Era un nuevo día, Jin se despertaba estirando sus brazos y cuando se giró a su izquierda pudo ver el cuerpito de su pequeño. Sonrio por la actitud caprichosa del menor de aferrarse a su padre. Se apoyó en su codo para apreciar mejor a sus dos amores. Su sonrisa se amplió y su corazón se derritió al ver la manito derecha de Taemin en la mejilla de Tae, mientras que su manito izquierda estaba cubierta por la derecha de Tae. Ambos tenían la boquita entreabierta y el cabello tiernamente enmarañado.
Jin se movió lento para no despertarlos con el objetivo de tomar su celular y poder hacer una fotografía del momento, pero en realidad no tomo una sino muchas totalmente embelesado.
Ya se estaba haciendo tarde así que Jin empezó a despertarlos, pero ambos hicieron puchero de la misma forma. Por lo que Jin recurrió a su estrategia del lobito malo.
–creo que el lobo malo quiere aparecer y se quiere comer a un niño muy bonito llamado Taemin y a su padre.
Ambos pegan un brinco quedando sentados en la cama, se miran y Tae puede ver los ojitos de asombro en su pequeño y decide seguir el juego de Jin simulando estar asustado. Miran a Jin quien actúa como si se estuviera transformando.
–corre Taemin...corre hacia el baño.
–aaaaaaah. Core papito...
Taemin le toma la mano a Tae y salen corriendo al baño, antes de entrar Tae voltea a mirar a Jin sonriéndole.
Ya adentro Tae le da mimos de buenos días y lo comienza a alistar para bañarlo.
Pasan algunas semanas donde Taemin no se aparta de Tae y hasta ha empezado a pintar junto con él en su cuarto de pintura. Jin se esfuerza en ser comprensivo pero ya empieza a extrañar en demasía su intimidad con Tae. Guarda silencio pues si habla se sentiría como un niño pequeño peleando por el amor de Tae. Sabía que debía esperar pero la espera estaba siendo dura.
En igualdad de condiciones estaba Tae, pero se sentía entre la espada y la pared. Cada vez que quería llevar a Taemin a su cuarto sus caritas, gestos y palabras lo hacían derretir y cambiar de opinión. Pero entonces, pensaba en otra manera de estar con Jin porque sentía que lo necesitaba mucho.
Pensaba intentar como primera medida esperar a que se durmiera para llevarlo a su cuarto. Las otras veces no lo había considerado y se había quedado dormido al instante junto a su pequeño. Pero esta vez quería hacer el esfuerzo para no dormirse.
Así que esa noche, espero una hora considerando que sería tiempo suficiente para que Taemin estuviera profundamente dormido. Se movió sigilosamente y lo tomo delicadamente para no despertarlo y lo llevo a su cunita. Afortunadamente para Tae, el pequeño no se despertó y cuando cerró la puerta del cuarto rogo a los dioses para que no lo hiciera en el resto de la noche.
Cuando llegó a su cuarto cerró con llave y se acercó hacia el lado donde estaba Jin, quien también estaba profundamente dormido. Tae se subió a la cama suavemente y se quedó mirándolo por largo rato apreciando lo hermoso que era y lo mucho que lo extrañaba. Sin pensarlo mucho comenzó a desabotonar la camisa de su pijama. Al estar la camisa totalmente desabotonada la separo para deleitar sus ojos con los bien formados pectorales y vientre de su esposo.
Tae comenzó a acariciar a Jin desde su bajo vientre subiendo por su ombligo, palpando sus marcados abdominales, delineando sus costillas y toqueteando sus tetillas hasta llegar a sus clavículas y anchos hombros. Luego, comenzó a repartir besos dulces y cortos por su pecho de arriba hacia abajo. Vuelve a subir para dedicarse a lamer y chupar sus tetillas.
Tae estaba tan concentrado y entregado chupando las tetillas de Jin que no se dio cuenta cuando este despertó y lo miraba algo desconcertado. Jin busco con su mirada a Taemin pero no pudo encontrarlo. Sacudió un poco su cabeza pensando que era un sueño, lo que hizo que Tae alzara la vista y supiera que había despertado. Le sonrio traviesamente y siguió lamiendo, lo que hizo que Jin comenzara a excitarse. Ver a su pequeño igual de necesitado como él estaba lo estaba poniendo duro.
Jin llevo su mano hacia el trasero de Tae y comienza a jalar el camisón para tocar la piel desnuda de su glúteo mientras que con la otra se sostiene con su codo teniendo una mejor vista de lo que hace Tae en su pecho.
Jin comienza a amasar y apretar el buen dotado trasero de Tae, cambia de mano para darse gusto con sus nalgas. Son tan suavecitas y esponjosas que se acuesta y las toma con ambas manos. Luego de deleitarse por un buen tiempo con ellas, hace viajar sus manos lentamente hacia arriba para despojar a Tae de su camisón.
Tae al percibir lo que intenta hacer Jin se sienta sobre el vientre de su esposo, quien también se sienta y termina de quitarle la ropa.
–ya te extrañaba mi amor. –decía Jin mientras le besaba en los labios.
–Yo también Jinnie.
