HOMONCULOUS |Era de los Merod...

By MondLua

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[Precuela de la saga de Brotherhood] Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta se sienten bastant... More

Homonculous
Prólogo
Chapter One
Chapter Two
Chapter Three
Chapter Five
Chapter Six
Chapter Seven
Chapter Eight
Chapter Nine
Chapter Ten
Chapter Eleven
Chapter Twelve
Chapter Thirteen
Chapter Fourteen
Chapter Fifteen
Chapter Sixteen
Chapter Seventeen
Chapter Eighteen
Chapter Nineteen
Chapter Twenty
Chapter Twenty-One
Chapter Twenty-Two
Chapter Twenty-Three
Chapter Twenty-Four
Chapter Twenty-Five
Chapter Twenty-Six
Chapter Twenty-Seven
Chapter Twenty-Eight
Chapter Twenty-Nine
Chapter Thirty
Chapter Thirty-One
Chapter Thirty-Two
Chapter Thirty-Three
Chapter Thirty-Four
Chapter Thirty-Five
Chapter Thirty-Six
Chapter Thirty-Seven
Chapter Thirty-Eight
Chapter Thirty-Nine
Chapter Forty
Chapter Forty-One
Chapter Forty-Two
Chapter Forty-Three
Chapter Forty-Four
Chapter Forty-Five
Chapter Forty-Six
Chapter Forty-Seven
Chapter Forty-Eight

Chapter Four

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By MondLua

•━━━━━ര۩۩ര━━━━━•

Elspeth no diría que durmió como un bebé porque nunca le gustó ese dicho. La mayoría de infantes nunca dormían toda la noche, lo que le hacía preguntarse por qué las personas usaban tanto esa expresión para decir que habían dormido bien. Era uno de los muchos pensamientos random que aparecían en su cabeza cuando se levantaba. Pero podía decir que tuvo una buena noche de sueño después de vengarse de Potter. Puede que se haya pasado un poco, arrojando sus calzoncillos por toda la sala común, pero fue divertido y se lo merecía. Estaba segura de que si otros estudiantes respondieran de la misma forma en la que ella lo había hecho, los chicos o los dejarían en paz, o empezaría una masiva guerra de bromas. No estaba segura, pero no le importaba. Fue a dormir satisfecha y disfrutó de ello.

Sin embargo, Elspeth no creía que estaba a salvo, no aún. Tenía que asumir que James no se rendiría tan fácilmente. No importaba mucho, estaba preparada para limpiar el piso con él de ser necesario. Afortunadamente, los fundadores de Hogwarts no confiaban mucho en los chicos, por los que no podían subir a los dormitorios de las chicas. Pero las chicas sí podían ir a los dormitorios de los chicos, porque sí confiaban en ellas. Si intentaba hacer algo, Elspeth no lo harían en público, iba a vengarse cuando era más vulnerable. Se vengaría cuando durmiera.

Con una sonrisa emocionada, Elspeth se levantó de la cama y tomó su uniforme de su baúl yendo a las duchas. Se despertó temprano, esperando encontrar a Penelope en el Gran Comedor para contarle lo que le había hecho al baúl de James la noche anterior. Se dio una rápida ducha y se vistió, tomándose un momento para darse cuenta de que llegaría a tiempo a sus clases. Se miró en el espejo y se dio una palmadita en la espalda.

—Bien hecho, El.

Saliendo de los dormitorios mientras el resto de chicas dormían, Elspeth bajó las escaleras hacia la sala común, solo para ver a James Potter esperando por ella.

—Oh, Merlín —murmuró para sí, con poco interés de hablar con el chico sin haber comido algo primero. Pensó en dejar que su ruidoso estómago llevara la conversación, pero eso haría que James hablara más y no podía soportarlo. Pisó cada escalón con cuidado hasta que llegó al final. Cruzó los brazos sobre su pecho, expectante, esperando que empezara a hablar. Vio a Remus, Sirius y Peter husmeando por encima de uno de los sofás, viendo cómo se desarrollaba la escena.

—Dime, Potter, ¿recogiste tu ropa anoche o decidiste sentir la brisa? —le preguntó después de que no dijera nada.

Los chicos resoplaron desde el sofá, y James los miró sobre su hombro. Callaron sus risas, escondiéndose de nuevo.

