"ESTÚPIDAS MOSCAS"
Medianoche del 30 de octubre. Yo debiese estar en mi cama durmiendo, pero no. Voy en el jeep de Stiles camino a la escuela en una misión de "triple ese". Y ustedes se preguntarán: « ¿qué rayos es triple ese?»
Pues bien... aun no comprendo cómo funciona la extraña mente de Stiles, pero en su basta imaginación, mi amigo creyó que era buena idea que en lugar de mencionarnos por separado, y como nuestros nombres comienzan con 'S' —Scott, Stiles y Sophie—, "triple ese" era una manera rápida y cool de llamarnos. Me reí muchísimo cuando me lo explicó, y hoy será lo que el humano definió como mi «iniciación».
El chico aparca el jeep junto a la puerta trasera de la escuela.
—¿Por qué está abierta a esta hora? —Pregunto un poco confusa.
—Verás, peli, después de algunos "memorables" hechos... —enarco una ceja— asesinatos —explica y suelto un ¡oh! asombrada—. Nadie quiso trabajar de cuidador, ni nadie se atreve a acercarse en la noche.
—Nadie excepto nosotros —aclaro.
—Pero nosotros tenemos tu súper fuerza en caso de encontrarnos algo.
—Bien, hagámoslo. —Le sonrío y salimos del coche para entrar y dirigirnos a los vestidores.
—Maldito Scott —masculla—. Debió llegar junto con nosotros, lo llamaré.
Nos guía con su linterna, el silencio a nuestro alrededor es un poco terrorífico. Aguzo mi oído buscando otro corazón, a lo lejos escucho uno y me pongo alerta, pero el aroma conocido del alfa me relaja.
—Trae tu trasero aquí. Ahora —exige el humano de lunares—. Tenemos una misión "triple ese".
—Viejo, ya estoy en la cama. —Enarco una ceja puesto que lo escucho no tan lejos—. ¿No estamos un poco viejos para esto?
—Lo hacemos por el entrenador —recuerda y río suavemente.
—Pensé que se lo hacíamos al entrenador.
—Lo que sea, ¿sí? —Ruedo los ojos—. Lo necesita, es vital para él. ¡Le encanta!
—¡Pero es la mitad de la noche! —Rebate.
Enarco una ceja hacia él cuando lo veo a través de las sombras, lleva uno de sus dedos a sus labios haciendo la seña universal de silencio, guiño un ojo como respuesta, Stiles está tan concentrado en las cosas de su casillero.
—Doce con quince, para ser exacto —corrige—. Lo que significa que es oficialmente la noche/día de travesuras. —Saca un destornillador eléctrico y lo hace funcionar un poco.
— ¿Por qué...? —Señalo confundida el aparato, hace una seña de que me calle y continúa hablando con el alfa.
—Y como coincidencia fortuita, es el cumpleaños del entrenador. —Saca más cosas—. Si no llegas aquí en cinco minutos, te destruiré, ¿sí? —Amenaza y ruedo nuevamente mis ojos, es casi costumbre hacerlo cuando estoy en compañía de mi amigo sarcástico—. Y quiero decir en cinco, cuatro, tres, dos... —se voltea y Scott se acerca a paso lento con sus ojos de alfa encendidos.
El humano cae al suelo por el susto. No puedo evitar la carcajada.
—Uno —sonríe Scott.
—Te odio —declara desde el suelo.
—¡Hey, Scott! —saludo.
—Así que, este —señala al chico, que aún no se levanta—, te arrastró a su súper plan.
—Sí, "triple ese" no puede funcionar solo con dos eses. —Me encojo de hombros.
—Por cierto... —frunce el ceño— ¿qué es eso de "triple ese"?
—Nuestro nombre de súper equipo —explica Stiles—. Ya sabes, somos tres, nuestros nombres empiezan con ese, no pueden negar lo genial que es.
—Que bien que no nos llamamos Xavier, Xander y Xiomara —bromeo, pero me miran confusos—. Seríamos triple equis —señalo con obviedad y levantado mis manos.
—Sí, buen punto —declara Stiles mientras Scott ríe—. Hay que agradecerles a nuestros padres.
