La palabra perseverancia era poco, para lo insistente que era Jungkook, pero si algo sabía, es que siempre podía lograr cualquier cosa si ponía todo su empeño, y por supuesto, que se esforzaria en hacer todo lo posible por arruinar la “Fiesta” que habían planeado los padres de Jimin.
Pero primero, necesitaba un pase directo al lugar.
—Jimin, tendrás que dejarme ir contigo o de ninguna manera permitiré que vayas a esa fiesta o mejor dicho, a firmar tu sentencia —Recalcó mientras se concentran en encestar el balón en el aro.
Ambos se encontraban en la cancha de la academia practicando tiros, bueno, solo Jeon, Jimin había tirado la toalla poco después de haber pedido casi instantáneamente un mini juego contra su amigo; Mientras seguían discutiendo sobre el mismo tema una y otra vez.
—Gukk... Créeme, con mi alma deseo no ir pero ya hablamos muchas veces de esto, supongo que si vas no hay ningún problema... —Susurró esquivando la mirada amenazante de su amigo, sabía que estaba mintiendo.
—Conozco esa cara
—¿Qué cara?
—No te hagas él de los panes, sabes a qué cara me refiero, esa cara de “No hay problema” cuando si hay un problema. —Se acercó a él para evitar que saliera corriendo en cualquier momento. —Tus padres no me quieren ahí ¿cierto? Se que igualmente no les agrado
—No es que no les agrades... Solo, no son fanáticos de tus actitudes.
—En resumen, me odian.
—Eso no es verdad, iremos juntos y...
—Sabes que, no, no iré, ya tengo algo planeado, ya verás qu- —Volveo para hacer su tiro cuando de repente alguien se puso frente a él.
—Que están pla-
El pelirrojo ni siquiera tuvo oportunidad de terminar su frase cuando un duro balón de básquet estaba impactando contra su rostro provocando que cayera al suelo de espalda.
—¡JODER TANER! ¡No me asustes así, demonios! —Recogió su balón, notando una mancha roja en el, limpiandola con su camiseta —Ahg, ensuciaste toda esta cosa...
—T-Taehyung... M-me llamo Taehyung... —Sostuvo el tabique de su nariz para detener el sangrado mientras trataba de recuperar la orientación —Un “lo siento” no vendría mal.
—¿Lo siento? Tú eres el maniático que se aparece de la nada donde quiera que esté, que enfermo... —Siguio en su juego cuando un teléfono sonó
—Oh no.... Gukk, ya me tengo que ir —Se acerco al mencionado y tomó sus manos —Prometeme que si haces alguna locura, nadie saldrá herido...
—Tenlo por seguro.
Jimin tomó sus cosas rápidamente pasando de largo junto un Taehyung aún algo desorientado y adolorido. Ya lo estaban esperando con un coche fuera de la institución y no podía darse el lujo de retrasarse, así tuviese que tomar el riesgo de dejar a su amigo junto al chico que tanto aborrecía; aunque prefería mil veces tener que lidiar con Jungkook tratando de despelucar al pelirrojo, que ir a esa maldita fiesta y verse obligado a mezclarse con un montón de idiotas.
Pero eso no quitaba el echo de que se iba con una gran incertidumbre por lo que Jeon fuera a hacer.
—¿Porque sigues aquí, fosforito? —Dijo con molestia volteando hacia el pelirrojo —¿No te dije que te fueras?
—No lo hiciste, solo sigues insultandome... —Seguia sosteniendo su nariz mientras hablaba de una manera muy extraña —Además, quiero ayudarte en lo que estás planeando.
—Suficientes problemas tengo como para sumarte a ellos.
—Por favor, solo dame una oportunidad, te seré útil, además, sabes que no dejaré de molestarte hasta que lo hagas
Tenía un buen punto, y Jeon, lo último que necesitaba era tener una babosa como él pegado a un costado, pero no tenía opción, debía llevarlo consigo, necesitaba transporte.
—¿Tienes auto? Ni loco me subiré contigo a tu moto, ya lo dije.
—Si... Puedo conseguirlo.
—Bien, pero si lo arruinas, te mandaré al demonio junto con una orden de alejamiento ¿comprendes? —El otro solo asintió con dificultad.
Las clases ya habían terminado, así que tomo su mochila y camino a paso ligero hasta su casa, obviamente siendo seguido por el pelirrojo quien había optado por ponerse tapones de papel en su nariz; justo cuando Jungkook pensaba que no podía verse más idiota.
Al llegar a casa se apresuró tomar todo lo que fuera necesario y echarlo dentro de su mochila que ahora solo contenía artefactos para ejecutar su plan casi infalible. Puede que la fiesta sea hasta el día siguiente, pero debía de tener todo listo en el auto de Taehyung para solo irse a toda prisa cuando fuera el momento.