Cuando se giró para mandar a Elspeth al demonio, fue atraído hacia ella por la cinturilla de sus pantalones, tropezándose. Pero pronto tenía su mano en su rostro, empujándolo fuera de su camino.

Sus dedos mancharon sus lentes, molestándolo mientras ella se alejaba. Elspeth se acercó al sofá donde los chicos la estaban viendo, preguntándose qué iba a hacerles. Se detuvo en frente de Sirius, sonriendo y acercando su mano.

—Tu cabello se ve bien hoy, Sirius —le dijo, pasando su mano por el. Inmediatamente, Sirius se derritió, mirando a la chica con una sonrisa. Su cuero cabelludo hormigueó placenteramente antes de que quitara su mano con una risita.

—¿Lo suficiente para que pases tus manos por él después? —le preguntó.

—Tal vez, ya veremos —dijo, alejándose después de despedirse y salir por el hueco del retrato. Sirius anduvo muy sonriente hasta que notó a los otros tres mirándolo.

—¡¿Qué?! Me estaba halagando, y Merlín, no me molestaría que jugara con mi cabello. Si no han experimentado nada parecido, se están perdiendo de mucho —se cruzó de brazos y miró a otro lado.

—Lo que sea —James rodó los ojos—, no es como que pueda escapar, tenemos todas las clases juntos, nos vengaremos.

—Sabes, sigues diciendo "nos" —señaló Remus—. No tengo nada en contra de Elspeth. Te pateó en la cara porque ibas a jugarle una broma y no funcionó. Elspeth me cae bien, es agradable.

—¡Sí que lo es! —exclamó Sirius regresando a la conversación.

—Cállate, Sirius, hablo de su personalidad —suspiró Remus.

—Yo también... y...

—No importa —habló James—. Voy a hacer un plan, vamos a desayunar.

•━━━━━ര۩۩ര━━━━━•

James se quedó en el hueco del retrato mientras los chicos dejaban la sala común, Peter y Remus murmuraban algo entre ellos cuando Sirius se detuvo al lado de James por un momento.

—¿Qué? —James lo miró, preguntándose qué quería.

—¿Estás sintiendo la brisa?

—¡Sirius!


Penelope sacudió la cabeza al escuchar a Elpseth contarle sobre la pequeña confrontación en la sala común esa mañana. Para ser honesta, estaba sorprendida de ver a Elspeth desayunando temprano. Normalmente, la chica aparecería en los últimos diez minutos o se lo perdería si dormía de más. Pero aparentemente, Penelope se había perdido de mucho, por lo que contaba Elspeth sobre el baúl y James intentando confrontarle por eso. Lo último que Penelope quería para su mejor amiga era que se involucrara con los chicos, porque sabía que nada bueno saldría de ello.

—Valió la pena —sonrió Elspeth—. Pude tocar el cabello de Sirius esta mañana y me ofreció a hacerlo de nuevo.

—Por favor dime que no accediste —suspiró Penelope.

—Dije "tal vez".

—¡El!

—¿Qué? No es ni sí ni no.

—El, es el mejor amigo de James, el chico que quiere vengarse de ti porque volviste su ropa interior parte de la decoración de la sala común. ¿No crees que exista la posibilidad de que te salga el tiro por la culata?

—Definamos "tiro por la culata" en esta situación —dijo Elspeth y Penelope rodó los ojos.

—Se define como que James te haga bromas hasta que nos vayamos del castillo en tres años.

—¿Pero sigo tocando a Sirius?

Penelope dejó caer su cabeza en la mesa, ignorando las risitas de su amiga. Como había notado antes, ambas tenían formas diferentes de lidiar con las cosas. Elspeth las enfrentaba con poco miedo mientras Penelope era cautelosa. Ya fuera que a Elspeth le atraía Sirius, o que fuera mutuo, Penelope no lo veía con buenos ojos. Los chicos eran conocidos por meterse en un montón de problemas y si Elspeth planeaba convertirse en auror, no podía darse el lujo de hacer lo mismo, en especial en sus últimos años en Hogwarts.

Tampoco sabía cuán lejos iría James con tal de vengarse, había visto algunas de las bromas y cómo trataban a varios estudiantes, como Severus, así que esperaba que no llegara a ese extremo.