»Ahora lo importante. —Señala el destornillador, un bonito papel de regalo celeste con estrellitas plateadas y una cajita—. ¡La broma de este año será épica! Quitaremos todos los tornillos de los muebles de su oficina, pero los dejaremos como si estuviese todo perfectamente normal y conectado a un regalito en su escritorio, así que apenas lo levante, todo caerá —sonríe.
—Brillante. —Es lo único que puedo decir.
Scott y Stiles se encargan de quitar todo lo que sostiene los muebles mientras yo envuelvo la cajita, honestamente estoy muy cansada, pero me divierte pasar tiempo con los chicos, es como si fuésemos amigos desde hace años.
Las cosas con Scott siguen igual. Bueno... hay unan leve tensión entre nosotros, pero actuamos como amigos. De Aiden no sé nada desde el día que golpearon a Scott, lo he llamado un par de veces, para saber cómo está pero no responde, Ethan solo me ha texteado que están bien.
Una vez que los chicos terminan, nos despedimos y esta vez es Scott quien me lleva a casa, ya que queda más cerca de la suya. Además, creo que Stiles algo está intentando entre nosotros. Digo... siempre intenta hacer que Scott y yo pasemos tiempo juntos.
—Gracias por traerme —sonrío al alfa.
—Sabes que no es nada. —Se cruza de brazos.
—Hoy me divertí mucho —río brevemente—. En serio, ustedes son como dos súper amigos.
—Pero ahora somos "triple ese" —dice con sorna y ruedo mis ojos—. ¿Paso por ti mañana?
—No. —Respondo— Lydia vendrá.
—Bien, entonces... buenas noches, Sophie.
—Buenas noches, Scott. —Me acerco a dejar un beso en su mejilla y subo a mi piso.
Es extraño vivir técnicamente sola a los quince años, pero papá no tiene pensado volver pronto. Está en algún lugar de Asia, en una búsqueda de paz o algo así me explicó, reí un poco al imaginarlo en esos trajes blancos ligeros. Pero está bien, eso es importante. Aunque paso poco tiempo sola, ya que después de la escuela suelo pasar el tiempo con Mason, Lydia o los "ese". Incluso he salido un par de veces con Isaac, es un chico muy gracioso, pero lento, aún ni siquiera ha besado a Allison.
Decido tomar una ducha para relajarme y dormir un par de horas, porque Lydia llegará a primera hora mañana, ella es increíblemente puntual.
Una vez ya en la cama, reviso si Aiden ha contestado el último mensaje que le envié hace unos días, pero nada. Me duele su indiferencia, no sé si es por Scott o si lo que sentía por mí era solo palabrería. Son pasadas las tres de la mañana cuando dejo el teléfono en la mesita de noche y apago la lámpara.
***
Cuando dije que la banshee era puntual no bromeaba, son las siete y treinta de la mañana en punto cuando llega, así que recibo su cariñoso saludo y partimos a la escuela.
—¡Ay no! —Me lamento cuando bajo del auto de Lydia y veo a los gemelos acercarse a Scott.
—¿Qué sucede? —Apunto a los chicos, Stiles ya se les unió—. ¿Qué hacen aquí?
—Quieren unirse a la manda de Scott.
—¿Los aceptará? —pregunta un poco nerviosa.
—¿En serio, Lydia? —Isaac se les unió ahora y recuerda la muerte de Boyd, aún me pone mal eso. Cora sufrió mucho—. No lo creo.
—Sería incómodo para todos. —Niega con su cabeza—. Scott, Aiden y tú... —suspira—. Un lío de aquellos —canturrea.
—Ni que lo digas —mascullo y me despido para ir a mi primera clase.
—Mason, querido amigo —saludo al moreno cuando me siento junto a él.
—Que feliz te levantaste hoy.
—Me gusta esta temporada, Halloween sin dudas es de mis festividades favoritas. —Me encojo de hombros y mi amigo me mira con ojos entrecerrados pero pierde su atención en mí cuando la maestra comienza a explicar la materia.
Un grito me sobresalta, sonrío cuando identifico la voz del entrenador, parece que ya encontró nuestro regalito.
La clase pasa rápidamente y me dirijo a mi casillero para cambiar los libros, me sorprendo cuando al cerrarlo veo a un sonriente Aiden.
Esto solo significa problemas.
