Harry Potter: Una Oscuridad A...

By NorthernL91

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Daphne Greengrass lo tenía todo en la vida. Estatus, amigos influyentes y una insaciable ambición. Y cuando t... More

Verdaderos Rostros (Versión 01)
El Heredero Potter: Parte I
EL Heredero Potter: Parte II
Alianzas Peligrosas
Normalidad Cambiada
Sueños y Voces
La Primera Prueba
Repercusiones y Uniones
Una noche llena de cambios y enigmas
Cicatrices del pasado, dolor del presente.
01 - Cazando Relámpagos.
02 - El Verdadero Rostro Oculto Tras La Leyenda

Las Chicas Aman Los Bailes.

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By NorthernL91

Esta es una obra de fanfiction, que utiliza personajes del mundo de Harry Potter, una marca registrada de J.K. Rowling

No reclamó ninguna propiedad sobre ellos o el mundo del que se habla.

Harry Potter © J.K. Rowling. Todos los derechos.

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HARRY POTTER

UNA OSCURIDAD ASCENDENTE

11 •

Las Chicas Aman Los Bailes.

Ж

["La donna è mobile

(La mujer es cambiante)

qual piuma al vento

(cual pluma al viento)

muta d'accento

(cambia de palabra)

e di pensiero~"

(y de pensamiento).]

Fragmento de la 'La donna è mobile' | Aria de la ópera 'Rigoletto' de Giuseppe Verdi

Ж

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CORAZÓN DE BRUJA

HARRY POTTER:

EL NIÑO QUE VIVE... ¿EL AMOR?

Por Rita Skeeter.

• • •

¡Paren las prensas!, La dicha juvenil ha invadido al colegio de Hogwarts. El amor ha encontrado al soltero adolescente más codiciado del momento, al defensor de los inocentes, protector de los débiles y sobre todo buen chico: Harry Potter.

Y me temo que voy a tener que romper las ilusiones de miles de adolescentes y una que otra madura adinerada de buen ver, pero el "Niño Que Vivió" se ha convertido en el "Joven Que Se Comprometió". Si señoras,como lo están leyendo, nuestro chico favorito por fin ha encontrado el bello regalo del amor en su vida de sufrimientos y ahora... ¡está comprometido!

Como ustedes sabrán en este espacio estuvimos especulando hace poco sobre si nuestro héroe nacional podría ser capaz de encontrar la felicidad con alguna chica de Hogwarts después de los desagradables sucesos que vivió recientemente por culpa de sus antiguos amigos. Muchos nombres salieron a relucir en las investigaciones, desde excompañeras de Quidditch y casa como Katie Bell —aparentemente la única en Gryffindor que no le dio la espalda a nuestro joven Harry y de la cual se especula fue privada de poder apoyarlo abiertamente por miembros deshonestos de la casa—, hasta nuevas amistades como Morag MacDougal o Padma Patil —con quien se ha visto relacionado recientemente en su nueva casa en Hogwarts (Pág. 5 para más información sobre la primera reordenación de un estudiante de Hogwarts en más de un siglo). Pero siempre hubo dos nombres que encabezaron la extensa lista de mujeres que podrían ganar el corazón de nuestro amado Harry: Tracey Davis y Daphne Greengrass.

Tracey Davis —hija de la prometedora pocionera Morgan Davis, la actual Jefa del Departamento de Desarrollo de la «Compañía de Pociones Linfred of S.» (que los rumoren claman es propiedad de la familia Potter), y del entusiasta y aclamado investigador mágico Robert Davis— como recordarán, fue la chica que se abrió paso ante la tristeza y el dolor de Harry para brindarle una mano de amistad sincera y cobijarlo en su momento difícil cuando fue traicionado por casi todos los miembros de su casa. Linda y alegre, dotada de una gran inteligencia haciéndola merecedora del 3° puesto en la tabla de posiciones global de su grado y postulándose como potencial candidata para ganar el premio Vindictus Viridian en su 6° año. Un premio creado como homenaje póstumo al célebre pocionero y director de Hogwarts para reconocer a las jóvenes promesas del colegio en la área de pociones. Desde su creación en 1703 solo 8 personas han recibido este galardón: Arsenius Jigger, Laverne de Montmorency, Sacharissa Tugwood, Hesper Starkey, Horace E. F. Slughorn, Morgan Davis y Severus Snape (Pág. 5 para más información sobre la vida y logros de los pocioneros acreedores al premio Vindictus Viridian).

De ser así, Tracey sería el 9° miembro de este selecto grupo, y junto a su propia madre y actual profesor de pociones se codearía entre grandes celebridades reconocidas del mundo de los calderos. No dudamos que su nombre ya estuviera rondando entre los miembros de la Rimbombante Sociedad de Amigos de las Pociones como posible nueva adquisición.

Por otro lado, tenemos a Daphne Greengrass —hija del líder del «Gremio de Exportación Internacional Greengrass» y político clave del bloque neutral: Cyrus Greengrass—, una chica de gran belleza y de porte distinguido, heredera de una de las Casas Ancestrales y Nobles más reconocidas de nuestra sociedad. Pero Daphne no es solo una cara bonita, tal vez no destaque como su mejor amiga en lo académico, pero Daphne es una prodigio de alto calibre con multiples talentos. Ha conseguido 3 titulos de campeona nacional de equitación de Granian; innumerables premios internacionales de piano y violín desde los 4 años, sabe hablar 7 idiomas, y a todo eso se le suma sus altas aptitudes como negociante y emprendedora, ya que a la corta edad de 9 años obtuvo el reconocimiento de la Compañía Mágica Británica de Comercio de las Indias Orientales por ser la directora lider en las negociaciones para la exportación de hierbas exóticas desde Tailandia, un acuerdo que en más de 100 años se había visto obstruido por diversas causas. (Pág. 6 para saber sobre el tratado de exportación de hierbas entre la CMBCIO y Tailandia, y el trabajo de Daphne como representante del Gremio Greengrass en esa operación)

Ambas chicas eran las mejores candidatas para ser la compañera de andanzas de nuestro flamante caballero de la cicatriz en forma de rayo. Pero ahora podemos declarar que Daphne Greengrass es quien se ha llevado la victoria y el premio. Según fuente fidedignas, nuestra nueva pareja de oro se han unido en un acuerdo matrimonial bajo contrato entre ambas casas, poniendo un aliado poderoso tanto para los Potter como los Greengrass. Una noticia que sacudió el mundo mágico y trajo lágrimas en más de una adolescente que esperaba que su cuento de hadas con Harry Potter se volviera realidad.

Y si creían que este resultado terminaría fracturando la amistad de años que tienen ambas chicas, bueno déjenme decirles que están equivocados:

"Estoy muy feliz por Harry y Daphne —dijo Tracey Davis sonriente—. En verdad mucha gente creía que nosotras estábamos compitiendo por ganarnos su cariño, pero eso estaba lejos de la realidad, nosotras nunca vino a Harry como un premio por el cual luchar. Harry ha sufrido muchísimo, así que nuestra única prioridad fue ser simplemente sus amigas. Ambos son mis mejores amigos y ahora que están juntos estoy tan emocionada por ellos que ya estoy organizando su boda —ríe divertida—. Enserio no hay mala fe de mi parte en esto, a los dos los quiero muchísimo y estoy feliz de que las cosas sean así."

Y aquí lo tienen, la verdadera amistad triunfa junto al amor. Muchas en el mundo deberían ser como nuestra querida Tracey, si fuera por mi yo nombraría su cumpleaños como día nacional de la amistad.

Y volviendo a los tortolitos. La familia de la flamante novia no ha decidido pronunciarse hacia el momento, pero una voz anónima que labora en los altos mando del Gremio de Exportación Internacional Greengrass nos ha revelado que Lord Cyrus y su esposa estan felices y complacidos con la elección de su hija como pretendiente y lo apoyan con todo gusto. Unos padres orgullosos, que ven cómo su pequeña ha encontrado el amor.

Desde Corazón de Bruja les mandamos felicitaciones a la feliz pareja, deseándole las mejores de las suertes y bendiciones en su nueva etapa.Sabemos a ciencia cierta que en estos momentos los felices novios deben estar mirándose a los ojos y pronunciando palabras románticas repletas de amor.

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21 de diciembre de 1994

Hogwarts

Sala de los Menesteres.

¡DEPULSO!

¡CRASH!

Por enésima vez Harry tuvo que lanzarse hacia un lado para evitar que un jarrón impactara contra su cabeza.

—¡Maldita sea Daphne deja de lanzarme cosas! —exigió enojado el chico, cubriéndose con ambas manos—. ¡¿Qué demonios te hice?¡

La iracunda prometida ignoro el alegato, volviendo a agitar su varita y lanzando otro jarrón en dirección a Harry el cual tuvo que esquivar nuevamente. Las mejillas de Daphne estaban coloreadas de rojo y su rostro había adquirido un ligero tono morado que daba pavor, su largo cabello azabache del cual se enorgullece de siempre mantener inmaculado se encontraba totalmente arruinado con negros mechones cayendo por su rostro y hombros. Sus ojos violetas estaban desencajados resplandeciendo de locura y rabia dirigida al Niño Que Vivió que solo evadía los proyectiles arrojados.

—¡NO TE ESCONDAS Y ENFRENTA TU DESTINO COMO HOMBRE, POTTER! —bramó furiosa arrojando un banco de madera que había aparecido de la nada; para mala suerte de Harry, se encontraban en la Sala de los Menesteres, en este lugar Daphne solo ocupaba pensar en que más quería arrojarle y listo, prácticamente tenía munición infinita.

—¡¿QUÉ DEMONIOS TE HICE?! —volvió a preguntar desesperado.

—¡Nosotros nos vamos! —anuncio lentamente Tracey señalando la salida. Theo, Blaise, Luna y Morag que estaban detrás de ella asintieron con distintos niveles de terror grabados en su rostro.

—¡Yo voy con ustedes... !

—¡TU NO VAS A NINGUN LADO! ¡Accio Harry Potter!

Un grito ligeramente femenino fue lo último que escucharon cuando salieron disparados por la puerta de la habitación con el corazón latiendo a mil por hora.

—¡Dulce madre de Dios! —exclamó la castaña de gafas cuando todos estuvieron lo suficientemente alejados del pasillo—. ¡Creí que no saldríamos con vida!

—Tal vez deberías quedarte... —jadeo—, Trace... —le dijo Theo—, como la mejor amiga de ambos, tú podrías tratar de calmar las aguas.

—¿¡Acaso no viste a esa perra!? —replicó elevando la voz y señalando la pared por donde habían venido. Estaba sudando como si hubiera corrido una maratón completa—. ¡Necesitas poner medio mundo de distancia entre tú y una persona así!

—Pero, ¿qué demonios la puso de ese humor de hipogrifo? —exigió Blaise agitado, tenía ganas de vomitar— De repente teníamos a una Greengrass tranquila abrazada con Potter y de la nada entro en modo sauce boxeador genocida.

—¡No tengo la menor idea! —gimió Morag, su pecho subía y bajaba por la adrenalina del escape—. Nott habló de cómo le pidió a Loony ir al baile —mirando los rostros agitados de sus compañeros—; luego les conté sobre algunas invitaciones interesantes que habían ocurrido en los dos viajes a Hogsmeade y de la nada se levantó maldiciendo y lanzó a Harry hacia la pared — realmente había sido una experiencia bastante aterradora—. ¿Ella es así siempre? —les pregunto.

—No. En sí es una maldita bruja amargada, fría y malhumorada —contestó Theo—. ¡Auch! —recibió un zape en la cabeza por parte de Tracey—. Pero siempre ha mantenido sus emociones para sí misma, algo que debió haber hecho Harry debió haberla cabreado demasiado.

Pero nadie podía ver que era lo que la había hecho enojar de esa manera. Ambos estaban acurrucados el uno al otro en un sillón, con Daphne descansando su cabeza en el hombro de Harry y él no había pronunciado ni una sola palabra antes que el infierno se desatará.

—Como sea es problema de Potter, así que yo prefiero estar lo más lejos posible de aquí antes que decida ir por más víctimas —pronunció Theo señalando las escaleras y comenzando a caminar hacia ellas.

—Eso tienes razón —le siguió Blaise—. Hay mejores cosas que hacer.

—Yo debo ir con Babbling a que me dé la calificación por mi proyecto de runas —anuncio Tracey sacando una varita de regaliz de su bolsillo trasero.

Desde que había despertado de su cautiverio, había encontrado que uno de los nuevos cambios que tenía su personalidad era una debilidad por el azúcar, sobre todo sentía una profunda adicción por los dulces que no podía estar tranquila si no tenía uno en su boca. Afortunadamente eran dulces y no otra cosa, ella era una niña pura, inocente y casta que solo le pertenecía a una sola pareja: Harry y Daphne. Se juró así misma que les sería fiel en la salud y en la inestabilidad mental.

—Mi proyecto: "Un reproductor personal muggle que es alimentado por runas mágicas dándole batería infinita" —anuncio moviendo las manos como si pudiera mostrar el texto en el aire con una sonrisa. Realmente se sentía orgullosa de haber logrado cumplir el sueño de Harry a la par que entregaba un proyecto donde involucra el uso de runas mágicas, algo que solo los alumnos de 6 año podían lograr—. Si esa mujer no me da un Extraordinario por eso, es más que obvio que Patil y Granger se turnan para comerle el coño y así quedarse con los primeros lugares —dijo desdeñosa jugando con el dulce en su boca.

—Qué espléndida imagen acabas de darme —murmuró Theo mirando hacia la nada con una sonrisa pervertida.

—¡Padma nunca se rebajaría a eso! —defendió Morag con prontitud dándole una mirada rápida de asco al chico Nott, aunque por alguna razón la imagen no era del todo desagradable para ella ahora que lo pensaba—. De Granger no me extrañaría, ¿has escuchado los rumores de que intenta seducir al guapo mesero de las Tres Escobas y deshacerse de Weasley?

—No la culparía en realidad —fue la respuesta sincera de Tracey sacado el dulce de su boca y señalando a Morag—. Si nos ponemos a hacer la comparación, de un lado tenemos a Weasley, desgarbado, inculto y pobre; y del otro al atlético, bronceado y con barba de tres días mesero, es claro que tenemos a un ganador —admitió. Aún si ella amaba a Harry, no podía negar la verdad y ese chico era un bombón traído del olimpo. "¡Dios bendiga América!", fue lo que pensó—. En realidad, no me sorprendería que él y Rosmerta tengan una aventura idílica en esa taberna —lamió sugestivamente la varita de regaliz y la volvió a poner en su boca dándole una mirada socarrona a Morag que tembló ante el acto—. ¿Puedes imaginarlo?, ella se pone en la barra y levanta el trasero, mientras él ataca por la parte de atrás tomado sus caderas firmemente, ¡mete y saca, mete y saca! —haciendo movimientos pélvicos para ilustrar más claro.

—¡Eres muy gráfica! —chilló colorada Morag. La Ravenclaw se autodenominaba como atrevida pero no a ese nivel tan explícito que tenía Davis—¡Tal vez eres peor que Nott! —lo acuso con una mirada significativa.

—¡Oye! —repuso ofendido el mencionado—Yo soy un cerdo decente, no un puerco —se defendió levantando la nariz.

Afortunadamente para la decencia de Morag, la demostración explícita de Tracey no tuvo testigos o se hubiera muerto de la vergüenza de estar rodeada de pervertidos como Davis y Nott. No era para nada extraño que los pasillos se encontrarán totalmente vacíos y que fueran pocas las almas que se encontraran en su camino, el trimestre había terminado la semana pasada y hoy era el día en que los alumnos podían optar por regresar a casa si no deseaban quedarse en Hogwarts para la fiesta de Navidad.

—Como sea —desestimó Tracey, maldiciendo a estos malditos mojigatos que no sabían de lo bueno de la libre expresión erótica—. Solo sé que estoy a un paso de derrotar a Granger y Patil y quedarme con el puesto número 1 de este año de una vez por todas y Babbling no me lo va a arruinar —sentenció frunciendo el ceño. O les demostraría a esa zorras creídas que sus tronos imaginarios no eran inalcanzables y además que Harry estaría tan impresionado de ella que le concedería cualquier cosa que le pidiera, ¡premio doble!—. Y eso me recuerda —ahora que pensaba en Harry vino a su memoria otro asunto que lo involucra—, también debo ver a la profesora porque le prometí a Harry recoger sus resultados de su examen de recuperación.

Cuando Harry recibió su reordenación, sucedió que debía que revalidar sus materias optativas, ya que estas no figuraban en su nuevo horario de clases. Debido a una laguna legal en las reglas del colegio, Harry podía descartar y/o tomar nuevas optativas con la única condición de que presentara un examen de recuperación abarcando todo lo del tercer año y después tomaría otro con lo que habían visto en el cuarto año hasta ese momento. De esa manera Harry había abandonado Adivinación y se había matriculado en Estudio de Runas Antiguas, y si todo iba bien para él, regresando de las vacaciones de pascua se integraría a su curso con el resto.

—Oigan —interrumpió Luna de repente—. ¿No deberíamos preocuparnos de que Daphne pueda matar a Harry Potter? —pregunto, mirando hacia atrás con sus grandes ojos saltones. Luna tenía la extraña costumbre de llamar a Harry, «Harry Potter», incluyendo siempre su apellido, algo que solo hacía con él—. Tal vez deberíamos volver.

—Mmm... ¡nah! —dijo Theo con un rostro despreocupado—. Lo siento por él, pero me dan igual los demás cuando es mi vida la que corre peligro.

—Tranquila Loony —dijo solemne Morag, poniendo una mano en su hombro—. Solo tienes que decir: "Harry, yo viviré por ti. Me asegurare que tu alma descanse en paz y llegue al cielo" y todo estará bien.

—Ustedes son terribles como amigos —acusó Luna, pero aun así siguió caminando sin volver a mirar atrás.

—¡Oye!, Hay que agradecer que salimos vivos de ahí —se defendió Blaise con un rostro amargo.

—Agradecida con el de arriba —dijo Tracey besando sus dedos índices y señalando al cielo con ambas manos.

Desde hace días sus compañeros habían encontrado bastante curioso que la castaña de coletas comenzará a usar frases nuevas y extrañas, al igual que su personalidad regreso a ser a como era antes y no esa loca mujer que humilló Malfoy con una sonrisa en los labios. Pero Tracey en sí ya era extraña, así que no lo dieron mucha importancia.

—Me doy cuenta que su grupo es bastante animado —rio Morag caminando junto a ellos.

En un principio, Morag se sintió algo extraña al estar rodeada de los Slytherin. En primera porque era algo nuevo para ella y segunda porque tenía algunos prejuicios arraigados que fueron difíciles de deshacerse; no confiaba en ellos y creía que en cualquier momento mostrarían su verdadera cara. Pero con el pasar del tiempo comenzó a sentirse a gusto a su alrededor, inclusive sin necesitar que Padma o Harry estuvieran presentes para tranquilizarla.

Realmente no eran como ella los había imaginado.

Nott era gracioso y sarcástico, aunque sus comentarios pervertidos podían llegar a ser bastantes groseros que te daban ganas de pegarle un puñetazo en la cara, podías tolerarlo cuando comenzabas a conocerlo y a eso también le agregamos ese aire de caballero refinado que era agradable de escuchar. Además, que era divertido verlo discutir con Greengrass, los dos parecían estar sobre el cuello del otro a cada rato.

Hablando de Greengrass. No era la perra fría que la Ravenclaw hubiera creído... bueno, si lo era, pero no al grado que ella lo hubiera imaginado; era verdad que era algo arrogante y bastante esnob, pero podrías tener una conversación civilizada con ella como con cualquier otra chica. Su experiencia en temas de sociedad elitista, comercio y moda eran bastante sobresalientes que te hacen admirarla. Puede que ambas no fueran cercanas, pero Morag había visto como Padma podía hablar con ella por largo tiempo y parecer realmente entretenida, algo que ella misma nunca había conseguido en sus 4 años de amistad; eso la hizo sentir celosa, pero también feliz por su mejor amiga, si Greengrass podría ayudar a Padma a salir de su cascarón, Morag no reprocharía nada y lo aceptaría con gusto.

Del resto de los Slytherin encontró que la que mejor le caía era Tracey. Ella era divertida, jovial, bastante pendenciera y no tenía filtro a la hora de hablar. Si no supieras que era una serpiente, jamás la hubieran asociado con una. Ella y Lovegood habían hecho una especie de asociación donde Tracey había tomado bajo su ala a la joven Ravenclaw, algo que había provocado que Loony fuera más abierta con sus comentarios que hacía sobre los demás, aun si resultaban algo insolentes. En un principio Morag sintió pánico sobre eso, se había encariñado con la niña de tercer año desde que comenzaron a hablar y sentía que esa nueva actitud que estaba adquiriendo podría causarle problemas.

Pero tuvo que respirar tranquila cuando vio que Tracey estaba allí para cubrirle las espaldas. ¡Dulce Merlín!, la Slytherin tenía una vena bastante viciosa a la hora de vengarse de alguien que molestaba a su amiga. Como a ese gorila de Goyle, que se atrevió a golpear a Luna en la cara, dejándole un ojo morado. Lo que Tracey le hizo... ¡Wow... !, el idiota debería estar agradecido que aún pudiera considerarse como un hombre; aunque según escuchó, el señor Goyle tendría que tener otro hijo si quería que su línea no se extinguiera. Afortunadamente para ellos, el trabajo de Tracey no dejó pistas para que los maestros la culparán del "accidente". Aun si Malfoy hizo su escándalo, su papi no podía hacer nada ante la protección que tenía Tracey de Nott y Greengrass.

