XXXX XXXX.
-¡No sabes lo que estás diciendo!, ¡solo me acusas por acusar!-Gritó esa mujer de cabello corto.
¿De que la estoy acusando?, no entiendo nada.
No podía ver su cara, cada vez que intentaba verla y poder reconocerla, una luz cegadora me daba directo a los ojos. Quería saber porqué gritaba y porqué no puedo ver su cara.
Cuando menos lo pensé ella y yo estábamos tan cerca, que podía sentir su respiración en mi cara. No puedo ver mas allá de sus labios, porqué esa luz cubría desde su nariz hasta su frente.
-¿Por qué no puedo verte claramente bien?-cuestioné, pero mi voz no salió, no podía hablar, solo se podían mover mis labios pero ningún sonido salía de allí. Quise gritar cuando ella me sostuvo por los hombros con mucha fuerza, lastimándome, intentaba quitar sus manos de mis hombros pero ella era mas fuerte que yo. Ella sabía que me dolía y por eso no me soltó.
-Por favor -dije moviendo los labios, mi voz no podía salir de mi garganta, solo podía mover los labios para decir la cosas.
¿Soy muda?- me cuestioné mentalmente. Pero si escucho todo claramente, ¿como puedo ser muda?
Alzó su mano derecha y sonrió, esa sonrisa tan escalofriante que tiene, quise moverme de mi lugar, sabía que iba a pegarme, no podía moverme tampoco, estaba amarrada, pero no vi a que me han amarrado.
Me resigné y cerré fuerte los ojos, estaba esperando el golpe, no podía hacer nada más que eso, pero el dicho golpe nunca llegó.
Ella se carcajeo por lo cual abrí mis ojos, ¿se estaba riendo de mi?
-Deberías haber visto tu asquerosa cara-habló, y sentí coraje en su tono, cuando abrió su boca para añadir algo más a sus palabras, entró...
Despierto agitada, sudada por todos lados, y con mi corazón latiendo a millón como si yo hubiese corrido un maratón, es como si quisiera crear un hueco en mi pecho y así poder salir ahí.
Solo fué un sueño- me calmo mentalmente.
Las preguntas bombardeando todo mi pensar: ¿Quien es esa mujer?, ¿Por qué me gritaba?, y ¿quien entró interrumpiendonos?
Esa luz cegadora, ¿Por qué no pude ver su rostro?, tal vez todas estas preguntas no tengan respuesta alguna.
Mi respiración está también agitada, no puedo respirar con normalidad. Esa mujer y sus palabras aún no salían de mi mente.
Odio tanto no poder ver su cara, y, odio más a esa luz que cubre la mayoría de su rostro. Es como si fuera a propósito que esa luz se implanta en su rostro.
Ya con mi respiracion más calmada y no tan agitada, decido observar el panorama donde me encuentro, una habitación completamente blanca, todo dentro de ella es blanco, tanto las puertas, las gavetas, y la cama son de dicho color.
Un sentimiento de tristeza y nostalgia me impactan, algo dentro de mi cabeza susurra:
-¿Recuerdas que odiamos este color?
¿Por qué odiaría yo al color blanco?
Mis sabanas son de color verde pastel, es lo único, después de mi, que da un poco de vida a la habitación.
Mi vista queda fija en la puerta de salida. Esta es tocada varias veces con suavidad.
-¿Estás?- la voz de Megan se escucha del otro lado. No me confío mucho de estas personas, no se como llegué a un bosque y ese hombre me trajo a su casa, necesito y debo buscar información para poder recordar.
-Si- susurro, ella gira el pomo de la puerta y entra con una bandeja en la mano. En ella trae comida, lo deja sobre la cama y me sonríe.
-Te traje el desayuno.
Mi vista queda fija en la bandeja, la cual en un plato contiene muchas frutas, en un segundo plato hay varios panes con jamón y queso y por ultimo un vaso de jugo de alguna fruta roja.
-No debiste molestarte, yo podría haber desayunado abajo...
-Señorita, su desayuno está listo abajo, y espera por usted.
¿Qué fué eso?, un recuerdo... Fué un recuerdo.
Los latidos de mi corazón aceleran el paso, estoy un poco emocionada por recordar algo, no es tan imposible después de todo.
-¿Pasa algo?- la voz preocupada de Megan, me saca de mi ensoñación. Su mirada está fija sobre mi. La observé con confusión notable -No respondiste mi pregunta - sonríe amable.
Si supiera que no la escuché.
Puse la bandeja en mi regazo y sonreí.
Llevándome un pedazo de manzana a la boca respondí :- Creo que recordé algo.
La felicidad en mi tono y en el rostro de Megan eran muy notables.
-¿En serio?- esa gran sonrisa en sus labios, no parecía fingida, era una sonrisa sincera.
Moví mi cabeza varias veces indicándole que 'si'. Megan se abalanzó sobre mi y me abrazó muy fuerte.
-Tengo un amigo- se separó de mi, dando por terminado el abrazo- Que es doctor y trabaja en esa área- mi cara era todo un poema, no entendía a que se refería, ni de que area hablaba.
Fijando la vista en sus pantalones, buscó algo en sus bolsillos, sacó un pequeño papel con algo escrito en ella.
