"Ustedes las ángeles son un dolor de cabeza." Seoyoung dijo con un tono bastante grueso. Esta tenía sus ojos brillando de naranja, sus colmillos, cuernos y garras bien largas, y sus alas de un tamaño grande. "Les arrancaré a todas esas bonitas caras que tienen y luego les meteré estas garras en la garganta para que se terminen ahogando con su propia sangre."
"Muchas gracias por la descripción de cómo vas a matarnos, Seo." Jihyo dijo con una sonrisa. "Pero no planeamos dejar que nos mates. Te necesitamos de vuelta."
Seoyoung soltó una gran risa. "Yo jamás trabajaría con ángeles." Esta materializó su espada para ir a atacar a Jihyo. Esta última materializó su lanza y bloqueó el ataque de esta.
"Tendrás que venir con nosotras, Seo. Ya sea por las buenas o por las malas." La líder dijo, y con su lanza empujó a Seoyoung con fuerza.
La demonio dio un salto para atrás para recuperar su balance.
"Antes muerta que dejarme capturar por ustedes." La demonio comentó.
"Entonces no tenemos remedio que noquearte!" Dahyun apareció por detrás con una espada negra.
"Y tú piensas que puedes atacarme por detrás?" Seoyoung miró con una sonrisa divertida a la ángel. "Eres muy predecible, pequeña ángel."
Dahyun sonrió.
"Eso es porque ella no es la que te tiene que atacar!" Seoyoung dio vuelta rápidamente para recibir un puño en la mejilla de parte de Momo, haciéndola volar lejos del lugar y chocar contra un muro.
La japonesa materializó su lanza en manos. "Que mal que ahora no tenga los anillos." Esta dijo. "Estaba empezando a acostumbrarme a ellos."
"Yo creo que si se puede, unnie." Tzuyu comentó. Esta se concentró y sus manos brillaron para dejar ver los anillos.
"Oh~" Momo se vio feliz. Esta cerró los ojos y se concentró para materializar los anillos. Abrió los ojos y los vio en sus dedos. "Esto si es lo que yo llamo diversión."
Seoyoung se levantó lentamente para darse unas palmadas en su cuerpo y quitarse el polvo.
"Me están molestando." Esta dijo, dando una caricia a su golpeada mejilla.
"Solo haznos el trabajo fácil, Seo." Jeongyeon dijo. "Mira que las chicas te necesitan."
"Yo no tengo relación con ninguna de esas demonios." Seoyoung dijo con frialdad.
"Seoyoung, esta no eres tú y lo sabes." Mina dijo. "Sé que nos estás escuchando. Lucha para volver a tomar el control!"
"No sé de que hablas." La demonio dijo, y voló a una gran velocidad hacia Mina con el plan de atravesarla con su espada.
"No será tan fácil." Jeongyeon se metió a tiempo, bloqueándola con su lanza.
"No te metas, pequeña ángel." Seoyoung empleó bastante fuerza y mandó a volar a Jeongyeon lejos de la zona. Esta movió su espada rápidamente para atacar a la japonesa.
Mina materializó su lanza y con un movimiento elegante lo bloqueó. "En serio vas a olvidar esos 17 años que estuviste con las chicas?" Mina hacía fuerza en su lanza mientras que Seoyoung hacía fuerza en su espada para tratar de romper el arma de la contraria. "Olvidarás esos 17 años donde cuidaste a las chicas como si fueran tus propias hijas?"
"Cállate. Ellas nunca fueron algo para mí." La demonio exclamó.
"Seoyoung." Los ojos de Mina empezaron a brillar de azul. "Esta no eres tú. Tú mejor que nadie sabes lo tanto que las quieres." La japonesa intentaba lo posible para hacer que la demonio reaccionara.
"Que te calles, ingenua ángel." Seoyoung gruñó enojada, empujando aún más fuerte su espada y haciendo que la hoja de esta hiciera un corte en la mejilla de la ángel.
"Entonces por qué estás llorando?" La demonio fue tomada desprevenida.
"Mina unnie!"
La demonio que estaba en frente de la japonesa salió volando hasta chocar contra el muro.
"Unnie, estás bien?" Tzuyu preguntó, parándose al frente de la japonesa. "En qué estabas pensando? Enfrentándote sola a Seoyoung..."
