Jeon JungKook.
Me levante restregando mis ojos, no debí beber esa botella de whiskey escocés, muy bueno en el momento, pero pésimo al día siguiente. Siento el amargo en mi boca. Pase una mano por la cama, estaba vacía. ¿Lisa se fue o soñé que ella estuvo aquí?
Abrí mis ojos por completo, pestañeando varias veces tratando de enfocar correctamente. Solo estaba yo, mas nadie aparte de mi. Fui a tomar una ducha y despejarme un poco
— Buen día, señor. — La señora Shin, quien me cuida desde que tengo 5 años me saludo sirviendo el desayuno, me senté en la mesa mirando cada plato que ponía frente a mi.
—Buen día, señora Shin.
Tome un largo sorbo de jugo de naranja. No tenía resaca, pero mi garganta estaba pidiendo a gritos algo de líquido.
— ¿Cómo estuvo su noche? —Me preguntó, deje el vaso en la mesa y lo pensé un poco. Creo que lo definiría como extraño.
— Dormí bien, ¿cómo estuvo tu noche, señora Shin? — Respondí, agregando una pregunta. — Ayer era tu día libre, ¿no?
Ella asintió sonriendo, con un tenedor tome un poco de fruta y me la metí a la boca.
— Estuvo bien, escuche que regresaste ebrio. —Comentó, sentí su indirecto regaño. — Una chica esta mañana desayuno aquí, espero que no te moleste. — La mire enseguida. No había sido un sueño entonces.
— ¿Una chica? — Cuestioné hundiendo el entrecejo. — ¿Cabello negro?
—Sí, bastante simpática. —Dijo ella, seguí comiendo esperando que dijera algo más y no lo hizo.
Decidí rendirme en el tema e irme a trabajar, tenía un par de juntas y un almuerzo de negocios, aparte de las construcciones para los Park, nos estamos centrando en un proyecto más grande, que es la construcción de la siguiente sede en Hong Kong y Singapur de la compañía electrónica de Jae Hyun y su familia.
Es un proyecto grande que acarrea demasiado tiempo, dinero, inversiones, reuniones y necesito focalizarme bien en el. Tengo grandes ideas y quiero llevarla a cabo con ellos.
En mi oficina me dispuse a hacer todo con tiempo, revisando propuestas, agregando más citas a mi agenda de trabajo y más.
— ¡Vamos, hyung, ayudame esta vez! — No puedo creer que tenga 20 años y aun siga pataleando como si tuviera 4 años.
— Huening Kai, sabes que soy un hombre ocupado y solo vienes a molestar. —Le dije cerrando la carpeta que termina de leer, el equipo de arquitectura va a tener que mejorar si quieren que los apruebe y los deje trabajar en esta empresa. Resople.
—Hyung, solo esta vez. — Volvió a suplicar juntando sus manos, entorné los ojos. — Sabes que si me aceptas papá me dejara en paz. — No veo el dilema, su padre solo quiere que él empiece sus prácticas en la empresa desde un puesto bajo para que comience a escalar y saber de todo un poco en cada área. — Permíteme iniciar las practicas contigo, por favor.
Abrí otra carpeta en el computador. — No lo sé, Kai, sabes que no soy un ángel al trabajar y puede, en la mayoría de los casos, que te trate como la mierda, así que no sé si tu delicada alma lo pueda soportar.
— ¡Hyung, ¿me estas llamando mocoso llorón?! — Se quejo, me encogí de hombros.
—Estás armando un drama porque tu padre te quiere mandar a ser un asistente, eso dice mucho de ti.
Kai se cruzó de brazos, las aletas de su nariz se inflaban de la ira. —Estas manos no nacieron para llevarle café a los demás. —Rodé los ojos, me dispuse a leer el documento en mi computador.
Lucas entró a la oficina leyendo su IPad, debe estar llevando el cronograma de nuestras actividades.
— Hola, hyung. — Huening saludó a Lucas, este estaba bastante absorbido en su instrumento de trabajo que solo le saludó haciendo un movimiento de cabeza. — Parece que están bastante ocupados.
¿Apenas lo notaba? Cuando entró a mi oficina me encontró leyendo dos documentos mientras los comparaba y hacía anotaciones, eso no lo detuvo de hablar y hablar como una cotorra.