—Somos bastante animados «bella signorina» [Bella señorita] —le sonrió Blaise—. Pero también bastantes peligrosos.

Morag levantó una ceja y sonrió con un toque de picardía.

—¿Así?

Blaise Zabini era otro que le caía muy bien a la castaña rojiza de Ravenclaw, era quizás el chico con quien mejor se había llevado en toda su vida. Rápidamente sus ingenios atrevidos (no tanto como los de Tracey, ella se llevaba las palmas en esa área) congeniaron con facilidad formando una amistad. Para Morag era bastante entrañable que el intentará coquetearle de forma descarada con su falso acento italiano (porque él había nacido y crecido en Gales, al igual que ella) y tratara de aparentar ser el chico malo e interesante cuando ambos hablaban.

—Así es —insistió el chico de color—. Es bien sabido que las serpientes somos depredadores «molto pericoloso» [Muy peligrosos].

—¡Que miedo! —Morag hizo un dramático y falso gesto de miedo poniendo sus manos alrededor de su rostro—. ¿Que podría hacer una inocente águila como yo ante una situación tan terrorífica?

Theo que caminaba delante de ellos volteo a verlos sobre su hombro y levantó una ceja. ¿Cuándo fue el momento en que esos dos se volvieron tan cercanos?

—O quizás... —una sonrisa traviesa atravesó el rostro de Morag—. Tú no sabes cuan realmente pueden ser peligrosas las águilas —levantó un dedo hacia el—. Dime Blaise, ¿sabes algo sobre las águilas?

Blaise parpadeo confundido, ¿a qué venía este cambio tan raro?.

—Por lo que veo no mucho —volvió a decir la chica del cabello castaño rojizo.

Ok. Esto es muy raro, que incluso Tracey desvió su mirada hacia la castaña rojiza esperando ver a dónde quería llegar con su punto.

Blaise frunció el ceño y miró a Theo en busca de alguna pista, pero este solo encogió los hombros con un dejo confundido

—Pues tienen plumas y vuelan ¿no? —dijo dubitativo—. ¿Qué quieres llegar con eso?

Pero no fue Morag la que contesto la pregunta. La voz soñadora de Luna se abrió paso al llamar la atención de todos.

—Águila es el nombre dado a las mayores aves depredadoras. Son miembros de las aves de presa, del orden de Accipitriformes —sacó su varita y con movimientos sencillos conjuro la imagen de una águila volando por los cielos—. El águila ha constituido el símbolo de la majestad, el poder y la victoria a lo largo de la historia. Cazan desde el aire, y para conseguirlo están equipadas con las armas típicas de su familia: fuertes patas terminadas en garras bien desarrolladas, pico ganchudo, gran fuerza y velocidad, y una potente vista capaz de localizar la presa a cientos de metros de distancia.

—Ósea, ¿la lección de zoología trataba de decir...? —arrastró las palabras Tracey mirando a Morag y jugando con su dulce.

—Las presas de las águilas son de todos los tamaños y formas: ratones, conejos, liebres, marmotas, zorros... —dijo sugerente mientras su sonrisa se ensanchaba y sus ojos adquirieron un brillo hambriento—, y serpientes.

Un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo de los dos varones Slytherin ante las palabras.

—No nos subestimen —susurró dando un toque a la nariz de Blaise con su dedo índice—. Una águila es una ave de presa, y estas no dudaran de devorar a las serpientes inofensivas si le dan la oportunidad —y siguió su camino.

El silencio cubrió el pasillo del séptimo piso ante la declaración de la chica. Blaise parpadeo un par de veces para luego volver a ver a su amigo, buscando alguna respuesta, pero este estaba mirando a Luna fijamente. La rubia le hizo gestos con la mano imitando las garras de un águila y ponía un rostro fiero que resultaba bastante adorable.

—Ok —hablo Theo sin pensarlo—. ¿Está mal decir que se me movió un poco allá abajo?

—¡Ahhhhh!

—¡Ya va a empezar con sus cosas!

—¡Eres un cerdo!

—¡Estoy segura que sus parafilias son producto de los torposoplos!

El resto de los chicos siguieron su camino bajando las escaleras, murmurando cosas sobre lo molesto y pervertido que era, y escuchando las excusas poco ingeniosas del chico de pelo de paja.

—Por lo que veo ustedes se llevan muy bien —dijo Tracey después de rato mirando a Morag con una sonrisa maliciosa.

—Pues debemos hacerlo —contestó la chica sonriendo igual y dándole un vistazo sobre el hombro a Blaise—. Al final de cuentas si vamos a ser cita en el baile de Navidad tenemos que llevarnos bien, ¿verdad?

Blaise trago saliva y comenzó a sudar balas. No le había contado a Tracey sobre qué había decidido ir con Morag al baile.

—Míralo, quien lo viera —dijo Tracey arrastrando las palabras y dándole una mirada al chico de color.

Habían entrado a otro pasillo, ahora en el piso 4 que estaba casi desértico de no ser por los pocos transeúntes de diferentes casa que se apartaban de su camino con rostros confundidos, ¿desde cuándo los Slytherin y los Ravenclaw se llevaban tan bien?

—Este... mira Tracey —comenzó nervioso Blaise sin atreverse a mirarla a los ojos—. Bueno como verás tú no me confirmaste si iríamos juntos, así que acepte la invitación de Morag —y guardó silencio mirando al suelo.

—¿Y cuando sucedió esto? —le pregunto Tracey lentamente.

—Hace dos semanas, en el primer viaje de Hogsmeade después del anuncio del baile —la que contestó fue Morag y miró a Blaise con un ceño fruncido—. Así que ya habías quedado con alguien ¿eh?

—Interesante —dijo la castaña de Slytherin con frialdad—. El mismo día que me pediste a mi ir al baile. Vaya, vaya Blaise, no pierdes el tiempo —y mirando a Morag agregó—. ¿No te parece eso curioso?

—¿Soy yo o esto se puso frío de repente? —notó Theo mirando hacia el techo.

Mientras se detuvieron a mitad del pasillo desértico, todos dijeron adiós al ambiente cálido y jovial y le dieron la bienvenida al viento ártico de la incomodad. Blaise comenzó a sudar con nerviosismo, se sentía tan asfixiado que se jalo el cuello de su suéter buscando respirar el aire que le hacía falta con urgencia.

Pero toda la tensión se rompió cuando de repente las dos chicas no pudieron más y comenzaron a reír a carcajadas ante la mirada aturdida del chico de color.

—¡Jajaja, deberías ver tu cara! —se burló Tracey tomándose los costados de su vientre, le dolía tanto el estómago y las costillas por reír. Su dulce a medio acabar se resbaló de su boca y cayó al piso.

—Solo te estamos tomando el pelo Blaise —dijo Morag poniendo una mano sobre su boca para reprimir su risa.

Después de un par de segundos las chicas pudieron controlarse lo suficiente para explicar la situación.

—La verdad es que fui yo quien le sugirió a Morag que te invitará al baile —reveló guiñando un ojo.

El chico parpadeó un par de veces mientras la información se procesaba en su cabeza y después miró a la Ravenclaw con el ceño fruncido.

—Espera —le dijo con tono acusatorio, cruzando los brazos—. ¿No fue tu idea invitarme al baile en primer lugar?

—La verdad es que la idea nunca hubiera pasado por mi cabeza de no haber sido por Tracey —confesó con una sonrisa de disculpa—. Pero vamos, todo salió bien ¿no? —poniendo una mano sobre uno de sus brazos tratando de calmar su creciente enojo—. La pasaremos bien, lo prometo.

—¿Cómo se sintió eso casanova? —se burló Tracey.

—Viejo —hablo Theo riendo—, Tracey tenía razón, debiste haber visto tu cara —le dijo señalándole sin poder contener las risas.

Incluso Luna estaba hilarante, estaba a gatas golpeando el suelo con su puño exageradamente mientras reía a carcajadas.

—No fue tan gracioso —masculló Blaise con las mejillas coloradas—. He visto mejores bromas —tratando de no darle importancia a lo que acababa de suceder.

—Por cierto, Trace —Theo había caído en cuenta de lo que la castaña había dicho—. Si no iras con Blaise, ¿Qué piensas hacer? ¿Ya tienes otra persona con quien asistir?

Esto atrajo la atención tanto de Blaise como de Morag, sonaba que podría ser un jugoso chisme lo que se estaba cocinando y una probable revancha por la broma para el moreno.

—Lo siento galán pero no es así. No planeo presentarme al baile de navidad —le contó—. De hecho, no planeo estar en el castillo, hoy me regreso a casa con el resto que no se quedarán para navidad en Hogwarts.

—¡Espera... ¿qué?! —exclamaron Blaise y Morag escandalizados. ¿Quién demonios no quisiera asistir al baile de navidad?, ¡Era el evento del año!

La chica Davis sonrió mientras sacaba otra varita de regaliz de sus pantalones y encaraba a sus amigos.

—Mis padres harán un viaje a Grecia para Yule —explico, poniendo la nueva varita en su boca—. Sus investigaciones están en un punto culminante y ambos suponen que el conocimiento de los antiguos hechiceros de la región podría ayudarles en sus proyectos. Así que ambos consiguieron el permiso del Ministerio griego para hacer una expedición en los yacimientos arcanos que se encuentran restringidos para el resto del mundo.

—¿Grecia? — se extrañó Theo, mirándola sin comprender.

Tracey solo asintió.

—¿Y eso que? —espeto Blaise sin entender moviendo la mano de un lado al otro—. Que ellos se vayan y tú te quedas aquí para el baile.

—¿No escuchaste?, son yacimientos arcanos — le espetó, dándole una mirada a Blaise como si hubiera dicho una estupidez—. Esta es una oportunidad única en la vida —reiteró—. En Grecia hay gran cantidad de información sobre runas y magia antigua que me seria de mucha ayuda para mis estudios y... algunas otras cosas —dando una mirada significativa a Theo y Blaise que comprendieron.

Aún no habían hablado sobre sus planes con el nuevo trío de Ravenclaw, tanto Daphne como Harry creían que no era tiempo para confiar algo así

—Así que no puedo desperdiciar esta oportunidad, les aseguro que es importante y será beneficioso para todos más que un tonto baile.

Además, ella tenía otro motivo para ir a Grecia, una vieja leyenda sobre un sitio mágico que podría ser la clave para ayudarla a deshacerse de su molestó otro yo de una vez por todas.

—Bueno si así tú lo decides Tracey está bien —aprobó Theo haciendo un ademán con la mano de que no tenía importancia—. Al final, como dices el baile no es un asunto tan importante, y si tu viaje es más productivo, que sea bienvenido.

—Al parecer los Slytherin solo viven para sus ambiciones que no conocen la diversión —resoplo Morag con broma.

—No todo en la vida es hacer ver a tu Blaise como un tonto, querida —le contestó Tracey con una sonrisa traviesa.

—¡No fue una buena broma! —gruño Blaise apretando los puños y mirando a Tracey con el ceño fruncido. Aunque su resolución solo duró un par de segundo antes de sucumbir a su propio humor y junto al resto de sus amigos llenando el pasillo de risas nuevamente.

—Pfff —escupió con burla Tracey—. Eso ni siquiera se acercaba a una buena broma ¿no lo crees pequeña Luna? —su atención pasó a la pequeña niña.

—Acaso... —dijo emocionada Luna metiendo su mano en un bolso de tela de color magenta que llevaba con ella—. ¡¿Alguien dijo broma?! —lanzando al aire confeti que sacó de su bolso.

Los tres adolescentes restantes pararon de reír y miraron a ambas chicas con gestos de incómoda confusión. Blaise fue el primero en hablar y expresó una opinión que los otros dos compartían de cierta forma:

—Por alguna extraña razón siento que algo ridículo y patético está a punto de suceder.

—Nada de eso mi amigo oscuro como la misma madrugada —le dijo Tracey caminando y poniéndose al lado de Luna.

Por su parte Blaise fue detenido por Theo para que no le lanzará un maleficio a la chica castaña por su comentario hacia su tono de piel.

—Verán —sonrió extendiendo sus manos —. Están a punto de conocer el comienzo de una sociedad que hará historia en Hogwarts —anunció con emoción—. ¡Redoble de tambores por favor!

Luna movió su varita y el retumbar de tambores invisibles se escuchó por él todos lados. Tracey movió su varita y murmurando unas palabras, materializó en el aire un símbolo. Brillando de color rojo neón, había dos formas caricaturescas de un zorro y un conejo con pelucas, labios y pestañas, ambos hacían el símbolo de la paz con ambas manos y flaqueaban a la izquierda y derecha de tres letras con trazos elegantes. Las tres letras eras «TLC».

—¿Quizás se preguntarán que es TLC? —les dijo Tracey.

—La verdad es que no —dijo secamente Morag—. Pero como sé que no estarás tranquila y nos dejarás en paz hasta que lo logremos descifrar... mmmm —poniendo su mano en su barbilla y viendo la imagen con mucho detenimiento—... podría ser ¿Tratado de Libre Comercio? —intento.

—¿Tables, Ladders & Chairs? —aportó Theo arqueando una ceja.

—Nop —Tracey sacudió su dulce en forma negativa antes de ponerlo en su boca y cruzó los brazos—. Aunque a decir verdad no tenemos una idea clara de lo que significa realmente, así que podría interpretar muchas cosas —sonrió con vergüenza—. Pero hasta el momento tenemos opciones como: The Loud Chicks (Las chicas ruidosas), The Lucky Cheaters (Las tramposas suertudas) Tracey & Loony Comedy (La comedia de Tracey y Loony).

—¡Las propuestas están en inglés porque nosotras somos inglesas y hablamos inglés! —chilló Luna emocionada.

Todos parpadearon un par de veces sin tener idea de lo que trataba de decir con eso último. Theo agitó su cabeza un par de veces para sacar su mente de la confusión que sentía

—Tracey. Ve al grano y ahorramos el martirio de seguir siendo partícipes de esta demostración de comedia barata, por favor.

—Qué bueno que mencionas la palabra comedia mi asqueroso y precoz compañero de pene pequeño —comenzó Tracey después de hacer desaparecer el símbolo. Por su parte Theo estaba haciendo un esfuerzo monumental por no cerrarle la boca a la castaña con un maleficio—. Ahora que los gemelos Weasley se han separado, el castillo se ha convertido en un sitio sin ninguna fuente de diversión —e hizo un puchero y fingió estar llorando—. Pobres alumnos, ¿Quién podrá rescatarlos de la aburrida tranquilidad en la que están sumidos sin bromistas al mando? —y luego volvió a sonreír, esta vez con una sonrisa maligna—. Es por eso que Loony y yo hemos decidido hacernos cargo del trabajo. Este castillo ocupa un nuevo régimen de bromas y nosotras seremos sus reinas.

—¡Los viejos reyes han muerto, larga vida a las nuevas reinas! —grito Luna levantando las manos y mirando hacia el techo.

El silencio volvió a reinar por unos segundo antes de ser roto por Morag, que comenzó a reír por la escena de ver a Loony tan entrada en el papel. Luna lucia tan adorable a su manera tan rara de ser.

—Ja, ja, ja —rio mientras se limpiaba un lágrima que escapó de la comisura de sus ojos—. Se ve que estas muy comprometida —le dijo a su compañera de casa

—¡Claro! —dijo animadamente mientras hurgaba en su bolsa de mano—. Me preparé para la ocasión, fui a Zonko y compré un par de cosas que nos servirán.

Del bolso salieron un par de gafas y una caja pequeña que Luna se ató por el cuello. La gafas eran de bromista muggles de la vieja escuela, las clásicas con el pequeño bigote, una nariz grande y cejas pobladas.

—Genial ¿no?, ¿cómo me veo? —les pregunto con una sonrisa—. ¡Además que este artilugio es lo máximo, miren! —apretando un botón de la caja.

[Sonido de risas grabadas]

Las risas invisibles resonaron por todas partes del pasillo, como si las paredes mismas fueran más que se estaban riendo.

—¿De dónde viene eso? —preguntó Blaise mirando a todos lados.

Toda la situación parecía hacerles sentir que estaban en una serie televisiva cómica.

—¡Además, además! —la emoción se reflejaba en el rostro y la voz de Luna. Parecía una niña extasiada por la navidad—. He preparado material —sacó de su bolso una pequeña libreta amarilla—, tengo algunos chistes buenos —comenzando a pasar página buscando algo hasta que se detuvo—. ¡Como este!, escuchen: "Estaban un mexicano, un chino y un africano en un avión, cuando de repente..."

—No somos ese tipo de comedia Luna —le dijo Tracey con tono avergonzado y quitándole su libreta.

Con un rostro afligido Luna bajó la cabeza y murmuró lastimeramente:

—Nunca me dejan contar mis chiste —y apretó otro botón

[Sonidos de gente sintiendo pena, seguido de abucheos]

—¡En serio, ¿de dónde viene eso?! —replicó Blaise con el ceño fruncido mirando alrededor.

—¡Ósea que tú y mi pequeña luz de luna planean desperdiciar su tiempo en tontas bromas! —la cuestiono Theo frunciendo el ceño.

—Si, más o menos eso —contestó sonriente la Slytherin.

Theo se apretó el puente de la nariz en un pobre intento de controlar la urgente necesidad que tenía de gritarle a su compañera. Si había algo que detestaba es que la gente perdiera el objetivo de sus metas y se desviara haciendo cosas estúpidas.

Los planes de la asociación que tenían con Potter y Greengrass, sus propios planes; eso eran lo más valioso que tenía, su mayor ambición. Le frustraba que esta tonta no les tomará la importancia necesaria y perdiera su tiempo en tonterías en vez de hacer algo productivo

—Tracey —le siseo tomándola del hombro con fuerza—. Me temo que debo recordarte que tenemos...

—Suéltame Nott.

Un instinto primitivo de autopreservación hizo que Theo soltara de inmediato a la chica y diera un paso hacia atrás. La temperatura en el pasillo descendió exponencialmente, como si el mismo invierno fuera del castillo haya encontrado la forma de meterse y cubrir todo con su frío.

—No vuelvas a ponerme una mano encima si no quieres perderla —la voz de Tracey había perdido hasta el último rastro de jovialidad que la caracterizaba. Sus ojos de color ámbar tenían una expresión muy enojada.

La boca de Theo se secó que aun si lo hubiera deseado, ninguna palabra habría salido de su labios. Por su parte Morag y Blaise se pegaron el uno al otro, escondiéndose detrás de una impasible Luna que veía todo en silencio, con un rostro sereno.

—Tracey, calma —intento—. Yo solo quería...

—Me importa un comino lo que tú quieras, yo hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero —sentenció con tono grave, señalando a sí misma con el dedo, sin despegar la mirada de los ojos del chico de Slytherin intimidado—. No tengo que explicar mis motivos y mucho menos a ti — le dijo dando un paso hacia él, el cual lo hizo retroceder dos—. Lo dije cuando le pateé el culo a Malfoy y su puta en la sala común, ¿lo recuerdas?, Ya se acabó el tiempo donde me daba miedo esas estupideces de casas y estatus social, donde tenía que tragarme mis palabras y hacer lo que otros querían que hiciera.

Sonrió y no eran sus clásicas sonrisas descaradas o sus muecas perversas. No, en esa sonrisa podías sentir como la locura y la maldad irradiaban hasta el punto que tu piel sentía que se estaba quemando.

—Dónde está la diversión si no hay riesgo —sacando el dulce de su boca y sosteniéndolo en alto—. Si eso termina por llevarme al infierno te aseguro que me llevaré a la mayor cantidad de personas conmigo, claro, después de ver arder el mundo —Tracey alargó su mano y dio tres pequeñas y amables palmadas en la mejilla del chico—. Lo que yo quiero es simplemente divertirme y disfrutar de esta vida como si no hubiera mañana; el mundo ya es difícil como esta, yo solo quiero que sea un poco más fácil de vivir. Así que no hagas el tuyo peor metiéndote en mi camino ¿capisci?.

Theo asintió lentamente. Él no era de asustarse fácilmente, pero por extraño que pareciera, era la primera vez en más de 4 años que Tracey lo atemorizaba más cualquier otra persona antes, ni siquiera su propio padre.

—No estés asustado querido Theo. Solo mantente en mi lado bueno y estaremos bien. Al final, si Daphne y Harry no lo ven mal no veo porque tú debas hacerlo —recuperando su sonrisa natural, que se volvió aún más tétrica.

—Creo que toda la alegría se convirtió en incomodidad de repente —hablo Morag sin pensarlo. La tensión la estaba volviendo loca y esperaba que todo volviera a la normalidad después de lo que fuera que había ocurrido aquí—. No sé de lo que hablen, pero...

—Y en cuanto a ti —Tracy corto cualquier otra cosa que quisiera decir cuando desvió su mirada hacia ella—. Es mejor que no hagas preguntas sobre lo que no te importa, hay cosas que es mejor no saber —le aconsejo causando un escalofrío en la Ravenclaw que gimió y se pegó aún más a Blaise —. Puede que fuera divertido para ti decir esa mierda de que las águilas comen serpientes y eso, pero no te pases de lista conmigo o literalmente te comeré viva —y mordió su dulce, partiéndolo a la mitad y masticando con fuerza, haciendo mucho ruido—. Ahora ya somos amigas Morag, somos todos parte de un equipo ¡hurra por ti!, así que no lo arruines o los accidentes cerca de ti podrían volverse muy frecuentes, ¿entiendes?

—C-Como el cristal, D-Davis —tartamudeo Morag sin atreverse a despegar la vista de los ojos ambarinos de la Slytherin.