—¡Oh, no! —Niego con mi cabeza—. No lo creo. —Me cruzo de brazos—. Vuelves así como nada después de moler a golpes a Scott hace dos semanas —reclamo—. Con esa linda sonrisita, esos ojos oscuros, esos... músculos. —Maldición, detallarlo es lo peor que se me ocurrió— ¿Y qué? ¿Vamos y nos arrancamos la ropa en la oficina del entrenador? —pregunto sarcástica.
No dice nada, simplemente me continúa mirando.
—De ningún modo. —Niego—. No va a suceder.
Amplía su sonrisa
—¿Ya terminaste? —Se acerca a mi rostro y mi respiración se acelera, hace mucho que no lo tenía tan cerca.
Trago grueso cuando siento su mano bajar tentativamente a mi cadera.
No sé cómo ni cuando llegamos, pero me está besando profundamente mientras abre la puerta de la oficina de Bobby, su lengua es ávida en mi boca, suspiro cuando aprieta el agarre en mi cintura, hace más de un mes que no nos besamos, y maldición, sí que lo extrañé.
Resulta que un loco ha escapado del hospital y posiblemente esté en la escuela, bien... porque el remordimiento por besar a Aiden está comenzando a aparecer, no sé si habríamos llegado a más, suspiro con resignación, soy una idiota confundida a máximo nivel.
—¿Barrow fue tras chicos con ojos brillantes? —pregunta Isaac.
—¿Esas fueron sus palabras exactas? —cuestiono dado la gran coincidencia de esa característica en mis amigos y yo.
—Sí —afirma Stiles—. Y nadie sabe cómo despertó de la anestesia. Solo que cuando lo abrieron, encontraron un tumor lleno de moscas vivas, que en otras circunstancias sería bastante impresionante.
Moscas vivas en un tumor. «Lindo»
—¿Has dicho moscas? —La banshee se detiene quedando atrás.
—¿Lydia? —le llama Allison.
—Llevo todo el día oyendo ese sonido —explica—. Es como... un zumbido.
—¿Como el sonido de las moscas?
—Exacto, como el sonido de las moscas.
Maravilloso.
—Y es en este momento, que necesitamos al alfa —señalo y obtengo asentimientos de todos.
Corro con Stiles en la búsqueda de Scott.
—¡Hey, amigo! —suelta el humano hiperactivo al encontrarlo—. ¿Dónde demonios has estado?
—La policía se va —anuncia nerviosa Lydia acercándose a nosotros—. ¿Por qué se van?
—¿La policía? —pregunta asombrado Scott.
¿Qué le ocurre a este chico hoy?
—Deben haber registrado el edificio y los sótanos, eso significa que no está aquí —explica Stiles.
—¿Quién? ¿Qué están...? —El alfa sigue confundido.
—Tiene que estar aquí —asegura Lydia—. Ese sonido... ¿el zumbido que he estado oyendo? Cada vez es más fuerte.
—¿Cómo de fuerte?
La cara de Lydia, en conjunto con su aroma y acelerado corazón nos dice todo.
Stiles va tras su papá y Lydia lo sigue.
—¿Estás... bien? —pregunto al alfa cuando quedamos solos.
—Sí, sí. —Rasca con nerviosismo su nuca y evita mi mirada—. ¿Qué está pasando?
Lo pongo al día con lo del bombardero de chicos de ojos brillantes. Obviamente se asombra y llama a su madre pidiendo que le traiga algo que nos ayude con su olor para rastrarlo, Melissa no demora en llegar.
—¿Lo tienes? —pregunta una vez que nos encontramos con ella en un pasillo, extiende hacia su hijo una bolsa con ropa de Barrow.
—Prométanme que tendrán cuidado —pide seriamente—. Miré directamente a los ojos de ese tipo... y fue aterrador.
Miro nerviosamente al alfa.
—Sí. Vale, mamá. Lo prometo.
La enfermera asiente y posa su mirada en mí.
—Estaremos bien —sonrío levemente, toma mi mano y la aprieta con cariño—. Lo prometo, Melissa.
— ¿Okey? —dice Scott, su madre asiente y este deja un beso en su frente, me produce tanta ternura que debo esforzarme en reprimir un "aww".
