Nella Mafia © | ITALIA 1|

By MileDen

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Tras la misteriosa muerte de Orazia Greco, jefa de la Cosa Nostra; Gianna, a los diecisiete años toma el pode... More

Nota.💄
Orden de lectura de la Saga.💄
Personajes. 💄
Para entender. 💄
PRIMERA PARTE.💄
Prólogo. 💄
Capítulo 1.💄
Capítulo 2. 💄
Capítulo 3. 💄
Capítulo 4. 💄
Capítulo 5. 💄
Capítulo 6.💄
Capítulo 7.💄
Capítulo 8.💄
Capítulo 9.💄
Capítulo 10. 💄
Capítulo 11.💄
Capítulo 13.💄
Capítulo 14.💄
Capítulo 15.💄
Capítulo 16. 💄
Capítulo 17.💄
Capítulo 18.💄
Capítulo 19.💄
Capítulo 20.💄
Capítulo 21.💄
Capítulo 22.💄
Capítulo 23.💄
Capítulo 24.💄
Capítulo 25.💄
Capítulo 26.💄
Capítulo 27. 💄
Capítulo 28.💄
Capítulo 29.💄
Capítulo 30.💄
Capítulo 31.💄
Capítulo 32.💄
Capítulo 33.💄
Capítulo 34.💄
Capítulo 35.💄
Capítulo 36.💄
Capítulo 37.💄
Capítulo 38.💄
Capítulo 39.💄
Capítulo 40.💄
Capítulo 41.💄
Capítulo 42.💄
Capítulo 43. 💄
Capítulo 44.💄
Capítulo 45.💄
Capítulo 46.💄
Capítulo 47.💄
Capítulo 48.💄
Capítulo 49.💄
Capítulo 50.💄
Agradecimientos. 💄
Senza Mafia. 💄

Capítulo 12.💄

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By MileDen

Mi perdición

Así me gusta, tan jodidamente rebelde. De mente sucia y mirada inocente. -David Sant.



Alessandro

Bajo al sótano de la casa con toda la paciencia del mundo. Orlando me sigue de cerca junto con una caja negra que tiene mucho o nada que ver con la mujer que llegó a mis manos hace unos días, yo diría que por conciencia de la vida cayó en mis manos. Ya que Julia Vitale es una mujer en quien no confió para nada, mis hombres decidieron averiguar un poco más dentro de su casa, o al menos en una de las muchas que tiene. Dentro de la vivienda no encontraron nada sospechoso, no hasta que uno de los perros rastreadores estaba desesperado por bajar al sótano.

Entre cuadros viejos y muebles podridos encontraron la caja, una caja con información cuestionable.

Un soldato me abre la puerta en el momento que llego al lugar que ha sido testigo de todas mis masacres. Entonces me deja ver a la mujer que estaba en Bacoli. Julia. Esta vez ya no está solo sentada en una silla. Está amarrada y semidesnuda. Pero se lo merece por mentirme y por mentirme sobre su esposo.

La idea de tenerla así, por supuesto fue de mi hermano. Seguramente yo ya le habría cortado el cuello.

—Poco hombre —dice en un hilo de voz— ¿Cómo te atreves hacer esto a una mujer?

La caja que tenía Orlando es depositada en la pequeña mesa que está a su lado. La mujer mira brevemente, disimula bastante bien.

No solo encontraron la caja, en ese momento capturaron a Jack Vitale, quien al parecer estaba por llevarse la caja a Roma, lo encontraron con un boleto de avión y no me sorprendió al saber que era de mi aerolínea. En la caja están unos cuantos papeles con información de los supuestos enemigos que tengo.

La Cosa Nostra.

La mayoría de información es correcta, como el nombre del jefe, o sea Gianna. También hay información en lo que se centran mayormente, sus negocios y como es la estafa de los establecimientos. Incluso de los socios internacionales, en espacial de Rusia. Me tomé la molestia de comprobar ciertas cosas. Uno de los socios de Gianna, específicamente de Rusia es Viktor Petrova, quien comercializa con armas. Sin embargo, en la información que tenía el esposo de Julia es de un tal Damien Volkov, quién es el capo de la Bratvá.