Por segundos nadie volvió a pronunciar una sola palabra, el silencio gobernaba por completo el pasillo que los tres chicos aterrorizados podían haber jurado que los latidos de su corazón se habían detenido.

—Andando Lovegood, necesito ir por mi calificación y de paso buscar con quien divertirnos primero, necesito mucha frustración que liberar —dijo sería dándose la vuelta, alejándose de los chicos. Luna la siguió dando pequeños saltitos y poniéndose a su lado—. Creo haber visto a un Hufflepuff que ha estado robándote miradas, creo que se llamaba Ralph o Rolf —su rostro se arrugó en concentración tratando de recordar cómo se llamaba el chico—. Como sea, no es importante —escupió despectivamente—. Podría ser tu primera víctima; si es verdad que le gustas, ¿no crees que sería divertido ver cómo le rompes el corazón y te ríes en su cara?

—¿Tú quieres que yo haga eso? —pregunto dudosa la rubia, no estaba del todo segura de que fuera buena idea hacerlo, ¿no la convertiría en una mala persona?

—Me encantaría verlo, me harías muy feliz y orgullosa —le contestó con una sonrisa cariñosa mientras acariciaba su cabeza—. Creo que sería muy educativo para ti, además que eso te ayudará a demostrar que ya no eres la misma chica que los demás pisoteaban, ahora eres mi Luna y debes demostrar que eres digna de ser mi compañera en el crimen.

—¡Está bien! —dijo Luna decidida. Haría lo que fuera para hacer feliz a su nueva mejor amiga.

El tiempo pasó después que el dúo de nuevas bromistas se perdió entre los pasillos de Hogwarts. Los tres chicos restantes pudieron respirar tranquilos y recuperarse de la aterradora experiencia que acababan de vivir.

—¿Están seguros que está bien que dejemos a Luna con esa loca? —chillo nerviosa Morag. Su visión de Tracey ya no era la misma después de esto. ¿Cómo podrían relacionarse con semejante monstruo espeluznante?—. ¡Van a lastimar a alguien inocente!

Una cosa era un idiota como Goyle que se había ganado a pulso su castigo y otra era humillar y degradar a un niño inocente que su único pecado era enamorarse de la chica equivocada. Ese era un nivel de maldad que ella no podía aceptar, Luna era demasiado ingenua para darse cuenta en qué clase de persona Tracey quería convertirla.

—¿Quieres ser tú la que impida que estén juntas? —la cuestionó duramente Nott cuando pudo recuperar su voz—. ¡Vamos, hazlo!, Te invito a que trates de hacerlo. Pero allá tú si te echas encima a semejante demente.

El sería el primero en oponerse a la idea de que Tracey siga cerca de Luna después de lo que acababa de mostrar. Lovegood era su boleto a la grandeza y si la castaña comenzaba a mal influenciar sería muy perjudicial para sus planes. Pero, a decir verdad, él no era tan valiente o tan estúpido como para plantarle cara al monstruo que parecía haber despertado en Tracey. Dulce Merlín, este día estaba lleno de sorpresas que lo estaban volviendo intranquilo.

—Pero... —insistió Morag.

—Lo mejor es hacerle caso y hacer como si nada pasó —murmuró Blaise y cuando vio que la chica no iba a dar su brazo a torcer se le acercó y la miró significativamente—. Enserio Morag simplemente olvídalo, será lo mejor. Llevo conociendo a Tracey por más de cuatro años y era rara, pero esto... —señalando con la mano hacia donde las chicas se habían perdido—. Ella literalmente nos acaba de amenazar con que no arruinemos su diversión y créeme yo no voy a hacer el idiota que se atreva a ver qué clase de castigo tiene para el que ose lograrlo.

—Lo mejor será hablar con Greengrass y con Potter sobre qué demonios pasaba con esta nueva Tracey Davis. Pensé que todo había vuelto a la normalidad con ella —susurro Theo sintiendo un extraño sentimiento de compasión por Harry, ¿él pasaría toda la vida a lado de esas dementes de buena gana?

—De haber sabido que tendría que temer por mi vida por el peligro que una chiflada me asesine o me haga una monstruosidad como la de Goyle —murmuró con resentimiento la chica—. Me hubiera abstenido de hablar con Harry.

Blaise le puso una mano en el hombro de forma reconfortante, pero el tono que salió de su voz era de firmeza.

—Se que eres una chica lista Morag, probablemente estás sacando conclusiones propias de muchas cosas que nos rodean —sus ojos la miraban profundamente—. Pero después de lo que acabas de ver, ya no tienes la posibilidad de echarte para atrás o te aseguro que no terminará bien para ti.

—En palabras de la demente —hablo Theo llamando su atención, haciendo alusión a Tracey—. El mundo no es fácil, y ahora tu estas adentro, sé que aprenderás y veras cosas que sean... difícil de comprender o asimilar —se pasó una mano por el cuello con incomodidad—. No somos buenos, no somos malos, hacemos lo que sea para cuidarnos y poder cumplir nuestras metas, quédate con nosotros y te aseguro que el boleto a la felicidad estará ahí para ti, arruinalo... bueno terminarías echándote encima a tres demonios como lo son Greengrass, Davis y el peor de todos y aunque lo dudes, a Potter.

Morag paso saliva con nerviosismo. Claramente le estaban advirtiendo que estaba enganchada a una amistad con Harry Potter y ellos, probablemente de por vida; era eso o un final bastante triste para ella. ¿Por qué todo era tan complicado?, Hace semanas era una estudiante promedio que soñaba con un simple amor juvenil, ahora era una adolescente con una espada de Damocles sobre su cabeza.

Tenía que hablar con Padma y advertirle. ¿Pero dónde demonios estaba?

Padma había estado ocupada los últimos días, algo sobre su cita para el baile y unas investigaciones personales que como siempre nunca le contaba. Las únicas veces que había estado junto al grupo era para darle consejos a ella y a Luna de cómo ser astutas al estar cerca de los Slytherin y después pasarse horas hablando con Greengra...

—¡N-No puede ser! —sus ojos se abrieron en comprensión cuando conecto los puntos.

Morag comenzó a hiperventilar, se tambaleo hacia la pared donde se apoyó para no caer al suelo. Su mente se desconectó que ya no podía escuchar las palabras asustadas de los dos adolescente a su lado que le preguntaba que pasaba, ella estaba atrapada en su propia cabeza resolviendo el rompecabezas.

Morag era una Ravenclaw, tal vez no la mejor, pero era muy intuitiva y su mente lograba ver el panorama general de cosas que los demás dejaban de lado. Ella ahora comprendía que Padma sabía o sospechaba de todos los planes que el grupo de Harry tenían, planes que ella misma no lograba comprender ahora, pero para alguien tan pragmática como Padma Patil serían fácil de deducir. Ahora entendía el motivo del acercamiento tan repentino con Greengrass por parte de su mejor amiga, Theo, Tracey y Blaise siempre hablaban de que las opiniones de Greengrass eran tan importantes como las de Harry, ella tenía un lugar de importante de poder en el grupo.

Ella no pudo hacerlo, ¿verdad? —pensó sintiendo que el mundo se le venía encima—. No sería capaz de hacerme esto.

Lo que había hecho que su mente estuviera al borde del colapso era que había entendido que todo esto solo eran planes, planes de su mejor amiga para abrirse paso en el grupo. Planes que eran solo para beneficio propio de Padma, no tenía ninguna duda de que no estaba incluida en lo que fuera que planeaba la chica de la india, al igual que no tenía ninguna duda de que la había utilizado junto a Lovegood para que se acercaran a Harry y los demás mientras ella se abría paso para llegar a la pieza más poderosa del tablero: La Reina.

Dolía, la quemaba y lastimaba tanto que las lágrimas comenzaron a caer por su rostro sin que pudiera detenerlas. Para otros sería fácil decir que estaba sacando conclusiones de algo que podría no estar sucediendo y que primero debía discutirlo con Padma, pero no era necesario, sabía que era verdad, ella la conocía lo suficiente para estar segura de ello, conocía a esa maldita tramposa y embustera.

Se sentía estúpida, timada. Por años ella considero a Padma como su mejor amiga, toleró su actitud déspota y fría, la aceptó y estuvo a su lado cuando ella no paraba de rechazar a todos, tratandolos como escoria que no merecían su atención. Se encegueció creyendo que podría romper ese frío témpano que encerraba sus emociones, pero solo fue crédula, Padma no iba a cambiar nunca, y ahora que había algo que llamaba su atención, lo suficiente para poner manos a la obra no iba a permitir que algo tan ridículo como la amistad la detuviera. Morag era desechable para ella, esa era la decisión que Padma tomo.

Bueno si así eran las cosas, ella también podía tomar decisiones por su cuenta. Limpiándose las lágrimas les dijo a ambos chicos que solo había sido un mareo simple y que nada malo pasaba.

Mientras los tres iban hacia la enfermería por petición de Blaise, Morag tomó un resolución.

Aceptaría comprometerse a lo que fuera que planea este grupo. Si la llevaban a la grandeza y el poder o la arrastraban al infierno, lo haría junto a ellos, en especial con su mejor amiga Padma Patil.

No había marcha atrás, ¿moralidad? ¿culpas?, ya no importaba. Ella era un Ravenclaw y por primera vez en su vida ella también anhelaba que su nombre adornara los anales de la historia.

Ya no se preocuparía por alguien más que no fuera ella. ¿A quién le importa en lo que Davis termine convirtiendo a Loony?, o ¿Cuáles eran los motivos de Padma para ganarse a Greengrass? ¡Al diablo con eso!, lo único que debía pasar por la mente de Morag era que era bueno para ella y nada más. Haría las cosas bien para ganarse su lugar entre los más altos, sin cuestionar nada de lo que viera o sucediera.

Al final si puede darle una vida de riquezas y éxitos, no tenía por qué renegar nada, ¿verdad?

• • •

25 de diciembre de 1994

Torre de Ravenclaw

Habitación de los chicos de 4° grado

El día de Navidad había llegado y para Harry Potter fue un despertar bastante apático que no reflejaba el ambiente festivo del día en sí mismo.

—Solo un día más Harry, solo uno y todo por fin habrá terminado—soltó larga y lastimeramente en cuanto abrió sus verdes ojos lagañosos. Parecía tratar de convencerse de que había verdad en sus propias palabras... y estaba fallando miserablemente.

La última semana había sido un martirio tras otro para el chico de la cicatriz del rayo, martirio que se atrevió a comparar con la lúgubre y triste vida que tuvo en su infancia. A decir verdad, no creía ser capaz de compararlo. En su opinión, ni siquiera los maltratos que recibió de parte de los Dursley se comparaban a toda la mierda que tuvo que vivir con su torturadora personal favorita: su bella prometida.

—Maldigo el día en que me deje convencer de ser su futuro esposo —se quejó infantilmente mientras miraba absorto el techo del dosel de su cama.

Daphne había estado detrás de su espalda toda la semana exigiendo cosas que eran necesarias para su «noche especial». Que la etiqueta social que debía presentar, que si tenía la capacidad de saber bailar (cosa que no sabía y tuvo que tener clases exprés con ella cada noche), que el regalo de navidad y el regalo para el baile, etcétera, etcétera. Daphne lo había estado presionando hasta el punto de casi volverlo loco; y la guirnalda del pastel, su disgusto de principios de semana en la Sala de los Menesteres por una completa estupidez.

Imaginen la escena, están los dos acurrucados escuchando a sus amigos hablar sobre cualquier cosa y al siguiente segundo te ves siendo arrojado hacia una pared sin motivo alguno. Tuvieron que pasar largos minutos de tensión evadiendo cualquier cosa que la maníaca esa le arrojó, y un mini duelo improvisado mientras Harry trataba de hacer entrar en razón a la chica Greengrass hasta que él ya no soportó más y convoco a Desmond para convencerla de tranquilizarse de una forma un poco más firme. Cuando Daphne pudo captar el mensaje y recordar porque no es bueno antagonizar a su tierno prometido fue capaz de compartir el origen de su disgusto hacia con él.

Honestamente, Harry estuvo muy tentado en arrojarla desde lo más alto de la torre de astronomía (junto que el resto de bastardos traidores que lo abandonaron a merced de la bestia) por semejante ridiculez.

"Todas las plebeyas de este sucio castillo tuvieron invitaciones decentes al baile; y tú ni siquiera te dignaste a pedirme ir contigo, simplemente aceptaste que iríamos juntos al baile por ser prometidos sin siquiera hacer el esfuerzo por hacerme un gran espectáculo frente a todos. ¡Soy tu prometida!, ¡Soy la futura Lady Potter y Lady Greengrass!, ¡Merezco una invitación digna de la mujer que soy, la que va a estar a tu lado para toda la vida!"

¡Ese fue su maldito problema! ¡Quería una invitación al baile que enalteciera su ego!

—Esa mujer va a ser mi muerte algún día —se masajeó la sien tratando de evitar el dolor de cabeza que amenazaba por aparecer. Lo que menos quería era otra cosa que arruinara la noche especial de Daphne y lo metiera en problemas.

Harry descorrió las cortinas del dosel de su cama, cogió de la mesita de noche sus nuevas y se las puso. Era mejor comenzar el día desde ahora antes de que algo más sucediera. Los dosel del resto de sus compañeros de habitación estaban con las cortinas cerradas, señal de que seguían dormidos. Checando el reloj de la pared supo que apenas eran las 7 de la mañana.

—Perfecto —renegó ahogando un bostezo para después estirar su cuerpo y despejarse—. Aún es muy temprano, ¿Qué voy a hacer de aquí hasta que comience el desayuno? —se quejó, rascándose el cabello enmarañado.

Bueno, ya que se había despertado, podía aprovechar para abrir los regalos al pie de su cama.

Con la obvia excepción del regalo de los Dursley, que consistía en un pañuelo de papel con el que batían su propio récord de mezquindad, el resto de regalos de Harry fueron mucho más satisfactorios. Blaise le había regalado un libro que se titulaba Abracadabra: Hechizos escalofriantes de la A a la Z; Theo también le había mandado un libro titulado Doce Formas Infalibles de Hechizar a una Bruja y una bolsa rebosante de ranas de chocolate. Harry se juró a sí mismo que si este libro servía para lograr domar el fiero temperamento de Greengrass, llevaría a Nott a Disneyland en algún momento de su vida.

Hagrid le regaló una caja enorme de dulces mágicos: grageas Bertie Bott de todos los sabores, ranas de chocolate, chicle grandes de globos y meigas fritas. Mientras tanto, y por tercer año consecutivo, Babs y el resto de los chicos de Surrey le enviaron su tradicional caja rebosante de chucherías muggles que él tanto amaba: chocolates como M&M's, Hershey's y Crunch; galletas Chips Ahoy! y Oreo; frituras Lay's y Pringles; latas de Pepsi y Sprite; entre muchas más cosas.

Sirius (como el adulto responsable que era) le había enviado una práctica navaja con accesorios para abrir cualquier cerradura y deshacer todo tipo de nudos; de Remus obtuvo un pendiente de colmillo de dragón (al parecer de colacuerno) y más dulces. Luna una suscripción a Él Quisquilloso (que Harry no planeaba aprovechar) y como cinco intentos de bromas hasta poder obtener un paquete de ranas de chocolate; de parte de Padma y Morag un paquete de dulces entre las dos, "tacañas" fue su queja.

Sin saber cómo tomarlo, recibió el paquete habitual de parte de Molly Weasley: un suéter tejido nuevo y un montón de pastelillos caseros de Navidad. Entre ellos venía una larga carta donde le rogaba que por favor hiciera las paces con Ron y Hermione, que ella no creía que las mentiras que había publicado Skeeter fueran verdad y todo solo era un gran mal entendido; además que no podía creer que ahora estuviera comprometido siendo tan joven (afortunadamente y para sus sorpresa no hablo mal de Daphne). Pero ella encarecidamente abogó por su buen corazón y le pidió que pensara en lo que sus padres harían, llamándolo a no tirar a la basura los 4 años de amistad que tuvo con el dúo de Gryffindor, además le ofreció una invitación abierta a la madriguera en el verano del próximo año. "Bueno el infierno se congelaría antes de hacer eso" se dijo con total convicción, aun así, iba a tomar los pastelillos, pero lo ofendía muchísimo.

Otra sorpresa interesante había sido recibir un presente por parte del tal Adam Calloway, el mesero de Las Tres Escobas. El regalo era un raro objeto que estaba seguro de haber visto en la casa de Wade; era un aro de madera, con una red tejida en su interior y decorado con plumas de ave. Además, que venía con una nota que rezaba así:

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"Esto es un atrapasueños, un objeto mágico de mi tierra. Cuélgalo sobre la cabecera de tu cama y te ayudará a descansar como si tu cama fuera hecha de algodón de Luisiana. El atrapasueños filtra los sueños dejando pasar solo los sueños y visiones positivas, reteniendo las pesadillas y toda la negatividad. Estoy seguro que lo necesitarás después de ver cómo te trataba tu novia en Hogsmeade. Parecías un corderito Ja, ja, ja

Felices fiestas pequeño degolladragones"

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—Nunca nadie se había preocupado tanto por mi —olisque con sentimiento Harry. Era el regalo perfecto para su nueva vida de novios con Daphne.

Y hablando de ello. Aún quedaban los últimos obsequios, los cuales venían de parte de sus futuras esposas.

Los obsequios de Tracey fueron especiales para el que se juró así mismo recompensar a la castaña de lentes cuando regresará de su viaje. Ya hace días, Tracey le había devuelto su reproductor de casete personal con la agradable noticia que ya no necesitaba baterías, eso ya era asombroso por sí solos. Pero, además, hoy le había enviado algunos compactos de varias bandas famosas de rock muggle, más golosinas muggles y unas revistas Playboy que realmente no supo porque había enviado y lo incómodo, pero ignorando eso todo venía junto con una pequeña carta.

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"Hey Harry. ¡Feliz Yule!

Espero estés bien, aquí las cosas están yendo de maravilla, he aprendido cosas muy interesantes en este lado del mundo, el 80% eran historias de sexo homosexual entre griegos que por alguna razón les encantaba publicar por doquier, pero apartando eso, las cosas se han puesto muy educativas ¿sabías que Pitágoras y Aristóteles eran magos?

Cómo sea, no te voy a aburrir con historias de personas muertas, sobre todo cuando sé que has de estar llorando por mi ausencia. ¿Me extrañas, guapo?, No te culpo, soy un amor. Yo diría que los extraño, pero desde que llegué aquí no he tenido tiempo de pensar en sus inútiles vidas ya que aquí está la verdadera diversión, pero eso no quita que me dé un tiempo de mi importante agenda para preguntarme: ¿Qué estarán haciendo Harry, Daphne y el resto de idiotas sin mi ahí para salvarles el trasero?

Y hablando de traseros, ¿Cómo sigue el tuyo después de que Daphne grabó su nombre en el con hierro caliente el día que me fui? ¿Lograste conseguir un par de bolas para hacerle frente?

Estoy bromeando, ese bello trasero que te cargas debe estar completamente sanito para cuando yo regrese, así que cuídalo.

Antes de que se me olvide mis padres mandan saludos, mi papá está muy orgulloso de mi ahora que soy amiga del "Niño Que No Se Mató". No para de decir que ahora que estoy cerca tuyo, nuestra familia podrá alcanzar nuevamente el prestigio que mis tíos mortífagos dañaron, (por cierto, la prima Merula manda su amor, ¡Y se va a casar en verano!, Irás conmigo a la boda y no acepto un no por respuesta). Papá te mandó una chamarra de piel de dragón esperando congraciarse aún más contigo. Qué asco me da el viejo.

Mi madre por su parte te envía una caja de postres típicos de Grecia y gracias infinitas por la oportunidad que le has brindado (le conté que tú eres el dueño de la compañia y se volvió loca, tal vez te pida un aumento), además que también estamos agradecidos contigo y Dobby por habernos presentado a Winky, ahora ella es la orgullosa nueva elfina de la familia Davis. Honestamente espero que le baje a la bebida, aunque a decir verdad ella hace las cosas divertidas cuando está tomada. Hace unos días nos pusimos una borrachera las dos juntas que terminamos de alguna manera en Atenas, dormidas bajo las faldas de una estatua de Atenea, vestidas con togas y dos chicas muggles desnudas. ¡Que locura!

Bueno nos vemos pronto guapetón, pórtate bien y que pases una velada increíble con Daphy. Trátala como la princesa que se siente que es o tu trasero va a sufrir.

Tuya siempre. Cuando quieras, es más regresando.

Tracey.

PD. Espero mi regalo y ya sé que quiero con mucha anticipación (guiño coqueto)"

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—Enserio ella a veces me asusta —murmuró Harry después de leer la carta. Tracey era... distinta, no diría más.

¿Bueno entonces quien faltaba de revisar?

Claro. Su amada prometida.

Daphne le había dado a Harry regalos aún más personales y profundos que cualquier otro.

Uno de ellos era una reliquia familiar de la Casa Potter que había sido cedida a los Greengrass siglos atrás en un intercambio comercial entre ambas familias. Era un guardapelo de plata pura de duende con incrustaciones de esmeralda que tenía la habilidad de mostrar la imagen de la persona más importante en tu corazón. Cuando Harry la abrió se llevó la divertida sorpresa de verse así mismo en uno de los cristales, sonriéndole con descaro.

—Siento que esto me va a meter en problemas en algún momento de mi vida —murmuró para sí mismo. Sabía que Daphne era capaz de hacer otro drama simplemente porque no era ella la que estaba en el guardapelo.