Nos despedimos y corremos a juntarnos con el resto de los hombres lobos. Sí, aprovechando que los gemelos volvieron a la escuela, ayudarán en la búsqueda.
—Te vi con Aiden —murmura Scott mientras caminamos en busca de los otros chicos. Así que eso era—. ¿Volviste con él?
—No, Scott —suspiro—. Fue algo del momento.
—Ya...
—¿Eso te tiene así? —inquiero un tanto impresionada.
—No, solo... —pero no dice nada, sacude su cabeza— busquemos a los demás, ¿sí?
—¿Por qué no terminas de decir lo que sientes?
—Es que es una tontería. —Se encoje de hombros—. Solamente me sorprendió un poco.
—¿Qué cosa?
—Llegaron esta mañana pidiendo entrar en la manada, ¿sabes?
—Sí, los escuché en el estacionamiento.
Me da una breve mirada.
—Stiles e Isaac dijeron inmediatamente que no. No confían en ellos, y yo tampoco.
—Lo sé, y los entiendo, con el historial que tienen es difícil cambiar la perspectiva —suspiro—. Solía pensar que conocía a los gemelos mejor que nadie —sonrío con tristeza—. Conmigo se mostraban de una manera menos amenazante, más bromista y cálida. Ahora son casi solo recuerdos.
—¿Te arrepientes de terminar con él?
Me detengo ante su pregunta y lo miro a los ojos.
—No —respondo con honestidad y un poco cansada ya de este enrollo—. Sabes cómo me siento respecto a él y a ti. —Asiente—. Y elegí estar sola porque no causar malestar en ninguno y por sobre todo, para no dañarme a mí.
»Tengo quince años, Scott —paso una mano por mi cabello—. Aunque siento que he vivido mucho más que alguien de treinta, ha sido difícil crecer sabiendo que mi familia está muerta, papá estaba tan ensimismado con crear la manada perfecta que descuidó mucho su papel de padre.
»A penas supe que vendríamos a Beacon pensé en unirme a la manada de Derek, pero... —me detengo intentando encontrar las palabras correctas—. Pero te conocí y me sentí conectada a ti de alguna forma —explico—. Ya sabes cómo continúa la historia.
»Necesito tiempo para mí, para ser una adolescente lo más normal posible. Te he hablado de Mason, ¿verdad? —Asiente—. Él me hace sentir así, que soy solo una chica de quince con típicos problemas de adolescentes, es un gran chico y por eso no quiero involucrarlo en todo esto, merece una vida felizmente ordinaria.
Me regala una bonita sonrisa y continuamos nuestro camino hasta reunirnos los cinco.
—Lydia cree que aún sigue aquí, incluso aunque la policía haya buscado por toda la escuela —informa—. Pero no tienen una cosa —saca la camisa de hospital de la bolsa—, nuestro sentido del olfato.
Pasamos la camisa entre nosotros, huele muy mal.
—Entonces, ¿cómo nos dividimos? —inquiere Isaac y todos nos volteamos hacia Scott.
—Bueno, ustedes dos, —señala a los gemelos— Isaac conmigo y Sophie...
—Con nosotros —declara seriamente Aiden.
—No lo creo —Isaac se cruza de brazos.
—Sí... —miro a Aiden y Scott que se observan fijamente, cierro los ojos y dejo ir el aire— prefiero ir sola.
Me alejo de ellos y comienzo a caminar hacia el sótano.
—¡Sophie! —Llaman a la vez los dos chicos que tienen mi cabeza en una confusión máxima.
—Nop. —Camino ignorándolos. Odio sentirme así, entre dos chicos y tan diferentes entre ellos.
Sacudo mi cabeza y me concentro en buscar el aroma de Barrow, pero no encuentro nada. Así que me apuro en llegar a la sala de calderas, donde quedamos de reunirnos con los demás.
Mi caminata se ve interrumpida por la alarma de incendios. Suspiro y me devuelvo porque puede que no sea real y lo más probable es que no lo sea, pero no pienso quemarme por estúpida, así que rápidamente salgo de allí.
Veo a Scott con Isaac, los gemelos se acercan a ellos al igual que Stiles y Lydia.
—No encontramos nada —dice Aiden apenas llega.
—Ni siquiera un rastro —secunda Scott.