-Eso- murmuró, fijando su vista otra vez en mi - Neurólogo, creo que el podría ayudarte, ¿No?
Si, es mi oportunidad de poder volver a casa, de poder recordar y saber quien soy. Necesito la ayuda de ese doctor.
-¡Si!, sería lo mejor, tu sabes cuanto necesito recordar -chillé- Dios, no sé como agradecerte, estoy eternamente endeudada con ustedes- sonreí.
-Estoy contenta de que recordaras algo, pronto y con la ayuda de Jacob, podrás recordar todo a la perfección-sonrió, con felicidad notable.
{...}
-Buenas noches - saludó Bruno, entrando a la cocina, donde Megan y yo hablabamos y reíamos. Al escucharlo me tensé un poco, por suerte creo que no lo notó.
-Buenas- respondimos al unísono, Megan y yo.
Volteé a ver a Bruno, ya que estaba de espaldas a él. Llevaba puesto unos pantalones vaqueros color negro, una camisa de varios colores, incluyendo el negro, puesta, encima de la camisa un abrigo, no tan grueso. su cabello despeinado le daba ese toque llamativo, tenía varios cortes en su cara, más bien dicho, rasguños y un pequeño golpe debajo del ojo derecho. Sus ojos puestos en mi y una sonrisa en sus labios.
-Estuve por el bosque hoy- apartó sus ojos de los mios y los puso sobre su hermana, quien ahora mueve algo sobre la estufa- Encontré algo interesante.
Estaba intrigada e interesada en saber que encontró. No apartaba mi vista de él, ni de sus movimientos.
-¿Y que es?- contestó Megan dejando lo que hacía y fijando su mirada en él.
-Esto- sacó un pequeño brazalete de sus bolsillo, parecía ser bañada en oro, se veía bonita.
-¿Y?- cuestionó por segunda vez, Megan.
-Lo encontré justo donde estabas tú - me señaló - Lo interesante de esto es que, tiene un nombre grabado en el.
La sorpresa en mi rostro no la pude esconder.
-Dice: "Mi querida hija, Hallie".
No me suena ese nombre. No me familiarizo. ¿y si es mío?
-Nadie por aqui tiene ese nombre- intervino Megan.
Hallie. Hallie. Hallie.
Lo menciono varias veces en mi cabeza para intentar familiarizarme con el. Pero no me suena...
-Debe ser tuyo, además de que me encontré con unos papeles con dibujos un tanto... -dudó, antes de proseguir - bizarros.
Lo miré asombrada, estaba atenta a cada uno de sus movimientos y sus palabras. Ante nuestras atentas miradas, Bruno sacó varios papeles de sus bolsillos, los acomodó sobre la meseta, Megan y yo procedimos a observar los papeles con interés.
Habían cuatro dibujos, básicamente cuatro hojas con diferentes dibujos, pero todos tenían el mismo tema, el mismo concepto...
Es como si estuvieran conectados entre si los dibujos, mas bien dicho garabatos mal hechos...
En el primer dibujo, se encontraba una figura bastante alta, vestido completamente de negro, su sombra era espeluznante y con una mano estaba estrangulando a una mujer de cabello castaño oscuro mientras que con su mano libre le sacaba los órganos, la sangre chorreaba por todos lados... Pero había algo preculiar y extremadamente raro...
La mujer nunca perdió su sonrisa. En todo momento sonreía, aun con las tripas fuera de su cuerpo su sonrisa implacable yacía en su rostro.
En el segundo dibujo se podía observar a la misma mujer de pelo castaño, pero, con un cuchillo enterrado en medio de la frente, su sonrisa en ese momento no estaba, la boca se la cortaron, porqué había sangre en su mentón y en el espacio que iba su boca había una nota pegada que decía: "te lo mereces".
El tercer y cuarto dibujo eran uno en dos, Megan y yo unimos las imagenes y observamos como en la unión aparecían varios textos y varias personas dibujadas en forma de palitos estaban muertas en el suelo y colgadas del techo, las letras estaban desordenadas.
Todos.
Muerte.
Fueron malos.
Por eso.
Merecen.
Menos tu, mi querido ******
Estaba en asterisco lo último, tal vez era el nombre de alguien, ¿la persona que hizo este dibujo se lo había dedicado a alguien?
Esto está demasiado raro...
Lo más raro de todo es que ese último dibujo se me hace conocido de algun lado, tenía la certeza de haberlo visto en algún lugar en el que ya había estado antes...
Estoy segura que lo vi antes de este día, se que si.
-Estoy segura de haber visto este dibujo antes - aseguré, sus caras eran todo un poema, sus miradas viajaban del ultimo dibujo a mi.
-¿Conoces a quien hizo este dibujo?, bueno si se le puede llamar así - cuestionó Bruno- Y este brazalete debe ser tuyo, estoy seguro- dijo con seguridad.
Debía ser cierto, pero no me familiarizo con dicho nombre.
En un abrir y cerrar de ojos Bruno tomó mi brazo izquierdo y colocó el brazalete ahí. Pasé mis manos por encima del brazalete para ver si por lo menos podía tener alguna visión, pero nada... No pasó nada.
Hallie.
Hallie.
Hallie.