—Explícame, esto — pregunté a Giorgiana mostrando las facturas. —¿Por qué tienes esto?
Su rostro aun lloroso me miró, sabía que era teatro de su parte y que quizás ese golpe se lo había merecido. Pero Dilcia me tenía cabreado, su cercanía con ese abogado, sus salidas con sus hijos y las risas en la hora del almuerzo, me tenían enfadado.
—Me dijiste que las dejara aquí...
—Error —interrumpí —te dije yo me encargo y ya están pagas, fueron debitadas de mi cuenta ¿Qué haces aquí?
—Quería verte…
—Yo no, y creo que dejé claro que no quería volver a verte —le recordé—que no estoy interesado en tu cuerpo, como método de pago y que quiero mi dinero en efectivo ahora por favor… ¡Fuera!
Hice señas a mis hombres para que la alejaran de mi vista y entré a mi oficina, jamás llegaría a entender a las mujeres, no importa que las trate como reina ellas siempre prefieren lo peor, o por lo menos las que yo había tenido la desdicha de conocer pensé de mal humor. Busqué dentro de la caja fuerte arma y cerré, minutos después cerraba la puerta y bajaba rumbo a mi hogar.
— Novedades Deán—le pregunté una vez dentro del auto.
—Ninguna, ¿Sabe de Andrey Malone? El solicitó la custodia de Enrico si o si —lo miré un instante extrañado.
—¿Cuándo ocurrió eso?— pregunté y Deán parecía pensar la respuesta.
— En el primer viaje —eso fue hace meses ¿Por qué esa mujer era testaruda? — La señora Dilcia me llamó día y me dijo que la habían llamado, pensé que le había contado.
—Tu deber es contármelo, sin importar que ya lo sepa —le recordé —soy yo el que te pago Deán.
—Lo sé señor, pero me hice cargo, hice lo que usted me hubiera solicitado el chico no sale, es llevado a la escuela y traído — hizo una pausa y sacó algo de su chaqueta. —creo que ese abogado le ha mentido o a usted o la señora Dilcia.
Eso me hizo recordar el encuentro con ese infeliz y si aún permanecía junto a mí, era solo por el contrato que había de por medio. Fue hace unos días, cuando llegó a entregarme los nuevos contratos.
Flashback
—Perdón por la demora señor, pero necesitaba traer todo en orden. —
—¡Siéntate! —ordené —no tiene importancia si me traes todo lo que necesito.
Sacó y los documentos y me los tendió, tenía a Dilcia a mi lado notaba como la miraba de vez en cuando y como ella le sonreía cuando yo no los miraba. Apreté los documentos en mis manos, sin saber porque esas miradas cómplices me enojaban.
—Puedes irte Spencer, necesito hablar en privado con Cook —asintió en silencio y salió sin hacer algún comentario.
Mientras daba la vuelta notaba que se había recuperado completamente y no solo yo la miraba, Connor también tenía la vista fija en sus caderas.
—Espero no le moleste nuestra relación, aunque la empresa no dice nada sobre eso. —me miró serio y le sostuve la mirada.
Por un momento no dije nada y solo me limité a recordar las políticas de la empresa, ninguna cláusula habla de las relaciones de los empleados o por lo menos no las prohibía.
—No tengo problema con ello, solo recuerde que no podrán trabajar juntos en la misma zona — tomé los documentos y leí cuidadosamente —es mi asistente y dado que ella no podrá irse, será usted quien tenga que trasladarse, por lo demás me tiene sin cuidado lo que tengan ustedes dos. Eso si no quiero escándalos de ningún tipo o se van ambos de mi empresa y eso lo dice el parágrafo dos encisos tres.
—Los tiempos han cambiado y las políticas de esta empresa también debería cambiar —insistió —resultaría más cómodo si trabajáramos juntos, estamos pensando en irnos a vivir juntos… lo que me recuerda que usted vive allí.
—Aun es mi casa Cook —aún tenía el control de la conversación y lo supe por el leve temblor en sus manos y el tic nervioso en sus ojos. — tengo cierta confianza con Spencer y ella no me ha dicho que me vaya.