"La Seoyoung que conocemos sigue ahí. Su alma aún sigue luchando por tomar el control." Mina explicó. "Hay que ayudarla."
"Cómo?" Jihyo preguntó, llegando al lado de la japonesa junto a las demás. "Alguna idea?"
"Ni idea." Mina negó con la cabeza. "Pero sucedió algo mientras luchaba contra ella." Esta comentó. "Ella estaba apunto de cortarme la cara, pero se detuvo cuando le pregunté el porqué ella estaba llorando."
"Tal vez la hace dudar el que le hablemos sobre las chicas." Dahyun comentó. Esta vio como Seoyoung se levantaba nuevamente del suelo. "Bueno, chicas. Sea lo que sea, tratemos de traer a Seoyoung viva."
Seoyoung gruñó. "Quédate quieta y deja de joder!" Las ángeles se quedaron quietas al escuchar a la demonio gritarse a si misma.
"Pelea interna?" Preguntó Jeongyeon.
"No importa lo que sea, aprovechemos el momento!" Momo exclamó y voló junto a Tzuyu hacia la demonio para golpearla en la sien y noquearla.
Seoyoung se sujetaba la cabeza con ambas manos mientras tensaba la mandíbula. Las ángeles iban a golpearla en toda la sien cuando esta gritó y desplegó ambas alas, mandando a Momo y Tzuyu a volar por la fuerza del viento.
"USTEDES SON UN FASTIDIO!" Seoyoung exclamó, mirando a las ángeles con instintos asesinos.
"Mina... ahora que hacemos con esta, Seoyoung?" Jeongyeon preguntó mientras Jihyo y Dahyun ayudaban a Momo y Tzuyu a ponerse en pie otra vez.
La japonesa se mordió el labio mientras fruncía el ceño. Esta quería salvar a Seoyoung ya que era una persona preciada para las demonios, pero no había de otra.
"Tenemos que matarla...?" Preguntó Dahyun en una voz baja.
Mina apretó los labios y asintió, bajando la cabeza.
"No bajes la cabeza, pequeña ángel." Seoyoung se había movido muy rápido, tomando a la japonesa desprevenida y agarrándola por el cuello. "Ahora no hablas mucho?"
"Mina!" Las chicas atacaron a la demonio al mismo tiempo, pero esta los mandó a volar lejos.
A Mina le estaba costando respirar, y la demonio cada vez apretaba más el agarre.
"Habla! Di algo, maldita ángel!" Seoyoung decía entre dientes. "No que sabías hablar mucho?!"
"S-Seoyoung... v-vuelve e-en t-ti..." Mina dijo entrecortadamente. "E-Ellas t-te a-aman!"
Seoyoung se tensó y soltó a la ángel para agarrarse la cabeza nuevamente con ambas manos.
Mina cayó al suelo y colocó sus manos en el cuello, recuperando el aire.
"ARGHH!!!" Seoyoung gritó. Esta materializó su espada y estaba apunto de cortarle la cabeza a Mina cuando Dahyun la bloquea.
"Seoyoung!" Dahyun gritó, bloqueando su ataque. "Reacciona!"
Los ojos de Seoyoung brillaban de naranja y luego volvían a la normalidad y luego volvían a brillar. La demonio estaba tratando de recuperar el control, pero era solo algo temporal.
"D-Dahyun..." La peli-plateada escuchó la voz de Seoyoung.
"Seoyoung!" Está exclamó con felicidad. "Recuperaste el contr—"
"Mátame." Seoyoung dijo, separándose de la menor y abriendo en grande sus brazos.
"Q-qué?" Dahyun fue tomada desprevenida por la petición.
"Hazlo, no tenemos mucho tiempo." Seoyoung trataba lo mejor de seguir al control. "Hazlo antes que mi alma desaparezca por completo y terminé como las otras!" Esta exclamó, refiriéndose a Yoona, Naeun, Keiko y Sunmi.
"P-pero.." Dahyun no quería hacerlo.
"Haz—lo!" Los ojos de Seoyoung volvieron a brillar de naranja y esta empezó a reír como loca. Con una sonrisa macabra en el rostro, levantó su espada e iba a atacar a Dahyun.
En eso, Jihyo, Jeongyeon, Momo, Tzuyu y Mina la inmovilizan con sus lanzas, luchando por mantener a Seoyoung bajo control mientras esta forcejeaba.
