=Astrid=
—Bien, es hora de ponernos serios—ordené
Coloque unos archivos en la mesa asustando a Hipo, que dio un salto bajando los pies de la mesa que casi se cae de la silla donde se estaba inclinado, alzó la vista mirando los papeles que traje con la información que junte en una búsqueda simple, nada muy profundo.
Cinco personas han fallecido en las manos de este hombre y van a seguir aumentando sino descubrimos quien es, nadie merece morir de esa manera y mucho menos por el odio de solo una persona, o quien sabe, tal vez allá más involucrados, que deseo que no.
—¿Has juntado todo esto?—preguntó ojeando las hojas
Tomó los extremos de las hojas, las dejó caer contando cuantas son, abrió los ojos y luego me miro a mi, creo que piensa que estoy loca, yo le sonrío con inocencia.
—Es el informe de cinco personas, Hipo
—Okay, ¿Por donde empezamos?
Se agachó y de su mochila saco su cuaderno, moví las hojas para dejar espacio, me senté cerca de mi computador por si necesitamos investigar algo o ordenar algo para comer. Estamos en el periódico las clase terminaron hace unos minutos, pero decidimos quedarnos para poder al fin empezar.
—Creo que ver en que tienen en común, tal vez se conocían o se reunían en un lugar—sugiero
—Me parece buena idea, mejor escribámoslo, es más seguro tener una copia a mano—comentó, asentí ante su idea, creo que al final si buena idea dejarlo ayudarme con esto
—Muy bien, las victimas son tres mujeres y dos hombres
Hipo anota todo rápidamente, luego empieza a rebuscar entre los papeles, yo lo ayudo a separar a los informes de las personas lamentablemente fallecidas.
—Entre ellos Bruno Gracia, de 53 años, las personas cercanas lo reconocen como un hombre de familia, con una amada esposa y dos hijos, era banquero—empezó a redactar mientras la pasa al cuaderno—Una vida perfecta
—En cambio Luis Ortiz, un hombre solitario con sueldo mínimo, divorciado, no alcanzó a tener hijos y como ya sabemos era el conserje de la escuela
Sentí la tristeza me rodea, no fue de el todo una vida buena, pero a pesar de todo Don Luis siempre sonreía, de lo poco que lo conocí estoy cien por ciento segura de que valió la pena conocerlo.
—Mundos totalmente distintos—suspiró con pena
—Am... entre las mujeres está Angela Hofferson, casada con una hija, era diseñadora grafica, pero decidió trabajar desde casa
Él me miro de forma diferente, extraña yo fruncí el ceño y me golpee mentalmente, no me permito que me vean vulnerable.
—No, no quiero tu lastima
Alzó sus manos en modo de paz sin decir nada, rebusco nuevamente entre los papales para continuar con las dos faltantes.
—Magdalena y Victoria Flores, mellizas atacadas el mismo día, Victoria vivía en la casa de su hermana junto al marido e hijo de su hermana, Victoria era secretaria alguien independiente, todo lo contrario de su hermana que era maestra en una escuela primaria—Informó
—Intente buscar más sobre Victoria, pero no es muy unida o afectuosa con las personas o al menos eso se veía—dije un poco arrepentida—Siempre sube fotos sola...
—Creo que estará bien por ahora—agarró mi mano para calmarme, sonreí un poco nerviosa—¿Ahora que? Sus vidas, las de todos son diferentes
—¿A pasado algo fuera de lo común hace casi tres meses atrás?—pregunte
Miró al techo con una mueca pensativa, llevó de mi mano a su mentón para ayudarse a concentrarse, en un momento a otro su cara se ilumino recordando.
—Sí, am... recuerdo que hubo una clase de asamblea, cosa que nunca se había hecho, mis padres asistieron, pero no me dijeron mucho pensaron que me aburriría con el tema
—Tal vez nos sirva, tal vez el asesino estuvo ahí o hasta el creo la asamblea—Hipo me miro un poco impactado
—¿Entonces uno de los sospechosos seria el alcalde de Berk?—preguntó aún sin creérselo—Pero... ¿Por qué? Digo si tiene el poder de salir ileso de esto, pero para que asesinar ¿Por qué llegar hasta esto?