Lucas leyó en voz alta nuestras actividades, compartimos información que planeábamos usar para las reuniones que se aproximaban y confirmamos nuestro almuerzo de negocios.
Después de unos 30 minutos la señorita Cho trajo una invitación en sus manos, era el evento de los Cai. Celebraban sus 25 años en el negocio. Iba a desecharla como siempre lo hacía.
— ¿Vas a ir, hyung? — Miré brevemente a Kai, como muchos, él sabía que yo no participaba de los eventos de los Cai, si los encontraba en algún lugar solo reverenciaba mi cabeza y seguía derecho, fingiendo estar ocupado. Hace mucho tiempo que no compartía con ellos, hasta aquella cena en su casa junto con Lisa. — Llevas años sin ir, deberías darle la oportunidad. Son muy divertidas.
El sobre era color beige con decoraciones de color dorado, lo observe por encima. La sorpresa fue impactante, no solo decía mi nombre, sino que estaba acompañado del nombre de Lisa.
La invitación era para JungKook y Lisa, para ambos. Lalisa ha logrado filtrarse en esta familia en tan poco tiempo.
— Tal vez lo piense un poco esta vez. — Le contesté mirando el sobre, Lucas se detuvo un segundo y me miró, cruzamos miradas, cada uno regreso a lo suyo.
— ¡Asombroso, hyung! — Kai se levantó de su silla y se marchó. Era muy joven aún, pero tenía el potencial para ser un buen líder si se lo proponía a futuro. Él no era hijo único, pero si un primogénito y como hijo mayor, muchas expectativas estaban puestas sobre él.
Lucas y yo continuamos trabajando en silencio en nuestros dispositivos, cuando faltaban 10 minutos para nuestra primera reunión del día, recibí una grata llamada.
— ¿Como esta todo, tonto? — Escuche su risa contagiosa en la llamada, había algo de interferencia en la línea. — Ni siquiera en navidad descansas. Vas a matarte, ¿lo sabes?
— Soy un vicepresidente, ¿que esperas? — Le respondí. — ¿Dónde estás? ¿No es Corea, cierto?
— Estoy en Canadá, sabes que amo este sitio y la nieve es mi amante secreto. ¿Como esta todo en casa? ¿Como esta, Somi? Hace días no me llama, creo que se molesto conmigo.
— Supongo que estás disfrutando una aventura helada, — Le dije, Lucas me hizo una seña indicando que necesitábamos movernos a la sala de juntas. — ella esta bien, ya sabes cómo es, papá le cortó las tarjetas de crédito así que esta haciendo berrinches, ya se le pasarán. Mamá esta bien, hace poco regresó de un desfile de modas en París, no deja de hablar de eso.
Hablar con ella era fácil, para ambos lo eran. Nos conocíamos perfectamente el uno al otro, ella podía hacer un gesto y yo sabría de inmediato si estaba enojada, triste o frustrada.
— Eso vi, ella me envió algunas fotos, se veía hermosa. Necesito su secreto para no envejecer. — Se burló de sus palabras, no evite sonreír. — ¿Qué horas tienes, Kook?
— Diez de la mañana, ¿Que horas tienes tú?
La diferencia horaria entre ambos países era grande, pero como ella viajaba constantemente nunca me aprendía las horas de diferencia, solo nos llamábamos y nos asombramos.
— Nueve de la noche. — Salí de la oficina, siguiendo a Lucas por detrás. Él llevaba nuestra presentación, las copias para entregar a los otros accionistas ya estaban en la mesa, la señorita Cho había organizado eso.
— No olvides tomar tu último chocolate caliente de la noche, — Le recordé, ella amaba hacer eso. Siempre decía que el calor que se instaba en su cuerpo luego de un buen chocolate caliente era lo mejor. —debo irme, tengo una junta.
— Espero que te vaya muy bien, tonto. ¡Llamame y no me olvides!
— No lo haré. — Cortamos la llamada, al entrar unos cuantos estaban en la sala, incluyendo a Jennie, quien revisaba las carpetas en la mesa.
Se sentía bien hablar con ella, saber que estaba bien, me alegraba. También la extrañaba, pero prefiero que no esté en el país, está viviendo su vida feliz en otros lugares. De igual forma, ese siempre fue su sueño, viajar por el mundo, conocer otras culturas y tener diversidad.
La sala fue llenándose a medida que la hora de la reunión comenzaba, a las 10:15 todos estábamos listos para empezar.