"Rápido, Dahyun!" Jihyo exclamó. "Hazlo! Cumple su último deseo!"
Dahyun se mordió el labio y se colocó en posición con su espada negra. "Lo siento, Seoyoung..." esta murmuró. Dio un último respiro y corrió hacia la demonio, apuñalándola en todo el pecho.
Los ojos de Seoyoung volvieron a la normalidad y tosió una gran cantidad de sangre. Las chicas desaparecieron sus lanzas y Dahyun sostuvo a la demonio para recostarla en el suelo.
"Seoyoung... lo siento mucho... lo siento mucho..." A Dahyun se le empezaba a formar lágrimas en los ojos mientras trataba de presionar la herida de esta. "Ya estás libre del control... sólo aguanta un poco para que T/N pueda curarte, si? No te vayas..."
Las demás ángeles también tenían lágrimas en los ojos. La demonio había formado una parte muy valiosa de la vida de estas chicas.
"D-Dahyun-ah..." La demonio tomó las manos de la nombrada y les dio un pequeño apretón. "Hiciste lo correcto..." esta dijo despacio.
"No... Seoyoung... no..." Dahyun negaba furiosamente. "No te vayas... ellas te necesitan... T/N te necesita..."
En los ojos de Seoyoung se formaron unas lágrimas con solo la mención de las demonios.
"Tarde o temprano tenía que pasar..." Seoyoung susurró. Esta miró a las demás ángeles. "Les pido un último favor..." esta sentía sus párpados pesados. "Cuiden de mis niñas... por favor..."
"Lo haremos, Seoyoung... lo haremos." Jihyo dijo con la cabeza gacha, apretando su puño fuertemente, mientras las demás lloraban silenciosamente.
"Gracias... chicas..." Seoyoung susurró y lentamente cerró los ojos.
Dahyun agarró fuertemente la mano de la demonio al sentir que esta se soltaba. La peli-plateada dejó ir sus lágrimas y apoyó su cabeza en el pecho de Seoyoung.
"Jamás pensé que mi 'hija' fuera así de débil." Naeun dejó de moverse para observar a su hija. "Me decepcionas."
Chaeyoung respiraba forzosamente, presionando el corte que le había hecho la mujer en su brazo derecho.
"Ya te cansaste?" La mujer preguntó, ladeando la cabeza. "Pensé que ibas a darme más diversión, pero supongo que me equivoqué."
Esta volvió a moverse a la velocidad del rayo y corrió en círculos alrededor de Chaeyoung.
La menor siguió a su 'madre' con la vista.
"Es hora de que mueras." Naeun corrió hacia su hija, con el propósito de apuñalarla en el corazón.
"Oh~?" Naeun sonrió. "Aún estando herida lograste bloquearme? Que sorpresa~" esta dijo divertidamente al ver como Chaeyoung logró a duras penas bloquearla. "Que mal que estés herida." Esta dijo para luego patearla en el costado y mandarla a volar, chocando y rompiendo la pared en el proceso.
"ARGH!" Chaeyoung gritó del dolor, escupiendo sangre por el impacto que recibió.
Esta trató de levantarse como pudo, apoyándose de su espada. "C-Creo que t-tengo algunas costillas rotas..." la menor murmuró. Todo su cuerpo dolía, pero no iba a rendirse.
"Qué? Todavía estás disponible para más?" Naeun preguntó divertidamente. "Mira que no he terminado de jugar contigo."
"Chaeyoung!" Mina iba a meterse en la pelea para ayudarla, pero la menor alzó la mano para detenerla.
"N-no te metas en esta pelea!" Chaeyoung dijo, tratando de mantenerse en pie. "E-esta es una pelea que solo yo puedo hacer."
"Hablas mucho para actuar, hija." La mujer apareció en frente de la coreana y la tomó del cuello para azotarla contra el piso.
"ARGH!" Chaeyoung podía sentir como sus costillas se quebraban.
"Chaeyoung!" Mina materializó su lanza para ir a atacar a Naeun.
"Que fastidio." La demonio comentó, bloqueando el ataque de la japonesa. "Eso es todo lo que tienen los ángeles?" Esta dio una fuerte patada en el estómago a Mina y con el mango de su espada le golpeó en la sien.
