Advertencias:
Escenas de sexo explícito
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Si alguien me dice como se supera esta foto me avisa.
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Ahora sí.
Enjoy 💜
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Vio como su pene desaparecía en la boca de aquel joven. Lo vio de rodillas con los ojos grandes bien abiertos. Lo vio dispuesto y sonrió con malicia.
Sintió dientes que apenas apretaban su carne, lengua embebida en saliva tibia, que para Taehyung simulada ser miel. Miel venenosa que sabía que lo llevaría a la perdición. Ese músculo vivas recorría toda su longitud.
El menor le succionó el glande haciendo un ruido escandaloso, repercutiendo en todo el cuerpo de Taehyung.
Vio labios abultados y rojos en su miembro. Suaves, tibios y delicados.
Taehyung mordió sus labios echó la cabeza hacia atrás, solo un poco porque no tenía pensado perderse nada de aquel joven.
Miró, observó y se deleitó lo que veían sus ojos y lo que sentía su cuerpo.
La perfección hecha hombre, pensó.
Jungkook arrodillado ante él, hombros marcados. Lunares que rozaban la locura. Taehyung quería probar cada uno de ellos y quería saber a qué sabían.
Comenzó a embestirlo la suave y delicada boca del menor. Acunó su cara y se deleitó con aquello.
Entrelazó sus dedos a los cabellos rosados del menor y le folló la boca. Realmente lo hizo. No sé guardó nada. No ocultó nada y se dejó ser.
Gruñó, apretó sus dientes con fuerzas y gimió aún más cuando los dedos del menor se le clavaron en la carne.
La tibieza de sus labios, la humedad de su cavidad. Realmente se encontró a gusto con aquello. Realmente se estada deleitando con la mamada que le estaba dando el jóven.
Disfrutó follarle la boca y disfrutó aún más cuando eyaculó en la perfecta cara de Jungkook. Ensuciándolo con su esencia.
Vió como el menor como se limpiaba la cara con la palma de la mano y saboreó el semen de Taehyung mirándolo fijo sin ninguna expresión.
Taehyung abrió los ojos y se encontró en una cama que no era suya, en un lugar que no le era propio. Miró hacia si mismo y se encontró desnudo. De pies a cabezas.
Miró el reloj y le decía que era las once de la mañana. No recordó cuando durmió hasta tan tarde.
Escuchó ruidos y se quedó tieso en dónde se encontraba.
Le dolía demasiado la cabeza y sintió su cuerpo más pesado de lo que realmente era.
Observó el lugar en detalle. Vió una guitarra apoyada en la pared. Póster de bandas que él no conocía. La habitación era pequeña, pero muy bien ordenada.
Escuchó a alguien hablar y la voz se hizo cada vez más fuerte. Hasta sentir que alguien abría la puerta de la habitación.
Se tapó hasta el mentón y vió como el chico que la anoche anterior estaba hablando en la barra.
Ese fue su último recuerdo y luego la oscuridad y por más que quería escarbar en su memoria a corto plazo. No encontró nada, absolutamente nada. Ninguna pista o indicio de lo que pasó la noche anterior. Se encontraba en estado de Shock.
—Buenos días —expresó el joven.
Taehyung no supo qué responder y en verdad estaba demasiado perdido de lo que había ocurrido o incluso de lo que podía haberle hecho Jungkook. Aparentaba ser... No, no sabía a qué aparentaba aquel desconocido.
—¿Mi ropa? —preguntó de inmediato un poco impaciente y quizá un poco temeroso.
—La tuve que lavar. Debe estar húmeda todavía. Prepararé un poco de todo porque no sé lo que te gusta —Le dijo con una bella sonrisa en los labios.
Taehyung levantó la vista apenas mirándolo.
En una bandeja de desayuno había tostadas, jugó de naranja, huevos revueltos y una taza de café.
El mayor no contestó y estaba incómodo con la situación con el joven tan encima de él. Tan cerca y tan abierto a Taehyung.
—Me pasas mi ropa. No importa si no esta seca. Quiero irme.
—Si quiere puedo prestarte algo de la mía.
—No. Quiero mi ropa —dijo de mala gana.