— Buen día para todos. — Les salude de pie junto a la cabecera de la gran mesa. — Espero que esten muy bien, si no hay nada para decir en este instante, daré por comenzada la reunión. — Todos me miraron, nadie dijo nada. — Muy bien, comenzaré yo.
Di mi exposición sobre lo que tenía planeado para el centro comercial, las ideas que se estaban desarrollando y las que prontamente traería a la mesa para los otros proyectos. Todos estaban contentos, nuestras acciones estaban aumentando de forma acelerada, en las últimas 6 semanas teníamos un incremento del 10% en el valor de ellas, teníamos megaproyectos en manos de algunas ciudades metropolitanas del país como Busan, Gwangju y Daegu.
Desde que soy vicepresidente hace dos años, jamás me había sentido tan contento con lo que hacía como ahora. Cuando tome el mando, la empresa estuvo al borde la quiebra, creo que tampoco tuve la mejor inteligencia emocional sobre mi vida y lo que alrededor de mi pasaba. Fueron momentos un tanto duros, Jennie y yo rompimos, mi padre casi pisa la cárcel y perdimos un 54% de la empresa vendiendo acciones a los peores precios.
— Ya eres todo un vicepresidente, señor Jeon. — Levante mi mirada, todos se habían ido. Jennie y yo éramos los únicos en la sala. — Felicitaciones.
Termine de guardar hojas en una de las carpetas.
—Gracias. Tú cada vez te elevas más en tu posición, escuche que la idea de un nuevo piso para el centro comercial de Incheon fue tuya. Bien hecho.
— Sí, creo que ganaremos mucho dinero. — Dijo, asentí. Eso era cierto. — ¿Podemos hablar?
Cerré el botón de mi traje al levantarme. —¿Es que no estamos hablando? —Sus ojos neutros me dijeron que no le gustaba lo que acababa de escuchar. Jennie pestañeo un par de veces, mordió su labio inferior dejando caer su mirada. — Mi siguiente reunión comienza en 20 minutos y debo prepararme. —Dije, no iba a perder tiempo. Hoy tenía una mañana muy ajetreada.
Jennie puso una mano sobre mi brazo, pero Lucas entró y de inmediato la quitó. ¿Qué estabas tratando, Nini?
— Señor Jeon, tiene una llamada de Lisa. — Él avisó, vi un asomo de alegría. ¿Habrían hablado antes de comunicarse conmigo?
¿Ella llamándome? ¿Era el día de los milagros?
— Hola.
— Cuando estés cerca, ¿podrías traerme mi suéter? — Soltó, parece que alguien estaba aprendiendo mis hábitos.
— Estoy muy bien gracias. — Le dije saliendo de la sala, dejando a Jennie atrás. — Qué dulce de tu parte al preocuparte.
— Ajá sí, es uno negro. Creo que lo olvide en una de las habitaciones de huéspedes. ¿Podrías hacerme ese favor? No puedo acercarme a tu casa hoy.
Todo bien en su relato, pero, ¿habitación de huéspedes?
— ¿No dormiste conmigo?
Empiezo a sentirme un poco decepcionado y hasta molesto. Ninguna chica se ha negado a dormir conmigo, suelo recibir afirmativas en ese ámbito.
— No. — Contestó. — Tengo que irme, — Avisó, parece que en donde estaba movían muchas cosas al tiempo. — por cierto, nos invitaron a ambos al evento de 25 años de la familia Cai, está bien si no quieres venir, pero yo si lo haré. — Cortó la llamada, no pude decir nada.
Lalisa, eres la mujer más extraña que he conocido. Me ignoras, reaccionas ante mí, cuando estamos en en límite, pero mientras tanto no. Comienzo a sentirme como un objeto.
Me reí de mí mismo, ¿para que me centraba en esos pensamientos? Que idiotez. No soy ni seré el último hombre en no lograr que una chica se fije en él, aunque si me desiluciono un poco de mí. Las chicas como Lalisa son de lo más interesantes, tal vez ni siquiera debería darme por vencido.
— Tenemos la sala lista para la siguiente reunión, señor.
— Hagamos esto.
Lisa Manoban.
Para mi suerte, JungKook decidió venir. Trague mi saliva, estire las comisuras de mis labios y sonreí. Traía puesto un vestido de dos piezas, de color lila, ajustado a mi medida.