—Nada por mi lado —muerdo mi labio un poco nerviosa, siento la mirada de ambos chicos en mí, ruedo los ojos, no creo poder soportar esto, me muevo hasta quedar junto a ricitos, ya que este es lo suficientemente alto como para taparme de ellos, divertido por mi incomodidad pasa uno de sus brazos por mi hombro.
—Son las tres en punto, así que la escuela ha terminado —señala Stiles—. Si hubiera una bomba, ¿no debería haber estallado ya?
—¿Eso significa que todo el mundo está a salvo? —pregunta Ethan.
—No lo sé —responde Lydia—. Yo... no lo sé.
Nos separamos en silencio y me acerco a Aiden.
—¿Podemos hablar?
—Claro, ¿vamos a tu casa? —ice en tono coqueto mientras toma mi cintura.
—Prefiero que sea aquí, no demoraremos mucho. —Veo de reojo que Stiles y Lydia nos miran.
Lo guío hacia un lugar apartado en un costado de la escuela.
—Nena... —me mira con el ceño fruncido, detallando mi rostro, logrando que me ponga un poco nerviosa por la intensidad de su mirada— ¿qué ocurre? ¿Estás bien?
—No. —Cierro mis ojos frustrada—. O sea, sí, sí lo estoy —me contradigo, ganando una mirada confundida del hombre lobo—. Lo que pasó en la mañana —desvío la mirada de él—, no puede volver a ocurrir.
—¿Por qué? —pregunta desconcertado—. Por lo que sé estás soltera y yo también. —Se encoge de hombros—. ¿Qué nos impide estar juntos de nuevo?
¿Cuántas veces tendré que responder a preguntas de este tipo?
—Aiden, por favor entiéndeme... —pestañeo rápidamente alejando las lágrimas que se quieren liberar.
—Entiéndeme tú —se exaspera y se acerca demasiado a mí—. ¿Cómo puedo hacerte entender que te amo? ¿Qué te extraño como un loco y que te necesito?
Niego lentamente.
—Por favor... —susurro derramando la primera lágrima— no me hagas esto.
—¿Sabes por qué volví?
—Porque quieres unirte a la manada de Scott —digo ríe sin gracia.
—Maldición... —pasa una mano por su cabello repetidamente— ¿por qué estás tan negada ante mis intentos de acercarme? Estar en la manada significa estar contigo. No me puedes pedir que no quiera estar cerca de ti —dice detenidamente—. Éramos felices, Sophie, ¿por qué no quieres volver a esos tiempos? No necesitamos irnos de Beacon si quieres, pero vuelve conmigo.
Me quedo en silencio, solo puedo observarlo mientras medito sus palabras.
—¿Éramos felices? —suelto incrédula—. Vivíamos entre constantes peleas, manipulaciones de papá y matanza —señalo con dureza—. Yo no llamaría a eso felicidad.
—¿Cuándo nuestra vida cambió tanto? —Se lamenta en voz baja.
—No lo sé —murmuro—. Pero sí reconozco el cambio en mí, por fin siento que pertenezco a un lugar —sonrío levemente—. Por fin me siento parte de una manada, Aiden.
— ¿Qué tiene McCall que no tenga yo? —pregunta en un susurro y admito que me descoloca un poco mucho.
— ¿Sabes en que pienso cuando veo tus ojos azules? —Niega con el entrecejo fruncido—. En todas aquellas personas inocentes que mataste —da un paso hacia atrás, sorprendido por mis palabras, ya no controlo las lágrimas, ni siquiera lo intento—. En cómo amedrentaste a otros y no sentiste remordimiento alguno, en lo normal que se volvió en tu vida asesinar, en como ayudaste a matar a Boyd frente a mi hermano y su manada.
— Nena... —dice entre dientes, aún un poco consternado por lo que he dicho—. Yo...
—¿Tú qué, Aiden? —exijo—. ¡¿Qué?!
—Perdón por no ser lo suficientemente bueno para ti —murmura y se da la vuelta.
—¡No es eso! —exclamo—. ¡Aiden! ¡Escúchame!
—¿Qué quieres que escuche? —suelta molesto—. ¿Que soy un asesino? —ironiza—. Tú me conoces mejor que nadie, Sophie, sabes que por ti haría cualquier cosa.