—No lo sé, tal vez sobre población y él tiene un problema o hubo un percance más personal que involucra a estas personas
En ese entonces pensé en mi madre, si ella estuvo involucrada en algo más personal significa que había venido aquí antes o hasta pudo haber vivido aquí, pero nunca lo dijo o comento un poco al respecto, un nudo en mi garganta se empezó a formar haciendo que me ardiera. Me duele pensar que no me lo dijo se supone que nos lo contábamos todo y por primera vez encontré razón a la frase de: Nunca terminas de conocer a una persona.
Y eso me dolió como la mierda, está investigación tal vez me entere de cosas que mi madre trato de ocultar, pero nada se puede ocultar para siempre.
—Astrid!—me saco de mis pensamientos Hipo
Pestañeo muchas veces y de forma rápida, él se encuentra cerca viéndome fijamente a los ojos con duda, más cerca de mi cara está su mano, que me indica que estaba chasqueando para llamar mi atención, lo que al parecer fue inútil.
—¿Q-qué? ¿Qué decías?
—¿Estas bien?—preguntó confundido ante mi comportamiento
—Sí —afirmo—. Sí—vuelvo a decir, pero esta vez más para mi
—¿Bueno?—dijo aún inseguro de mi respuesta—Te decía que podríamos hablar con los que realizaron la asamblea como un concejal
—Claro es una buena idea
Empecé a guardar mis cosas para irnos, sentía la mirada extrañada de Hipo en mi espalda y no lo culpo, pero prefirió no preguntar más, lo que le agradezco.
Nos dirigimos a la alcaldía en silencio, yo aún pensaba en que es lo que me podría esconder mi madre, en que se habrá empeñado tanto en esconder como para olvidar todo lo que pudo vivir aquí, al igual que mi padre que antes no tenia idea que él estuvo aquí, hasta fue a la misma escuela que yo, pero nunca lo dijeron ¿Por qué?.
Al llegar a la alcaldía nos quedamos al frente de el enorme edificio sin saber que hacer, se nos olvido crear un plan, me golpee en la frente mentalmente, el edificio era como un castillo, pero más pequeño pintado de un blanco crema, en pequeños sectores hay plantas para dividir los caminos de cemento.
—¿Cuál es el plan?—le preguntó
Él volteó a verme frunciendo el ceño sin entender.
—¿Yo? ¿Por qué tendría un plan?—se apuntó a si mismo
—Tu eres el de los planes, has un Hipo-plan—le sonrío a labio cerrado
—¿Quién te dijo eso?
—¿Quién no?—le respondí ampliando mi sonrisa mostrando mis dientes—Los chicos hablan de tus planes
—¿Hablan de mi cuando no estoy?—cuestionó intrigado y extrañado a la vez
—No te creas tanto—intento bajarle el ego
—Pero... —se interrumpió y se quedo observando sobre mi hombro—Mira
Me volteo un poco para mirar de mejor forma y no romperme la cabeza, lo único que veo que cerca de la entrada de la alcaldía hay un señor, alto, delgado con varias canas que empiezan a teñir su pelo negro a blanco que esta felizmente comiendo un sándwich. Vuelvo mi mirada a Hipo que sonríe con victoria y sus ojos muestran que tiene una idea, el apodo si le da.
—¿Que? Hay un señor y ya—digo, él me mira como si fuera la persona más ingenua que allá visto en su vida
—Él es uno de los concejal de el área de educación que creo que participo en la asamblea, si no me equivoco creo que hay tres que participaron junto el alcalde —explica
—Veo que te informas bien—lo halague sorprendida—¿Entonces? ¿Tienes un plan?
—Nada que una persona normal no haría, hablarle—se burló, rodé los ojos fastidiada
Caminamos despacio para no llamar tanto la atención y no mostrar tampoco desesperación, luego pensé en que mierda le diremos, no creo que Hipo le venga a decir que buscamos a un asesino en serie y menos que podría ser él. El nerviosismo fue inevitable y las palmas de mis manos me empezó a picar por el sudor.