Jin besaba la comisura de los labios de Tae.
–Siento mucho darle tanto gusto a Taemin, pero se me parte el corazón decirle que no.
Jin besaba su cuello con anhelo. –No te preocupes puedo entenderlo. Volvía a su boca y chupaba sus labios. – es nuestro pequeño después de todo. Haríamos lo que fuera por él. Además, – seguía besándole – debemos buscar la manera para estar juntos hasta que supere esta etapa.
–si, mmmmh – Jin jugaba con una de sus tetillas con sus dedos mientras atacaba su cuello – tienes razón.
Jin rompe la ropa interior de Tae sorprendiéndole y toma su pene para empezar a bombearlo.
–aaaaaaaaah Jinnie.
Jin amasaba el glande repetidamente y hacia círculos a su alrededor con su dedo pulgar.
–aaaaaaaaammm, mi amor. Sigue así.
Jin lo masturbaba mientras besaba su cuello y luego su boca. Finalmente se acuesta y conduce a Tae para que se posicione en su rostro.
Tae se muestra algo tímido pero se deja llevar por su esposo, quien lleva su entrada a su rostro, más exactamente hacia su boca. La lengua experta del mayor comienza a torturarlo por lo que Tae se sujeta del cabezal de la cama para no caer ante los estremecimientos de su cuerpo. Comienza a dar saltitos ante la voracidad de la lengua de Jin que se lo está follando haciéndole perder la cordura.
–maaas Jin...
ummmmm...
si amor....
asiiiiiiiiiiii...
Mas por favor...
ummmmm.
Si que rico.
Maaas.
Maaaaaaaaaas.
Maaaaaas.
Ummmmmmm.
Que delicia.
Ummmmmmm.
Aaaaaaaaaah.
Dioses.
Mi cuerpito arde.
Me voy a derretir.
Sigue así mi amor.
Soy tan tuyo Jin.
Me encanta.
Más por favor.
Ummmmmmm.
Que rico.
Dioses esto es demasiado bueno.
Aaaaaaaaaah.
Mi amor, te amo tanto.
Ummmmmmm.
Soy tuyo, soy tuyo mi señor.
Ya te extrañaba tanto mi amor.
ummmmmmmm.
Si, así.
Ummmmmm.
Hazme el amor Jin.
Por favor.
Quiero sentirte dentro de mí.
Me muero.
Me muero Jinnie.
Me mue...
aaaaaaaaaaaaah.
Siiiiiiiiiiiii,
aaaaaaaah.
Maaaaaaaaaaas.
Asi....oooooooooh dioses.
Ummmmmmm.
Voy a morir de placer.
Que rico.
Que rico Jin.
Mi amor.
por favor Jin entra ya.
Jin lo mueve delicadamente, se sale y se quita el pantalón de la pijama junto con el bóxer. Estaba tan duro que dolía y goteaba. Hacía que Tae se apoyara con sus manos en el cabezal y alineaba su pene en la entrada. Juega un poco con su glande sobando alrededor de ella.
–por favor Jinnie. Entra. Te necesito amor.
Jin entra de una estocada y hace que Tae se doble de placer.
–aaaaaaaaaaaaah.
Siiiiiiiiiiiiii...
ummmmmmmmmm.
Mío, eres mío Jinnie.
Jin acelera su ritmo y comienza a embestirlo fuerte y rápido.
–estas tan apretado y caliente bebé.
Ummmmmmm.
Me aprietas tan bien.
Eres tan hermoso.
Si vieras la vista que tengo de ti.
Tan entregado y abierto para mí.
Mira como gimes.
–siiiiiiiiiiiiii, Jin.
Aaaaaaaaaaaaaah.
Me haces tan rico.
–te encanta ¿no?
–siiiiiiiiiii, quiero más.
No pares.
–no parare.
Te follare duro hasta dejarte sin consciencia.
–siiiiiiiii...
Jinnie asi...
follame.
Ummmmmmm.
La tienes tan grande y gruesa que me llena tan bien.
Me rompe.
Hace arder mi interior.
Me vuelve loco.
Me destroza.
Ummmmmmmm.
Asiiiiiiiiii....
ahiiiiii...
ahiiiiiiiiiiii...
Jinnie.
aaaaaaaaaah.
–eres tan caliente y dulce bebé.
Eres tan mío mi amor.
Tu cuerpo me responde tan bien.
Sabe muy bien a quien le pertenece.
–siiiiiiiiiiiiiiiiii....
solo a ti mi amor.
me encan....
aaaaaaaaaaaaaah.
me ve....
aaaaaaaaaaaa....
Jiiiiiiiiiiiinnn.
Jin acelera aún más su ritmo y derrama su caliente liquido en su interior. Se acuesta junto a Tae quien sigue temblando ante las sacudidas de placer. El nudo comienza a formarse y Jin busca la boca de Tae para devorarla con la suya.
Tae siente el nudo crecer mientras la lengua de Jin lo tortura jugando con la suya de manera lenta y adictiva. Ambos ahogan sus gemidos en la lengua del contrario, disfrutando de lo suave y lo mucho que arden al tocarse la una con la otra.