La parte superior traía mangas largas para el frío, y un leve escote, nada pronunciado, ya que no es como si mis pequeños pechos pudieron acentuar esa apertura. La falda era corta, pero ajustada a mi cintura, mis piernas lucían largas y bonitas y no tan delgadas como antes. Me había puesto tacones negros brillantes, no eran muy altos, pero me ayudaban a no alzar demasiado mi rostro cuando tenía a JungKook frente a mi.
— Luces muy bien. — Escuche a JungKook decir, pegando sus labios a mi oreja. Gire mi rostro y le mire.
— Gracias. Tu también. — Le dije, era más que cierto. JungKook llamaba demasiado la atención envuelto en ese traje de color negro, todo su cuerpo, tan atlético y su estatura de casi metro ochenta y su piel blanca brillando en su atuendo, hacía querer mirar más de dos veces.
— ¡Dios, pero si es el mismo Jeon JungKook en este lugar! — Una chica de cabello negro y ondulado se acercó estupefacta, saliendo del asombro al estar más cerca del muchacho. Ella amplió una brillante y bonita sonrisa. — Sabía que el día de hoy estaba destinado a ser diferente y quién lo diría aquí está la respuesta.
JungKook suspiro bastante relajado. — Deja el escándalo, Soo-young, harás que quiera irme. —Dijo en tono bromista, ella le golpeó el hombro. Ignorando por completo mi presencia.
— ¡Cielos, Jeon JungKook! — Exclamó una chica de cabello castaño corto con una copa en su mano, tenía los dientes delanteros un poco más alargados que los otros, pero no lucían mal. Se veía adorable, tenía una sonrisa contagiosa. — ¡Va a llover para arriba!
Con el par de chicas ahora cerca, más chicas tan lindas como estas se fueron acercando mirando a JungKook como si fuera un espectáculo digno de admirar. Todas expresaban mucha sorpresa al verlo aquí, parece que aka imbécil tenía una fanbase de chicas esperando por él.
Me aleje de la multitud, nadie noto mi ausencia. Al caminar en el gran salón encontré a Maylin, la saludé y felicité. Yo la había ayudado en la mañana, como si fuera una asistente experta, con cosas como: Meseros, decoraciones y música.
— Todo está mejor de lo que pensaba, — Comenté viendo como chicos más jóvenes se divertían hablando entre ellos con copas en sus manos. — ¿esos niños tienen edad legal para beber, cierto? — Pregunté como una mamá juntando mi entrecejo.
Maylin se rió y los miro. —Sí, no te preocupes. Te aseguro que esa no es su primera experiencia con el alcohol, —La miré boquiabierta, mi primera cerveza fue a los 20, por ella mi mala resistencia, además, esos niños no se veían mayores de 18. —si te tranquiliza, tienen 19 y 20 años.
Me sentí como de una generación pasada, del siglo XX.
— Me siento como una abuela.
— Así me siento yo todo el tiempo, bienvenida. Hay una entrada, pero no una salida a esto, querida.
Hablamos un poco más. Maylin estaba más despampanante que nunca, su vestido color rojo no solo llamaba la atención por lo costoso que lucía a simple vista, sino por las curvas y el porte de ella. Se veía magnifica.
— ¡Cielos! — Maylin me tomó del antebrazo sobre exaltada. — Pronto iniciará el discurso de Cai y no han empezado a traer las copas de champagne. ¡Debo ir a organizar a los músicos! ¿Podrías ir a la cocina y pedir que traigan las copas, Lisa querida? Lamento molestarte.
Asentí y me apresure, a este ritmo esta mujer tendrá un ataque. Creí que su perfeccionismo solo iba con la ropa, pero incluso en los eventos es más detallista aún. Esta mañana lo pude comprobar. Desechó las propuestas de más de 15 florerías por no tener las rosas perfectas que ella buscaba.
Llegue hasta el grupo de meseros, hable con su jefe y todos se movieron muy rápido. La cocina del hotel estaba un poco alejada del gran centro del evento, pero con los más de 100 meseros que habían sería cuestión de tiempo que hicieran la labor de inmediato.
Cerca al pasillo medio que intercede entre el camino para el centro del evento y las otra áreas escuche una discusión entre dos personas.