"Mina!" Chaeyoung trataba de levantarse a duras penas. "Deja a Mina quieta! Tu pelea es conmigo!"
"Volveré contigo..." Naeun sonrió malignamente. "Después de que me deshaga de esta ángel."
"Ahhh!!!" Chaeyoung gritó en alto enojada. Sus ojos brillaron de rojo y se tele-transportó hasta donde estaba Mina para tomarla y tele-transportarse de vuelta.
La menor dejó a Mina recostada en un muro seguro, y luego miró a su madre.
"Activé los botones indicados?" Naeun sonrió al ver la aura maligna de Chaeyoung incrementar. La menor estaba entrando en modo berserk.
"Lamentarás haber lastimado a Mina, 'madre'." Chaeyoung se tele-transportó y apareció detrás de su madre para darle una patada en toda la espalda.
Naeun se estrelló contra una mesa, rompiéndola por el impacto. Esta se levantó del suelo y empezó a reír locamente. "Eso era de lo que hablaba! Ahora esto está siendo divertido."
Chaeyoung tenía una cara seria. Esta se colocó en guardia para empezar a luchar.
"Ven a mí." La mujer sonrió con psicopatía.
Chaeyoung corrió hacia ella para dar un ataque directo.
"Siempre tan directa." La mujer dijo con una sonrisa burlona, bloqueando el ataque de la menor. "Sigues siendo la misma y predecible hija."
Chaeyoung solo respiraba profundamente.
Flashback
"Siempre tan directa." Naeun dijo, bloqueando el ataque de la pequeña niña. "Si atacas directamente, tu enemigo podrá predecir fácilmente tus movimientos."
La mujer empujó con fuerza a la pequeña demonio, tirándola contra el piso.
"Ouch." La pequeña Chaeyoung se quejó. "Mamá! No seas tan dura conmigo!" Esta dijo en un puchero.
Naeun rió. "No puedes decirle eso al enemigo, sabes?" La mujer comentó. "Ellos no te tendrán piedad y te matarán sin titubear." Esta dijo. "Vamos, levántate y comienza de nuevo."
"Mamá~ me duele el trasero!" Chaeyoung exclamó, cruzándose de brazos.
"Duele más una apuñalada en el pecho a que caerte al suelo de trasero." La mujer dijo entre risas. "Vamos. Volvamos a practicar una vez más. Luego de eso, haré tu malteada de fresa favorita, qué te parece?"
Los ojitos de la pequeña niña brillaron. "Si!" Esta se levantó rápidamente del suelo y se colocó en posición para volver a luchar.
La mujer soltó una risilla e hizo lo mismo. "Ven a mí." Esta dijo.
Chaeyoung corrió hacia ella para dar un ataque directo.
"Otra vez un ataque directo?" Preguntó Naeun con una ceja alzada mientras miraba a la menor correr hacia ella. La mujer estaba preparada para bloquear cuando Chaeyoung cambia la posición de la espada, tomando desprevenida a Naeun.
"Aquí voy!" Chaeyoung exclamó con emoción al ver que había tomado desprevenida a su madre.
"No tan rápido~" Chaeyoung sintió como su madre hizo un movimiento rápido y bloqueó su ataque. Esta aplicó fuerza e hizo que Chaeyoung perdiera el equilibrio y cayera de espalda al suelo. La mujer tenía la punta de su espada de madera en el pecho de Chaeyoung, justo en el corazón.
"Mejor suerte la próxima vez, hija." Naeun rió, y ayudó a su menor a levantarse. "Pero debo admitir que me sorprendiste."
"Ya verás que en un futuro te ganaré!" Chaeyoung exclamó con un puchero.
"Confío en que ese día llegará." Naeun le sonrió cálidamente a su hija. "Venga, vayamos a hacer tu malteada favorita."
Fin del Flashback
Chaeyoung dio un salto hacia atrás para volver a colocarse en posición.
Naeun soltó una risa. "Qué? Estamos practicando como cuando eras pequeña?" Esta preguntó divertidamente. "Muy bien. Ven a mí."
Chaeyoung volvió a correr hacia ella para dar un golpe directo.
"Volviendo a hacer lo mismo." La mujer rió, y se preparó para bloquear el ataque.