—Pues bien —me enfrento a él—. Comienza por intentar ser un mejor ser humano.
Sin esperar respuesta me alejo, esta conversación definitivamente no salió como esperaba. Quizás muchas cosas que dije fueron por el calor del momento y luego me arrepienta, pero estoy demasiado agotada de seguir lidiando constantemente con la confusión.
Y no puedo con todo.
***
Aún le doy vueltas a la charla de esta tarde con Aiden. Él y Scott son tan diferentes, por un lado está el descaro y la brutalidad, mientras que por el otro, la cautela y ternura. Pero de algún modo, ambas personalidades son cautivantes, te llevan a querer acercarte a ellos.
Miro los deberes en el escritorio, no he podido avanzar. Frustrada dejo los apuntes de física, necesitaré estudiar con Mason si quiero aprobar. Es imposible que me duela la cabeza, pero siento como mi energía ha disminuido, la luna llena será en unas noches, no quiero pasarla sola en el penthouse, suelo deprimirme un poco y eso me ha llevado a perder el control un par de veces; creo que pasarla con Derek es la mejor opción, y ahora que está de vuelta en la ciudad -por fin-, necesitamos pasar tiempo de hermanos, y qué mejor panorama, que pasar la luna llena juntos, sonrío por mis pensamientos, nunca podremos ser una familia normal.
Generalmente evito pensar en cómo sería mi vida si fuese humana, quizás mis padres estarían juntos, viviría con ellos y Cora en la mansión Hale, Derek y Laura estarían en la universidad o trabajando, no sé si la vida me juntaría con Scott, Aiden y los demás chicos, me gusta creer que sí, que de una u otra manera nos encontraríamos.
— ¿Otro hombre lobo?
Instintivamente miro hacia el suelo, como si pudiese ver a través de él, ese grito fue de un muy enojado Argent, supongo que encontró a Allison y Isaac en una situación comprometedora, ayayay como disfrutaré molestar a ricitos con esto.
Con una sonrisa voy a la cocina a preparar algo de comer, hago algo simple porque de verdad estoy cansada, dormí muy poco por ir a la escuela a montar la broma para el entrenador.
Cuando ya he terminado y lavado lo que usé, vuelvo a mi habitación, voy por un último intento de avanzar en los deberes luego de haberme torturado toda la tarde por la conversación con Aiden.
Pero como el destino me odia y no quiere que saque buenas calificaciones, gritos en la plata inferior me sobresaltan. Allison y su padre llaman desesperadamente a Isaac, por lo que en vista de que algo malo sucede, salgo rápidamente hacia el elevador.
Apenas se cierran las puertas y presiono el botón del piso de los Argent, las luces se apagan y siento como la temperatura disminuye abruptamente. Enciendo mis ojos y mi pulso se acelera cuando veo de entre las sombras aparecer a tres figuras negras, me desespero porque no sé qué hacer y siento miedo, más cuando una toma mi cabeza y me obliga a mirar sus ojos que brillan en verde, caigo...
Un agudo dolor en mi antebrazo me exalta, siento mis ojos brillar y me incorporo rápidamente buscando a los seres extraños, pero me encuentro con tres rostros familiares que me miran asustados.
—¿Q-qué...?
Aún siento mucho frío, estoy sudada y observo mi brazo quebrado. con una mueca lo ajusto y escucho un quejido proveniente de Allison, supongo que no es un espectáculo lindo de ver, menos para alguien poco acostumbrado a la sanación sobrenatural.
—¿Estás bien, peli? —Pregunta Isaac.
—¿Estás bien tú? —Me incorporo con dificultad—. ¿Qué pasó? Escuché que los Argent te gritaban, bajé a ayudar, pero...
—¿También te atacaron? —Asiento—. ¿Qué eran esas cosas?
—No lo sé —Allison me extiende una manta, y lo agradezco porque siento mucho frío—. Salieron de la nada, intente luchar, pero eran como una sombra con brillantes ojos verdes —suspiro—. ¿Cómo me hallaron?
—El elevador se detuvo en esta planta y una chica gritó pidiendo ayuda al verte desmayada —explica el Argent—. Isaac te rompió el brazo para iniciar la curación.