—¿Tú esposo se suicidó? —la miro de reojo ya con una sonrisa en la cara.

—Sí —responde firme. Es una buena mentirosa.

—Entonces no conoces está caja.

—No la había visto en mi vida —parece muy convencida.

Saco uno de los papeles que hay dentro la volteo y se la pongo en la cara para que lo lea.

—Damien Volkov... —digo— ¿qué sabes de él?

Silencio. Se queda en un silencio muy incriminatorio. No sé muy bien lo que planea y voy a hacer que hable. Por las buenas, o por las malas.

—¿Planeas entrar a mi mafia para entregar información? —aparto la hoja.

—N- no... —esta vez tartamudea.

—¿Cuándo dejaras de mentir Julia? —me río—. Orlando. Haz que entre.

El hombre hace una señal y en solo segundos el esposo de Julia entra en compañía de mi hermano. Con una sonrisa, tira al piso al hombre que está golpeado hasta casi la inconsciencia; desnudo, lleno de sangre y moretones.

—Jack... —sus ojos se humedecen.

—Un hombre muy estúpido. —Enzo lo patea una vez más.

—Ambos jugaron mal sus cartas al intentar meterse conmigo. No sé qué demonios planeaban, pero es obvio que no salió como lo esperaban. Así que, como última voluntad me van a decir ¡¿qué demonios querían?!

Ambos comparten una mirada y quién niega con la cabeza sin disimulo es el hombre.

—Bien —me acerco a Jack— si no me lo van a decir es mejor que mueran. No queremos cabos sueltos.

Un soldato me ofrece una glock, la tomo sin dudar.

—¿Unas palabras Julia? —ella no quita la mirada de su marido.

—Te amo, Jack...

—Qué romántico —levanto su cabeza y meto el cañón es su boca—. No creas que te vas a salvar de ti deuda conmigo.

Jalo el gatillo.

El disparo sale a tanta velocidad que su cráneo se hace mil pedazos. Todo es sangre y material gris. La mujer grita y llora sin consuelo. Empieza a temblar cuando me acerco a ella.

—Fred —llamo. El hombre se acerca con una carpeta negra de cartón— Marina Vitale. Veintiocho años estudia medicina en Estados Unidos y tiene una hija de dos años.

—Joder, yo quiero a la chica —Enzo se ríe mientras se pone detrás de la mujer

— Por favor no les hagas nada —suplica la mujer— te diré todo.

—Te escucho.

—Viktor Petrova no es el verdadero jefe, es Damien —aclara algo que ya sé—. Este último se esconde de cualquiera que no esté en Rusia. Hace poco mi marido lo contactó para dar información de la Camorra.

—¿Con que fin?

—Qué la Camorra esté en contra de la Cosa Nostra. El fin era convencerlo de qué se casé con Gianna Greco. Su imperio creería. Mi esposo quería destruir a la Camorra. Fabrizio Russo mató a su familia.

—¿Todo un drama para vengarse de la Camorra?

—Dentro de la mafia, perder poder vale más que matar.

—Bien. Su marido —miro el cuerpo— está muerto y yo quiero mi dinero. Usted no me lo va a pagar, así que tendré que recurrir a Marina y a... —miro la carpeta— Guillermo.

—No...

—Es una lástima. Él es todo un profesional y ella se convertirá en la mejor médica.

—Por favor...

—¿Cómo sabes de Gianna Greco? —interrogo una vez más.

—Nos llegó una carta diciendo que ella era la jefa. Después lo confirmamos cuando Jack habló con Viktor.

—Los nuevos —ahora me dirijo a Orlando— ¿Cuándo tiempo estuvieron sin una mujer?

—Más de un año.

—Bueno deben estar muy frustrados. Que vengan. Una mujer está disponible.

—No... —solloza— por favor. Te dije lo que sé.