En eso, Chaeyoung cambió la posición de su espada para tomar desprevenida a su madre.
"En serio es lo único que sabes hacer?" Naeun preguntó. Esta movió su espada para bloquear a Chaeyoung cuando esta vuelve a cambiar la dirección de su espada, esta vez siendo más veloz que su madre, y enterrarla espada en todo su pecho.
"Te dije que iba a ganarte en el futuro." Chaeyoung dijo en voz baja.
Naeun soltó su espada y cayó de rodillas al suelo cuando Chaeyoung sacó su espada de su pecho.
La menor tomó a su madre entre brazos y vio como sus ojos volvían a la normalidad.
"Y pensar que... esta vez fuiste más astuta..." Naeun rió, pero terminó escupiendo algo de sangre. "Tienes que seguir... entrenando con la espada..."
"Mm..." Chaeyoung asintió, apretando el agarre en el cuerpo de su madre.
"Chaeyoung-ah... estoy orgullosa de ti..." la mujer sonrió. Esta limpió las lágrimas que se deslizaban silenciosamente del rostro de la menor. "Mamá te ama..."
Naeun cerró los ojos y su mano lentamente dejó la mejilla de Chaeyoung para caer al suelo.
Chaeyoung cerró los ojos para dejar que más lágrimas cayeran. Esta tomó las manos de su madre y las colocó sobre sus labios.
"Yo también te amo, mamá..."
La menor lloró silenciosamente, abrazada al cuerpo de su madre, y unos brazos delgados y delicados envolvieron a la menor en un abrazo reconfortante.
"Ya... ya no llores más..." Mina acariciaba la cabeza de la menor con delicadeza.
"Deberías entrenar más con la espada, hija." Keiko dijo con un rostro burlón, limpiando la sangre de Sana de la hoja de su espada. "Veo que estás algo oxidada en aquello."
Sana tenía varios cortes en sus brazos y piernas debido a la velocidad de Keiko con su habilidad con la espada.
"Sabes que nunca fui tan habilidosa con la espada como lo es Chaeyoung." Sana decía entre cada respiro. "Pero puedo asegurarte que soy capaz de derrotarte."
"Hablas mucho, querida." Keiko comentó, moviéndose a la velocidad del rayo y haciendo un corte en el costado de Sana.
"Geez!" Sana se quejó, colocando una mano en su costado y sintiendo como se desangraba.
"Eres bastante delicada, hija mía." Keiko comentó, esta estaba apunto de apuñalarla cuando un ángel se metió y bloqueó el ataque.
"Tzuyu!" Sana exclamó. "Qué haces aquí?!"
"Estoy aquí para ayudarte, idiota." Tzuyu dijo, pateando el estómago de Keiko para mandarla a volar y alejarla de ellas. Esta luego volteó y miró a Sana. "Mírate como estás?"
"Cuidado!" Sana tomó la cintura de Tzuyu y la movió para bloquear el ataque de su madre con su espada.
"Esta vez si reaccionaste rápido." Keiko dijo burlonamente. "Supongo que esta ángel es tu debilidad, mm?"
"Oh~" Sana soltó una risilla. "Esta ángel no la tocas, madre."
"Ya veremos." La mujer hizo un movimiento rápido con su espada y estaba a punto de tocar el rostro de la ángel con esta hasta que ambas desaparecen en el aire. "Mm? Desaparecieron?"
"Aquí estoy madre." La mujer escuchó la voz de Sana por detrás y recibió un fuerte golpe en su columna, enviándola contra un muro.
"Debo admitir que eso fue un buen golpe." La mujer sonrió en grande. "Y será la última vez que lo hagas."
La mujer se movía de manera rápida y estaba a un paso de cortarle una extremidad a Sana sino fuera por Tzuyu quien se metió a bloquearla con su lanza.
"La lanza sigue siendo la vieja confiable." Tzuyu dijo con una sonrisa mientras ejercía fuerza en su arma. "Lo siento, suegra, pero no puedo dejar que mates a Sana."
La demonio sonrió de lado, sus ojos aún seguían brillando de naranja. "Tienes la audacia de meterte en esta pelea, y además de eso, llamarme suegra?"
"Le molesta?" Tzuyu le sonrió de manera desafiante.
"Me repugna." La demonio respondió para dar un salto para atrás y lanzar una bola de energía negra hacia la ángel.