—Te preocupas mucho, cariño —le dijo Elspeth, estirándose para acariciarle la cabeza—. Todo irá bien.

Penelope la miró, para ver que la taza de té de Elspeth había empezado a hervir. Las dos le dieron toda su atención y se giraron para ver a James con su varita. Pero rápidamente esquivó la mirada para evitar que sospecharan de él.

Un poco tarde, Potter, pensó Elspeth para sí.

—El, de esto es lo que estoy hablando, te estás metiendo en una guerra —susurró Penelope—. Y aunque odie admitirlo, esos cuatro son muy inteligentes. Van a encontrar la forma de vengarse.

—Es perfecto —dijo Elspeth, levantándose al escuchar el timbre—, así puedo practicar incluso antes de empezar mi entrenamiento como auror.

—¡Eso no es a lo que me refería!

•━━━━━ര۩۩ര━━━━━•

Sentada en la sala de Encantamientos y esperando a que llegara el profesor Flitwick, Elspeth se sentó en la mitad de la clase. Tenía curiosidad por ver dónde se sentarían los chicos sabiendo que era el objetivo que tenían en mente. Usualmente se sentaban al fondo, pero esa mañana, tenían un plan diferente. Mientras estaba ocupaba girando su pluma entre sus dedos, alguien se sentó a su lado. Se giró levemente para ver a Sirius. Escuchó los asientos detrás suyo y uno a su otro lado. James estaba a una silla en su otro lado, y tanto Peter como Remus estaban detrás de ella.

—Oh no, estoy rodeada —dijo, en su mejor voz de damisela en apuros—. ¿Qué debo hacer?

Lo que Elspeth no sabía era que Sirius, Remus y Peter se habían sentado a su alrededor para que James no tuviera la oportunidad de hacerlo. Pensaba que estaban en el plan de James para vengarse, pero como Remus había dicho antes, no tenía nada en contra de Elspeth, tampoco Peter. Y aunque Sirius tenía cierto interés en ella, no tenía nada que ver con bromas.

Nadie dijo nada más cuando llegó el profesor Flitwick.

Iban a hablar sobre el Encantamiento Desvanecedor por la primera clase del año. El conjuro Depulso era uno de sus favoritos, recordaba la clase cuando habían empezado a aprender cómo desaparecer objetos. Involucró almohadas y arrojándolas, aunque, con los cuatro chicos en la misma clase que actualmente estaban rodeándola, se había ido al demonio en poco tiempo. Las almohadas se fueron por las ventanas, los estudiantes estaban siendo golpeados, y terminó con el profesor Flitwick terminando la práctica antes y la clase hizo lectura por el resto del tiempo.

El pequeño profesor pareció recordar lo mismo porque miró alrededor de la habitación con una expresión nerviosa. Pero empezó haciendo simples preguntas a los demás estudiantes. James se quedó frustrado porque sus propios mejores amigos habían saboteado sus intentos, mirando a Elspeth de vez en vez, intentando pensar en cómo iba a continuar su plan.

—¡Señor Potter! —la voz del profesor Flitwick resonó, una octava más alta de lo normal. De inmediato se giró y miró al frente—. Cuando termine de ver a la señorita Hayes, ¿sería tan amable de responder la pregunta que le he estado haciendo por el último minuto?

La primera en reírse fue Lily, sentada cerca de una de las ventanas. Elspeth se unió a la risa, mientras James ni siquiera sabía qué le habían preguntado.

—Um... ¿sí? —James decidió arriesgarse y adivinar.

El profesor Flitwick hizo una mueca.

—¿Sí? ¿Es esa su respuesta? ¿Lo opuesto al conjuro Depulso es Sí?

Toda la clase soltó risitas y James se sonrojó, sacudiendo la cabeza.

—No, profesor, es Accio. El encantamiento convocador.

—Bueno, ¿puedo usar accio para convocar su atención a mi clase? —le preguntó el profesor Flitwick.

—Sí, profesor.

Cuando el profesor Flitwick le dio la espalda a la clase para tomar algo, una bola de papel golpeó a James en la cara. La tomó de inmediato y le abrió para ver el mensaje de Elspeth.

Voy a tener que empezar a cobrarte si sigues mirándome.

Arrugó el papel y miró mal a la chica, solo para recibir otro papel a la cara.

Págame.

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