problema es que su vida se había vuelto monótona, y bastante sujeta a las pocas emociones que una mujer de su edad tiene.
El dinero no era un problema para ella, tampoco el trabajo pero... De vez en cuando salía los sábados a algún lugar, solo para quedarse sola.
Ahora hablando en retrospectiva, su vida siempre fue el trabajo y de cierta manera eso mató y porque no, fulminó su vida social, al grado en qué todo el tiempo pensaba en como hacer las cosas de manera eficiente y eficaz.
Al salir del establecimiento con su café en mano, pensó en una idea de cómo despejar su mente.
Aún faltaba para el fin de semana, pero eso no fue impedimento para que no planeara sus próximos días.
Cuando se dirigió a su auto, un puesto de revistas se había abierto justo enfrente.
Ella no solía comprar algún artículo de esos, pero en esta ocasión... Quería probar cosas nuevas y adquirió unas cuantas.
Mientras se preparaba para arrancar, pudo notar un anuncio sobre una obra de teatro que iniciaría este viernes a las 8.
Tomó la revista para ver más detalles.
La idea de una obra no le parecía nada mal, y más cuando se trataba de un bote salvavidas para no caer nuevamente en el suplicio del sistema.
¿Pero iría sola?... No sonaba descabellado, pero.... En verdad lo haría.
Rápidamente pensó en Claire, pero recordó que había salido, También en Jill, aunque está última no tenía niñera y no podía salir sin alguien que cuidara a su bebé.
Un pensamiento llegó a su mente, como cuando intentas cruzar por una estrecha línea de piedras en un río de agua fría, pero caes irremediablemente.
—Ark...
Murmuró mientras mordía su labio, acaso ¿recurriría al castaño para salir?... Y si hacia eso, ¿no sería técnicamente una cita?... Esa era la disyuntiva, si lo invitaba a qué le acompañe, no solo le daría alas para que crea que en verdad quiere algo con el, que siendo sincera para ella misma, estaba más confundida que nada.
Por otro lado, si no le invitaba tendría que ir sola y pasar todo el tiempo en su amarga soledad.
Sin duda, la última opción sonaba menos apetitosa.
—¡Aahh!... Porque es tan difícil decidir algo.
Con amargura, encendió su coche y salió rumbo al trabajo, pero con una desición ya tomada.
...
Oficinas de la D.S.O
Al subir a piso y caminar a la cafetería, Estando ahí, Pudo encontrar a Ark comiendo un dona acompañado de un café.
Hunnigan se detuvo en el umbral de la puerta, Seguía pensando en si hacerlo o no.
En medio de ese discusión mental, El castaño pudo percatarse de su presencia y levantó sus brazos para llamar su atención y para que le acompañe.
Ingrid sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, pero con mirada baja y con cierta inseguridad en sus pisadas, Se sentó en la misma mesa.
Ark le saludo felizmente, mientras le invitaba un café.
Ella lo acepto y dio un leve sorbo, en media de una mirada extraña por parte del hombre.
"Que tanto miras Ark"
Mantenía su mirada baja, y tampoco se había empeñado en hacer un larga conversación hasta ese momento.
—No... ¿No es algo temprano para que estés en el trabajo?—Pregunto dejando el café a un lado, y acomodando sus anteojos.
—Pues si, pero no tenía nada que hacer en casa... Además es mejor llegar temprano que tarde no crees.
Ella esperó unos segundos, acto seguido sonrió de forma fingida—Creo que sí...
Durante los siguientes minutos, Ark comenzó a extender la conversación, El hombre convertía cualquier palabra en un tema de conversación que de buena manera se volvía interesante.
Hunnigan se metió de lleno en unos cuantos temas, al grado que perdieron la noción del tiempo.
La mujer miró su reloj, pasaban de las 11 y su hora de entrada se había pasado media hora.
—¡Diablos!... Ya Debimos entrar.
Bruscamente se levantó de la silla, pero al parecer Ark no la imitó, incluso se veía muy casual.
—¿Porque tanta prisa?
—Hablas en serio, Debemos ser siempre puntuales, eso es nuestro trabajo.
El declinó un poco el comentario y se acomodo en la silla.
—Relajate Ingrid... No va a pasar nada si llegamos una hora tarde.
—Si, pero...
Interrumpió poniendo su atención en ella-Ademas, no es algo por lo cuál nos despidan... Aquí todo los hacen, incluso León y yo llegábamos 4 horas tardé.
—¡Tu qué!
—¡Ah!... Olvidado.
Cruzó sus brazos y se sentó nuevamente en la silla, Ark levantó su pulgar aceptando su decisión.
...
Mientras Hunnigan seguía haciendo algunos trabajos incompletos en su laptop, Ark por su parte jugaba en su teléfono totalmente ajeno al poco ruido que había en el lugar.
En medio de todo eso, Ella hacia miradas fugaces y cortas, En nigún momento había olvidado la petición que quería hacerte... Pero más allá de eso, La mujer se preguntaba ¿Porque rayos esta con él?
—Oye Ark...—Dijo tibiamente.
El parecío prestar atención y dejar a un lado su teléfono.
—¿Que pasa?
Ella lentamente abrió su boca para hablar, sin embargo, las palabras no le salían, miró hacia un lado para disimular la pausa que había tenido.
Trago saliva y le resultaba sumamente difícil decir esas palabras:.
—Compre...
Ark alzó sus cejas confundido.
—¿Compraste?
—... Compré un par de boletos para una obra de teatro,... Y me, preguntaba si...—Nuevamente trago saliva—¿Te gustaría acompañarme?
—Si estás ocupado lo entiendere.
El agente Thompson se había bastante sorprendido, el hecho de que Ingrid dijera algo así no era ni cerca de su estilo o al parecido.
—¿Cuando es?
Rápidamente ella respondió diciendo que era el sábado en la noche.
El parecío asentir levemente, mientras tocaba su barbilla... Casi como tratara de jugar con la tensión del momento.
—Si, porque no—Comento mientras levantaba su pulgar.
La mujer sonrió y sintió un gran alivio, sobre todo porque ella había menguado cualquier acercamiento que Ark había hecho hacia su persona las últimas semanas,... Quizás hasta le cortó las alas por así decirlo, pero con ésto... Parecía lo contrario.
—Sera mejor que vallamos al trabajo—Exclamo levantandose, Ingrid le siguió tomando su bolso.
Caminaron juntos a la salida, Ella le miró de reojo, Ark se había callado... Estaba más serio de lo normal y eso era extraño.
¿Acaso lo asusté?, Se Preguntó la mujer tosiendo para romper un poco el hielo que se había formado entre los dos.
Casi como si nada hubiera pasado, El castaño volvió a su típica forma de ser y comenzó a no callarse.
Ingrid sonrió, ya que Ark volvía a ser el mismo de siempre y al parecer su propuesta fue bien recibida.