Aparte de la bella pieza de joyería, su novia también le regaló un libro antiguo y bastante maltratado que se encontraba escrito en runas que él aún no conocía. Según la nota que le dio Daphne, en el libro había algo de información sobre las Casas Ancestrales y Señoriales que podría ser de mucha ayuda en su investigación para encontrar más información sobre los Peverell. Tendría que preguntarle a Tracey si conocía ese tipo de runas, y de ser así, le ayudará a descifrar el texto que él no podía.

Pero hubo otro presente, uno que estaba envuelto en un pequeño sobre de papel amarillento, la nota decía que era un regalo en conjunto de la familia Greengrass para él (su futuro suegro le había enviado aparte libros sobre política y comercio exterior mágico y una botella de vino de sauco; de su suegra recibió un juego de túnicas de seda de acromantula, junto con una emotiva y empalagosa carta diciendo lo feliz que ella estaba de tener un futuro yerno tan digno, algo que sabía que era solamente pura y fingida adulación, en fin, la hipocresía). Cuando Harry abrió el sobre tuvo un estremecimiento en su interior.

Era una foto mágica de cuatro personas y un bebé frente a una cabaña de piedra de dos pisos que estaba rodeada por setos. Uno de los ocupantes de la foto era un hombre de pelo largo y rizado, iba montado sobre una motocicleta con sidecar y lo estaba saludando con una sonrisa engreída en su rostro atractivo y travieso. A su lado, otro hombre con aspecto andrajoso, con algunas cicatrices en el rostro y bolsas bajo sus ojos levantó la mano y le dio un tímido saludo antes de ponerla en el bolsillo del pantalón. Aparte de esos dos había otro hombre alto que se encontraba sonriendo radiante mientras pasaba una manos por su desordenado cabello, tenía gafas redondas y una de sus manos descansaba en el hombro de una mujer muy bella de cabello rojo oscuro y brillantes ojos verdes que estaban sonriendo de felicidad y dicha, en sus manos había un pequeño niño de pelo negro rebelde como el de su padre y dos pares de esmeraldas brillando radiantes detrás de un par de gafas pequeñas y redondas. El niño reía emocionado y saludaba abriendo y cerrando su pequeñita mano.

Era su familia. Sus padres junto con él mismo de bebé, además de Sirius y Remus. Harry miró la fotografía fascinado, no esperaba verse así mismo junto a su familia; todas las fotos que tenía de sus padres era de ellos antes de su nacimiento, pero aquí estaba él, rodeado de la gente que lo amaba muchísimo. Afortunadamente para su ánimo, Pettigrew no estaba presente en la imagen, no quería verlo arruinado el perfecto cuadro.

—Caray Daphne —susurro con un sentimiento que apretaba su pecho—. ¿De dónde sacaste esto?

Le dio la vuelta buscando ver una nota o algo parecido; y si, había algo escrito detrás, la letra refinada de su novia era muy reconocible para él.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

"Este es un regalo con el que me disculpo por haberte presionado toda esta semana. Siempre he sido muy estricta con la imagen pública que ofrezco y necesitaba que dieras todo de ti para que nuestra velada no fuera arruinada. Recuérdalo Harry, ahora eres una figura aún más pública por tu ascenso a Lord y nuestro compromiso, de ahora en adelante todos los ojos estarán puestos en ti, juzgando, esperando un error. No les des la oportunidad de verte flaquear.

Está fotografía fue sacada de un recuerdo de Bathilda Bagshot (la autora de "Una Historia de la Magia"), mi padre pudo hablar con ella, la cual vive en el Valle De Godric, al parecer era tu vecina.

Tómala como un recordatorio de dónde vienes y de que estás dispuesto a sacrificar por tus ambiciones.

Con amor. Daphne

P.D. Planeo quedarme con el guardapelo como uno de mis tantos regalos de bodas. Así que no te encariñes con él"

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—Gracias —murmuró girando la foto para volver a mirarla e ignorando las últimas palabras que tenía la nota.

Un sentimiento conflictivo sacudió su pecho al ver la fotografía, allí se encontraban las personas que lo habían amado más que nadie en el mundo. Dentro de Harry había una parte que sentía rencor hacia ellos por haber sido tan idiotas y egoístas, yendo directo hacia el peligro por su tonta actitud de Gryffindor. Para él, sus padres eran dos grandes estrellas en ascenso con tantos talentos, tantas habilidades y virtudes, que no supieron saber aprovechar todo su potencial y terminarón por conformarse con una miseria vida de combatientes de las fuerzas oscuras, ocasionando que la atención del hechicero oscuro más peligroso de la época se pusiera sobre de ellos. Fueron ingenuos y eso terminó por costarles la vida, y arruinando la suya en el proceso.

Pero otra parte de él, una que aún quería creer que su camino no lo volvía malo del todo, tenía miedo de haberse convertido en un monstruo que sería incapaz de enorgullecer a sus padres, que, si algún día se encontraba con ellos en la otra vida, no sería digno ni siquiera de recibir una mirada de desprecio de su parte.

Si pudieran verlo ahora ¿Qué le dirían? ¿Ellos lo rechazarían por las cosas que ha hecho y está dispuesto a hacer?

¿Porque la vida es tan difícil?

Maldijo el día en que Dios, el destino o quien fuera decidió darle está maldita vida siendo el Niño Que Vivió.

Wow, Wow. Calmemos un poco esos pensamientos.

Ya va empezar con su duda existencial ¿bien o mal?, El cara de serpiente tenía razón, solo existe el poder y lo que hagas cuando lo posees. Además, a quién le importa lo que esos imbéciles podrían pensar de nosotros, ¡están muertos! ¡enterrados, olvidados y pudriéndose seis metros bajo tierra!

Wow viejo, tranquilízate... estamos en una historia de literatura juvenil, no en un clásico de horror de Stephen King.

Súbitamente todo sufrió un cambio. Ya no había un adolescente sentado en la cama con conflictos en su corazón, ni regalos, ni siquiera una habitación en la torre de Ravenclaw. Ahora todo lo que se podía ver era un vacío oscuro, sin ningún sonido, sin ningún tipo de movimiento, nada más que simplemente tres figuras.

Cualquiera que pudiera verlos creería que estaban ante unos tres hermanos gemelos, dos chicos y una chica. Los tres eran casi como gotas de agua: dos de ellos tenían el mismo cabello negro largo y alborotado que se ponía tieso en la nuca, mientras que la chica tenía el cabello rojo, largo y liso; los tres tenían el mismo par de gafas, los mismos ojos verdes intensos. Los tres eran Harry Potter, parte de un mismo ser fragmentado.

Primero que nada, lo que menos necesitamos es ponernos a pensar en nuestros padres cuando nuestra prioridad es el baile de navidad. Será la primera aparición de Harry y Daphne juntos en un evento social y debe salir perfecto —les dijo la única mujer del grupo, con voz presuntuosa mirando a sus hermanos de forma arrogante. Ella se hacía llamar «Meg» y encarnaba toda la ambición, la astucia y el delirio de grandeza que Harry poseía, su megalomanía innata.

A su vez, ella era el «superego» (superyo) de su personalidad, la parte más crítica de su psique. A diferencia de sus hermanos a ella sí le importan cuestiones como la moralidad, la ética, las meteduras de pata sociales y la posibilidad de que todos sus planes se fueran al carajo por no estar preparado, sabiendo que tenía a dos genios dementes como futuras esposas. ¿Y sobre porque era una mujer, más bien una versión joven de su madre?, Nunca lo sabremos.

¿Tu prioridad? Ja, porque no admites que le tenemos miedo de Daphne ¿verdad? —se rió «Luke» señalándole con el dedo. Este era su locura y extravagancia, aquel que no guardaba el debido respeto hacia los asuntos importantes, y lo único que le importaba era divertirse. El «id» (id) de Harry que gobierna los impulsos y el instinto. Por expresarlo de una manera muy básica, a él solo le importan las necesidades y deseos básicos de la vida, sin pensar en las consecuencias... Más o menos, como esa vocecilla que le decía que se comiera un cubeta de pollo entera antes de dormir sin importar que podría ocasionar insomnio, lo que importaba era comer el pollo—. No te culpo, solo mírala es aterradora. Solo oigo el nombre y tiemblo.

Si yo estuviera a cargo, le enseñaría a esa perra que conmigo nadie juega, la hubiera torturado lenta y dolorosamente hasta que suplicara por la muerte como escape de su sufrimiento —dijo el último de los tres, con una mirada repleta de puro sadismo. Este era el lado más peligroso de Harry, él encarnaba toda la insanidad y maldad que arraigó en el corazón del adolescente, aquel que se alegraba generando el sufrimiento y la humillación hacia los otros. Se hacía llamar «Shad». Y él... bueno, él realmente solo era otra parte más que demostraba que Harry estaba loco, pero no estaba conectado al modelo freudiano en la teoría de la personalidad—. Eso y más merece por no saber su lugar.

Afortunadamente no estas a cargo, idiota —le espetó Meg encarando—. Tenemos un maldito contrato de matrimonio que le impide a Harry hacerle cualquier tipo de daño —le explico mientras Shad solo giro la cabeza a un lado con un gruñido—. Si la matamos terminaremos perdiendo nuestra magia y adiós a nuestros planes.

¡A quién le importa! —mastico mirándola con molestia—. No necesitamos magia para traer caos, podemos hacer muchas cosas divertidas en vez de estar planeando gobernar al mundo. ¡¿Por qué no verlo arder hasta las cenizas?!

Yo no quiero eso —replicó Luke con un puchero—. Este mundo es divertido, hay cosas muy divertidas que hacer y experimentar. Además, en este mundo vive Jennifer Aniston, debemos cuidarlo.

A diferencia de cierta Slytherin y su alter ego; Shad, Luke y Meg no eran seres distintos a Harry habitando en el mismo cuerpo y peleando por obtener el control. Ellos en realidad eran tres fragmentos del alma y mente de Harry que nacieron cuando su mente terminó fracturada por el incidente de la cámara de los secretos hace dos años. Ese suceso creó a las tres personalidades mayores que gobernaban el carácter de Harry, cada una con actitud, moralidad y comportamiento diferente, que trabajaban en conjunto para llevarlo por el camino correcto... a veces.

Aunque ciertamente creo que Greengrass es peligrosa —intentó nuevamente Meg mirando a sus dos hermanos seriamente—. No es lo que quiero hablar, tenemos un problema que ya no podemos seguir dejando pasar.

Es lo que dijo ese estúpido trapo cuando nos envió a Ravenclaw ¿verdad? —dijo Shad con una emoción que rayaba la demencia—. ¡¿Qué haremos?! ¡¿Qué haremos?! —su rostro estaba extasiado.

Exacto —afirmó—. Cómo ustedes saben el sombrero nos recalcó algo que ya estábamos sospechando desde hace años.

¿Que? —dijo emocionado Luke. Mirando de un rostro a otro con una sonrisa.

¿Eres estúpido?

Basta Shad. No tenemos mucho tiempo, hay cosas que hacer hoy —lo calmo Meg poniendo una mano en su hombro, para luego dirigir su mirada a molesta su hermano menos astuto—. Sabes bien de lo que hablamos Luke, así que no juegues —amonestó.

Son aburridos —se quejó para después soltar una risa divertido y señalar a Shad—. Entonces, tú eres «Curly» —su dedo pasó a Meg... y tú eres «Moe» —y terminó señalando a sí mismo— y yo vendría siendo «Larry» —su sonrisa se acrecentó—. Entonces...

Entonces... —suspiro Shad.

Meg exhalo el aire y se apretó el puente de la nariz, sintiéndose bastante frustrada por la forma en que interpretaba las cosas este idiota.

Exacto: Nos hace falta «Shemp» —le siguió el juego y se pasó la mano por su cabello—. Nos hace falta otra parte de la mente de Harry para volver a estar completos. Para volver a ser uno nuevamente.

Los tres se miraron en silencio por unos momentos antes de que Luke volviera a hablar:

Aunque el hecho de desaparecer suena algo desalentador, ninguno de nosotros debería existir en realidad —susurro perdiendo por primera vez su sonrisa—. Harry no está completo, y si algún día quiere vivir la vida divertida, o volverse un hombre de éxito —haciendo un ademan a Meg—, o quemar todo el mundo Shad sonrió—, él debe volver a ser uno.

Aun si no sabemos cómo hacerlo —gruñó Shad—. No somos parte de la mente de Harry, solo somos fragmentos de su ser, no podemos comunicarnos con él o hacerle saber lo que sabemos, solo podemos cambiar su personalidad de forma aleatoria —rascándose el cuello con manía por sentirse sin opciones—. No sabemos qué hacer, no tenemos ninguna pista de dónde podría estar la última parte de nosotros, lo único que sabemos es que no está aquí, no está dentro de Harry.

Lo sé, lo buscamos por bastante tiempo —hablo Meg con un murmullo débil—. Pero el sombrero es sabio, si lo menciono es porque hay algo que ha cambiado este año, algo que podría darnos la pista de su paradero —miró a sus hermanos y estos le devolvieron la mirada—. Solo debemos estar atento a las cosas que haga o vea Harry, en algún momento podríamos descubrir dónde está lo que perdimos hace dos años.

El «ego» (yo) de Harry, la fuerza mediadora entre los tres hermanos que los mantenía a raya, además que también era el que gobernaba el rasgo más importante de Harry Potter y el cual había desaparecido hace dos años: su capacidad para cuidar y sacrificarse por otros.

Ж

HARRY POTTER

UNA OSCURIDAD ASCENDENTE

Ж

Horas después, Harry bajo a desayunar alegre y hambriento listo para tomar un magnífico almuerzo en el Gran Comedor, el cual incluyó al menos cien pavos y budines de Navidad. Por la tarde se reunió con el resto de su grupo en las Sala de los Menesteres; pasaron las horas viendo un maratón de películas de Bruce Lee que terminó con Luna lanzando una patada voladora a un muñeco de práctica para terminar siendo lanzada volando de regreso por toda la habitación ante la risa de todos. A las 5 en punto las chicas decidieron que era tiempo de regresar a sus habitaciones para prepararse para el baile.

Dos horas después, cuando los tres chicos terminaron de ver la película «Ghost, la sombra del amor» y se juraron entre llanto que jamás hablarían del tema, dieron por terminada la tarde de películas y cada uno se dirigió a su propias habitaciones para alistarse. Ya ahí, Harry se puso su nueva túnica de gala. Era muy diferente a la que le había comprado la señora Weasley en verano, está era más costosa por su tela y acabados. Era de terciopelo plateado con algunos toques de dorado. Mientras se atiborraba el cabello con poción alisadora de Sleekeazy (una de las órdenes más explícitas que recibió de Daphne fue que en este día debía controlar a como diera lugar su cabello indomable), se puso a hablar un poco con sus compañeros de habitación sobres sus respectivas parejas y las expectativas que tenían sobre el baile, preguntándose quién iría con quién y haciendo apuestas de quién llegaría a primera base el día de hoy.

—¡Bien, "It's Clobberin' Time"!—susurro aprehensivo mientras bajaba por las escaleras.

Cuando abandonó la sala común y llegó al vestíbulo, lo vio repleto de estudiantes que se amontonaban en espera de que dieran las ocho en punto, hora en la que se abrirían las puertas del Gran Comedor. Allí Harry pudo ver Morag, Luna, Blaise y Theo entre la multitud y se acercó a ellos. Morag llevaba un túnica roja carmesí, un toque de maquillaje en su rostro y un moño en su largo cabello castaño rojizo que la hacía lucir bastante atractiva; tuvo que dárselo a Blaise, se había conseguido una pareja espectacular. Luna mientras tanto lucía una túnica amarilla brillante con estrellas en color plata que, de una manera extraña, se veía bastante bien.

—Wow ustedes lucen preciosas —saludo Harry besando las manos de sus dos compañeras de Ravenclaw, luego dirigió su mirada a sus citas—. Ustedes... bueno por lo menos consiguieron parecer seres humanos decentes en vez de los chimpancés amaestrados que ya eran. Bien por ustedes —aplaudió con malicia—. Me pregunto cómo estas dos preciosidades terminaron con este par de brutos feos.

—Lo siento, ¿dijiste algo Potter? —replicó Theo poniendo una mano cerca de su oreja—. El sonido del látigo que Greengrass usa contigo no permite oír nada más que tus lastimeros quejidos de azotado.

—Bonito cabello —agregó Blaise con una mueca señalando a su cabeza—. Aunque, en mi opinión fue un gran desperdicio de dinero el que hiciste con las pociones alisadoras, mejor hubieras dejado que uno de los abraxas de Beauxbatons te lamiera la cabeza, más barato y con el mismo resultado.

—Jajaja que graciosos son hijos de puta —mastico Harry, tocaron dos de sus puntos más sensibles—. Pero creo que te debo una disculpa Nott por el comentario tan grosero que acabo de dar. Estoy completamente seguro que tu santa madre no podía ser descrita como «puta». No mucho de decir de tu madre Zabini —le dijo sin ningún tipo de consideración.

—¡Uhhh, te dijo «figlio di troia» [Hijo de puta]! —cantó Theo a Blaise con voz incitadora, y chocando las palmas con Harry.

—¿De qué lado estás imbécil? —le recrimino Blaise a su amigo.

—Oh vamos no seas así —dijo socarronamente—. Tal vez deberías presentármela, uno nunca sabe lo que pase, en una de esas tal vez termine siendo tu noveno o décimo papá, no sé cuántos lleva en la cuenta.

—¡Vete a la mierda Potter! —gruño con las mejillas rojas de la vergüenza.

—No le faltes el respeto a tu padre, jovencito —lo regaño burlonamente Harry fingiendo una voz grave de adulto—. ¡A tu habitación! —ordenó señalando hacia las escaleras.

Y ya no pudiendo aguantar más la carcajada, todos comenzaron a reír, incluyendo a Blaise. La gente a su alrededor los miraba con curiosidad o molestia por el tipo de conversaciones que tenían. Después de unos segundo para calmarse Harry volvió a hablar.

—Bien ya estamos todos animados —sonrió—. Se que tendremos todos una buena velada.

—Puedes apostarlo galán —rio Morag abrazando el brazo de Blaise.

—¡Será muy divertido! —dijo emocionada Luna—. Esta es el primer baile al que asisto, nunca antes me habían invitado a uno, creo que porque no les agrado mucho.

Y ahí estaba, la facilidad de Luna para cambiar el feliz ambiente por un momento incómodo. Todos sabían que no lo hacía con mala intención, claramente ella decía lo que pensaba y sentía sin esperar provocar incomodidad y lastima a los otros.

—Tranquila, te aseguro que la pasaremos muy bien —le dijo amablemente Theo tomando su mano y dándole una sonrisa—. Nos divertiremos muchísimo.

—Si —le sonrió devuelta—. Solo me hubiera gustado que la hermana mayor Tracey hubiera venido también con nosotros.

—Bueno piénsalo de esta manera Loony —le dijo Harry—. Tracey ha de estar feliz ahora vestido con su toga y su corona de laureles, discutiendo sobre pensamientos filosóficos y los astros mientras come pasta fetuccini con personas con apellido "Santorini" o "Thermopolis".

—Dudo que eso esté sucediendo realmente Harry Potter —murmuró Luna frunciendo el ceño—. Lo que describes son estereotipos griegos que varían desde las épocas helenísticas hasta la época moderna, uno de los apellidos es una archipiélago y estoy completamente segura que esa pasta es italiana.

—¡No, no lo es!

—¡Si, si lo es!

—De cualquier forma —interrumpió Theo antes de que esa conversación siguiera degenerandose más—. Para que nuestro adorable grupo esté completo nos hace falta Greengrass, que sepa Merlín porque esté tardando tanto

—Sí, y además de Padma ¿dónde estará? —pregunto Morag buscando entre la multitud.

—Bueno solo nos queda esperar —suspiro Blaise mirando el reloj en su muñeca, aún quedaba tiempo para el inicio del baile, así que no tenían que desesperarse.

—En eso tienes razón —estuvo de acuerdo Harry—. Por cierto, gracias por los regalos de navidad, lo aprecié muchísimo; aunque tengo un montón de dulces este año, soy el enemigo público número 1 de cualquier dentista.

—¿Qué es un dentista? —pregunto Theo confundido, era la primera vez que escuchaba ese término.

Harry resopló. Típico de sangre puras.

—Es digamos... un sanador de los dientes para los muggles.

—¿Y porque los muggles necesitan sanador para los dientes? ¿Acaso ellos tienen enfermedades en los dientes? —pregunto Morag. Ella también era una sangre pura que pocas veces se había visto envuelta en la cultura muggle.

—¡No! —replicó—... bueno si, pero son de otro tipo de enfermedades, nada contagioso —los calmo. No era tan tonto como para hablar que existía la herpes y demás cosas transmisibles, no iba a arruinar su noche de forma tan tonta, muchas gracias—. Escuchen los muggles no tienen brebajes mágicos para evitar que sus diente se vuelvan como en la época de la expansión colonial, así que recurren a especialistas para mantenerlos blancos y rectos. De hecho, los padres de Granger se dedican a eso, son dentistas.

—Wow, ¿Les pagan por arreglar dientes? —silbo Theo sorprendido—. Que locos están estos muggles.

—De cualquier forma, compartiré las golosinas con Tracey. Esa niña tiene un exagerado diente dulce.

—Ya que hablamos de regalos. También te agradezco por la túnica Harry —le sonrió Morag—. ¿Como supiste mi talla? —preguntó con un tono atrevido—, Espero que no te hayas colado a mi habitación y tomado mis medidas mientras dormía.

—Nada de eso —rió Harry—. Apenas acabo de pasar por la etapa donde creía que las niñas tenían piojos y debía estar lejos de ellas, no sería tan atrevido para hacer eso. Le pedí a Daphne que me ayudara con eso, ella es experta en moda y me ayudo a escoger las vestidos que le regale a cada una de las tres —y mirando a Luna con el ceño fruncido, agregó—. El cual no estas usando, gracias.