Cuando terminó, salió y se encontró con Taehyung dentro de un auto un tanto antiguo pero cumplía su función y eso le bastaba, sin pensarlo mucho, entro al auto bajo la mirada espectante del peliteñido.
—Muy bien, el plan es éste.
—Querido ¿Jeon no viene contigo hoy? —Fingió una sonrisa con una pisca de preocupación
Si, el azabache era exactamente lo que todos conocían como, un error de la naturaleza, y la señora Park no era la excepción, para ella él muchacho era un completo desviado, irresponsable e inmaduro jovencito que atentaba contra los ideales que ella misma había sembrado en su hijo.
Definitivamente el chico no le agradaba para nada a la mujer y mucho menos le gustaba que su hijo estuviera con el, siendo una "mala influencia" pero tampoco quería privar a su primogénito de tener un amigo, aunque desgraciadamente no fuera el mejor.
—No, tampoco creo que venga, así que no tienes que fingir que te agrada, madre —La miro por el reflejo de el espejo frente a él, mientras se arreglaba su vestimenta
—Sabes que él no es exactamente el mejor doncel, ¿cierto? —se acerco a su hijo, colocando sus manos en los hombros ajenos —No quiero que termines mal, como él probablemente lo haga, así que... Más te vale no arruinarlo esta noche, o sabes quién sufrirá las consecuencias.
Y sin más, la mujer se marchó, abandonando a su hijo enfadado, quien empezó a sollozar en silencio de la impotencia, las palabras de su madre siempre lograban afectarlo más de lo debido; era consciente de que su naturaleza le demandaba el tener que servir a su marido y serle totalmente fiel, así fuera un completo extraño por el que no sintiera nada, pero el no quería comprometerse, y mucho menos sabiendo que el ya tenía al amor de su vida...
Luego de que sus padres descubrieran lo suyo con YoonGi, su vida se vino abajo, sus padres lo presionaron aún más con sus horarios, pocas veces dejaban que viera a Jungkook, y ahora estaba finalmente a punto de acabar con la poca libertad que le quedaba, teniendo que escoger al hombre con el que probablemente sería miserable el resto de su vida.
Era claro que para el era una completa tortura el tener que estar ahí y fingir alegría por ser emparejado con cualquier idiota solo por conveniencia, cuando el solamente quería refugiarse en los brazo de aquel chico de tez pálida y cabello peculiarmente menta.
Realmente estaba arrepentido de no haber sido más precavido para que nadie se enterará de lo suyo, pero ya ni llorar valía la pena; Arreglo su vestuario y su maquillaje para solo esperar el momento de su aparición estelar.
Al cabo de pocas horas, el momento de la fiesta llegó, Jimin puso su mejor cara de encanto, y se puso en marcha la labor de encontrar a tipo menos desagradable de toda la fiesta; cosa nada fácil.
La mayoría eran demasiado mayores, otros casi niños, algunos simplemente degenerados y desesperados por sexo, ¿encerio su madre consideraba decentes, a estos idiotas?
Claramente no conocía a nadie ahí, a excepción de su propia familia y los padres de Jeon ahí presentes, cosa que le extrañó bastante al no ver a Jungkook por ningún lado, aunque más bien, le preocupaba.
Rendido, se quedó sentado en una de las mesas del fondo alejadas del gentío para escapar al menos un momento de la mirada de ese montón de ineptos, tomando de la bebida a medio terminar en el vaso frente a él, al menos había alcohol en la fiesta.
—Me permite esta pieza, joven?... —hizo una reverencia y alzó su mano para que el anfitrión la tomase
—Mira, ya estoy cansado, y no tengo intenciones de hacer- —Se volteó exasperado pero llevándose una gran sorpresa al ver de quién se trataba —¡¿Que haces aquí?! ¡Mis padres te matarán si te ven! —le grito en susurros para no crear alboroto
—Creí que te alegraría verme —Tomo su mano acercándolo a él para simular un baile. —Tenemos que irnos, rápido.
—Espera ¿a dónde?
—Tenemos dos opciones, que te vayas rápido conmigo para evitar un alboroto o...
De repente se escucho un gran estruendo al frente del salón de fiestas.
Un auto casi desecho había impactado contra uno de los muros del salón para poder entrar, en este se observaban claramente dos adolescentes algo asustados por lo que acababan de hacer, al igual que los demás invitados de la fiesta, quienes estaban desconcertados de tal espectáculo.
—Muy tarde... ¿Confías en mí? —El rubio asintió dudoso —Es un alivió, sujetate.
El pelimenta cargo a Jimin como si de una una novia se tratase y corrió con el hasta el auto dónde lo estaba esperando, mientras Jungkook salía llamando la atención de todos.