"Entonces tomaré eso como una afirmativa," Tzuyu esquivó la bola de energía. "Suegra."
"Eres un fastidio y un descaro." La mujer se movió rápidamente hasta llegar a las espaldas de la taiwanesa. "Esquivarme no es fácil."
"No lo es," la taiwanesa desapareció del frente de Keiko. Esta miró a todas partes y la vio junto a Sana, la última agarrándola por la cintura. "Pero no estoy sola."
"Tzu, ten cuidado la próxima vez." Sana le reprochó. "No quiero que te mueras."
"No moriré si me tienes las espaldas." Tzuyu dijo, dejando un beso en la cabeza de esta.
Sana soltó una risilla. "Lo siento, Tzu." La japonesa se disculpó, y encerró a su novia en una jaula demoníaca, sacándola de su pelea. "Pero esta pelea es entre mi madre y yo."
"Sana!" Tzuyu abrió los ojos en grande.
"Confía en mí, Tzu." La japonesa le sonrió. "Sé lo que hago."
"Estúpido de tu parte en rechazar su ayuda." Keiko comentó. "Ya que no quieres que ella se meta en nuestra pelea, por qué no me dejas matarla?"
La mujer dio un gran salto y quiso lanzar una bola de energía contra la jaula, pero Sana saltó en frente de la jaula y lanzó una gran bola de energía negra contra su madre.
"Esta pelea es entre nosotras, madre." Sana miró a la mujer quien esquivó su ataque.
"Bien." La mujer volvió a materializar su espada. "Vamos a ver cuánto duras."
Sana respiró profundamente y tomó su espada blanca entre sus manos.
Ambas demonios empezaron a pelear la una contra la otra, atacando y bloqueando el ataque de la contraria.
"No veo que hayas mejorado, Sana." La mujer decía con seriedad. "Sigues siendo la misma niña débil que no puede manejar bien una espada." Esta colocó fuerza en su ataque e hizo un corte en la cara de la japonesa. "Cómo piensas decir que eres mi hija cuando ni siquiera puedes manejar bien la espada?"
Esas palabras le dolían a Sana, y era lo que le agregaba a su enojo contra Tiffany y Jessica.
"Tiffany y Jessica me las pagarán..." Sana dijo entre dientes. "Mi madre jamás diría estas cosas..."
"Yo no tengo una hija inútil como tú." La mujer dijo con seriedad.
Y esto fue lo último que hizo que la cordura de Sana se rompiera.
"AHHHH!!" Sana gritó desgarradamente mientras sus lágrimas de tristeza, enojo e impotencia caían.
Flashback
Una pequeña japonesa volvía a casa con raspones y moretones a casa.
"Ya llegué...." La pequeña niña dijo con una voz apagada.
"Cariño~" Keiko se había acercado con una sonrisa, pero esta lentamente desapareció cuando vio a su pequeña con lágrimas en el rostro. "Qué sucedió, cariño?"
Sana negó con la cabeza. "S-solo volví a recibir un regaño de parte de Mr. P-Park..."
"Mm? Por qué Mr. Park te volvió a regañar?" Keiko cargó a su hija en brazos y le secó las lágrimas de su rostro. "Qué podría hacer nuestra pequeña y linda Sana para que la regañaran?"
"E-Es que s-siempre c-cometo un error c-cuando practicamos con l-la espada." Sana decía entre sollozos. "Y-y Mr. P-Park se enojó y me regañó d-diciendo que s-soy u-una inútil y-y que p-por qué n-no podía ser como Chaeyoung de e-excelente con l-la espada." Después de decirle a su madre de lo que había pasado, esta volvió a sentir las ganas de llorar. "Y-y d-después d-de eso, l-los otros n-niños empezaron a r-reírse..."
"Aigo~" Keiko abrazó a su pequeña y la última escondió su pequeña cabecita en el cuello de la mayor para seguir llorando. "Nuestra Sana no es una inútil. Yo digo que nuestra Sana es la niña más talentosa que hay en este mundo."
"P-pero no s-soy b-buena con la espada. S-siempre soy más lenta q-que t-todos los demás. M-me termino golpeando a m-mí misma cuando p-practico." Sana sollozaba, y Keiko acariciaba la espalda de su pequeña para confortarla. "M-mamá es muy buena con la e-espada, y-y yo s-siendo tu hija es como u-una vergüenza p-para ti."