—Era demasiado ostentoso para mí. No me sentía yo siendo yo, me sentía yo siendo alguien que no era yo —contestó con un encogimiento de hombros.

—¿Y Greengrass no se puso celosa de que dieras regalos de ese tipo? —pregunto Blaise sin sentirse molesto por que su pareja usara una túnica dada por otro hombre. Realmente le quedaba espectacular.

—No para nada —sonrió Harry. Sin atreverse a aclarar que ella los consiguió de una clase un poco inferior al que él le había regalado.

En ese instante llegaron unos cuantos de Slytherin subiendo la escalera desde su sala común; tristemente para Harry, Daphne no venía entre ellos. Malfoy iba al frente llevando una túnica negra de terciopelo con cuello alzado que le daba aspecto de cura en opinión de Harry. De su brazo iba Pansy Parkinson, con una túnica de color rosa pálido con muchos volantes y una cara de insufrible regodeo, como si su cita fuera el mismísimo George Clooney. Tanto Crabbe como Goyle iban de verde y al parecer no tenían cita.

—Bueno Romeo, tu Julieta aún no llega —se burló Morag con un risilla al ver que Harry miró decepcionado que Daphne no aparecía—. Espero que no estés al borde de la desesperación.

—Aunque sería divertido verte entrar allí adentro solo —agrego Theo—. Ya puedo ver El titular en Corazón de Bruja: ¿El "Niño Que Se Comprometió" queda vestido y alborotado?

—En tus sueños Nott. Greengrass es tan presumida y llena de sí misma que jamás permitiría que su nombre sea manchado.

—Me rompe el corazón que te refieras de mí de esa forma querido —una voz melodiosa que él conocía (y a veces temía), se escuchó detrás de él.

Todos se dieron vuelta y en ese instante la mente de Harry se quedó completamente vacía.

—¿Cómo me veo? —le pregunto radiante Daphne girando para que pudieran ver su vestido.

—Estás... guapa —fue lo único que escapó de su boca antes que su mandíbula cayera.

Guapa era quedarse corto. Daphne estaba realmente magnifica, con su túnica gala blanco plateado, que por alguna razón que él desconocía, pero podría atribuir a la magia, emitía hermosos destellos blancos y plateados. Acompañando su túnica había un par de guantes blancos largos y un precioso tocado de diamantes que adornaba su largo cabello negro que ahora estaba recogido hacia arriba en un moño formal.

—¿Solo guapa? —preguntó, su bello rostro lo miraba divertida—. Yo creo que la respuesta que buscas es fabulosa, divina; al fin y al cabo, me esforcé por lucir así para ti querido —le susurro poniendo un dedo sobre el pecho de Harry—. Acéptalo tigre, te sacaste la lotería.

¡Bendito Merlín! "Al diablo con el día en cuanto le pateó el trasero a ese estúpido dragón y vi los pechos de Chicky" pensó Harry, ¡Este era el mejor día de toda su jodida vida!, Esos 350 galeones que esta hermosa mujer le arrebató valieron la pena.

—¡Grrr! ¡Vamos a rockear, nena! —anuncio sonriente levantando los pulgares provocando una sonrisa en su pareja.

Las grandes puertas principales de roble se abrieron, y todo el mundo se volvió para ver entrar a los alumnos de Durmstrang con su director. Krum iba al frente del grupo acompañado por una muchacha preciosa vestida con túnica de un azul turquesa brillante, el pelo negro en una larga trenza entrelazada con oro y unas pulseras también de oro que le brillaban en las muñecas. Era Padma.

—¡Por las rosadas bragas de Morgana! —jadeo Morag con incredulidad, y no era la única, el resto del grupo miró atónito sin entender como la apática adolescente se había convertido en la pareja de baile del mundialmente famoso jugador de quidditch.

—Bueno eso no se ve todos los días —murmuró Daphne con legítima sorpresa—. Bien por ella.

Harry estuvo de acuerdo mientras miraba hacia la explanada que había delante del castillo, la habían transformado en una especie de gruta llena de luces de colores que venían de cientos de pequeñas hadas: algunas posadas en los rosales conjurados, y otras revoloteando sobre unas estatuas que parecían representar a Santa Claus con sus renos.

De un momento a otro los llamó la voz de la profesora McGonagall:

—¡Los campeones por aquí, por favor!

Sonriendo, Harry y Daphne se despidieron del resto de sus amigos y avanzaron siguiendo a la subdirectora. La multitud se apartó para dejarlos pasar, dándoles miradas variadas, sobre todo a Daphne que recibía las miradas lascivas de algunos hombres y desprecio de la mayoría de mujeres, estas últimas sólo provocaron que la sonrisa arrogante de la azabache se acrecentara, apretándose más al brazo de Harry miró a todas con un rostro que claramente decía: «Critiquen perras. Les gustaría ser yo, lo sé y lo saben. Y de aquí nos vemos mejor, malditas envidiosas».

La profesora McGonagall, que llevaba una túnica de tela escocesa roja y se había puesto una corona de flores silvestres bastante fea alrededor del sombrero, les pidió que esperaran a un lado de la puerta mientras pasaban todos los demás: ellos entrarían en fila en el Gran Salón cuando el resto de los alumnos estuviera ya sentado. Fleur Delacour y Roger Davies se pusieron al lado de las puertas: el compañero de Harry de Ravenclaw parecía tan aturdido por la buena suerte de ser la pareja de Fleur que apenas podía quitarle los ojos de encima. Cedric (quien había regresado hace días de San Mungo. Después del incidente en la primera prueba, el adquirió una gran cicatriz en su lado izquierdo, que partía desde su ojo hasta su oreja y de la ceja hasta la mejilla) lucia animado a pesar de su condición saludo a Harry con un movimiento de mano, había venido al baile con Susan Bones de todas las personas, quien evitó su mirada para no tener que hablar con él.

Si yo fuera Diggory, no dudaría en usar una máscara como la de Batman para ocultar esa fea cicatriz —pensó el chico de la otra cicatriz dando vistazos al rostro del campeón de Hufflepuff con cierto morbo.

Entonces Krum y Padma se acercaron a ellos.

—«Potterr» —saludó el alargando una mano que Harry estrecho, luego tomó la mano de Daphne y la beso—. Padma me ha contado que tú y ella son amigos, así que «querria» «aclarrarr» que si la invite al baile no «erra» con finalidad de «obtenerr» «inforrmación» «sobre» ti, o como un medio para «sabotearrte». —le dijo con su acento marcado—. En «rrealidad», ella ha sido la única «perrsona» en este castillo con la que «podrría» «pasarr» una «agrradable» velada sin «temerr» que mi fama lo obstaculice

—Bastante entendible —contestó Harry. Aunque se reservó su opinión sobre el hecho que un tipo de 18 años había invitado a una adolescente de 14—. Probablemente tendría que decir que si haces algo fuera de lugar hacia ella te arrancaré la cabeza —sonrió—. Pero, a decir verdad, Padma es aterradora, lo suficiente para cuidarse ella misma —bromeó provocando risas en los campeones y su parejas a excepción de Fleur y Roger que se habían apartado y la francesa los miraba con insolente descortesía.

—No tienes que «preocuparrte». Me «comportarre» como un completo «caballerro» esta noche —contestó Krum y dándole un sonrisa amable a su pareja—. Me siento muy «aforrtunado» de que Padma haya aceptado, y «esperro» que ella se sienta igual.

—Supongo —murmuró apática Padma encogiendo los hombros. En vez de sentirse ofendido, Krum comenzó a reír ante el comentario.

En ese momento la profesora McGonagall les dijo que entraran detrás de ella, una pareja tras otra. Cuando los hicieron, fueron recibidos por aplausos de parte de todos los que estaban en el Gran Salón, los cuales los acompañaron mientras cruzaban la entrada y se dirigían a una amplia mesa redonda situada en un extremo del salón, donde se hallaban sentados los miembros del tribunal.

Habían recubierto los muros del salón de escarcha con destellos de plata, cientos de muérdagos cruzaban el techo negro lleno de estrellas. En lugar de las habituales mesas de las casas había un centenar de mesas más pequeñas, alumbradas con pequeños faroles, cada una con capacidad para unas doce personas.

Mientras Harry miraba todo con genuino interés, Daphne parecía regodearse de la atención: miraba a todo el mundo con suficiencia, y llevaba a Harry con tanta determinación que él se sentía como un perro de exhibición al que la dueña lo obligaba a mostrar sus talentos en un concurso.

Al acercarse a su mesa vio de reojo a Ron y a Hermione, Ron iba con una túnica de gala muy diferente a la que se suponía le había dado la señora Weasley en verano, era roja oscura y no se veía tan mal; mientras tanto y para su incredulidad, Hermione se veía bastante preciosa en una túnica color añil, y al igual que él se había hecho algo en el pelo: ya no lo tenía enmarañado, sino liso y brillante, y lo llevaba recogido por detrás en un elegante moño. Ambos le dieron miradas de tristeza y dolor antes de apartar la vista.

Dumbledore y el resto de jueces del torneo estaban sentados en la mesa principal, solo que faltaba el señor Crouch, y el quinto asiento de la mesa estaba ocupado por Percy Weasley.

Cuando los campeones y sus parejas llegaron a la mesa, Percy retiró un poco la silla vacía que había a su lado, mirando a Harry. Éste entendió la indirecta y junto con Daphne se sentaron a lado de Percy, que llevaba una reluciente túnica de gala de color azul marino, y lucía una expresión de gran suficiencia.

—Me han ascendido —le dijo Percy con suficiencia antes de que a Harry le diera tiempo a preguntarle qué demonios hacía ahí—. Ahora soy el ayudante personal del señor Crouch, y he venido en representación suya.

—¿Por qué no ha venido él? —preguntó Harry sin mucho ánimo de hacer conversación.

—Lamentablemente el señor Crouch no se encuentra bien. No se ha encontrado bien desde los Mundiales. No me sorprende: es el exceso de trabajo —suspiro con un verdadero rostro triste, algo que Harry se le hacía difícil de creer ya que, si Crouch se mantenía fuera de la fotografía, Percy tendría la oportunidad de hacerse cargo como su asistente—. Pobre hombre, está pasando unas Navidades tranquilas, bien merecidas. Estoy satisfecho de que supiera que contaba conmigo como alguien de confianza para ocupar su lugar.

—Bueno Percy, supongo que eso debe ser algo genial ¿no? —murmuró Harry desinteresado.

—¿Solo genial?, es algo bastante impresionante y digno de reconocer —se inmiscuyo Daphne mirando evaluadoramente a Percy—. No hemos tenido el gusto de conocernos formalmente, Daphne Greengrass, heredera de la Casa Antigua y Noble de los Greengrass y prometida de Harry —se presentó alargando la mano.

Percy la tomo y deposito un cortes beso en el dorso.

—Un gusto heredera Greengrass, me disculpo por mi descortesía de no presentarme adecuadamente y haber acaparado la atención de su pareja —dijo educadamente Percy, como si recitara el texto de un manual—Mi nombre es Percy Ignatius Weasley, un placer.

—Un placer igual —contesto Daphne con amabilidad para desconcierto de Harry—. Es un gusto conocer a un Weasley educado, y espero no sonar grosera pero lamentablemente he tenido malas referencias debido a tus hermanos menores, algunos prejuicios de su parte y un poco de tensiones por el nuevo círculo de amistad de mi prometido han hecho una brecha entre ellos y nosotros que ha sido difícil para mí poder congeniar.

Percy suspiró y bajó la mirada con vergüenza.

—Me disculpo por mi familia señorita Greengrass —dijo con prontitud, en su rostro se reflejaba el bochorno que causaba hablar sobre el comportamiento de sus hermanos—. Lamentablemente mis hermanos menores no tienen el sentido del decoro ni la sabiduría para evitar las vergüenzas que presentan a nuestra familia. Mis padres les han dado rienda suelta a ese comportamiento tan indigno que ya ha ocasionado bastantes problemas, sobre todo con los más recientes actos —y miró a Harry—. Realmente no sabes cuánto lamento lo que Ronald te hizo, cuando me enteré no pude dar crédito, ¡Jamás espere eso de él o de esa chica Granger!, Y mucho menos espere que Ginny y los gemelos no hicieran algo para ayudarte, esperaba que los veranos que pasaste con nosotros hubieran significado algo para ellos, pero al parecer su sentido moral fue menor al de su propio orgullo —recito negando con la cabeza.

—No pasa nada Percy, es cosa del pasado —desestimó Harry con un gesto de la mano, como si espantara una mosca—. Tristemente Ron y yo no podemos recuperar nuestra amistad, ya ha pasado mucha agua bajo ese puente. Espero lo entiendas.

—Claro, es más, yo haría lo mismo si estuviera en tu lugar. Ron y los demás deben aprender que sus decisiones tienen consecuencias —aclaró enérgicamente con tono prepotente—. Créeme cuando lo digo, pero estás mucho mejor sin Ron, él ha sido siempre tan... duro de cabeza para aprender la etiqueta adecuada, alguien en tu posición social no necesita alguien como mi hermano para que lo arrastre. Es mi sangre y lo quiero, pero no puedo negar que es un ignorante y si no cambia solo sería un obstáculo para quien sea que se relacione. Desgraciadamente mis padres ni siquiera hacen el intento por ayudarlo, imagínate que tuve que intervenir y comprarle una nueva túnica de gala de último minuto, no sé qué pensaba mi madre al mandarlo con ese feo trapo que tenía antes, no podemos permitir que Ron haga más el ridículo de lo que ya ha hecho —renegó el pelirrojo girándose a su plato vacío.

La comida aún no había llegado sobre los brillantes platos de oro, solo había un pequeño papel que Harry cogió confundido, era un menú. Miró a su alrededor y se dio cuenta que no había camareros. Preguntándose qué debía hacer, se giró hacia Dumbledore el cual leía su menú con detenimiento y luego le decía muy claramente a su plato:

—¡Chuletas de cerdo!

Y las chuletas de cerdo aparecieron sobre él. Captando la idea, los restantes comensales también pidieron a sus respectivos platos lo que deseaban.

—Tengo que admitir Percy que eres muy distinto al concepto de Weasley que tenía —hablo Daphne mientras cortaba su carne de primera—. Nuevamente me disculpo si sueno grosera o impertinente pero tus hermanos menores han dado mala fama a tu familia, algo que de por sí ha sido cuestionado por la extraña obsesión de tu padre por los objetos muggles —probó su carne, después de pasarlo con un trago de vino de su copa de oro, se limpió con una servilleta y siguió increpando al tercer mayor de los hermanos Weasley—. Pero entonces te tenemos a ti siendo el asistente de un hombre tan importante como lo es el jefe del Departamento de Cooperación Mágica Internacional, y todo a una edad tan joven. Es algo bastante impresionante, y es un claro ejemplo de que eres alguien bastante talentoso —lo alabó—. Según lo que me ha dicho Harry, el resto de tus hermanos mayores también tienen profesiones bastante interesantes: un especializado dragonologista de una reserva mágica en Rumania y un talentoso rompemaldiciones de Gringotts, eso me hace preguntar ¿En qué momento tus hermanos menores se desviaron de ese excelente paso que estaban llevando?

—Creo que la mala influencia de los gemelos y la poca autoridad que impone mi padre es lo que ha hecho que los cuatro sean tan problemáticos —resopló Percy probando sus verduras cocidas con mantequilla.

—Bueno me alegro de conocer a un claro ejemplo de que no hay que juzgar a una familia solo por la mala imagen que dan sus miembros más problemáticos —señalo Daphne—. Harry siempre ha hablado tan bien de tu familia y lo que sucedió con Ronald me lleno de cierta preocupación de que las maquinaciones fuera un esfuerzo en conjunto de todos ustedes. Realmente debo ofrecerte una disculpa a ti y al resto de tu familia por pensar así, pero Harry es... —arrastró un poco las palabras dándole a Harry una rápida mirada con ojos brillantes y una sonrisa maliciosa que Percy no noto— mi amado, me preocupo por él.

Harry giró los ojos. "Si claro, y yo soy John Lennon", pensó.

—No tienen que disculparse —contestó con prontitud—. Como dije, las acciones de Ron provocaron que nuestra familia tuviera más mala fama de la que ya habíamos tenido. Está en su derecho de desconfiar de nosotros, aun así, quiero asegurar a Harry que de mi parte siempre ha habido una amistad sincera sin ningún tipo de interés. Veo a Harry como otro de mis hermanos.

—Gracias Perce, es bastante... refrescante saber que aún tengo la amistad de algún miembro de los Weasley—dijo Harry con tono condescendiente que afortunadamente Percy no capto—. Espero que entiendas que en estos momentos no pueda acercarme mucho a Ron y los demás, y creo que lo mejor sería también evitar a tus padres. Pero creo que podremos ser cordiales entre nosotros, al fin y al cabo, creo que tu visión de las cosas podría ayudarme a cruzar ese puente cuando llegue el momento.

—¡Sera un gusto Harry! —sonrió Percy con felicidad.

Harry había por fin conectado los puntos. Daphne había usado sus palabras para ganarse la confianza de Percy y apelar a su ego y ambición personal, entrando en la gracia de Percy, sabiendo que el joven haría y diría lo que fuera para quedar bien parado ante los dos. Percy era muy talentoso y ambicioso y era mejor tenerlo en el bolsillo, sobre todo si tenía conexiones con peces gordos del ministerio de magia. Muy, muy astuto por parte de su querida novia, tuvo que admitió.

Cuando se acabó la cena, Dumbledore se levantó y pidió a los alumnos que hicieran lo mismo. Entonces, con un movimiento de su varita, las mesas se retiraron y alinearon junto a los muros, dejando el suelo despejado, y luego hizo aparecer un escenario donde comenzaron a parecer. Sobre instrumentos musicales. Con aplausos, los asistentes del bailes de Navidad recibieron a Las Brujas de Macbeth entusiasmados.

Eran tipos todo melenudos, vestidos con túnicas negras llenas de desgarrones y aberturas. Cuando tomaron sus instrumentos, y las luces se posaron sobre ellos, Harry sabía lo que se avecinaba.

—¡Vamos! —le susurró Daphne—, Espero que las clases den resultado señor Potter, no querrá verme decepcionada.

Las Brujas de Macbeth empezaron a tocar una melodía lenta, triste. Harry tomó firmemente de la cintura a Daphne y con la otra agarro su mano.

No era tan terrible como él había temido, las clases con Daphne habían funcionado bastante bien. Solo dando vueltas lentamente y haciendo movimientos fluidos cuando era necesario. No era un Travolta, pero tampoco era un fracaso. Mientras él y Daphne danzaban sincronizados miro que muy pronto empezó a unirse gente al baile, de forma que los campeones dejaron de ser el centro de atención. Neville y Ginny bailaban junto a ellos para su desgracia. Dumbledore bailaba con Madame Maxime y aunque él era demasiado pequeño para ella, se movían con bastante gracia. También vio a sus amigos bailar, Blaise y Morag sonriendo mientras hablaban. Theo riendo cuando Luna hacía movimientos raros de Hip Hop en su baile.

Las canciones en si no eran malas, se dijo Harry. Como una banda del mundo mágico tenía temas sobre magia y esas cosas que él podía entender. Harry hubiera preferido algo un poco más de su gusto personal como «How Deep Is Your Love» o «More Than a Feeling»; o también algo más movido como «Crazy Little Thing Called Love» o algo de ABBA; incluso ese nuevo sencillo de Medicine que escucho en el álbum soundtrack de la película de Él Cuervo.

Después de cinco canciones seguidas, las Brujas de Macbeth dejaron de tocar y los aplausos volvieron a sonar en el Gran Comedor. Harry se acercó al oído de Daphne.

—Vamos a dar una vuelta —le susurró—. Refresquemos un poco allá afuera... solo los dos —le dio una sonrisa provocativa.

—Que atrevido señor Potter —contestó ella sonriéndole de igual manera.

Harry y Daphne dejaron la zona de baile y rodearon las mesas. En su camino un chico de Beauxbatons con aire de arrogancia se acercó a Daphne para preguntarle si le gustaría tener el honor de bailar con él, pero ella simplemente lo ignoró y siguió adelante saliendo del vestíbulo sin dirigirle ni una sola palabra. Harry le dio una mirada

La puerta principal estaba abierta, y mientras bajaban la escalinata de piedra distinguieron el centelleante brillo de las luces de colores repartidas por el jardín de rosas. Una vez abajo, se encontraron rodeados de arbustos, caminos serpenteantes y grandes estatuas de piedra.

Se oía el susurro del agua, probablemente de una fuente. Por todos lados había gente sentada en bancos labrados. Tomando un camino que zigzagueaba entre los rosales, y apenas habían recorrido un corto trecho cuando oyeron una voz tan conocida como desagradable:

—Esto no es nada. En Navidad, en el palacio de Beauxbatons tenemos «escultugas» de hielo en todo el salón «comedog». «Pog» supuesto, no se «deguiten», son como «enogmes» estatuas de diamante, «bgillando pog» todos lados. Y la comida es sencillamente «sobegbia» —Harry miró a su alrededor y vio a Fleur Delacour y Roger Davies medio ocultos en un rosal cercano. Le dio una palmada a Daphne en el hombro y los señaló con un gesto de cabeza, Fleur y Davies parecían muy entretenidos—. Y tenemos «cogos» de ninfas de «madega» que nos cantan «seguenatas mientgas» comemos. En los salones no hay ni una de estas feas «agmadugas», y si «entgaga» en Beauxbatons un poltergeist lo «expulsaguíamos» de inmediato —añadió.