Jungkook apretó los labios y dejó la bandeja con el desayuno en la mesa de noche.
Tras unos minutos el joven apareció con la ropa de Taehyung.
—¿Por qué tuviste que lavar mi ropa? —consultó. Y está vez su tono no fue tan rudo.
—Porque anoche te la vomitaste encima.
¿Qué?
Taehyung no era una persona que se emborrachaba y amanecía en lugares que no conocía, con personas que había visto tan solo una vez en su vida. Taehyung no era una persona promiscua y mucho menos una persona homosexual.
Él tenía límites y sabía cuándo los estaba trasgrediendo. Pero algo en él falló y no supo que era eso.
—¿Me dejas cambiar? por favor —pidió un poco tímido e incómodo.
Necesitaba espacio y el muchacho no se lo estaba dando.
Jungkook solo lo miró y salió de la habitación.
Cercioró si alguna parte del cuerpo le dolía, especialmente su culo. Pero, al parecer estaba intacto.
—No pude haber tenido sexo con un hombre -dijo por lo bajo contrariado, mientras se terminaba de vestir.
Su teléfono estaba cargándose del otro lado de la habitación en el único enchufe que había.
Lo guardó en el bolsillo. Buscó su billetera que se encontraba al lado del desayuno que había dejado Jungkook hace un momento.
Buscó las llaves de su auto y no las encontró.
Salió de la habitación y se dirigió a dónde escuchaba voces.
Vió a dos personas hablando, recostados en un pequeño living. Bebiendolo vaya a saber qué, pero el joven que él buscaba no estaba allí. Los dos voltearon de inmediato cuándo sintieron la presencia de Taehyung.
—Hola —saludó un poco tímido. —Se miraron entre ellos cómplices y retuvieron la risa ambos—.¿Jungkook? —preguntó, por alguna razón lo quería cerca, no sabía el motivo, pero estar en un lugar que no conocía, con gente que jamás había visto y la única persona que ya había visto antes era Jungkook. Lo quería cerca.
—Está en la cocina —Le respondió el de cabellos anaranjados.
—Gracias.
Uno de ellos apoyó su mano en la cara y se lo quedó mirando embelesado por la belleza de Taehyung.
—¿Has visto las llaves de mi auto? —consultó mientras Jungkook lo miraba sin decir nada.
—No —respondió serio—. Anoche no las trajiste contigo.
—Yo... En realidad... Yo... No sé que ocurrió no...
—Si quieres te pido un Uber.
—Está bien. Quiero dejar algo claro. No sé que pasó anoche, pero quiero decirte que no soy gay.
Jungkook se saboreó los labios y retuvo una sonrisa.
—Lo que tú digas —dijo de mala gana ignorando en verdad la ridiculez que me estaba diciendo.
Se alejó de la cocina y fue por su celular. Tecleó algo en el aparato.
—En cinco minutos viene —le dijo el menor.
—¿Por qué vine aquí? —preguntó demasiado perdido y siendo lo más sincero que podía haber sigo alguna vez en su vida.
—¿No recuerdas nada de anoche. —Taehyung negó con la cabeza, mirando fijamente al bello hombre que tenía en frente—. Rogaste para que te trajera a mi departamento y en el estado en que estabas no iba dejarte solo. Soy un hombre de principios —respondió orgulloso de sí mismo.
—¿No eres gay?
Jungkook levantó la vista y lo miró extrañado.
—¿Qué es esa pregunta? Que tenga principios, te hace pensar que no soy gay. Para ser honestos te prefiero alcoholizado.
Taehyung tenía muchas preguntas pero no sé animaba a hacerlas. No sé animaba por la respuesta, no quería saber que había hecho la noche anterior con un desconocido.
—¿Tú y yo...? —Se cortó.
—Si lo que te preocupa si tuvimos sexo o no la es respuesta es...
—Sí, y toda la noche. No paraban de gritar casi llamo a la policía.
—¡Jimin! —retó Jungkook.
Taehyung creyó las palabras del joven y salió despavorido de la casa.
Esperó en la vereda y Jungkook lo alcanzó.
—¡Taehyung! —llamó un poco agitado.
—No soy como tú —Lo encaró.