"Ani. No digas esas cosas, pequeña." Keiko sentó a Sana en el sofá y fue a buscar una crema curativa para los moretones y raspones de su hija. "Tú no eres ninguna vergüenza, Sana."
"P-pero todos dicen que C-Chaeyoung e-es mejor que y-yo e-en peleas de espadas. N-Nayeon unnie es m-mejor que y-yo en p-pelea c-cuerpo a cuerpo. Y T/N u-unnie es m-mejor que y-yo en todos l-los aspectos."
"Sana-yah, nadie es mejor que nadie en nada." La mujer colocó un poco de crema en todos los raspones y moretones de la menor. Después de tratar sus heridas, esta la miró a los ojos. "Tú también puedes llegar a ser fuerte."
Sana solo escuchaba a su madre mientras recibía ataques de hipos debido a los sollozos.
"Aún si se te dificulta manejar la espada, eso no significa que seas inútil." Keiko se sentó a un lado de Sana para abrazarla de lado. "Te cuento, yo también tenía dificultad en manejar la espada cuando tenía tu edad y mucha gente me decía que Naeun era mejor que yo, que Yoona era más inteligente que yo, y que Sunmi me superaba en todo," Keiko recordaba sus momentos de la niñez. "Sabes que hice yo cuando todos me decían eso?"
"Qué h-hiciste?" Preguntó la pequeña Sana mientras se secaba las lágrimas.
"No los escuché. Me enfoqué en entrenar duro y les demostré que pude hacerlo." Keiko respondió. "Y no lo hice sola."
"No?" Sana preguntó.
Keiko negó. "Naeun, Yoona y Sunmi me ayudaron. Ellas me defendieron de todo lo que decían los demás y me ayudaron a entrenar para demostrarles a todos que yo sí era capaz y que no era lo que ellos decían de mí."
En el rostro de Sana se formó una pequeña sonrisa.
La mayor sonrió al ver esa pequeña sonrisa de su hija. "Sana-yah, tu eres especial a tu manera y siempre tienes que recordar que mamá está orgullosa de ti."
"Mm!" Sana asintió y mostró una gran sonrisa a su madre. "Te amo mucho, mamá!"
"Yo también te amo, hija." Keiko le dio un abrazo amoroso y un beso en la frente.
Knock Knock
"Sana unnie!"
"Sana!"
La pequeña japonesa y su madre escucharon los gritos de unas pequeñas demonios al otro lado de la puerta.
La pequeña japonesa caminó hasta la puerta y la abrió para encontrarse con Chaeyoung, Nayeon y T/N.
"Chicas...?" Sana frunció el ceño confundida cuando vio a sus amigas ahí. "Q-qué hacen aquí...?"
"Escuchamos que unos niños se burlaron de ti." Nayeon dijo con el ceño fruncido. "Así que quisimos darles una lección."
"Son ellos, verdad?" T/N preguntó, señalando a unos niños golpeados y llenos de moretones. Esta los tenía agarrados por el cuello de la camisa, arrastrándolos por el suelo. "Nosotras 3 nos encargamos de que no vuelvan a molestarte."
"Así es! Nadie se mete con Sana unnie!" Chaeyoung exclamó. Esta luego tomó la mano de Sana. "No te preocupes, unnie. Yo puedo entrenar contigo para ayudarte y así que no recibas otro regaño de ese horrible Mr. Park."
Sana sonrió genuinamente. Esta luego sintió como sus ojos se humedecían y esta rápidamente pasó el dorso de su mano para secar sus lágrimas. "G-gracias, chicas."
"Yah! No llores, Sana. Nosotras siempre estaremos protegiendo tus espaldas." T/N dijo.
"Es verdad, Sana." Nayeon asintió. "Siempre estaremos cuando nos necesites."
Las 3 niñas caminaron hacia adelante y abrazaron a la pequeña japonesa.
"Todas para una!" Las 3 pequeñas gritaron entre risillas mientras esperaban a que Sana completara la oración.
Sana soltó una risilla. "Y una para todas."
Keiko observaba desde lejos la interacción de las más pequeñas con una sonrisa en su rostro.