—Hola, disculpe ¿Tiene un minuto?—habló con formalidad Hipo, en cambio yo lo saludo con la mano
Él concejal suspiró cansado, nos miro de pies a cabeza evaluando si valía la pena ser amable con dos adolescentes que interrumpen su día.
—¿Qué necesitan?—fingió una sonrisa dejando su sándwich de lado
—Usted participo en la asamblea hace casi tres meses atrás ¿no?—preguntó Hipo, el señor asintió—. Nosotros queríamos saber quienes participaron en la asamblea y De quien fue la idea
—¿Y a ustedes por que quieren saber?—respondió antipático mirándonos nuevamente de pies a cabeza—¿Qué edad tienen? ¿5?
Lo que hace el poder
Mi nerviosismo se transformo en enojo rápidamente ¿Quién es él para decirme niña? Respuesta nadie, empuje a Hipo suavemente para quedar frente a frente al señor que nombre desconozco y que no me interesa.
—¿Y cuantos tiene usted? ¿80?—pregunte aún ofendida a lo anterior cruzándome de brazos
El concejal entrecerró los ojos desafiándome, yo lo imite, es una guerra de miradas de azul y marrón, escuche a Hipo que se golpeó la frente con su mano.
—Basta—nos separo Hipo poniéndose en medio de los dos—. Ambos—añadió al ver que íbamos a replicar
Hipo me regaño con la mirada, yo solo alce mis hombros restándole importancia al asunto, el concejal se arreglo el saco que tiene puesto creyéndose importante.
—Mire solo queremos saber si puede enviarnos las personas que participaron en relación al alto rango—aclaró Hipo
—Y yo vuelvo a preguntar ¿Para que?—se cruzo de brazos y juntando el entre cejo
—Trabajamos en el periódico escolar en la escuela Vikings, queremos informarles a los alumnos sobre que hablaron y dar reconocimiento a las personas que dieron la idea y quienes ayudaron a la asamblea es todo—mintió a la perfección, abrí levemente mi boca impresionada
—¿Reconocimiento? —musitó tan bajo que apenas pude oírlo—. Está bien, niño
Hipo le dio su correo para que más tarde le enviara la información que necesitamos, ya hecho eso el señor Iván López se retiró feliz porque piensa que será más reconocido, yo no evite reírme por de bajo mientras que lo veía desde lejos.
—Sabia que eras impulsiva, pero no creí que tanto—comentó él empezando a caminar en dirección a la escuela
—Sí bueno, yo no dejo que pisoteen por no hacer nada—me defendí
—No todo debe ser agresividad
—Y no todo se arregla hablando
—¿Lo has intentado?—preguntó, puse una mano en mi pecho ofendida
—No todo es paz y amor Hipo, la gente te agrede y si no te defiendes te pisotearan sin importar si los conoces o no—doy a conocer mi punto de vista—Los conflictos y las guerras son por las personas
Acomode mis cosas no quiero discutir y empiezo a retirarme, todavía no finaliza el día y tengo cosas que hacer.
—Ya lo note—susurró Hipo ya cuando estoy lejos
—¡Te escuche!—le grito
*
*
Todavía falta mucho para que se oscurezca así que volvimos a la escuela, cuando llegamos dejamos nuestras cosas en una esquina y pedimos algo para comer, ya que no lo hemos hecho en un buen tiempo y nuestros estómagos ya están empezando a doler y a rugir exigiendo alimento.
—Más tarde el concejal Iván debería enviarnos los nombres .—menciona Hipo entrando en la computadora para revisar su correo
—Debería —él me miro de pocos amigos, levante mis manos en modo de rendición—. ¿Qué haremos hasta entonces?
—Podríamos ver quienes asistieron a la asamblea, hay una posibilidad que estemos equivocados—sugiere
Rápidamente empezó a teclear en el teclado, escribiendo códigos entrando a paginas que desconozco, yo estoy impresionada al parecer él no es el niño bueno que todos piensan, él está muy concentrado entrando y saliendo de paginas, hasta que entra en una donde se ven las cámaras que nos vigilan veinticuatro siete, se volteó a verme con una sonrisa como si esto fuera de lo más normal.