Asintió y tomó mis documentos pasándome otros en silencio, en realidad pensé que la mujer era distinta, que no era igual a las demás o que su pasado la había cambiado. Pero, estaba equivocado, si se había fijado en un tipo como connor era porque no había aprendido la lección.
—Le dije que yo hablaría con usted, de hombre a hombre es incómodo ir a visitarla y ver a su jefe, que es el mío allí, el niño puede llegar a confundirse —por lo menos en eso tenía razón —y sobre la casa… me gustaría que me descuente la misma cantidad, así no me sentiré un mantenido…
—No hay problema, a mi regreso nos sentaremos para mirar el valor de la nueva cuota —estaba por hablar cuando interrumpí —no me meteré en sus asuntos personales, pero necesito dejar claro las cosas con los dos, ahora vete que tengo cosas que hacer.
Salió de la oficina y me quedé en silencio un instante ¿Por qué sentía dentro de mi algo encenderse? Quise golpearlo, en todo el tiempo que me habló de los planes juntos. Jamás me había afectado cuando supe que mis dos esposas me habían dejado y hasta respiraba aliviado por ya no tener que mantenerla. ¿Por qué con ella era diferente? No teníamos nada y nuestro trato era solo empleada-jefe.
—Necesito su firma aquí señor —dijo entrando y tomé lo que me tendía y la observé en silencio.
—¿Por qué me envías a Connor cuando me vez todos los días? —quise saber, pero no me dio respuestas. Por lo que enojado le firmé los documentos y se los pasé.
Fin del flashback.
—Tiene que ver quién es su pareja — Deán me pasó unas fotos que miré rápidamente.
Angy, ¿Por qué no me extrañaba?
En otras aparecían los tres con mi hermano y recordé que Connor entró a trabajar cuando Douglas estaba al frente de la empresa. Luciano lo había traslado ya a Londres, y me quedaba la duda.
—No me gusta este trío —dije golpeando las fotos en mis piernas y Deán negó — lo que es amante de Angy no me preocupa y no es mi problema, pero ese contrato de Connor es peligroso…
No podía ser despedido, tenía que cumplirse al pie de la letra y su sueldo era dos veces el estipulado. Tenía más responsabilidades sí, pero eso no justificaba el valor y dado que en ese momento Douglas era el que estaba al frente de esa zona… el miserable podía firmar por mí.
—D’angelo ¿No logró encontrar nada más de lo que dijo?
—Douglas no les dio acceso a algunas cosas, les dijo que no era de su competencia y era de otra zona —le recordé —necesito que llames a Chernóbil.
Ante el nombre del hombre Deán solo sonrió divertido, era un ucraniano, bastante cotizado en el mundo de las finanzas y que podía encontrar el lugar exacto en donde estaban el daño que me seguían causando. También era el dueño de una de las empresas de seguridad que me custodiaban a mi y a a mamá. Quería saber como fui robado en mis narices y sin saber cómo o donde estaba el daño, eso me enojaba.
—Pensé que no quería que esto saliera a la luz —le entregué las fotos y miré por la ventana.
Mi madre no quería que el apellido Tomasevic saliera enlodado al mencionar un robo, para ella si era mi hermano no era un robo, pues si el me pedía el dinero yo se lo daba. Precisamente por eso, me enojaba, jamás le había negado a él nada, no tenía necesidad de robar.
—Esa foto cierra el círculo Deán —señalé el sobre que tenía en sus manos y el hombre los miró — algo me dice que es Connor y que esa relación con Angy es de años atrás.
—Tendré hasta las veces que fue llevado a la rectoría escolar señor —me dijo y asentí.
Connor era el eslabón que hacía falta en todo esto y la cercanía con Dilcia me preocupaba, tenía que saber todo, seguramente estaba detrás de todo esto. No sería la primera vez que fuera engañado por alguien a quien le brinde apoyo, tampoco la última.
(…)
—¿Qué quieres decir con que no está en casa? —le dije a Olivia quien estaba en estos momentos frente a mí.