Fin del Flashback
Los ojos de Sana se volvieron rojos y su transformación de demonio en modo berserk aparecía lentamente.
"Devuélveme a mi amorosa madre..." Sana susurró con esa voz gruesa.
Esta tomó su espada con ambas manos fuertemente y la espada empezó a cubrirse con llamas negras.
"Cubriste la espada con magia?" Keiko dijo con una ceja alzada. "Eso no lo hace una verdadera espadachín."
"Mi madre una vez dijo que yo era especial a mi manera," Sana comentó, corriendo a la velocidad del rayo hacia la mujer para atacarla con agilidad. "Y yo confío en sus palabras."
La mujer fue tomada desprevenida cuando Sana la atacó, y esta logró bloquearla a duras penas.
Sana aprovechó la oportunidad y lanzó un hechizo contra la mayor para mandarla a volar lejos.
La mujer escupió un poco de sangre y se levantó del suelo como pudo. "Magia y habilidad de espadachín al mismo tiempo?"
"Tal vez no sea una experta con la espada como es Chaeyoung." Sana se tele-transportó hasta donde estaba la mujer y la atacó con su espada. La contraria la bloqueó. "O lo suficientemente inteligente como Nayeon unnie." Sana aplicó más fuerza en su espada e incrementó las llamas negras que la cubrían. "O lo suficientemente poderosa como T/N unnie."
Sana creó una bola de energía con su mano izquierda y lo lanzó contra el estómago de la contraria. "Pero sé que mi madre está orgullosa de mí."
Sana cerró los ojos y se concentró para combinar su magia con su espada. Esta volvió a abrir los ojos y miró como la demonio se levantaba.
"Ya no soy la misma niña pequeña de antes..." esta murmuró y se tele-transportó hacia la mujer para darle un golpe directo y apuñalarla.
Keiko movió su espada para bloquearla.
"Es inútil." Sana comentó, chocando su espada con la de su madre y rompiendo la de la contraria en el proceso. "Mi magia y mi fuerza es más poderosa que la propia espada."
Keiko abrió los ojos en grande cuando sintió como la espada de Sana la atravesó justo en el estómago.
"Gané, madre." Sana susurró en su oído.
La japonesa sacó su espada del cuerpo de la mujer, y la atrapó antes que cayera al suelo. Los ojos de la última volvieron a la normalidad.
"S-Sabía que algún día podrías..." Keiko dijo.
"Bienvenida de vuelta... madre..." Sana sonrió de lado, unas cuantas lágrimas deslizándose por sus mejillas.
Keiko rió dolorosamente. "G-gracias por liberarme de ese dolor, hija..." esta sentía que ya no podía más, y Sana lo notaba.
"Ya te tienes que volver a ir, no?" Sana preguntó en voz baja.
"Mm.." Keiko asintió lentamente. "Estoy cansada..."
Sana asintió. "Descansa." La japonesa menor susurró. "Has trabajado duro.."
"Gracias, hija..." Keiko murmuró, cerrando los ojos lentamente. "Recuerda que eres especial a tu manera...."
Y el latir del corazón de la demonio se detuvo.
Sana lentamente recostó el cuerpo de su madre en el suelo y tomó una sábana cualquiera para cubrirlo. La japonesa se hundió en sus pensamientos mientras seguía al lado del cuerpo sin vida de su madre.
La jaula que contenía a Tzuyu lentamente desapareció y la ángel desplegó sus alas para volar y aterrizar al lado de Sana.
"Ella me dijo que soy especial a mi manera antes de morir..." Sana sonrió mientras más lágrimas se deslizaban. Esta elevó la vista y miró a Tzuyu a los ojos. "No tuve la oportunidad de decirle cuanto la amaba antes de que muriera."
Tzuyu hizo una mueca y se arrodilló en frente de la japonesa para abrazarla cariñosamente.
"Ella sabe lo mucho que la amas," Tzuyu susurró. "Ella lo sabe sin la necesidad de que se lo digas."
Sana abrazó de vuelta a la menor y escondió su cabeza en el cuello de esta.
"Tu madre está en un lugar mejor." Tzuyu susurró, acariciando el cabello de la mayor. "Haremos que Tiffany y Jessica paguen por lo que hicieron." Tzuyu dejó un beso en la cabeza de su novia. "Haremos que paguen aunque sea lo último que hagamos."