Maddie
Mi sueño desde que era tan solo una niña de 6 años había sido convertirme en cantante, desde entonces amaba escribir aún que seguramente mis letras no eran de lo mejor.
Suerte, talento, trabajo duro, daba igual, estaba logrando cumplir ese sueño, había lanzado mi primer álbum que al parecer estaba comenzando a tener éxito.
— Por favor, tienes que ir a esa fiesta conmigo — hice un puchero — no quiero ir sola.
— Maddie, sabes perfectamente que no me gustan ese tipo de fiestas.
— Vamos, por favor — supliqué— no conozco a nadie ahí, Armin — él puso los ojos en blanco — y prometo acompañarte a la próxima Comic-Con.
— ¿Es necesario que vayas?
— En realidad no, pero mi representante quiere que vaya y que empiece a conocer más gente en el medio — rode los ojos.
— ¿Cuándo es?
Sonreí victoriosa, sabía que comenzaba a convencerle
— Viernes por la noche — sonriendo — hazlo por mi — hice un puchero.
— No, Madison, no hagas esa cara no funcionará.
— ¿Por favorcito? — chille, haciendo un puchero.
— ¡Bien! ¡Iré contigo!, manipuladora – empujó mi frente con dos de sus dedos.
— Gracias, eres el mejor mejor amigo del universo — me pare de puntitas para darle un beso en la mejilla.
— Lo soy siempre que quieres algo de mi — entrecerró los ojos— y no se me olvidara lo de la Comic-Con.
— Nunca rompo mis promesas.
Armin era mi mejor amigo desde pequeños, el tenía un hermano gemelo, Alexy, el también era mi amigo pero por alguna razón era mucho más cercana a Armin.
(•••)
Me estaba terminando de arreglar para salir rumbo a la fiesta, justo cuando estaba por salir mi celular comenzó a sonar, era Armin.
— Hola, Mad.
— Hola, ¿Ya estás listo?
— En realidad te hablaba por eso — hizo una pausa— no te vayas a enojar, ¿Ok?, esto es algo que yo no decidí.
— Deja de darle tantas vueltas.
— No voy a poder ir.
— Armin, no me digas eso.
— De verdad lo siento mucho, asuntos familiares.
— ¿Esta todo bien?
— Si, todo bien, solo una estúpida reunión a la que mis padres quieren que vayamos.
— De acuerdo.
— ¿Por qué no le dices a Rosa que te acompañe?
— Ya voy de salida, no importa solo iré un rato y me regreso.
Llegué al lugar en el que la fiesta tenía lugar, comencé a caminar por el lugar viendo a todas las personas, no conocía a nadie o bueno, no les hablaba.
Por ir caminando distraída choque con alguien.
— ¡Auch! — lleve mi mano a mi frente— lo siento, no te vi.
Eleve la mirada encontrándome con un chico de cabello teñido color rojo.
— Por eso es que odio este tipo de fiestas— hablo el chico — ¿Tan difícil es fijarse por dónde caminas?
— Tampoco es para que seas un grosero, tu también ibas distraído— reclamé, molesta.
Se me quedo viendo por un momento, creí que reclamaría algo más.
— Cómo sea — hablo, indiferente.
— Idiota – murmuré, el volteo a verme pero no me dijo nada más.
No encontré mucho que hacer, así que me senté en la barra y pedí algunos tragos, un chico albino se sentó a mi lado.
— Hola — saludó.
— Hola.
— Quería pedirte una disculpa — arquee una ceja — vi el pequeño contratiempo que tuviste con mi amigo.
— ¿El pelirrojo? — inquirí, el asintio con la cabeza — bueno, no es tu culpa y en todo caso el es quien debería disculparse.
— Se que no lo hará, por eso estoy aquí. El puede llegar a ser muy...
— Idiota — acomplete por el.
— No quería usar ese término pero si, se podía decir que lo es, por cierto mucho gusto mi nombre es Lysandro
— Un placer, mi nombre es Madison, puedes decirme Maddie — extendí mi mano.