—Ella me dijo que no necesitaría de mí y que estaría en casa una semana, así que me retiré. — inició diciendo la mujer — la semana acab fui a su casa y Katy me contó que la señora se había ido con una maleta pequeña y que le escuchó decir que se iban al mar… eso fue horas después de yo salir.
Esa mujer estaba loca o no era tan inocente como presumía, tomé el móvil y le marqué, sonó muchas veces, pero no contestó. Con todos los problemas con mi hermano y el dinero que me seguían robando olvidé verificar unas cosas.
—Busca donde estas, con quien se fue, lo que sea —le dije a la mujer y asintió —cuando descubras donde estas, me lo haces saber.
—Enseguida. — respondió dando media vuelta y saliendo.
El ruido de mi móvil me hizo sacarlo de mi bolsillo y mirar la pantalla, era ella y le dejé sonar varias veces, la llamada se cortó y esperé la segunda llamada mirando la pantalla. Sonreí al ver que esta se dio algunos segundos después y esta vez sí contesté.
—Buenos días señor —habló del otro lado, en tono cordial —¿Necesita usted algo? Le recuerdo que eran de suspensión diez días y van siete…
—Se contar Dilcia ¿Dónde está? ¿Por qué están irresponsable? —la escuché soltar el aire.
—Necesitaba respirar señor y lo que haga en mi tiempo libre no es su problema…
—¿Qué no es mi problema? Usted es mi responsabilidad, está aquí porque yo la traje Dilcia. — mi enojo era cada vez más grande y que ella tuviera secretos también —¿Por qué no me dijo que Andrei la amenazo?
—Por qué se lo dije a Deán, pensé que era obvio que se lo diría. —sería lo más lógico.
—¿Aun con eso usted se atreve a irse de vacaciones? ¿Se da cuenta el riesgo al que tiene a su hijo?
—Solo quería respirar otro ambiente, el niño y yo no habíamos compartido juntos, solos él y yo…
—¿Dónde está? —interrumpí. — usted y yo tenemos muchas cosas que aclarar.
—En el aeropuerto, pero puedo tomar un taxi.
—La espero en su casa entonces— colgué la llamada y miré el cuadro de mi padre. —¿Por qué tu hijo no es como tú?
Le dije a la imagen del hombre de sesenta años que fue inmortalizado sentado en la silla de su escritorio. Sabía que todo cuando ocurría a mi alrededor, era propiciado por mi hermano y algo de culpa tenia. Mi madre era la que evitaba que lo enviara a la cárcel unos meses, para que aprendiera la lección y dejara de causarme problemas.
Me habían mostrado las cámaras de seguridad de la empresa y pude darme cuenta de lo que Giorgiana había causado. Asi que le debía una disculpa a la mujer o hacer simplemente que nada hubiera ocurrido. Nada de lo averiguado enlazaba a Dilcia con Connor y aún estaba en el aire, el hecho que ella se fuera a vivir con él, con esas dudas en mi mente me salí. Una vez dentro de auto recibí un mensaje que me alegró la noche, después de todo, no todo era malo.
Dame una hora y estoy contigo, bebé.
Dije en respuesta y sonreí guardando el móvil, todos tienen un precio, eso lo descubrí a lo largo de mi vida. No siempre era dinero, había personas que las motivaba otras cosas, pero en todas las ocasiones sus motivaciones podrían pagarse.
(…)
—Ve a tu habitación Enrico, el señor Kurn y yo tenemos que hablar temas de adultos —mi pequeño asintió y se dirigió a tomar la mano de mi jefe.
—¿Por qué te fuiste? ¿Ya no quieres ser mi amigo? —aguanté la respiración.
Había contestado muchas veces esa pregunta, de varias formas, pero parecía que ninguna había logrado convencer a mi hijo, se arrodilló ante él y con su mano libre acarició sus mejillas. Su piel había adquirido un dorado hermoso y se veía más alegre, a ambos nos había ayudado esos siete días de descanso.
—Eso es algo que tu mamá responderá mejor que yo —fruncí las cejas ante esa respuesta.
¿Yo que carajos tenía que ver?