—¿Cómo yo? ¿Y como es ser como yo? ¿Gay? ¿Qué problema tienes con los gay? Si te preocupa si anoche tuvimos sexo la respuesta es no. Estabas muy borracho. Aunque me rogaste para que te besara.
No puede ser.
—Fue un gusto haberte conocido — dejándolo solo.
Vió un auto acercarse y supo que era el Uber.
Se subió le dió la dirección al chófer y se preguntó dónde había dejado su auto, sus llaves e incluso, —y quizá lo más importante para él en esos momentos— que es lo que había hecho la noche anterior.
Llegó a su departamento y vió el diario en la puerta. Ni tuvo fuerzas para agacharse y agarrarlo.
Tuvo una batalla interna en asumir o no algo que no recordaba, se angustió y tuvo miedo.
Llamó con desespero a su hermano. Esperó hacerlo en la intimidad de su casa, se desesperó y no supo que hacer en verdad. Si bañarse, sacarse esa sensación desconocida del cuerpo.
O ir a una guardia para que retifique si había sido abusado o no.
Sonó varias veces, hasta que su hermano mayor por fin atendió.
—¡Nam!
Taehyung dónde estabas te estuvimos buscando, fuimos a tu depto y no estabas.
—Nam. Creo que fui abusado.
—¿Que? ¿De qué hablas?
—No recuerdo nada de lo que ocurrió anoche y hoy amanecí en la cama de un desconocido completamente desnudo. No sé dónde dejé la camioneta. Ven por favor —habló con desespero y sus palabras se enredaban unas a las otras. Mientras daba vueltas en círculos y se tomaba la frente, alejando el pelo de sus ojos—. Ven, por favor —dijo en un hilo de voz.
—Calma, Tae. Estoy saliendo para allá.
Escuchó la voz de SeokJin, pero ignoró aquello. Quizá estaba alucinando.
Se lavó el cuerpo con agua demasiado caliente. Quiso realmente quiso, recordar buscar en su memoria en sus recuerdos recientes, pero allí no había nada. Nada que le dé un indicio de lo que había ocurrido.
Se miró en el espejo completamente desnudo, y observó con detenimiento cada rincón de su piel. Alguna marca, algún golpe. Pero a simple vista no había nada.
Cerró los ojos y un leve recuerdo le dió de lleno. Solo escuchó risas e incluso la propia. Pero nada más que ese recuerdo, abstracto y borroso. Sin nada de información, sin nada qué le diga qué ocurrió la noche anterior.
Se vistió con ropa cómoda, y no quería que su hermano vea ninguna parte de su cuerpo, de alguna manera se sentía expuesto.
Nam tocó el timbre y Taehyung le abrió la puerta de inmediato.
El mayor lo tomó del rostro y lo inspeccionó de pies a cabeza.
—¿Cómo estás, Tete?
—No lo sé —respondió sincero, sin mirarlo a la cara.
Se acomodaron en la barra de algarrobo que tenía Taehyung en la cocina.
—¿Dime qué pasó?
—No recuerdo. No sé que pasó. Lo último que recuerdo es que estábamos viendo al muchacho de cabello rosa cantar.
—¿No te acuerdas lo que pasó después?
El menor negó con la cabeza.
—¿Quieres ir al hospital?No lo sé, yo... No sé que se debe hacer en estos casos.
—Él dijo que no había pasado nada. Que no pasó nada. Pero... Es un desconocido cómo podría creerle —dijo nervioso.
—¿Sabés su nombre? ¿Algo?
—Sí, sé su nombre. Es el muchacho que cantó anoche —respondió—. ¿Por qué se fueron y me dejaron solo?
Namjoon se apoyó a la encimera y miró a sus pies cruzándose de brazos.
—No puedo creer que no lo acuerdes. Bastante daño hiciste anoche, como para traerlo otra vez aquí.
—¿Daño? ¿De qué hablas?
—Todo comenzó cuando dije que no me casaría —dijo sin darse cuenta de la magnitud de sus palabras.
—¿Qué? ¿Por qué no te casarías? ¿Qué ocurrió?
—SeokJin ocurrió.
—¿Qué tiene que ver él en todo esto, Nam?