—Vaya, ¡Qué calamidad! —antes de que Harry tan siquiera pudiera pensar algo, Daphne elevó su voz haciendo que el par se separará mayor se separará con prisas. El rostro bello de Fleur se tiñó de rosa en sus mejillas antes de fruncir el ceño—. Nuestro humilde castillo no está a la altura de los estándares de la chusma francesa.

—Disculpa «pego» estábamos teniendo una «convegsación» «aggadable» hasta que ustedes «llegagon» —les recrimina furiosa. Mientras tanto Davies estaba demasiado ocupado mirando a Fleur como para enterarse de lo que estaba pasando—. Si «fuegan» tan amables de «desapagueceg» «seguia» muy lindo de su «pagte», además unos niños como ustedes ya «debeguían» «estag» en la cama, su «hoga» de «dormig» ya se pasó hace bastante tiempo, —y miro a Harry con desdén— «ahoga» solo los «vegdadegos» adultos «debeugían» estar «despiegtos».

—Ja, adulto ¿tu? —rio—, si eres más infantil que niño de primaria, «Flegggrrr» —se burló Daphne escupiendo el nombre de Fleur con clara burla a su intento de inglés.

Los azules brillantes de la francesa estallaron en rabia ante las burlas de la menor. Su rostro adquirió un tono morado peligroso que le recordó a su tío Vernon, sus fosas nasales se dilataron.

—¿Sabes con quién estás hablando?, «gamine gâtée» [mocosa malcriada] —pregunto alzándose sobre Daphne—. A tu edad yo ya había ganado infinidad de «pguemios» y «togneos» de duelo, ¿«cguees» que «egues» bonita? No me llegas ni a los talones, así que no me «pgovoques» o te «demostgague» «pogque» soy mucho «mejog» de lo que tú «aspigagías» a ser en tu patética vida.

—Palabras fuertes de una muñeca con mucha belleza y poco sesos —resoplo Daphne despectivamente—. Tus grandes logros, ¿eh? Probablemente tus grandes victorias se debían a que has tenido que acostarte con el 80% de las personas en tu camino a la cima —haciendo un gesto de desdeñoso—. Al fin y al cabo, para eso sirve tu especie ¿no?

En ese momento la rabia de Fleur se destapó, Harry tomó su varita de entre sus ropas para detener cualquier cosa que la francesa intentará hacer. Pero, el rostro enrojecido de Fleur se transformó en una abominable mueca de maldad y su voz fría y encolerizada se hizo escuchar:

—¿Así que «quiegues» «llegag» a eso niña?, bien —siseo mientras en sus ojos el brillo de la locura—. Si tanto «cgees» «conoceg» el encanto de una «vélane» [veela], ¿«Pog» qué no te lo «muestgo»? —su mirada paso a Harry—, veamos qué tan «divegtido» te «paguece» cuando tu novio te dé la espalda y te abandone «pog» alguien más «hegmosa».

Entonces Fleur desplegó su encanto mágico, llenando todo el lugar de una especie de neblina transparente y brillosa. El rostro de Roger Davies adquirió una cómica expresión de aturdimiento, mientras veía embelesado, de su boca caía un pequeño hilo de saliva. Fleur extendió una de sus manos hacia Harry y le habló con un tono hermoso y seductor:

«Viens à mon amor» [Ven a mí, amor]

Por primera vez el rostro de Daphne adquirió una mirada de miedo e inseguridad, su cuerpo se tensó por la incertidumbre de lo que podría pasar, así que saco su varita lista para detener a la campeona de Beauxbatons antes de que hiciera algo a su novio.

Harry parpadeó confundido y miró de los ojos de Fleur a su mano alargada y de regreso. Su boca se abrió ligeramente

—Lo siento Chicky, no hablo "croissant" ¿Qué dijiste?—murmuró Harry frunciendo un poco el ceño, rascándose la mejilla.

La mandíbula de Fleur cayó mientras miraba atónita al joven chico. ¿Realmente él resistido a su encanto sin ningún esfuerzo?

¡Era imposible! se dijo Fleur. Aun si ella no era una veela completa como una de sus abuelas, tenía la capacidad de poner a la mayoría de hombres bajo su encanto, desde un niño a un anciano, incluso hasta algunas mujeres. Por lo que ella sabía, la única forma de poder resistir al encanto de una veela era una voluntad inquebrantable, alta resistencia a la magia mental o estar profundamente enamorado. Y podía asegurar que Harry Potter y su espantosa novia no estaban enamorados, más parecían dos mocoso ambiciosos trabajando juntos por un mismo fin. Entonces, ¿él tenía una voluntad tan grande capaz de resistirse al encanto de ella?; bueno ciertamente ya antes había demostrado que era mágicamente poderoso, la forma en cómo venció a su dragón era un claro ejemplo de ello.

Sus pensamientos desenfrenados por este extraño giro de los acontecimientos fueron interrumpidos por la risa de burla de la pelinegra de Hogwarts.

—Oh esto es divertido —rio limpiándose una lágrima que escapó de su ojo, que francamente no era solo de risa, también era en parte de alivio. Estaba aterrorizada de lo que Fleur podría haber hecho con su novio, sobre todo la vergüenza que traería a ella—. Esto es tan hilarante, lo único en lo que eres buena y aún así fracasaste, ¿cuán patética puedes ser? —le dijo.

Fleur gruño, aun cuando su encanto seguía presente, parecía que ha Harry no le afectaba en lo más mínimo. Estaba impasible, como si no sintiera ningún peligro.

La risa de Daphne entonces se cortó y su mirada se volvió fría, mortal y furiosa. Damas y caballeros, la reina de hielo acaba de hacer su entrada.

—Eso fue realmente hilarante, ver tu mirada aterrorizada al ver como tu habilidad de mujerzuela no funciono con el niño que has despreciado tanto —sus ojos violetas adquirieron peligrosidad de repente—. Da lástima que una mujer como tu sea la representante de un colegio para una competición internacional tan importante. Quizás Beauxbatons es tan patético que siendo tu su campeona sea un claro ejemplo de su mediocridad —y dio un paso hacia el frente, irguiéndose digna—. Pero te lo advierto Delacour, «garde ta griffe loin de mon homme, répugnant métisse!» [¡mantén tus garra lejos de mi hombre, repugnante mestiza!]

—¡COMO TE «ATGUEVES»! —chillo ofendida la francesa.

—Bueno... no sé lo que está pasando, pero suena bastante tenso —murmuró Harry diciendo adiós al ambiente agradable que había tenido hace minutos mientras pasaba la vista de su prometida enojada a la rabiosa campeona de Beauxbatons.

—¡Bien! —dijo Fleur alzando la voz—. Mi encanto no solo «sigve» «paga» en «enamogag» a los «hombgues», sino «paga» «poneglos» uno «contga» el «otgo».

Y de repente una suave brisa sacudió el cabello de Daphne, sus brillantes violetas se abrieron con sorpresa y pánico mientras veía a Harry ser enviado hacia atrás con fuerza y caer al suelo con un sonido seco. Con la boca abierta observó a su novio retorcerse en el piso tomándose con fuerza el pecho.

—¡ALÉJATE DE ELLA POTTER! —Roger Davies rugió enloquecido, su cabello había perdido su peinado inmaculado y ahora estaba suelto salvaje, sus ojos miraban con locura a Harry, como si un asesino se tratase—. NO DEJARÉ QUE ME LA ROBES, ELLA ESTA CONMIGO. ¡NO ME LA QUITARA!, ¡NO ME LA QUITARAS!

Daphne sacó rápidamente su varita, lista para maldecir a Davies hasta la otra vida, pero un pequeño destello mágico envió su varita lejos de su mano, furiosa giro su rostro a la causante, una engreída Fleur estaba de pie con varita en mano y sonriendo maléficamente, la había desarmado sin siquiera pronunciar el hechizo.

—Déjalos «divegtigse» —canto con regocijo

Harry gruño adolorido tomándose el pecho, no sabía qué clase de hechizo uso Roger, pero dolía como los mil demonios. Ese bastardo lo había tomado desprevenido.

Bien, ahora estaba él estaba enojado, le iba a patear el trasero a ese hijo de puta en el momento en que tomará su... espera... ¡Su varita!, ¡Ya no estaba con el!

Harry miró aterrorizado de un lado a otro buscando alguna señal de su varita de acebo. La necesitaba y con urgencia, no podía hacer magia sin ella o se metería en problemas.

—¡No voy a dejar que me la robes, Potter! —dijo delirante Roger apuntando su varita a Harry.

Fleur miraba todo esto con una sonrisa de victoria y el brillo vicioso en sus ojos.

Y de repente lo más impredecible ocurrió. Una de las estatuas de la entrada con forma de Santa Claus aparecía volando salvajemente hacia Roger Davies, quien tuvo que desviarla con la varita hacia un costado. Ese lapsus le permitió a una figura alta y fornida aparecer y mandar a volar al capitán de quidditch hacia atrás con una tacleada de hombro.

Ante la sorpresa de todos los presente hizo acto de presencia un joven bastante atlético vestido con una túnica verde oscuro, y una extraño collar en forma de sarcófago de color turquesa; sus ojos marrones observaba fríamente a un Roger tendido en el suelo, el cual segundos después se incorporó y lo miró con enojo mientras lo apuntaba con su varita.

—Es de cobardes patear al pequeño potro cuando está en suelo, compañero —gruño un enojado Adam Calloway—. Sobre todo, cuando lo haces tan rastreramente.

—¡Esto no es tu asunto, piérdete! —rugió Roger lanzando un encantamiento aturdidor hacia el americano. Harry abrió los ojos con genuina preocupación, gritando que se apartara del camino del rayo rojo, el recién llegado ni siquiera tenía su varita en la mano.

—¡Maldita sea! —gruño Harry, ofuscado por su suerte, su varita seguía sin aparecer.

Pero para sorpresa de todos, Adam simplemente golpeó el rayo con el dorso de su mano y lo mandó de regreso hacia un sorprendido Roger que no se esperaba esto, el encantamiento golpeó su pecho y lo envió al suelo, inconsciente.

—¿C-Cómo lo hiciste? —jadeo Daphne con los ojos muy abiertos. Él simplemente había desviado un hechizo con su mano. Nunca antes había escuchado algo así.

Adam no respondió y se giró a Fleur quien sintió que su respiración se perdía. El intruso en sus planes la estaba mirando molesto, se suponía que su encanto seguía activo y fuerte, pero este hombre no solo no estaba babeando por ella, estaba siendo indiferente. Era inaudito se dijo, dos hombre en la misma noche habían ignorado su belleza celestial y no cedían a sus demandas ¿Cómo era eso posible?

—¿Quien «egues»? —le pregunto Fleur mirándolo como si fuera una extraña aparición—, ¿Que «egues»?

La última era un pregunta válida pensaron Harry y Daphne, era casi un hecho que nadie podía desviar encantamiento aturdidor con una mano, en cuanto hacía contacto con el cuerpo esté hacia efecto, se suponía que él debían caer desmayado. Los únicos seres que eran capaces de hacerlo eran las criaturas mágicas. ¿Acaso aquel chico era un mestizo también?

—¿Yo? —respondió Adam señalando así mismo—. Yo solo soy un simple camarero que viene de Luisiana— contestó—. No sé quién seas, pero lo mejor para ti es irte y llevarte al tipo del suelo —le advirtió con voz seria que mandó un escalofrío a la francesa—. Yo soy un caballero y no levantaría la mano contra una dama, pero no haría nada para detener a la novia del degolladragones que se ve con ganas de mandarte a visitar el bello pueblo de "villa palizas".

Al verse superada, la chica simplemente apagó su encanto y con un gesto despectivo hacia todos se dio la vuelta levantando la nariz, abandonando a su cita en suelo sin remordimiento alguno. Su mente estaba ocupada en pensamientos sobre dos hombres que habían capturado su interés, dos hombres poderosos que no cedían a su encanto, tal y como le gustaban.

—Hay que ver —suspiro Adam acercándose a Roger, con un solo movimiento lo levantó sobre su hombre cual saco de papas—. Muy bella, pero con un carácter de los mil demonios, al parecer así les gustan a los británicos —se giró hacia Harry—. ¿Estás bien chico?

Harry se sacudió la tierra de su túnica, Daphne le entregó su varita, la cual había caído hacia sus pies. Después de guardarla entre sus ropas, se giró y miró al americano frente a él.

—Si no fue nada —murmuro aun agitado y ligeramente avergonzado de ser salvado por alguien más—. Gracias por tu ayuda.

—No tienes que agradecer, mi joven amigo —sonrió amablemente—. Mujeres ¿eh?... —dijo en broma para aligerar el ambiente, señalando el lugar por donde se había ido Fleur— no se puede vivir con ellas, ni sin ellas

—¡Disculpa! —se impuso Daphne con la ceja encarnada dando un paso hacia ambos chicos.

—¡Solo bromeaba! —rio alargando su mano hacia Daphne—. Adam Calloway para servir a Dios y a usted.

Daphne no tomo la mano, ni siquiera la miró. Su mirada penetrante estaba clavada sobre el chico que hizo una mueca nerviosa y bajo la mano.

—Daphne Greengrass —contestó después de un rato—. ¿Como hiciste eso? Como desviaste el hechizo con tu propia mano, ¿acaso eres...?

—¿Un híbrido? —respondió indiferente, no le molestaba la acusación—. Nahh, para nada. Es una habilidad mágica que hemos tenido los Calloway por años —levantando una mano—, tenemos una resistencia sorprendente, super fuerza y una piel que puede volverse casi impenetrable como la de un tractor, aunque consume muchísima magia cuando la uso. Pero no, no soy un cruce entre criatura o algo parecido. ¡Esas cosas son del diablo! —bromeo.

—¡Un simple ser humano no puede hacer eso! —acusó Daphne frunciendo el entrecejo

—¿Qué acabas de ver Daphne? —le dijo Harry.

— Pues sí, pero...

—¡¿Qué acabas de ver?! —repitió.

—¡Tú no te metas! —le siseo haciendo retroceder a Harry.

—Ya le dije señorita, soy un humano normal —volvió a decir Adam levantando las manos cuidando que Roger no cayera de su hombro—. Mis padres son humanos también, ellos eran unos simples pero orgullosos granjeros que se ganaban la vida en un viejo campo de algodón, en Luisiana a millas de Texarkana.

—¡Como la canción! —entendiendo la referencia.

—Vaya, por fin, ¡alguien que habla mi idioma! —dijo emocionado Adam.

—¡Baa! —resoplo Daphne con molestia—. Así que eres nacido muggle, ¿verdad?

—Tal vez sí, tal vez no ¿a quién le importa? Lo importante es lo de adentro —contestó simple el chico poniendo una mano en el corazon con una sonrisa divertida.

—¡A mí me importa mucho! —contestó Daphne que por alguna razón su temperamento estaba creciendo cada vez más por culpa de este chico.

—La curiosidad mató al gato señorita Greengrass. Si soy nomaj o no, no es su asunto —arrastró Adam. No había malicia en sus palabras, al parecer el solo estaba jugando.

—¡Ohhhh! —murmuró Harry tapándose la boca. No podía creer que él dijo eso.

—¡¿Tú sabes quién soy?! —le dijo elevando su voz con las mejillas rojas. El campesino se estaba burlando de ella.

—La novia de él —señalo a Harry.

—¡Pfff! —Harry reprimió la carcajada justo a tiempo. Ya que Daphne lo miró fríamente y él tuvo fingir una tos.

La verdad se estaba divirtiendo, la forma de ser de Adam estaba sacando de quicio a su novia.

—¡Yo soy Daphne Greengrass, futura líder del Gremio de Exportación Internacional Greengrass!

—¡Y yo soy Batman! —respondió Adam agravando la voz.

—TE ESTAS BURLANDO DE MI

—No claro que no —rio Adam moviendo las manos—. Entonces futura líder de un gremio ¿eh? —dijo tratando de calmarla— ¿Eres rica?.

—Si claro... pero de eso no estaba hablando.

—¿Puedes comprar un McDonald's? —volvió a preguntar realmente curioso por la respuesta. Siempre había querido conocer a alguien que fuera dueño o pudiera comprarse un McDonald's y hacerse su amigo.

Daphne miró a Harry lívida, estaba a paso de quebrarse y terminar asesinando a Adam.

—Ya Daphne, déjalo —le habló suavemente pasando una mano por su espalda, tratando de calmarla—. Al parecer a él no le importa los temas de política y estatus de sangre ¿verdad? —pregunto mirando a Adam.

—Soy un simple granjero viajando por el mundo —contestó Adam tranquilo—. Ya me he encontrado con algunos listillos que quieren hacer sonar su nombre y decirme que hacer, pero no me importan las amenazas, no me pueden hacer nada. Hacerme daño físico sería muy complicado y sólo conseguirían que yo les dé una paliza —les sonrió a ambos levantando el puño—. ¿Tratar de arruinarme social o económicamente?, bueno, podrían conseguir que me despidan de la Tres Escobas, pero podría irme a cualquier otro sitio del continente, Europa es muy grande —les dijo, mirando hacia el castillo—. A ustedes los británicos se les hace fácil creer que tienen poder absoluto, pero fuera de su país, bueno la gente no hará lo que ustedes quieran, así como así.

—Vaya, no encuentro fallas en su lógica —admitió Harry.

—¡Él no me agrada! —se enfurruño Daphne cruzando los brazos. Alguien que no conocía su lugar y que el poder político no podía escarmentar no debía existir en este mundo.

Adam solo rió amablemente ante las palabras, la noche se había vuelto más tranquila ahora que todos los problemas acabaron y los chicos frente a él estaban más relajados.

—¡Oye, por cierto! —hablo Harry mirando a Adam con el ceño ligeramente fruncido—. ¿Cómo es que estas aquí?, se supone que es solo para estudiantes de los tres colegios.

—Oh, veras ¡fui invitado! —les dijo Adam—. Una chica bonita me pregunto si quisiera ser su pareja, pero como no sabíamos si era permitido hablamos con el director Dumbledore y la mujer con cara de enojada —Harry rápidamente entendió que se refería a la profesora McGonagall—. Ella se opuso y casi obliga a mi pareja a ir con un tipo con el que había tenido problemas hace días, que para que arreglaran sus diferencias y mostraran que unidad de casa o algo así. Pero afortunadamente el director abogo por nosotros y me permitió venir con ella —sonrió—. Es la primera vez que voy a un baile tan formal, en casa solo eran bailes en graneros con mucho alcohol y esas cosas, así que estoy muy emocionado.

—¿Quién te invitó? —le pregunto Harry.

—¡Adam!

Una chica de pelo marrón y piel blanca se acercó a ellos con paso rápido. Venía ataviada con una túnica dorada y una chal de color blanco perlado.

—¡Chica voladora! —saludo Adam con una gran sonrisa levantando la mano.

Katie Bell fue reduciendo la velocidad hasta que se paró frente a ellos, sorprendida por la escena frente a sus ojos, y sobre todo la compañía que tenía su pareja de baile.

—Ok, explícame que hace Roger Davies en tu hombro —le cuestiono con una ceja levantada señalando al chico inconsciente—. Se suponía que iríamos a dar una vuelta por el jardín y hablar sobre tu extraño collar y el porque los tacos son la mejor comida del mundo —ahora apuntando al collar turquesa en forma de sarcófago egipcio—, y de la nada corriste en dirección hacia acá después de arrojar la estatua... ¿en realidad porque la arrojaste? —frunciendo el ceño—. Tuve que darle explicaciones a un borracho Flitwick que no me dejo ir hasta después de un sermón sobre lo peligroso de arrojar cosas sobre gente inocente, que terminó en una historia de porqué celebramos la navidad —se quejó con los brazos cruzados y un pequeño mohín.

Después de una explicación rápida por parte de Adam, Katie ahora conocía los sucesos que ocurrieron mientras ella no estaba presente. Ahora ambas parejas estaban paradas una frente a la otra, Adam y Harry tenían un brazo sobre sus respectivas citas y se miraban sin saber qué decir.

—Ok... esto es incómodo —murmuró Katie con una pequeña sonrisa—. Se que no sirve de mucho, pero me alegra que Adam haya corrido hacia acá para ayudar. Esa maldita francesa de por si no me agradaba nada, pavoneándose en el castillo como si fuera la novena maravilla del mundo.

—En eso estamos de acuerdo, Bell —reconoció Daphne dándole una mirada simple a la estudiante mayor de Gryffindor.

Katie suspiró, sabiendo que las palabras estaban de más decidió que era tiempo de terminar con esto.

—Bueno... creo que no hay nada más que decir. Nosotros creo que deberíamos...

—Creo que tenías algo muy importante que decirle algo al pequeño degolladragones ¿no? —soltó de repente Adam mirando a su compañera de baile.

—Yo... Adam... no creo —comenzó a farfullar Katie dándole una mirada significativa. No estaba preparada para afrontar algo así de repente.

—¡Anda vamos! —ánimo—. Nunca es tarde para arreglar las cosas, además es mejor soltarlas que seguir cargándose en el pecho —miró a Harry que se sentía incómodo—. Yo creo que saldrá algo bueno de esto, él es un buen chico.

Harry miró a Katie frunciendo ligeramente el ceño, sin ninguna sospecha de lo que ella quería decirle que no fueran más disculpas. Daphne por su parte simplemente se quedó parada detrás de su pareja con los brazos cruzados, no se sentía a gusto con el nuevo giro en el cual había ido su noche, pero no iba a armar una escena a estas alturas, se lo merecía por provocar a la zorra francesa como niña caprichosa.