Él se había ido por que quiso, yo jamás le había echado, mi hijo me miró con rostro confuso. No era la respuesta que yo le había dado esos días, le dije sencillamente que mi jefe necesitaba un espacio. Lo vi subir las escaleras, tarareando y una vez sabia ya no me escuchaba lo encaré.
—¿Por qué me echa la culpa a mí? Jamás le dije que fuera— dije de mal humor.
Desconocía si era atracción que sentía por él en esos días o que el hombre en realidad estaba más atractivo. Jueves en la tarde, vestido en ropa informal, con un buzo negra manga larga y vaqueros, se veía más atractivo. Estaba recién afeitado, y el olor a su fragancia llegaba a mí y se calaba por todos mis poros.
—No me dijo que me fuera, en eso tiene usted razón —se sentó en el sillón y se cruzó de piernas, mirándome fijamente — por lo menos no directamente, le dejó el trabajo sucio a Connor.
—¿Qué tiene que ver Connor con todo esto? —pregunté, pero algo me decia que lo que iba a escuchar no me gustaría.
—Mucho —me dijo sonriente —vivirá con el aquí e incluso me dijo que está dispuesto a ayudarle a pagar esta casa. —negué mientras me sentaba y el me miraba en silencio.
— No sé de qué me habla, — balbucee —él se ofreció a hablar con usted sí, pero para el cambio de escuela del niño o lo del desembolso de ese 80%.
No me creía, lo supe en su mirada y en ese instante no me importaba, lo que si me importaba era que Connor había mentido sobre nuestra relación y yo quería saber el por qué.
—Sé que no me cree y debe usted saber que no me importa en lo más mínimo. Solo debe importarme que mi trabajo sea impecable y que usted este satisfecho con él — le dije —ya sabe, si usted quiere que ladre, yo ladro.
Siguió en silencio y en cambio me miraba fijamente, me incomodó, era como si estuviera desnuda ante él. Por más que intenté ser fría ante esa mirada no podía.
—Sobre eso último, le debo una disculpa y no se preocupe Giorgiana no se volverá a meter con usted — habló luego de unos minutos —¿Por qué no me dijo usted? Pensé que nos teníamos cierta confianza. Aun no le creo, aunque a usted no le importe, a mi si me importa que alguien con su puesto sea creíble, es casi mi mano derecha, además ¿Qué ganaría Cook con eso?
No lo sabía, me había dicho que renunciaría y que estaría por fuera de la ciudad unos días, que recibió la propuesta de un tío suyo para trabajar en su oficina de abogados.
—De todas maneras, asi fuera cierto, hasta donde me dijo él va a renunciar, pues va a trabajar con un familiar, tiene una firma de abogados—saqué mi móvil de la parte trasera de mi pantalón y le marqué.
—Al fin te acuerdas que tienes amigos —dijo al contestar y puse el altavoz, la ceja oscura de mi jefe se alzó divertida —¿Cómo te fue?
—Bastante bien, fue la llegada la que fue caótica ¿Cómo fue eso que vamos a vivir juntos? —solté sin más— que te envié a que sacaras a mi jefe y que pagaras cuotas de la casa ¿Quién te dijo que esta casa la estoy pagando?
—Puedo explicarlo… —dijo luego de una larga pausa.
—Pues muero por esas respuestas, porque es muy incómodo que sepas tanto de mí y no saber los motivos o quien te lo contó — lo siguiente fue un silencio largo, luego de eso habló.
—Angy mi novia me lo contó y me dijo que me hiciera tu amigo, no debí prestarme para eso. De todas maneras, pasé mi renuncia esta tarde, espero no haberte metido en problemas — luego de eso me colgó y me dejó mirando la alfombra sin poder creer.
—Hay que rescatar lo bueno de todo esto Dilcia —me dijo levantándose —en adelante, cuide sus espaldas, la espero el lunes en la oficina, tengo una reunión que no puedo posponer.
No lo dudaba, pensé al verlo Salir ¿Por qué saber que estaría con Giorgiana dolía tanto? Las disculpas, fueron escuetas y a estas alturas él debía saber que ella propició todo, aun asi, simplemente dijo que ella no se acercaría más.