—Señores Park, invitados, M-madre... —Miro con miedo a la mujer que parecía querer estrangularlo ahí mismo —Solo quiero decirles que, esto es una completa estupidez y Jimin no regresará hasta que ustedes lo dejen ser feliz por su cuenta, y no lo quieran obligar a estar con alguien que ni siquiera conoce, el ya tiene a alguien que lo ama y lo valora, solo denles una oportunidad y no se arrepentirán, ahora... ¡Adiós! Feliz noche a todos.
Corrio hasta el coche saltando dramáticamente sobre el capó y entró al auto
—¡Arranca Kim!
Y así concluye otra aventura o más bien, delito, cometido por él fabuloso Jeon Jungkook, por supuesto, tendría serios problemas con su familia y los Park, pero valia la pena arriesgarse.
—Como es que ustedes...
—Larga historia —Dijeron los tres a unisolo
Horas antes
—Entonces... ¿Me estás diciendo que planeas saltarte el portón de la entrada de la residencia, colarte por el jardín, meterte por una ventana al salón y lanzar una bomba de humo para poder sacar a Jimin de ahí sin que nadie te vea e irnos a toda prisa?
—Si lo dices así, suena muy estúpido.
Debía ser sincero, sonaba y era muy estúpido, pero no tenía muchas opciones y el tiempo corría, necesitaba una forma de entrar a ese maldito salón sin que nadie sospechara.
Ambos se encontraban estacionados frente a esa enorme casona, observando desde el auto las posibilidades por donde podrían entrar sin necesidad de un pase, al menos así fue hasta que vieron a un chico vestido de negro trepando el portón.
Al parecer, cierto pelimenta había tenido la misma grandiosa idea de Jeon para entrar a la fiesta, por supuesto, se trataba del novio de Jimin, al menos él seguía creyendo que volverían en algún momento; No pensaba darse por vencido, iba a luchar por evitar que lo alejaran de su amado.
Mientras seguía trepando, ya a punto de cruzarse, escuchó una voz conocida que lo asustó, haciendo que perdiera el equilibrio por poco, casi callendo al suelo.
—¿YoonGi? ¿Qué haces aquí?
—¿Yo? Jaja... Verás, contrataron un paquete de entretenimiento, así que yo vengo incluido y...
—Te vas a colar a la fiesta ¿Cierto? —Pregunto desde abajo Taehyung con su voz burlona. Sabía cuáles eran sus intenciones.
—¡¿Eh?! —De la sorpresa casi cae al suelo, sujetándose con rapidez como pudo. —Ah... No, solo...
—Te ayudamos
Y así es como se acabó armando el equipo del desastre para robarse a Jimin de el calvario de ser comprometido con algún patán.
—No vamos a usar la bomba de humo.
—Taehyung, cállate.
Tras contarle lo que tenían planeado a YoonGi, accedio de inmediato, después de todo, no tenía más opciones, era seguirlo o tener que pasar una maldita noche tras las rejas; sin embargo, no le acababa de convencer lo que harían.
Al caer la noche todos se reunieron en la casa de Jungkook vestidos de negro, listos para la ocasión, conduciendo directo hasta aquella recidencia; al llegar, se estacionaron lo más alejados posibles para no ser captado por las cámaras, YoonGi fue el único que salió ya que el era el protagonista del crimen.
Tae y Gukk esperaron pacientes en el auto, aunque exigirle paciencia y calma a alguien como Jeon, era como pedirle peras al olmo, definitivamente no duraría nada antes de que él chico encendiera el auto, y tomará el volante desde el asiento del copiloto, incómodo, si, pero no esperaría ni un minuto más.
—Jeon, ¿qué haces? Se suponía que esperaríamos a que YoonGi nos avisará para entrar y-
—Ya se tardaron, así que pongamos en marcha el plan B,
—¿Cuál plan B?
—Bombardear.
Condujeron de vuelta hasta la casona donde era la fiesta, el plan era utilizar el pase de Jungkook para entrar y luego tirar bombas de humo, pero antes de llegar Tae se extrañó de que el pedal del freno no reaccionará, y quiso tomar el freno de mano pero no lo encontró.
—Jeon, acaso tú... —Temió lo peor cuando vio al chico con la palanca en la mano.
—A mi ni me veas, así estaba cuando llegué.
—Estamos muertos, sujetate.
Ambos ajustaron sus cinturones y se agarraron de lo que fuera que los protegiera de salir volando.
No tenían otra alternativa, solo derribar ese portón y detenerse en lo primero que se les atravesará, pero no esperaban que fuera el maldito muro del salón.
—Si... Una muy larga historia.
—Pero como siempre, triunfamos.
—Mis padres nos mataran a todos.
—Triunfamos dije.
Poca imaginación, pero es lo que hay, al menos la parejita ya está por fin junta de nuevo. Vuelvo en conto con un extra de ellos, mientras tanto, bye. Gracias por leer.