—Harry, yo... yo lo lamento... —comenzó con una voz que parecía más un susurro—. Yo jamás quise que te fueras de Gryffindor.

—Katie —dijo con tono de hastío—, la decisión del juicio que me hicieron fue unánime —estaba harto de las pobres excusas de su antiguos compañeros. ¿Porque no podían asumir su culpa?—. Toda la casa decidió que yo fuera expulsado y la verdad es algo patetico que le hayas dicho a Skeeter que eras la unica que no me dio la espalda, porque lo hiciste como el resto de los demas.

—¡Claro que no! —replicó ella enojada. Estaba consciente de que Harry tenía todo el derecho a darle su juicio después de lo que pasó, pero le dolía que ni siquiera tuviera la pequeña duda sobre su inocencia. Bueno, después de que sus propios mejores amigos lo traicionaron no lo culpaba.

—¿De qué idioteces hablas? —comenzó a enojarse Harry—. ¡Ese estúpido juicio solo funciona cuando todos en Gryffindor deciden echarte!

—¡Te mintieron, grandisimo idiota! —revelo—. El juicio del león no funciona así —las lágrimas comenzaron a llenar las esquinas de sus ojos—. Las reglas del juicio estipulan que no es necesario que esté la casa completa, solo con el 85% de los que estén en la sala común en ese momento. Además, no es necesario que todos voten unánime. Granger y Longbottom que estaban presentes no votaron contra ti, pero al no salir en tu defensa cuando se hizo el juicio su voto se volvio nulo.

—Eso no es así —volvió a la carga Harry—. ¡Ellos me dijeron que...!

—¡Por supuesto que te dijeron eso! —lo corto, las lágrimas corrían ahora libres por su rostro—. Querían hacerte sentir solo, aislado para humillarte. Pero dime, ¿tú me viste ahí? —le pregunto.

Harry hizo memoria, esa noche en Halloween. Pudo ver algunos rostros conocidos, principalmente el de sus mejores amigos y algunos miembros de su año, también parte de sus compañeros de quidditch, pero... era verdad; No había visto a Katie esa noche en la torre.

—Tu no estabas ¿verdad?

—¡Por supuesto que no!, ¡Jamas te hubiera triacionado, tonto!, ¿Quien te salvo de partirte el trasero el año pasado cuando estabas a 30 pies en el aire y estabas agotado por el exceso de entrenamoento que nos sometio Wood?, ¡Yo! —lo acusó con furia en los ojos, furia que desaparecio segundos depsues y continuo con tono triste—, Sinceramente me duele que desconfies de mi Harry, aunque es entendible despues de que Granger y Weasley lo hicieron y ellos eran tus supuestos mejores amigos —le dijo con voz triste.

—Dime que paso.

Katie exhalo pesadamente y mirando a Harry directamente a los ojos comenzo a relatar.

—Alicia habló conmigo, sobre los planes que tenían Johnson y McLaggen. Ellos usarían el enojo y celos de Weasley para tener las tres personas necesarias para emitir el juicio —bajo la cabeza y apretó los puños—. Ella quería que apoyara la idea de castigarte, yo obviamente me opuse, le dije que era una gran traición a un buen amigo y alguien que... apreciaba mucho —confesó tragándose lo que realmente quería decir—. Cuando iba a salir corriendo para advertirte me aturdió por la espalda, la muy maldita me dejo en un armario de escobas para que no interfiriera. Cuando desperté ya era tarde, ya no pude ayudarte. Cuando confronte a Alicia me dijo que había sido necesario porque yo no estaba siendo racional, que esperaba que comprendiera que todo esto había sido para ayudar a que Gryffindor no perdiera su esencia. Le di un puñetazo directo en la cara rompiéndole la nariz y quebrando dos dientes —hizo un intento de risa que pareció más una mueca mientras se limpiaba las lágrimas—. McGonagall me expulsó del equipo de quidditch después de eso, ese día rompí mi amistad con esas dos, y con la mayoría de gente de Gryffindor, por suerte mi mejor amiga Leanne está en otra casa o quedaría sola —olisqueo desviando la mirada.

—¿Por qué no me dijiste nada? —la confronta.

—No podía —contestó bajando la cabeza—. Cuando el juicio es dado y tiene un veredicto de expulsión, la magia prohíbe que los miembros de la casa intenten brindar cualquier tipo de ayuda hasta que demuestres tu valía y seas digno de regresar —le explico—. Es por eso que ninguno de nosotros pudo acercarse a ti, aun si lo hubiéramos deseado.

—¿Nosotros? —dijo Harry confundido. Aunque podría considerarse como una gran revelación, no cambiaba mucho las cosas en realidad, estaba feliz de salir de esa vida y de esa máscara. Pero, la intriga de que no fue del todo abandonado gobernó su mente.

—Por lo que se: Dean Thomas, Seamus Finnigan, Colin Creevey y Parvati Patil no estaban en la sala común durante juicio al igual que yo —le contó—. Finnigan, Thomas y Patil se habían quedado cumpliendo un castigo con Flitwick después de la cena de Halloween y cuando se enteraron de lo que pasó se pusieron bastante molestos con tus compañeros de año. El ojo morado de Longbottom se lo dio Seamus, además que el y Dean se alejaron completamente de Longbottom y Weasley que las noches en su habitación son incómodas. Mientras tanto, Patil terminó su amistad con Brown, ellas ya no se hablan. Además, sé qué Fred tampoco estuvo de acuerdo con la idea, él fue hechizado para no apoyarte por su propio hermano.

—Espera —dijo sorprendido, esto ya era demasiado para digerir—. ¿George atacó a Fred por querer ayudarme?

—Si. Es por eso que ya no están juntos —dijo seriamente—. Luego me enteré que algunos de sexto año intimidaron a dos niños de primero para que no dijeran nada: El hermano menor de Creevey y una niña llamada Natalie McDonald. Todo fue un caos en la sala común, McGonagall se volvió loca ese día, nos quitó 300 puntos y nos dio múltiples castigos y detención a casi todos, es por eso que amanecimos en el último lugar —exhalo amargamente—. Ahora que ya eres un Ravenclaw tenemos la capacidad de decirte lo que realmente pasó, pero creíamos que no serviría de nada. Lo hecho, hecho estaba —suspiro lastimeramente—. Enserio me arrepiento de mi debilidad, si solo no hubiera sido tan crédula y no haberle dado la espalda a Alicia, tal vez podría haber hecho algo —luego lo miro triste—. Pero eso ya no importa, solo quería que lo supieras, además que... —Katie iba a decir algo más, pero miro a Adam, él le sonreía amablemente alentando a decir lo que por años se había guardado, él se veía tan extraño con un chico desmayado sobre su hombro, pero con una sonrisa que podía transmitir tanta amabilidad y paz que Katie solo pudo sonreír—, olvídalo, ya no es importante.

Había confesiones que no servían de nada decir, sobre todo cuando la persona siguió adelante con su vida. Quizás también ella debería hacer lo mismo

—Yo... no sé qué decir Katie —murmuró Harry genuinamente perplejo—. Es mucho que digerir.

—No ocupas decir nada más Harry —le dijo calmadamente la antigua cazadora de quidditch—. Solo quería que lo supieras —luego miró a Daphne—. Por lo que cabe no te conozco, pero sé que si tú y Harry están juntos ahora es porque él así lo decidió. Él es listo, así que quiero desearles lo mejor y estaré apoyándolos. No es mucho y tal vez no te importe, pero quería que lo supieras.

—Gracias Bell —dijo Daphne sin ninguna emoción. Katie solo asintió, no esperaba nada más o menos de alguien tan rígida como la Reina de Hielo.

—Yo creo que...

Pero en ese instante dos nuevas figuras hicieron su aparición a través del rosal con varita en mano y la respiración agitada. Eran Ron y Hermione.

—¿Chica revolucionará? —preguntó Adam extrañado. Los demás chicos estaban igual de confundidos. Ron y Hermione estaba jadeando y el cabello perfectamente cuidado de Hermione se encontraba con algunos mechones sueltos.

—¡Adam! —exclamó Hermione sorprendida de verlo—. ¿Qué haces aquí?

—Vine al baile de Navidad, me invitaron —dijo sonriendo—. Chica revolucionará, te presento al pequeño degolladragones, a su novia la chica del gremio, y mi pareja del baile, la chica voladora. Chicos ella es la chica revolucionaria y... —desde que inició las presentaciones su voz comenzó a descender hasta volverse un susurro—, y ahora caigo en cuenta que probablemente ya la conozcan, digo son sus compañeros de colegio y llevan como cuatro años conviviendo juntos —silencio—. Me siento estúpido.

—Enserio ¿Él no sabe usar los nombre de las personas? —replicó Daphne a Harry molesta— ¡Les pone tontos apodos a las personas!

Harry solo encogió los hombros sonriendo. Le caía bien Adam.

Hermione miraba al grupo extrañada. Jamás espero ver a Adam aquí en Hogwarts, mucho menos en el baile de Navidad; era... no sabía cómo sentirse que él haya venido al baile con alguien más. Había pensado que él no tenía más amigos aquí que ella, se sentía que le estaban arrebatando algo bueno que ella había obtenido después de tantas malas situaciones en su vida, algo que era suyo por derecho. Además, si alguien debía tener el derecho de ser su cita, tenía que haber sido ella. ¿Por qué vino con Katie, con la que en estos momentos no tenía ninguna buena relación? ¿Dónde la conoció? ¿Qué tipo de relación tenía?

—¿Qué haces aquí Granger? —le espeto Daphne con fuerza. Ya estaba cansada de tontas interrupciones en su noche con Harry.

Hermione le frunció el ceño ante el tono que uso Daphne para dirigirse a ella. No iba a darle ninguna información hasta que ella aprendiera a hablar de manera amable.

Pero para su mala fortuna fue Ron el que contesto la pregunta.

—Hermione y yo estábamos caminando cuando ella alcanzó a escuchar una plática en francés, ella sabe entenderlo ya que junto a su familia van mucho a Francia en verano —les contó.

—¡Ron! —le recrimino Hermione por abrir su boca cuando ella no quería decir nada. Este no dijo nada y siguió contando.

—Escucho a la chica Fleur regodearse ante una de sus compañera de Beauxbatons sobre qué había ocurrido una batalla entre Roger Davies y Harry para ganarse su favor. Además, también mencionó que abandonó el lugar después de que un tercero en discordia apareció y comenzaron a matarse entre sí mientras sus parejas lloraban por haber sido olvidadas por ser menos bonitas —sus ojos se posaron en el inconsciente Roger que seguía en el hombro de Adam—. Nos preocupamos, Roger es mayor que Harry así que corrimos a ver si podíamos ser de ayuda.

—¡Esa sucia francesa está colmando mi paciencia! —gruño Daphne apretando sus puños.

—¡No eres la única! —estuvo de acuerdo Katie igual de enojada.

—Como sea —dijo Harry con tono aburrido—. Ella mintió, estamos bien. Roger simplemente tuvo un mal momento, pero estará bien.

—M-Me alegro —murmuró Hermione bajando la mirada. Aún si se sentía tranquila de que nada malo haya sucedido, no podía quitarse el sentimiento de dolor que volvía a hacer eco en su corazón.

Ron no había vuelto a pronunciar otra palabra, pero miraba detenidamente a Harry y este le devolvió la mirada serio.

—Bueno nosotros nos vamos que aún hay mucho que disfrutar —murmuró Adam al sentir el ambiente tenso—. Fue un gusto pajaritos enamorados, nos veremos por ahí.

—¡Espera! —los detuvo Daphne—. Ayudaste a Harry y eso no podemos ignorarlo. La casa Potter y Greengrass están en deuda contigo, pide lo que quieras y será tuyo.

—Nah, no quiero nada —dijo Adam dándose la vuelta ante la mirada incrédula de Harry, Daphne, Katie y Ron que entendían las implicaciones de la situación.

—¿Eres idiota? —volvió a la carga Daphne con enojo—. ¡Esta es una oportunidad de una vez en la vida!

—Ella tiene razón Adam —le dijo Katie con urgencia—. Podrías pedir no sé, ¡Un puesto de trabajo en la empresa de su familia! —sugirió—. Ganarías muchos galeones, más de lo que ganas en las Tres Escobas.

—No me gusta atarme a trabajos tan ostentosos y solo estaré este año aquí, no sería ético tener un trabajo y luego dejarlo, mis abuelos me educaron para ser siempre responsable. Aparte que estando en Hogsmeade puede tener oportunidad de verte más seguido —le sonrió a Katie haciéndola sonrojar y causando un pequeño retortijón en el pecho de Hermione. Entonces, Adam se giró hacia Daphne—. Lo único que desearía es que Freddie Mercury siguiera vivo, pero creo que no puedes revivir a los muertos ¿verdad? —le dijo con una radiante sonrisa—. Así que así estoy bien, si tuve la oportunidad de ayudar a dos criaturitas del señor me doy por bien servido.

Daphne gruño antes de resoplar y dándole la espalda al muchacho mayor levantando la nariz mientras se puso frente a Harry.

—¡Tu no me agradas! —le dijo infantilmente después de un rato—. Así que ya puedes marcharte campesino. Harry y yo queremos pasar tiempo de calidad como novios.

—¡Oye, no le puedes hablar así! —replicó Hermione.

—Yo no le veo nada de malo, realmente si soy un campesino —contestó Adam—. Muchas gracias por el elogio, chica del gremio —causando que Daphne se tensara y gruñera.

—¡Me llamo Daphne! —se enojó la chica dando un pisotón al suelo, aun dándole la espalda.

Adam le hizo señas a Harry y este lo miro. Primero señaló a Harry, luego a Daphne para después tomar la corbata de su cuello e hizo la imitación de alguien ahorcándose con la lengua fuera. Katie, Ron y Harry rieron disimuladamente entendiendo el mensaje.

—¡Te estoy viendo a través de los vidrios de las gafas de Harry! —siseo Daphne.

—¡Ya me voy! —anuncio Adam y salió disparado hacia el castillo con una Katie detrás de él. Los dos alejando entre carcajadas.

—¡Lo detesto! —murmuró mordazmente Daphne, para luego mirar a Ron y Hermione que no parecían querer moverse—. ¿Tienen algo más que decir Weasley? —le espetó fríamente Daphne con una ceja levantada—. Porque mi pareja y yo pensamos regresar al baile.

La boca de Ron se secó, no era así como se imaginaba encarar a Harry. Se sentía bastante intimidado de estar. Después de un par de respiraciones se armó de valor

—Yo solo quiero felicitarlos, por su compromiso... ya saben.

Las cejas de Harry y Daphne se dispararon hacia arriba, ambos bastante sorprendidos. De todas las cosas que Ron Weasley pudiera haber dicho, está sin duda sería la menos probable que sucediera.

—Ron, ¿qué estás... ? —Hermione también se encontraba anonadada.

Pero Ron siguió hablando.

—Yo bueno... sé que no tengo ningún derecho a decir nada. Pero en verdad les deseo lo mejor a ambos —les dijo con voz baja—. Se que Harry es una persona bastante capaz de juzgar el carácter y no es fácil de engañar —lucía bastante incómodo, su voz temblaba—. Así que si él te acepto es porque eres una buena persona para él, así que solo quiero decirles que estoy... bueno, que apoyó esto. Aunque honestamente no necesitan mi apoyo ¿verdad? —agregó con tono apagado mientras se pasaba la mano por la nuca.

Hermione levantó la vista y miró el rostro afligido de su novio. Aunque realmente le sorprendía la madurez con la que Ron estaba tomando ante esta situación (algo que no lo hubiera esperado de un tipo que tenía la capacidad emocional de un ladrillo), no entendía cómo podía apoyar la idea de que Harry estuviera con alguien como Greengrass. Ella no podía concebir que alguien tan bueno como Harry estuviera expuesto a una persona como lo era la infame Reina del Hielo.

"Esa bruja", fue lo que pensó con todo el sentido ofensivo de la palabra. Ella había orquestado todo para llegar al lugar donde se encontraba: en los brazos del Niño Que Vivió, Hermione lo sabía muy bien. Ella intuía que Daphne se aprovechó del momento vulnerable de su mejor amigo y enviando a Davis comenzó a acercarlo a su círculo, a llenarle la cabeza con mentiras y falsas creencias para confundirlo y cambiar su forma tan linda de ser. Sobre todo, obligándolo a aceptar algo tan drástico como un contrato matrimonial; el simple concepto sonaba tan bárbaro, tan primitivo. Ellos tenían que hacer algo para poder liberarlo de las garras de esa bruja.

—Ciertamente tienes razón, no la necesitamos —dijo secamente Daphne, pero antes de que Hermione volviera a la carga con sus quejas por su falta de modales, Daphne continuo—. Pero también hay que reconocer que tener el valor para decir algo como lo que dijiste es admirable —su mirada perdió su ceño fruncido, aun así, su característico brillo frío se mantuvo vigente—. ¿Hablaste con tu hermano, Percy? —le pregunto

—¿Con Percy? —repitió confundió Ron—. Hoy en la tarde, el me dio esta nueva túnica —abriendo los brazos para mostrar la túnica que llevaba puesta—. Pero no he vuelto a hablar con él desde entonces ¿Lo conoces?

—No es importante —desestimó Daphne, aunque estaba bastante sorprendida de que Weasley no haya dicho esas palabras por recomendación de su hermano. No estaba mintiendo, podía verlo en su expresión, él estaba diciendo lo que había en el fondo de su corazón—. Probablemente está sea la única conversación que lleguemos a tener en lo que queda de Hogwarts así que quiero dejar algo claro. Harry ha tomado un camino distinto al de ustedes, las cosas no volverán a ser iguales aún si hicieran todo lo que esté en su mano para tratar de arreglarlo —Daphne miró a Hermione, está le devolvió la mirada desafiante—. Espero entiendan que nuestros caminos no van para donde mismo, Harry ahora tiene nueva gente, nuevo estilo de...

—Daphne —Harry la interrumpió poniendo una mano en su hombro—. Déjame hacer esto, creo que sí voy a cerrar un ciclo tengo que ser yo el que lo haga.

La chica del vestido plateado asintió y retrocedió un paso, poniéndose justo detrás de su prometido que ahora encaraba a los que alguna vez fueron sus mejores amigos.

—Harry, por favor no digas que... —Las lágrimas cayeron libres por el rostro de Hermione. No quería aceptar el fin, no así.

—En estos 4 años de conocerlos hemos tenido grandes y estupendos momentos —comenzó pasando su mirada del uno al otro—. Se que las cosas que hicieron por mí fueron de todo corazón, así que estoy agradecido por ello. Y también sé que llegué a preocuparlos y llevarlos a situaciones donde sus vidas estuvieron en peligro, así que me disculpo también por ello.

—¡No digas más! ¡No sigas! —lloró Hermione abrazándose a sí misma.

—Ustedes tomaron una decisión ese día en Halloween —siguió, ignorando el llanto amargo de Hermione—. Una decisión que tuvo consecuencias. Toda la humillación, todo el sentimiento de traición... yo no puedo dejarlo ir, así como así, fingiendo que nada paso —miro al rostro de Ron, este le devolvió la mirada, aunque Harry podía decir que estaba batallando arduamente para no quebrarse en llanto al igual que su novia—. No puedo perdonarlos. Su sola presencia me causa tanto conflicto que evoca nuevamente todos esos sentimientos de enojo y rabia —Hermione gimió bastante audible antes esto—. No quiero estar así, viviendo con el deseo de cobrar revancha hacia ustedes, así que se los pido, por la amistad que alguna vez tuvimos, simplemente déjenme en paz, no insistan en una causa perdida. Ahora tengo una nueva vida, nuevas amistades y una bella señorita a mi lado —dándole una rápida mirada a Daphne, guiñandole el ojo—. Se que con el tiempo podré olvidar lo que pasó, pero no esperen que sea pronto y sobre todo no esperen que las cosas sean como era antes, para ese entonces yo seré alguien sumamente distinto, tengo planes, tengo proyectos y no están en ellos.

En ese pequeño espacio, el sonido de la noche gobernaba siendo ligeramente interrumpido por el triste lamento de una chica que lloraba por un adiós que se negaba a aceptar.

—No quiero tener conflictos, manténgase alejados de mí y de mi camino —les dijo serio—. Les prometo que ninguno de nosotros volverá a buscar pelea abierta con ustedes, seremos simplemente personas ajenas sin ningún tipo de lazo. Pero si siguen insistiendo me temo que tendré que dejarle claro las cosas a las malas —su ceño se frunció.

—No tienes que llegar a ese punto —le dijo Ron con tono amargo desviando la mirada y viendo hacia los rosales, por primera vez en su vida pudo ver la belleza detrás de las pequeñas cosas, baya tiempo para lograrlo—. Ya acepté que aquí es donde nuestros caminos se separan, no puedo hacer nada aún si lo deseo fervientemente, hice mi cama y ahora debo dormir en ella —se pasó la mano por su cabello—. Solo si pudieras concederme una cosa, bueno dos, me aseguraré que ambos nos mantendremos fuera de tu camino.

—¡Ron! —dijo escandalizada Hermione hecha un desastre de lágrimas—. ¡¿Como puedes decir algo así!?

—Hermione tienes que entender, ¡se terminó! —le dijo duramente. Tenía que aceptarlo, si seguía aferrándose a un imposible simplemente se seguiría lastimando más y más.

—Entonces ¿te rendirás? —el susurro dolido con un dejo de acusación sacudió al pelirrojo que bajó la vista—. ¿Simplemente mirarás como el que fue tu mejor amigo se va de tu lado sin hacer algo para detenerlo?

—Hermione, yo...