— ¿Cuándo vas a hacer que se case contigo, Kim Jisoo? ¿¡Cuando!? — Una mujer baja con el cabello recogido sostenía la muñeca de aquella chica que JungKook catálogo como la novia de Kim Nam Joon, forcejeaban.
— Mamá, suéltame. Me estas lastimando. — Le pedía, su ceño estaba arrugado, por fin logró que su madre la soltara, yo estaba algo lejos, pero lo suficientemente cerca como para escuchar. — Ya te he dicho que él y yo no estamos pensando en eso todavía, somos jóvenes, no hay afán.
Su madre levantó la mano, lista para cachetearla. La chica escondió su rostro por reflejo.
— Ustedes los jóvenes y sus estúpidos pensamientos, — Le dijo bastante enfadada, bajo su mano lentamente. Estaba que echaba humos. — procura embarazarte pronto o no podrás retenerlo para siempre, Kim Jisoo, eres hermosa, pero no te durará toda la vida. — Aquella mujer sonaba tan resentida.
¿Embarazarse? ¿En que época cree esta señora que estamos para creer que un hijo amarra a un hombre o a una mujer?
— Mamá, basta. Tu codicia por el dinero, te está fundiendo el cerebro. — La mujer alzó su mano, esta vez no parecía que fuera a detenerse, pero la voz de Kim Jennie la detuvo.
— ¡Señora Kim! — Gritó Jennie llamando la atención de la mujer. — El discurso del señor Cai está por iniciar y no creo que se lo quiera perder.
El tenso momento fue pausado gracias a la afortunada injerencia de Jennie. La señora se fue pisando muy fuerte, haciendo el piso sonar a cada paso que daba, yo me apoye a la pared buscando que no me viera.
— ¿Estas bien? — Jennie le preguntó a su amiga poniendo una mano en su hombro. — ¿Sigue insistiendo en una boda?
Kim Jisoo asintió. —Ya sabes como es. —Se limitó a contestar. —Ansía que tengamos poder sobre las empresas de los Kim y los negocios de Nam Joon. —Explicó apoyó su cabeza en la pared y miró al techo.
Pobre chica, debe ser muy martirizante tener una madre así.
— ¿Qué piensa Nam Joon de eso?
— Él y yo no queremos casarnos, Jen, somos muy jóvenes todavía. Queremos disfrutar nuestra vida, nos amamos, pero no es el momento de dar un paso de esa magnitud. Para mi un matrimonio es algo importante, que consideraré sagrado el día que decida aceptar compartir mi vida con alguien, y aunque amo a Nam Joon y sé que él es más de lo que alguna vez quise, no quiero precipitarme ni llevarlo a él al límite por mi quejumbrosa y avara madre.
Hubo un largo silencio. Ella sonaba muy clara e inteligente, como su novio.
— Siento envidia. — Jennie le dijo. — Al menos tu puedes casarte con él, cuando lo dispongas, porque el te ama y tu lo haces. —Ella se apoyó a la pared al lado de su amiga.
¿Qué significaban esas palabras? ¿Sería cierto lo que yo pensaba? ¿Ella estaba atada a Xu Kun?
— Tu también puedes casarte con quien amas y te ama, Jen. — Jisoo se despegó de la pared, pasó una mano por su largo cabello negro echándolo hacia atrás. — Yo creo que él aún siente lo mismo, ¿por qué no solo intentarlo?
Jennie si quiere ir con JungKook, preserva sentimientos hacia él. En cierta forma el solo pensarlo me deja un poco sin aliento y me desanima un tanto, solo un tanto. ¿Qué tonterías pienso? JungKook siempre dice que esto es solo un trato, es nuestro acuerdo. Yo haré lo que él quiere que haga y luego cada quien desaparecerá de la vida del otro. Es todo.
— No lo sé, a veces siento que ya no me mira como antes. — Dijo ella desalentada. — ¿Y si me esta olvidando o si ya lo hizo? — Sonaba muy triste, lastimada. Kim Jisoo la tomó de los hombros y la hizo mirarla.
— ¿Desde cuándo eres tan insegura, Kim Jennie?
Ellas eran amigas de verdad, se veían tan preocupadas la una de la otra. Cuidándose entre sí, como verdaderas amigas. Me encantaría tener una amistad así algún día con alguien.
— ¿Qué estás haciendo aquí, Lalisa? — Me sobresalte, era JungKook. Arqueaba una ceja mientras esperaba respuesta. — Me abandonaste, que mala compañía eres.