Allison vuelve y me extiende una taza humeante, reconozco el olor a chocolate, y lo bebo enseguida.
—Gracias —musito con voz queda antes de dar el primer sorbo.
—Papá —llama la castaña—. ¿Tienes alguna idea de qué puede ser?
El mayor asiente y enarco una ceja, me siento extraña entre ellos aún.
—Sí, y les quiero pedir que no comenten a nadie de esto mientras averiguo. Denme veinticuatro horas.
—¿Por qué? —pregunto con desconfianza.
—Porque puede que me estén buscando a mí.
Su hija jadea asombrada, comparto una mirada con el hombre lobo. No sé si podré ocultarle algo así al alfa.
***
Volví a casa, Isaac no estaba muy convencido de dejarme ir, pero no me sentía cómoda allí.
Definitivamente ya no podré estudiar, mi teléfono suena y el nombre de Lydia aparece en la pantalla.
—Hola Lyds.
—Peli... —esa no es mi amiga.
—¿Stiles? suelto sorprendida—. ¿Por qué...?
—Escucha, vamos por ti, necesitamos tu ayuda.
¡Ay no!, yo solo quería dormir.
—Está bien —digo desganada para tomar un abrigo y bajar.
Rápidamente subo tras Scott y seguimos el jeep, a los gritos en la carretera, Scott me explica que Barrow lo atacó y se llevó a Kira, ¿Que qué hacían juntos a esta hora? Pues... cenaban. Sí, Scott cenó con Kira y su familia y yo... comí sola, confundida y fui atacada por unos seres extraños.
Amo mi vida.
Ahora vamos camino a la subestación eléctrica donde solía trabajar el loco de la bomba, esperamos que la chica bardo esté allí y no sea tarde para salvarla.
—Bien, espera aquí por favor —le pide Stiles a Lydia mientras baja del Jeep—. Espera que llegue la policía.
—¿Yo? ¿Por qué?
—Porque tengo un solo bate —responde.
Corro tras Scott cuando escucho un sonido de metales chocando.
—¡Scott! —exclama Kira—. ¡No!
Hay un cable eléctrico cortado y grandes chispas llenan el lugar, el destello me obliga a cubrir mis ojos.
—¡Cuidado!
El psicópata golpea a Scott con el cable, este cae el suelo por el dolor e intento acercarme.
—¡No! —exige el alfa—. Sophie, no te acerques —jadea con dificultad—. ¡Es una orden! —Me muestra sus ojos escarlatas cuando intento nuevamente ir hacia ellos.
El loco se acerca a Kira, miro de Scott a ella y no me importa desobedecerle si eso lleva a que no maten a la chica, así que de todas maneras comienzo a caminar cautelosamente.
—No —habla el alfa con dificultad—. Ella no es a quién quieres.
Salto hacia él cuando se acerca más a la asustada chica, intenta golpearme con el cable pero logro esquivarlo, pero no puedo incorporarme a tiempo para evitar que electrocute a Kira.
Jade, siento un peso sobre mi cuerpo y algo impresionante ocurre:
Barrow es expulsado hacia atrás y Kira comienza a absorber la electricidad en sus manos.
Miro impresionada lo que está pasando, es como ver un video en cámara lenta.
Consiguientemente, la electricidad se va en toda la ciudad.
«¿Qué rayos que es esta chica?»
El cuerpo de Barrow agonizando me vuelve a la realidad, miro como se sacude levemente hasta que su corazón se detiene. La descarga que quiso usar para matar a Kira se fue en su contra.
Me acerco a Scott que se incorpora adolorido. Stiles nos informa que llegó la policía y que debemos ir a la comisaría a declarar, el sheriff aparece junto al padre de Scott. Es un poco irónico que entre ellos se odien tanto cuando sus hijos son como hermanos.
Con un último vistazo al cuerpo que está siendo examinado por la forense, y entre luces de linterna, bajo con los chicos, y cuando voy a seguir a Scott, me detengo, miro a la chica asiática a mi lado y suspiro antes de dar la vuelta e ir con Stiles y Lydia, ellos me dan una sonrisa tensa ante la escena anterior, me encojo de hombros restándole importancia. Pero sí, estoy patéticamente celosa.
¿Cuándo me convertí en esto?
editado, 02.11.22