—Que te sirva de experiencia, Julia —la tomo del cabello—. Nadie se mete con Alessandro Russo y sale ileso. Que se te meta en la cabeza que nunca en tu miserable vida verás la luz, ni a tus hijos. Sé que no me dices todo. Entonces, cuando estés lista diles a mis hombres que quieres hablar.

Me retiro en el momento que los diez soldatos entran en el pequeño cuarto.

—Espero se diviertan, chicos —cierro la puerta apenas escucho gritos por parte de la mujer.

—Eres un desgraciado cuando te lo propones —mi hermano me toma por el hombro.

—Nadie se mete con Alessandro Russo. El que lo hace se tiene que atener a las consecuencias.

—Recuérdame no hacerte enojar —se adelanta en mi camino soltando una risa—. Ahora deberías venir a Gufo, organice una buena fiesta...

—¿Y serle infiel a mi futura esposa? —sonrío como si eso en realidad importara.

—Ah, por favor, ya te cogiste a dos putas y ahora no le quieres ser infiel a tu mujer...

—No ese mi mujer aún...

—Pura mierda, te vas a casar con ella y ya te la cogiste, es tu mujer. Pero como sea, si no quieres disfrutar de tu vida de soltero ahora que puedes, es tú problema...

—Ya te llegará alguien que... —me callo. Creo que estoy hablando de más...

Joder, creo que lo acabo de arruinar.

—Espera... —una sonrisa crece en sus labios y yo solo quiero borrarla de un golpe —te enamoraste de Gianna en solo tres días que estuviste con ella.

—Claro que no... —no es estar enamorado, solo me gusta más de lo que hubiese imaginado.

Me complace saber que Gianna será mi esposa, al contrario de lo que pasó con Antonella, odiaba la idea de tener que despertar a su lado cada día.

—¿Quién diría que Alessandro Russo se enamoraría?

—Joder, Enzo. No estoy enamorado, Gianna es una mujer hermosa y me gusta, eso es todo.

—Bien, bien —se ríe— entonces deja de poner pretextos y vamos a Gufo. Me lo debes después de mentirle a Beatriz sobre mi adicción.

—Vale, pero que no dure demasiado, tengo trabajo.

—Vamos entonces...



💄💄💄

Mamá no paraba de quejarse sobre Julia.

Ella, al igual que muchos, está en desacuerdo que también le haga pagar a las mujeres. Lo que no entienden es que no me importa el género, edad, raza, religión o lo que sea, si estorban en mi camino, deben pagar. No es fácil mantenerse bajo una fachada legal. Los negocios de la familia han estado siempre en alto y cualquier idiota no me va a hacer caer.

—Señor... —Fred entra en mi oficina— su madre está abajo gritando a todo el mundo sobre la mujer. Nos obliga a sacarla.

—Bajo enseguida —la puerta se cierra.

Suspiro. Mamá es una fiel feminista, es obvio que no me va a permitir que tenga a una mujer torturada y violada.

Hace unos cinco años recuerdo que un grupo de delincuentes estaba tras mi rastro. Como nuevo jefe pensaban que no podía con tanto, que la Camorra se iba a la mierda si yo estaba a cargo. Este grupo era liderado por una mujer.

Valerie Duncan. La mujer estaba en busca y captura por la policía de Londres. Cuando llegó a Roma le capturaron y salió con la excusa de que tenía información de la mafia italiana. La Camorra tenía más accesos, por qué, aunque no me gusta, no tenía la suficiente seguridad en mis empresas. O al menos para los bares. Es por eso que decidí hacer negocios con Frederick.

En fin, al ser la más expuesta, aquella mujer tenía más información sobre nosotros.

Empezó su búsqueda en Palermo con su grupo, pero las pistas la trajeron a Campania. Los empleados que trabajan en Gufo dieron aviso que estaban hablando de la aerolínea. Cuando la capturé tenía toda la información completa para dar a la policía. Y cuando digo todo. Es todo.

Información personal de mí y de toda mi familia. Información sobre cada empresa, cada trabajador. Todo. Nunca supe cómo es que tenía toda la información. Nunca me lo dijo.