—No sabia que eras hacker—comente aún un poco impresionada de lo que uno pude esconder
—Am...yo... —llevó su mano a su nuca y se rio de forma nerviosa—. Mi primo me enseño una que otra cosa
—Genial ¿Puedes ver las imágenes de ese día?—Asintió inicio nuevamente a codificar
Las imágenes empezaron a retroceder hasta llegar a ese día, todos están sentados prestando atención a lo que se habla, apunte a donde está sentada mi madre junto a mi padre, segundos después Hipo encontró a las mellizas con cabellera castaña y la otra con la cabellera más clara, pero su figura delgada son similares, logramos reconocer a todos los que por ahora han sido atacados, creo que estábamos en lo correcto.
Saque una foto por si acaso, mientras hago eso Hipo recibió un correo que venia de el Concejal Iván, rápidamente después de capturar la imagen lo reviso, miramos atentos a la pantalla, los nombre empezaron a aparecer como juego de lotería uno por uno, nombres de los concejales hasta que mi mundo se detuvo y sentir como me apuñalaron en el estomago.
Arthur Hofferson
Hipo me miró aún sin creérselo, mi respiración se empezó a acelerar, mi corazón parece que tiene alas de colibrí de lo rápido que late—No, no, no—es lo único que pensaba, me niego a creerlo, mi padre no puede ser el causante de tanto sufrimiento, ni siquiera debería ser un sospechoso de mi propia investigación.
Sujeto mi cabeza con ambas manos, niego repetidamente con la cabeza, me echo para atrás abruptamente hasta chocar con otra mesa que me golpeo fuerte la cadera, siento que todo se paralizo, las paredes me aplastan, el mismo aire me ahoga y lucho por respirar con necesidad.
Me siento en el frio suelo y llevo mis rodillas a mi pecho, aún con las manos sujetando la cabeza, empecé a imaginarme múltiples escenarios donde mi padre es arrestado, la ansiedad se instalo en mi pecho y garganta, no, no puede ser él, aún es muy temprano para sacar esa conclusión, él no pudo arruinar mi vida, la de muchas personas y la suya ¿o si?.
¨No, no pudo¨ me sigo repitiendo, siento que pierdo el equilibrio y empiezo a desviarme a un lado, pero Hipo me retiene, me abraza acostándome en su regazo, yo con mis manos agarro sus brazos asegurándome que estuviera de verdad, pero si está, se hace notar en toda mi paralización de tiempo.
¨Shh, todo estará bien¨
Me susurra cerca de mi oído muy suave y como tantas cosas para tranquilizarme, poco a poco inicio a calmarme retomo el orden el mi cabeza, de mi respiración, soy consciente de el tiempo, me doy cuenta que estoy sudando y los ojos me pican al estar cristalizados, aún respiro por la boca, pero ahora pensando en lo que me sucedió.
Me separo de el regazo de Hipo para poder levantarnos de el suelo, las lagrimas que podían salir ya están eliminadas, estoy recompuesta nuevamente y me odio de mostrarme de aquella manera, pero lo hecho echo está, no hay vuelta atrás y ahora debo más que nunca descubrir quien fue, si en mi propia investigación mi padre es el sospechoso no quiero ni imaginar a la de los policías.
Ayude a levantar a Hipo extendiéndole la mano, hecho eso me fui a sentar para quedar al frente de le computador, escucho por atrás de mi espalda que Hipo trae una silla y la posiciona al lado mío, él me mira preocupado, pero finjo que no me doy cuenta.
—¿Estas bien?—me preguntó deteniendo mi brazo con su mano, asentí para tratar de calmarlo—¿Quieres hablarlo?
Lo mire al fin por la vergüenza que sentía, pero aquí estoy, lo mire y pensé si de verdad quería hablarlo.
—No .—respondí tranquila—Solo terminemos con esto ¿Si?
—Claro
Y eso hicimos, vimos las grabación para terminar rápido e irnos, después le diré a Hipo que lo siento por portarme así, pero hoy ya no tengo ganas y creo que no las tendré, pero por una parte estamos dando un paso más a delante en todo esto.