Taehyung se quedó en silencio. Mirando un punto fijo. Haciendo algo de memoria.
—¿Qué pasará con Hwasa? Le romperas el corazón.
—Eso mismo dijiste anoche —contestó levantando la vista y mirando a su hermano—. Y espero que no repitas las barbaridades que me dedicaste anoche.
Taehyung se quedó confuso. Realmente se sentía perdido. Una discusión vino a su mente. Y recordó, recordó lo que hubiese querido borrar de su memoria para siempre.
Levantó la vista y escrutó a su hermano mayor.
—¿Tú y SeokJin? ¿Hablas en serio?
—Jamás hablé tan en serio en vida. Solo quiero que respetes mi decisión. Aunque no te guste, aunque no la aceptes o incluso que sientas asco de nosotros. Jamás me sentí tan bien conmigo mismo. Nos tenías preocupado, pero pensamos que estabas bien y que necesitabas tiempo a solas, y ahora vienes con esto y dices que fuiste abusado. No sé, me siento culpable. Estaba tan enojado contigo anoche. Realmente me lastimaste, hermano. Tus pal... —Nam se le cortó la voz—. De veras que lo siento—. Iremos a la guardia del Hospital y deseo con todo mi corazón que no te hayan lastimado, que no hayan tocado un pelo sin tu consentimiento. No me lo perdonaría jamás.
Taehyung se conmovió por las palabras de su hermano.
Salieron del consultorio y cercioraron que Taehyung no sufrió ningún tipo de abuso. Lo podría llamar extremista e incluso exagerado, pero para él no era "normal" amanecer en un lugar desnudo y no se podían fiar de un desconocido, por más que le haya dicho que no había pasado nada. Taehyung era muy reservado y para nada promiscuo. Aborrecía la promiscuidad y aún más no recordar lo que había pasado la noche anterior.
Se desconoció porque él no era así, y jamás en sus cortos años, ni siquiera en su adolescencia había ocurrido algo de esa índole.
Su hermano le contó que cuando lo fue a buscar al bar él ya no estaba y que incluso había olvidado la llave de su auto en la barra. Por tal motivo Namjoon se llevó el carro. Él había dicho que intentó llamarlo, pero que su celular daba apagado confió que era un adulto y que nada malo iba a pasarle jamás imaginó que iría a pasar todo aquello y que un domingo a la tarde estarían en la guardia de un hospital cerciorando que su único hermano —que la noche anterior lo había tratado como la mierda— podría haber sufrido abuso sexual.
Pero, la suerte estuvo de su lado y Taehyung respiró.
Se quedó solo en su departamento. Namjoon intentó quedarse, pero este no lo dejó. Sabía que su hermano mayor debía ordenar un poco las cosas al igual que él.
Quería recordar. Quería saber qué es lo que había hecho.
Había solo una cosa que podía hacer para saber qué había pasado. Pero no estaba seguro de aquello. No sabía si contactar a ese desconocido, que en verdad no lo era tanto, ya que sabía su nombre, dónde vivía e incluso dónde trabajaba.
Se quedó rendido en su cama, se rindió por la larga noche que tuvo, desconocida pero lo sintió así. Extremadamente agotadora
Su último recuerdo era él obnubilado. Por un joven de cabellos rosados cantando una voz bella y melodiosa
Luego pequeños flashes de una desagradable discusión y nada más.
¿Qué había hecho Taehyung la noche anterior?
La realidad era que no lo sabía, pero quería averiguarlo.
Inspeccionó en su celular.
Entró al chat y parecía nada fuera de lo normal.
Vio la conversación con su cita truncada, ella seguió sin responder.
No había hecho llamadas exceptuando la de su hermano horas anteriores.
Revisó sus redes sociales y no había posteado nada. Se tranquilizó por ello. Fue a la galería y hubiese deseado no saber y quedar en su amnesia y en su ignorancia. Pero allí estaba observando, lo que él había hecho la noche anterior y no lo que supuso que le hicieron sin su consentimiento.
Soltó el celular, y este cayó al piso. Tapó su boca del asombro y se recostó en la cama rendido sin saber qué le paso por la mente o incluso que lo llevó a hacer aquello.