La capturamos justo a tiempo.

Maté a sus seguidores de un disparo en la cabeza y con los miembros arrancados. Fueron trece en total. Tres de ellos menores de edad y de ahí que maté a niños "inocentes". A Valerie la torturé con piezas antiguas de tortura. Arranqué tres de sus dedos de manos y pies. Corté su cabello para que no pareciera tanto a una mujer. Quemé su piel, rompí huesos, incluso dientes. La dejé ciega de un ojo y arranqué una oreja.

Todo para que ella me diga cómo demonios sacó tanta información. No hablo, no dijo ni una palabra, no soltó una maldita lágrima.

Arranque su lengua y la tiré a un cuarto para que mis hombres se diviertan la violaron hasta no dejar casi nada de ella. Mamá hizo una revolución y empezó a decirme que era igual a mi padre. Estaba tan enojado que recuerdo haber sacado a Valerie al jardín delantero, donde todos mis hombres estaban presentes. Obligué a mamá a matarla para que me muestre lealtad. Le dije que la matara si me quería.

No lo hizo. Pero me dijo que me amaba y que yo no era así, que yo no era como Fabrizio.

Estaba enojado. Todos creían que no iba a poder, que era muy joven y débil para dirigir la Camorra, que debiera darle de nuevo el puesto a papá. Fue ahí donde dije que intentó matarme y que lo amenacé para que me dé el puesto. Y después de ese discurso tomé la cabeza Valerie y abrí su garganta con una navaja

Desde ese día todos, absolutamente todos me respetan. Y no pienso cambiar. Para estar dentro de esto debes ser poderoso y no dejarte caer. No importa si es una mujer. No me importa en lo absoluto, si se lo merece, debe pagar caro.

Y Julia se metió con la persona equivocada.

Cuando llego al sótano Orlando sostienes a mamá de la muñeca con un arma en la mano. Nunca había visto que usara nada.

—Dile que me suelte —se queja cuando me ve.

—Suelta el arma, mamá —sueno calmado

—Carlo, estás haciendo mal. Hay miles de opciones...

—No hay opción, mamá. Ella sabe mucho y no voy a dejar que hable de más.

—Tenemos contactos de la policía, ellos...

—No quiero que ellos se encarguen. Tengo que hacerlo yo. Así que suelta el arma y no vuelvas aparecer por aquí.

—Es mi casa, y no tienes derecho hablarme de esa manera. Soy tu madre.

—¡Soy el puto jefe! —se sobresalta cuando casi grito en su cara— y se hace lo que yo diga. Si no te gusta, puedes irte.

Mamá parece ofendida y no me interesa. Así como lo hice con Fabrizio, a ella también puedo sacarla de su cargo. El arma cae al piso, y esa ahí donde Orlando la suelta. Se acomoda la ropa y se acerca despacio a mí.

—Es mejor que te consigas un consigliere. No cuentes conmigo Carlo. Ahora espero recibir el respeto de una madre. —Orgullosa sube las escaleras y deja el lugar con un incómodo silencio.

Joder.

—Qué nadie baje —digo y yo también subo—. Fred, ven conmigo.

No detrás de mamá. Tengo que arreglar cosas más importantes.


💄💄💄

Mi tío Maurizio llega a casa justo en el momento que llega Omar. Ambos se saludan entre sí y después a mí. A ninguno le dije el motivo de la repentina reunión.

—Síganme señores —los llevo a mi oficina.

—¿Por qué esto tan repentino? —Omar es él que primero se sienta y pone una mala cara cuando ve a Enzo sentado en uno de los sofás.

—Hay unos cambios —comienzo—. Mamá renunció a su cargo.

—Vaya... —mi tío se remueve incómodo y es quien menos se sorprende.

—Es por eso que después de pensar lo suficiente he decidido lo siguiente. Tío—lo miro— tú, aparte de mamá, has sido de total confianza y sabes mucho de este mundo. No me gusta la idea de bajarte de cargo y espero no te moleste, pero quiero que seas mi consigliere una vez más.