—¡NO RON! —lo corto, la castaña quien ya no pudo más y se alejó de ellos corriendo de vuelta al castillo. Harry y Ron la vieron partir, este último se sentía bastante culpable de no permitir que sus impulsos de ir en su búsqueda al momento y consolarla lo dominaran, pero aún tenía que decir algo más. No podía dejar el lugar hasta que Harry aceptará o rechazará su último deseo.

Ron se aclaró la garganta sintiendo como el nudo se había vuelto tan denso que sentía que el aire podía faltar en cualquier segundo y miró fijamente a Harry, ahondando en búsqueda de todo el valor que podía tener para decir lo siguiente se dirigió a Harry y hablo.

—Como tú dijiste, no quieres tener conflictos innecesarios, y nosotros tampoco —le dijo en voz baja—. Quiero confiar en que tus amigos no son tan malos como yo los creía y tal vez que pudiéramos ser civilizados los unos a los otros —apretó su puño—. Y es por eso que te informó que Tracey Davis y Luna Lovegood se han unido al grupo que Hermione creo, sé que sabes cuál —recordándole sobre el P.E.D.D.O. y como él alguna vez fue miembro. Harry parpadeó sorprendido y miró a Daphne, la cual negó la cabeza en señal de que tampoco sabía sobre esto—. Honestamente me cuesta confiar, conozco a Lovegood y no tiene ninguna mala intención en su cuerpo, pero Davis es un caso distinto, ella ha sido abiertamente cruel con Hermione por años sin ningún motivo que yo conozca más que la intolerancia por ser hija de muggles o la envidia por ser primer lugar —acusó—. No te pido que le prohíbas asistir, quiero pensar que quizás está sea una oportunidad para que todos aprendamos algo y podamos tal vez, ser más sociables y quizás comenzar a dejar los prejuicios atrás. No sé cuál fue su intención al firmar en el acta, pero si ella realmente está interesada en la causa será bienvenida. Si no es así y solo esto es un juego para ella o una oportunidad para meterse con Hermione te pido que le digas que no será bienvenida y que no dudaré en involucrar a McGonagall si es necesario —declaró con seriedad.

Por segunda vez en menos de una hora, Harry volvió a levantar las cejas con sorpresa. ¿Quién demonios era el que estaba enfrente de él y que había hecho con Ron Weasley?

Nunca antes había sido tan directo y elocuente.

—No sabía que se había unido a ese grupo —dijo serio dándole nuevamente una mirada significativa a Daphne. Está solo asintió—. Como sea, de igual forma hablaré con ella. No entiendo cuál sería su motivo para entrar a un grupo como el suyo, pero ella es libre de unirse a lo que quiera. Le aseguro que si realmente está interesada en apoyar su... causa, ella se comportará.

—Lo agradezco —dijo Ron asintiendo con la cabeza.

—¿Y la otra cosa que querías? —le dijo Harry cruzando los brazos—. Dijiste que tenías dos peticiones.

Ron desvió la mirada hacia un costado, mientras acariciaba uno de sus brazos con la otra mano. Después de unos segundos volvió a ver a Harry serio y con voz acuosa le pidió lo siguiente:

—¿Podrías enseñarme tu cicatriz?

Harry parpadeó sin entender qué significaba esto. De todas las peticiones que pudo haber dicho esta era la más extraña por mucho. Incluso Daphne dejó su pose seria y miraba a Ron como si estuviera viendo a un chiflado.

—¿Que? —fue lo único que pudo decir Harry.

—Me gustaría despedirme del que fuera mi mejor amigo de la misma forma en que lo conocí —le dijo con una pequeña sonrisa afligida.

Harry bajó la mirada con los ojos sorprendidos. Ahora recordaba ese momento, ese día el 1 de septiembre de 1991 en aquel compartimiento del Expreso de Hogwarts. Ese día había conocido a quien fuera su primer amigo en el mundo mágico después de Hagrid y con quien compartió momentos, buenos y malos.

—Ha pasado tanto desde ese momento ¿eh? —por fin murmuró Harry en voz baja. Con una sonrisa se levantó el flequillo de su cabello y mostró la singular cicatriz del rayo, el símbolo que le daba su título del Niño Que Vivió.

Ron sonrió mientras un par de lágrimas escapaban de los ojos.

—Gracias, en verdad lo aprecio muchísimo —estirando la mano

Harry miró la mano de su otrora mejor amigo frunciendo un poco el ceño. No sabía qué pensar, este día Ron Weasley lo había sorprendido como nadie antes. Segundos después Harry levantó la vista y mirando directamente a los ojos de Ron estrecho su mano.

—Cuídate... Ron —le dijo apretando el agarre—. Tú y Hermione cuídense y vivan su vida sin mirar atrás, sin arrepentirse y sin titubear.

—Será difícil no arrepentirse, pero trataremos de salir adelante —contestó con voz quebrada. Su corazón por fin le había traicionado, dejando libre más de una lágrima que caían por su ojos—. Nos vemos Harry, fue divertido.

Ron lo soltó y haciendo un gesto a Daphne se dirigió hacia donde su novia había escapado.

Y así fué, aquel 24 de diciembre de 1994, en la noche del Baile de Navidad. En el exterior del castillo de Hogwarts, en este día, en esta fría noche de invierno, el famoso trío de Oro por fin había desaparecido... de una vez y para siempre.

—Eso fue bastante extraño y bizarro —le dijo Daphne acercándose a Harry.

Harry no dijo nada mientras veía hacia el lugar donde sus antiguos amigos habían desaparecido.

—Realmente pensé que su hermano mayor había hablado con el —continuo Daphne seria mirando a Harry—. ¿Estás bien?

—Si —contestó por fin apartando su vista y mirando hacia la luna—. Solo es extraño sabes. Yo ya sabía que ellos dos no seguirían en mi vida. Pero verlo despedirse por su propia voluntad, es raro.

—Al menos Weasley se ve realmente dispuesto a cumplir su palabra. Pero Granger parece que va a resistirse y seguir fastidiando.

—No le des importancia —desestimó Harry girando para verla—. ¿Me pregunto que pasara por la cabeza de Tracey al meterse a ese tonto club?

—Nunca se sabe con esa pequeña diablilla —le sonrió su novia poniendo pasando sus manos sobre su cuello y pegándose a él—. Por eso decidiste llamarla "Twisted Sister" ¿verdad?

—El nombre le queda como anillo al dedo —Harry tomo a Daphne por las caderas.

—¿Vas a cumplir tu promesa? —le preguntó Daphne y cuando éste levantó la ceja en señal de no entender le explico—. Sobre Tracey, ¿le dirás que se comporte?

—Oh, bueno; Ya lo prometí. Tengo que demostrar que mi palabra tiene peso.

—Eso le va a molestar —canto divertida la chica acariciando una de sus mejillas.

—Nada que me preocupe en estos momentos —le susurro—. Ahora mi mente está ocupada con algo mejor.

—¿Así? ¿En qué?

—Como en ti —dijo Harry—. ¿Te gustaron tus regalos de navidad?

—Fueron satisfactorios —dijo simple con un gesto soberbio.

Además de todo lo que Harry le compró para el baile, también le regaló para navidad un tocado decorado por una extraña y muy costosa joya azul marino conocida como alejandrita; un valioso espejo personal con incrustaciones de perlas y cuatro rubíes; un collar con perlas y un disco de vinilo.

En un principio Daphne pensaba tirar a la basura el último regalo, despreciaba la música estrafalaria de los muggles que a Harry tanto le encantaba, pero por consideración a su prometido se permitió escucharlo solo una vez usando el viejo tocadiscos de Harry. No había sido lo que había esperado, no era esa escandalosa música que antes había escuchado, esta era una verdadera obra musical con un ritmo y un tempo invariables, con una melodía obsesiva y de buen agrado para el oído. Tenía que admitir que encontró disfrutable el escuchar este "Bolero", realmente los muggles podían esconder una gran originalidad de vez en cuando. Tendría que investigar más sobre esta música llamada clásica y si el tal Maurice Ravel tenía más composiciones de este calibre.

—Eso espero, realmente estaba esperando conseguir un poco de retribución por ellos.

—¿Debería preocuparme por lo que insinúas? —Daphne levantando una ceja.

—¿Me crees capaz de hacerte algún mal querida? —dijo Harry mirándola fijamente. Se veía tan hermosa, tan elegante—. Realmente me tienes en un mal concepto Queenie, ¿Dónde quedó el amor a tu flamante prometido?

—¿Amor? No hay amor Potter —contestó descaradamente—. Ciertamente te tengo respeto y hasta miedo —se detuvo un par de segundos evaluando sus palabras para después continuar—. ¿Pero amor? Eso es para simples plebeyos —se inclinó un poco más y soltando una de sus manos acarició el rostro del chico con delicadeza—. Pero eso no debería ser un impedimento para pasarla realmente bien juntos; no necesitamos sentimientos estorbosos entre nosotros, al final de cuentas tú me darás la vida de lujos y poder que merezco «querido».

—Te crees encima de las emociones humanas Greengrass, pero no eres la roca fría que tanto crees ser, en algún momento tu propio corazón te traicionara y cuando ese día llegué me voy a regodear viéndote adorarme como un Dios —sentenció Harry Potter con ojos esmeralda brillando intensamente.

Daphne sonrió desafiante, apretándose aún más con Harry hasta acercar su rostro, sus narices rozaban, sus respiraciones cálidas chocaban con el rostro del otro.

—Te reto a lograrlo —susurro sugerente—. Si te crees capaz, inténtalo. ¿Quién sabe?, tal vez tú seas el que termine besando mis pies Harry —y conectó sus labios con los de él.

Los adolescentes comenzaron una guerra tratando de someter a su rival haciéndolo ceder y entregarse al control del otro. Era un beso hambriento, motivado por la lujuria, el ego y el orgullo. Como lo aclaró Daphne, el amor no estaba presente en ellos.

Un par de minutos y antes de que las cosas comenzarán a subir de tono, Harry separó sus labios de la chica, jadeante y con el rostro caliente pego su frente con la de la chica que estaba en igualdad de condiciones

—Para ser conocida como Reina del Hielo eres bastante caliente a la hora de besar —le dijo entre jadeos con tono burlón—. Supongo que esto es un preámbulo de lo que sigue de mis regalos de navidad ¿Verdad? —descendiendo sus manos por su espalda.

A ninguno de los dos les importaba que estuvieran en un lugar público. Daphne había puesto un encanto de privacidad desde que recuperó su varita hace bastante tiempo, dejando las conversaciones de Katie y de Ron solamente para ellos.

—Delicioso — la chica pasó su lengua por sus labios y con una mirada cargada de erotismo—. Pero lamentablemente para ti esto solo fue una pequeña muestra de lo que podría ser tuyo si eres buen niño y cumples tu palabra de entregarme Slytherin en bandeja de plata —su sonrisa se volvió más depredadora—. Solo hasta entonces estaré completamente a tu disposición, mi querido prometido.

—¿Y si te tomó a la fuerza? —le cuestiono apretando su trasero.

—Inténtalo, pero te aseguro que no será tan fácil salir bien librado como cuándo te enfrentaste a un dragón —le susurro peligrosamente.

—¡Qué cruel! —se quejó con un puchero fingido, soltándola y volviendo a poner su manos sobre su espalda—. Tal vez mi querida Tracey sea más considerada conmigo cuando regrese, podría ganar puntos en nuestro hogar —le respondió con descaro Harry.

—Pierdes tu tiempo Potter, Tracey solo hace lo que yo le ordené hacer. No negaré que la has cautivado, pero yo siempre estaré primero en su corazón, así que acostúmbrate a ser el número dos cuando hablemos de nuestra dulce diablilla —le replicó con altanería mientras recorría un dedo por sus mentón—. Además, si realmente quisieras una muñequita que te satisfaga sin decir nada te hubieras ido por «Brown» o «Chang». —el dedo pasó por sus labios—. Pero que lastima, ahora estás atrapado conmigo y créeme que no seré solo un juguete sexual para tu disfrute, aun así, si no puedes controlar tus impulsos podríamos hacer un trato, dame algo valioso y podría prestarte a Astoria, eso sí, solo será de acuerdo a mis términos.

—Cuida mucho tu lengua Greengrass, estás jugando un juego muy peligroso conmigo al creer que puedes ordenarme —le advirtió tomando su mentón con fuerza, obligándola a ver sus ojos.

—Tan encantador como siempre querido, pero que me impide no lanzar un encantamiento seccionador ahora que tu dulce cuello está a mi disposición —señalo con una mirada fría. Harry sintió como la punta de la varita de Daphne presionaba su tráquea.

—¿Dónde tenías metido eso? —le pregunto Harry sonriente.

—Eso no importa ahora querido, tus preocupaciones deberían ser otras —susurro—. Podría tomar una página del libro de la madre de Zabini, ahora que soy tu prometida todo iría a mí. Claro solo sería cosa de abogar que tu muerte fue en defensa propia, un poco de lágrimas falsas y listo.

—Sería tan fácil ¿verdad? —reitero Harry oscuramente apretando aún más su cuello a la varita—. Todo el poder y el prestigio para ti sola y sin compartir. Hazlo Daphne —incitó—, mata al sucio mestizo y reclama todo para ti y solo para ti.

Por un par de segundos ambos chicos mantuvieron la misma pose mirándose penetrante invitando al otro a que hiciera cualquier movimiento. Con un suspiro Daphne retiró su varita y la guardó entre sus ropas.

—No sería fácil—indicó con un tono aburrido y poniendo una mano en el rostro de Harry—. Además, sería un desperdicio dejarte ir, sobre todo cuando ambos tenemos un juego en desarrollo.

—¿Obligar al otro a someterse a su voluntad hasta que se convierta en nada más que un despojo que adore cada palabra que se le diga como si viniera de un Dios? —confirmó Harry tomando el rostro de Daphne de igual manera.

—Exacto, no quiero perder mi oportunidad de tener al Niño Que Vivió como mi mascota personal, te exhibiré al mundo como mi trofeo y me deleitare de verte suplicar por mi cuerpo —murmuro Daphne acercando su rostro.

—No necesitaré suplicar, porque cuando terminé contigo tú misma te ofrecerás a mí, anhelando mi atención aún si son simples migajas de amor, te haré desear calentar mi cama aún si la tengas que compartir con cuántas yo quiera —contradijo abriendo sus labios cercas de los de la chica.

—Bastante imposible, pero veamos quien sale ganador. Al final no importará quien pierda o gane, no habrá caras tristes cuando el otro termine obligando al perdedor a sentirse feliz en su nueva condición de vida ¿verdad?

—Suena emocionante que ya no puedo esperar —murmuró Harry con una sonrisa—. ¿Tenemos que regresar al baile? —le pregunto sugerente—. Podríamos ir a la Sala de los Menesteres probar un poco el premio ¿no crees?

—Leíste mis pensamientos —le susurro y volvió a devorar los labios de Harry con mucha hambre.

Una relación basada en el poder y el orgullo... una fórmula altamente peligrosa.

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— CONTINUARÁ —

Ж

Próximo Capítulo:

Las Tres Caras de Potter

Ж

Palabras: 27,400 aprox.

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§ DESPUÉS DE LO ESCRITO §

HAPPEE BIRTHDAE HARRY!

Y por fin después de meses y meses de espera llegó el baile de Navidad y no hay otra fecha mejor que el cumpleaños del protagonista.

Esta vez no voy a disculparme (siempre lo hago) y es que la situación ha estado complicada de este lado del fic, Con la pandemia el tener que cuidarme al ser trasplantado y con cáncer soy persona vulnerable, aparte que el trabajo de mi familia ha estado escaseando, por lo que yo, que trabajo desde mi compu, he estado agarrando más y más proyectos para traer el pan a casa. Además, que he estado estudiando para el examen de la universidad (el cual creo voy a reprobar).

Pero bueno ahora hablemos sobre el capítulo, mejor día que hoy en el cumpleaños de Harry para leerlo. Espero lo hayan disfrutado, lleno de referencias a diestra y siniestra (¿Puedes encontrarlas todas?) y eso que está bastante largo (2700 palabras de pura historia), de los más largos que he escrito para esta historia. Aquí se muestra aún más la personalidad rara y extraña de Tracey, ahora ella está en control, pero su personalidad ha cambiado a ser más agresiva y más propensa a meterse con quien sea. Ella ama mucho a Daphne y Harry, pero el resto de personas les da igual así que si se meten en su camino los aplastara como insectos. Ahora Morag la conoce, sabe que ella es una chica odiosa, mal hablada, pervertida y maligna, todo lo contrario, a la percepción de chica divertida y alegre que muestra siempre, una persona que corrompe todo a cada paso que da (por eso la amo). Ella y Luna ahora son BFF y tiene un plan hacer comenzar el caos, hacer comenzar la destrucción y aunque a simple vista parezca algo divertido e inofensivo recuerden que esta chica ya está involucrada en un suicidio y en la "violación de Hermione".

Morag ya conoció también los planes de su mejor amiga, Padma tiene su propia agenda que aún no se revela, pero va tras Daphne. Y es ahí que les pregunto, sabiendo que esa niña sabe el verdadero pasado de Tracey que nadie sabe, además que tiene una extraña fijación por encontrar los verdaderos rostros de las persona, en un grupo donde todos llevan máscaras ¿Qué creen que ella esté preparando?

Y ahora pasamos a nuestra ratón de biblioteca favorita, que cada vez está más paranoica y con justa razón, su mejor amigo está entre las garras de la malvada bruja Daphne y su séquito del mal, y lo peor es que su novio decidió dejar de insistir y seguir su vida sin Harry. Sobre esto, díganme algo, ¿alguno espero esto?

Muchos dirán que no, y es porque es muy común ver a un personaje de Ron siempre molesto, odioso, tonto y lleno de sí mismo. Pero en este fic no hacemos esto, aquí tomamos a los personajes y les damos un giro de 180° (véase Rita Skeeter, Amelia Bones, Padma, etc) los cuales son distintos a lo que es muy común de ver por estos lares. Ron se me hace un personaje muy desperdiciado que podría tener mucho gran potencial si sabes cómo tratarlo y a diferencia de otras historias la enfadosa y molesta aquí será Hermione, ¿Qué creen que pasara después de este adiós?, Porque ella no lo dijo, fue Ron. ¿Creen que esto afecte su relación? Además, ahora tiene algo más por el cual estar loca y es que Katie se ha colado en la atención del buen chico Adam.

Katie y Adam. Ufff eso pone una sonrisa en mi rostro. Katie es uno de mis personajes favoritos de los fanfics junto con Daphne, y es por eso que decidí que mi personaje OC tipo Marie Su (héroe el que sepa a lo que me refiero) llegó a su vida, será el parteaguas para que ella siga adelante. Obviamente no será rápido, y el buen Adama tendrá su mérito para ganarse a la chica voladora. Adam es un personaje especial e importante para la trama aun si no lo parece, ya demostró que tiene una buena habilidad mágica para resistir hechizos, Adam tiene una historia que contar ¿Cuál será su importancia?

Un poco de Haphne para sazonar, esos dos son tan divertidos de escribir, la personalidad de Daphne ahora en un poco más específica. Como dijo Morag, es una arrogante, creída y mimada chica esnob, pero tiene gran inteligencia (no a la par de Tracey que ella es más académica) pero el caso es que ya no es el témpano de hielo de los primeros capítulos (antes de la reescritura, hablare eso mas adelante) sino una chica rica y con temperamento, llena de sí misma que puede equivocarse y también puede ser traviesa, además, que también puede perder los estribos como vieron en el principio del capítulo o cuando interactuó con Adam.

El resto de idiotas (según Tracey) también tienen un desenvolvimiento de personajes y poco a poco se están formando grupitos entre la facción de amigos (Tracey y Luna), (Daphne y Padma), (Blaise y Morag) y esto mis amigos lectores, será importante.

Y nuestro Harry por fin revelo que pasa por su cabeza (aun si él no es consciente), el próximo capítulo por fin se hablara de que paso en la cámara de los secretos hace dos años y como es que existen tres voces dentro de él, ¿y porque Meg es mujer?, Era un chiste interno a lo que dijo el sombrero seleccionador, cuando Harry le dijo que esperaba no fuera su lado femenino, bueno es tu lado femenino Harry y se parece a mamá. También en el próximo capítulo tendremos por fin la aparición de Sirius en escena y el debut de Remus en la historia. Y no, no aparecerán en Hogwarts, ellos estarán en otro lugar, uno conocido como Surrey ¿Qué harán ahí?

Por último, aclaró, la historia tendrá una reedición los primero 8 capítulos, en estos momentos los estoy terminando de editar pero decidí que hoy tenía que entregar este capítulo si o si, así que puede que hayan leído cosas que no comprendan, nombres que les resulten raros, y hasta situaciones que no pasaron, pero espero comprendan que tuve que editar todo para una idea clara de qué tipo de historia es esta: una especie de fusión entre drama, comedia y cosas bien darks. Algunas situaciones como el encuentro de Harry y Daphne fueron alterados, la relación de amistad entre Tracey y Daphne también, algunos personajes aparecieron antes, otros se agregaron etc, etc. Aso que espero lo comprendan, ya casi los termino y cuando llegue el momento espero puedan redescubrir lo nuevo que depara a esta historia.

Eso sí, Tommy si aparecerá, y las cosas oscuras se mantendrán siendo lo primordial, no por nada se llama Oscuridad Ascendente

• • •

§ AGRADECIMIENTO §

Muchas gracias por seguir leyendo esta historia y seguir disfrutandola, es un gusto escribirla para ustedes, y espero que lo que venga siga siendo de su gusto cada vez más y más.

Saludos y nos estamos viendo.

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