— El placer es mío, bueno dejo que te sigas divirtiendo.
En realidad no lo hacía, no me estaba divirtiendo tanto, de hecho me la había pasado la mayor parte de la fiesta bebiendo irresponsablemente.
Cuando llegó la media noch me decidí a ya irme a mi casa, cosa realmente irresponsable considerando el estado en el que me encontraba.
Fui a dónde estaba mi auto estacionado intentando abrir la puerta.
— ¿Planeas conducir en ese estado? — una voz llamo mi atención.
— ¿Qué estado? — pregunté, tambaleando.
— En ese — me señaló — mírate, ni siquiera puedes mantenerte de pie.
— Eso a ti no te importa — lo señale — déjame en paz.
—Realmente no me importa pero me preocupa que por tu imprudencia alguna otra persona salga afectada. Me parece que no eres muy inteligente.
— Soy super inteligente — proteste.
— Pues justo ahora no lo estás siendo — fruncí el ceño, molesta.
— Estúpido
Estaba por abrir la puerta y subirme al carro pero el puso su mano sobre la puerta impidiendo que la abriera.
— Dime una cosa, ¿Tienes el número de alguien que pueda venir por ti?
Pensé un momento, Armin y Alexy no estaban cerca, Rosa, nuestra otra amiga seguramente ya estaba dormida.
— Nadie
— ¿Segura? ¿Un familiar, amigo, novio?— negué con la cabeza, lo vi despeinarse el cabello un tanto frustrado.
— Dame las llaves — ordenó.
Antes de que pudiera protestar el ya me había quitado las llaves de la mano.
— ¿Qué haces? — pregunté, molesta.
— ¿No es obvio? Te voy a llevar a tu casa, súbete.
No proteste más, comenzaba a sentirme mal, un tanto mareada y sabía que conducir en este estado no era muy responsable de mi parte.
Tampoco irme con un desconocido.
Me subí del lado del copiloto, el teñido paso su mano frente a mi para tomar el cinturón y abrocharlo.
— ¿Dónde vives?
— En mi casa — respondí acomodándome en el asiento, me estaba comenzando a dar mucho sueño.
— Claro, eso es obvio, necesito tu dirección.
— No puedo darle mi dirección a desconocidos — murmuré, cerrando los ojos.
Después de eso perdí el conocimiento, me quedé dormida.
(•••)
Comencé a abrir los ojos lentamente, el dolor de cabeza que tenía era horrible, me senté en la cama y observe a mi alrededor, está no era mi cama, comencé a desesperarme al no recordar nada.
— Comenzaba a preocuparme que hubieras muerto.
— ¿Qué haces aquí? — cuestioné, alterada.
— Bueno, aquí vivo.
— No, no, no — repetí varias veces, frustrada— por favor dime qué tú yo no...
—¿No recuerdas nada?
— ¿Qué? ¡Eres un idiota! Podría demandarte.
— Cálmate, no pasó nada, sería incapaz de abusar de una persona ebria.
— ¿Debería creerte?
— Mírate, sigues con tu ropa intacta—suspiré con alivió — y para la otra evita ponerte ebria si tienes que conducir, no seas inconsciente.
— No soy inconsciente.
— Planeabas conducir ebria, estás aquí con un desconocido, me parece que si lo eres. Agradece que no soy uno de esos idiotas que suelen aprovecharse.
— Me hubieras llevado a mi casa.
— No soy adivino, tu preferiste dormirte antes que decirme tu dirección.
— ¿Dónde están las llaves de mi auto?
Se acerco a la mesita de noche y tomo las llaves para después entregármelas.
— Y de nada, no fue nada ayudarte ayer.
— No te pedí tu ayuda.
— Con un gracias bastaría, maleducada.
— Imbécil
— Ni idiota, ni imbécil, me llamo Castiel y tú Madison, ¿Cierto?
---------------------------------------------------
---------------------------------------------------
Capitulo editado.
Gracias por leer ♥️