Puse un dedo sobre sus labios para callarlo. Hablaba muy fuerte, por él podrían descubrir que yo fisgoneaba.
— Haz silencio. — Pedí en voz baja, achicó sus ojos mirándome, voltee un poco mi rostro para ver al par de muchachas. Al parecer notaron el bullicio que hizo JungKook, ya que aunque no nos veían sus cabezas apuntaban en nuestra dirección. — Bésame.
Él frunció el ceño. —Sabía que llegaría el día en el que me lo pedirías, pero no pensé que fuera a ser hoy. —Rodé los ojos. Lo jalé hacia mí, nuestros cuerpos estaban separados por escasos centímetros.
— ¿Vas a hacerlo o no? — Cuestione irritada, me iban a descubrir. Solo necesitábamos un movimiento y todo estaría hecho. Que me atraparan besando a este hombre contra una pared me avergonzaría menos a que me atrapen fisgoneando.
— Quiero que lo hagas tú esta vez. — Susurró acercando su rostro, mi corazón latía apresurado. El coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja. — Si lo quieres, vas a tener que venir por el, cariño.
Sus ojos brillosos y la expresión altanera en su cara me decía que hablaba en serio, él no iba a dar el primer paso, no esta vez.
Estaba por rendirme, no lo besaría, ¡no señor! Era momento de delimitar nuestra línea personal, si seguía dejando que ciertos momentos nos dominara, todo terminaría mal, y mas para mi claramente. Soy de sentimientos frágiles, las personas pueden lastimarme muy fácilmente, por eso busco crear barreras. No quiero terminar con un corazón roto.
El sonido de tacones golpeando el suelo se hicieron más fuerte a medida que se acercaban.
Rodé mis ojos, solo esta vez, solo esta vez.
Puse mis mano izquierda en su cuello y lo tiré hacia mí, nuestros labios chocaron. JungKook se estaba haciendo el difícil en las ocasiones que no necesito que lo sea, no me correspondió. Lo bese despacio, lento, moviendo mis labios sobre los suyos, abriendo ligeramente mi boca y él hizo lo mismo, rozando nuestras lenguas todo comenzaba a sentirse tan húmedo y caliente, mi mano sujetaba con su fuerza su cuello, no queriendo que él se alejara, su mano estaba bajando por mi cintura, desviándose en mi parte trasera.
JungKook se incorporó más hacia mí, su mano estaba masajeando mi trasero, al acercar más nuestros cuerpos metió su mano debajo de mi falda, pellizcando mi trasero, ante su repentina y nada predecible acción salte por la impresión, ahogando un gemido en su boca.
Aunque se había hecho el chico difícil, él estaba comiéndose mi boca, prácticamente. Su lengua seguía jugueteando con la mía, su mano seguía en mi parte trasera, mi falda estaba subiendo, sabía que no se podía ver nada. Su cuerpo estaba tan pegado al mío, que podían ser uno fácilmente. El deseo en mi cuerpo aumentaba empezando desde mi pecho hasta mi parte baja.
— ¡Ugh, consíganse una habitación! —Escuchamos a una chica gritar.
Ahí estaba la alarma que necesitaba, poso mis manos en su pecho y lo empujó hacia atrás, lejos de mí. Mis ojos deben estar vidriosos, al igual que los suyos. Sus labios están de un color rojizo, espero que mi labial no se haya corrido.
Al mirar hacia adelante, encuentro unos metros adelante a Kim Jennie y Kim Jisoo caminando con la cabeza en alto yendo hacia el centro de evento, supongo que habrán presenciado aquella escena. Lo siento.
— Así no se trata al chico que te acaba de meter la lengua, Lalisa, que grosera. — JungKook sonríe con bastante suficiencia mordiendo su labio inferior. Le enseño mi dedo del medio, lista para irme. —Espera.
— ¿Qué?
Él vuelve a acercarse y pasa su pulgar por mi labio inferior, él muerde sus labios mirando los míos con suma concentración.
—A la próxima no debes pedirlo, sólo ven por ello.
Pestañeo. No, no habrían próximas. De eso me voy a encargar.
— Quizás no haya necesidad de que hayan otras ocasiones, JungKook.
— Si tu lo dices.
Él no sonaba convencido, y creo que yo tampoco.
Gracias por leer.
xoxo