Me sonríe, parece feliz y eso me sorprende.

—¿Sabes lo feliz que me hace eso? No es que diga que no me gusta ser su mano derecha, pero estoy muy viejo para serlo. Estoy complacido al aceptar el cargo.

—Me alegro.

—Omar —me mira—. Tú eres el único hombre de mi edad que ha sido mi mejor amigo. Sabes mucho de mí incluso más que yo. Quiero que seas mi Sottocapo.

—Joder —se levanta— obvio que quiero.

Se toma la molestia de levantarse y abrazarme. Correspondo.

—Es una mala idea —Enzo no aparta la mirada del teléfono—. Omar no sabe nada.

—¿Y tú sí, niño? —ahora mi primo suena enojado. Por supuesto que Enzo lo ignora, quizá darle otra golpiza no es buena idea.

—Espero no te arrepientas, Alessandro —me da una sonrisa.

Entiendo la preocupación de mi hermano, Omar no parece ser la mejor persona para el cargo, pero es la única persona en la que confió para esto. Juro que, si mi hermano estuviera al tanto de todos los negocios, él sería mi mano derecha sin dudar.

—Harás bien ese trabajo — le felicita Maurizio tratando de alivianar el ambiente.

—Y creo que ya sabes que te toca Fred —miro al hombre.

—A sus órdenes señor, estoy complacido. —Él también me sonríe.

Yo sé que Fred llevará muy bien el tema de las amas y el entrenamiento de los associati. Incluso con el de mi hermano.

—¿O sea que viviré en tu mansión? —Omar parece feliz.

—Eso, o vive en la casa donde está Fred —lo miro de nuevo—. Vivirás en la hacienda. Puedes decirle a tu mujer y prepararé todo para que lleven sus cosas, tu llévate con calma a tu esposa y a tu hija.

—Gracias señor. —Con eso abandona el lugar.

—No sabía que Fred tenía familia.

—La tienes. Su mujer era una refugiada puertorriqueña la rescato de unos violadores. Tiene una hija de cinco meses. Sé que serán felices en la hacienda, mucho más tranquilo.

—Vaya.

—Bueno eso sería todos. Omar puedes traer lo que te haga falta y quedarte aquí hasta que Fred desocupe la casa.

—Estamos a tus ordenes —Omar y Maurizio hablan por igual. Después de eso no pasa mucho cuando los dos hombres se retiran de mi oficina. Enzo se pone de pie.

—Después de lo que hizo lo pones como tu mano derecha.

—¿Tienes una mejor idea?

—Eh, sí. Yo.

—Hermano, es lo que más quisiera, pero apenas sabes cómo se llaman cada uno de los locales. Necesito gente comprometida.

—¿No me crees capaz? —suena ofendido.

—No digo eso. Pero debes saber muchas cosas y no lo haces.

—Entonces, ¿crees que el entrenamiento en Bacoli sea productivo?

—Por supuesto que será productivo. No solo aprenderás a manejar más armas. Sabrás las reglas que hay dentro de la famiglia. Podrás tomar tus responsabilidades. En cuanto hagas tu iniciación te haré mi mano derecha. Incluso mi socio.

—Suena bien —se ríe— pero yo seré quien mate a Omar en cuanto haga algo estúpido.

—Está bien

Con eso se retira. Yo lo hago minutos después de dejar todo en orden para el día de mañana. No me demoro demasiado en subir al segundo piso y llegar hasta mi habitación, apenas toco la cama, una llamada entra en cobertura.

Gianna. Por un momento no quiero hablar con ella, pero me lo pienso cuando creo que será la única que cambie mi estado de ánimo actual.

Dolcezza... termino por contestar la llamada.

—Hola, cariño. ¿Cómo estuvo tu día?

—Un poco loco, a decir verdad. ¿Tú?

—Igual, casado. Quería hablar contigo, distraerme un poco.

—¿De qué?

—Quizá podemos continuar con las fotos.

—Eres una chica sucia.

—Anoche me toque pensado en ti.

¡Joder mujer!

—Bueno, entonces te voy a hacer una video llamada

—Buena idea.

Me cuelga. Gianna me va a hacer perder la cabeza. Y no me gusta ese hecho.

💄💄💄

La cabeza parece darme vueltas, no me duele, pero quizá no debí quedare hasta tan tarde despierto. Me siento con una pesadez horrible.

Después de mi sesión de sexo virtual con Gianna, me quede con ganas de más. Quise evitar la tentación de cogerme a una de las empleadas, pero no pude. Y al terminar con eso, mi madre como toda una acosadora, esperó que la mujer saliera para decirle que no tiene permitido subir al tercer piso, que es donde están las habitaciones. Siguió conmigo, como si fuera un niño, me regañó por mi comportamiento y que no debería engañar a Gianna, la final termine por beberme una botella entera de tequila.

Son las diez de la mañana y me arrepiento por completo de abrir los ojos para comprobarlo, no solo me molesta la luz del sol. Hay mensajes de Orlando y llamadas perdidas de Enzo. Estoy por devolver la llamada, pero alguien abre la puerta de mi habitación casi tirándola al piso.

—La casa se pudo haber quemado y tu durmiendo como un bebé— mi hermano ya empieza sacar ropa de mi armario— vístete y vamos al patio. Hay un poco de trabajo sucio que hacer...

Me deja confundido cuando ya sale de mi habitación cerrando una vez más la puerta, y con toda esa confusión encima me levanto de mala gana y tomo la ropa que Enzo sacó. Un pantalón de chándal y una camiseta sencilla de color negro.

Ya sé lo que pasa. No me demoro ni cinco minutos en estar listo y bajar hasta el primer pido de la casa, en la cocina, veo a empeladas mirando curiosas por la ventana que da al patio trasero, veo a más soldados de la cuenta custodiando el lugar.

Veo a mis padres parados con una postura autoritaria justo al lado de la piscina.

Donde normalmente hay una mesa de picnic está el cuerpo de alguien, no está con ningún tipo de atadura, solo a un soldato apuntando su cabeza. Enzo solo espera a que yo llegue.

—¿Qué demonios pasa?

—Sé lo dices tú o lo hago yo, pedazo de basura —Enzo lo empuja con el pie, ahí puedo ver su rostro. Ya lo he visto, pero no sé dónde.

Aquel hombre se queda callado... Enzo solo suspira.

—Gabriel Piras, trabaja en Trappola como mesero, pero hoy acabamos de descubrir que era un policía encubierto...

Sonrío. Creo que hoy me voy a divertir.

—Vaya —me acerco un poco más— interesante información.

—Yo no he hecho nada, todo es una confusión.

Enzo se vuelve a reí y saca del bolsillo de su pantalón una billetera, asumo que es del hombre. Me la pasa y ya puedo ver los datos de este hombre en un ID, no un a cualquiera, una militar.

—No solo policía. En un estúpido militar...

—Eso no es mío —insiste.

—Entonces es tu hermano gemelo —me río—. Dime para quien trabajas y quizá tu muerte sea rápida. Entrar en propiedad privada no está bien.

—Yo no tengo nada que ver con la policía —sus ojos llenos de lágrimas me miran—. He hecho un juramento y lo he cumplido.

—Hasta ahora...—recalca Enzo.

—Di la verdad y puedo perdonar tu vida...

—Soy fiel a la mafia...

—Hay videos y grabaciones de conversaciones con alguien que planea venir...—Enzo se ríe.

—Tienes una oportunidad más.

—No hablaré más...

—¿Qué tal si te digo Matteo Marino...? —se tensa y ya con eso ya me da la respuesta—. Bien, eso es todo. Quiero a todo el mundo en alerta en toda Campania sobre la llegada de Matteo Marino.

—¿Puedo hacerlo yo? —Enzo parece un niño...

—Adelante niño, disfruta...

Solo espero que Gianna no me odie cuando tenga que matar al hijo de puta de Marino. 




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