— ¿estas segura que no quieres ir?
— segura, a esa cueva yo no vuelvo— respondió ella viendo al viejo elfo doméstico que parecía asustado de estar solo con ellos dos. Amelia miró a su hermano— diviértete.
— igual tu— añadió antes de desaparecer junto al elfo.
— claro que lo voy a hacer— murmuró con media sonrisa, camino hasta el bar para servirse un trago, en ese momento entró Rodolphus Lestrange haciendo que la pelinegra se girará para verlo— Rod, creí que no estabas aquí.
— estaba a punto de salir, mi señora— Amelia le hizo una seña para que se acercara— ¿en que le puedo ayudar, mi señora?
— la cuestión es que necesito desestresarme algo de todo esto— lo miro con una sonrisa pícara.
— ¿mi señora?
— nadie tiene que enterarse ¿o si?
— mi boca es una tumba, mi señora— sonrió entendiendo lo que ella quería. Claro que no se negaría a estar con ella, nadie lo haría.
— así se habla— con un movimiento de mano cerró la puerta y la bloqueo, no por los demás mortifagos, sino por su hermano. Se acercó a él y beso sus labios, no le importaba que este casado con Bellatrix, sabia que no se amaban así que no importaba.
Mientras caminaba hacia el sofá se iban quitando la ropa, al llegar solo estaban en ropa interior, Rodolphus quedó sentado y Amelia se sentó a horcajadas, bajo sumano y la fue deslizando dentro de sus bragas, pudo sentir su humedad, introdujo sus dedos en ella. Amelia gimió ante eso y clavo sus uñas en el hombro del hombre. Él le estimulaba y ella se movía siguiendo el ritmo que le marcaba mientras gemia cada vez más fuerte. Desabrocho el sujetador y lo arrojó al suelo, ocupando su boca con uno de sus senos rápidamente.
Rodolphus sintió cuando comenzó a estremecerse y apretó su agarre, sacó su mano y la acostó en el sillón. Amelia no se dio cuenta de cuán rápido la embistió hasta que sintió a Rodolphus comenzó a moverse debajo de ella con roncos gemidos. Ella gemia en su oído y tenía sus uñas clavadas en sus hombros. El calor del cuerpo de la pelinegra y la forma en que gemia le tenía aprisionado en un delicioso delirio donde podía más su deseo que la razón.
— Rod...—gimio ella casi sin fuerza— no puedo....mas...
El comenzó a moverse más rápido, sintiendo como Amelia comenzaba a gemir y temblar sin control debajo de él. Ambos se dejaron ir entre gritos de parte de ella y un gruñido de él.
Ambos con la respiración agitada se miraron a los ojos, era la primera vez que él la veía a los ojos y se dio cuenta de ese color rojizo. Rodolphus tomó la varita y los limpio, comenzaron a vestirse en silencio.
— ni una palabra de esto, a nadie— dijo ella tratando de acomodar su cabello.
— a nadie— terminó de ponerse el abrigo y la miró— cualquier cosa que necesite, mi señora, estaré al pendiente.
Le sonrió y lo vio salir de la sala.
— mi señora— le llamó Antony— el señor la está esperando en su despacho.
Sin decir nada camino hasta donde estaba su hermano pero no estaba solo, uno de sus mortifagos más jóvenes de cabello negro graciento y nariz ganchuda estaba parado en medio del lugar.
— Augure, aquí el querido Severus nos tiene algo que decir. Te escuchamos.
El hombro respiro profundo y comenzó con la explicación—...entonces solo pude escuchar una parte de esa....profesia.
— ¿y que decía esa profesia?— pregunto Amelia viéndolo a los ojos.
— El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes...— dijo con voz fría— eso es todo lo que alcance a escuchar.
Tom y Amelia se miraron entre ellos, muchos los habían desafiado pero solo habían conseguido sobrevivir dos parejas: los Longbottom y los Potter.
— entonces Dumbledore sólo sabe sobre esto ¿no?—pregunto Tom, lo vio asentir— bien, hiciste bien en decirnos.
— si no es mucho molestar mis señores—dijo Snape— ¿saben quien puede ser? Dijo, tal vez pueda ayudar a evitar lo que vaya a pasar.
Amelia comenzó a dar pasos lentos a su alrededor—recuerda que la curiosidad mató al gato— apo una mano por sus hombros y espalda.
— pero te lo diremos, sólo por que eres el único que me a traído...buenas noticias— dijo Tom viendo a su hermana.
— solo hay dos parejas, las cuales han salido libradas de los encuentros con mi hermano— se puso enfrente de él viéndolo a los ojos— los Longbottom y los Potter— vio como pasaba saliva y sonrió de lado— ¿que? ¿No me digas que tienes relación con alguno de ellos?
— solía ser amigo de Lily Eva...Potter, pero eso fue hace mucho.
— bien, espero que no nos traiciones y vayas a contarles sobre esto— Voldemort lo miraba fijamente.
— por supuesto que no, mi señor.
— bien, retirate— Severus hizo una leve reverencia y salió cerrando las puertas.
— vamos por los Longbottom, siendo sangre pura toda su familia, puede que sean ellos.
Él negó— nacerá al terminar el séptimo mes— repitió y miró a su hermana— necesito que los vigiles, si no me decido, los matamos a ambos.
— ¿y porque no ocupas a tu informante, el joven asustadizo regordete ese? ¿No vimos en su mente que es amigo de los Potter?
— podría ser, pero aún así, necesito que me tengas bien informado tú— alzó un poc más el menton— no luchamos tanto en conseguir encender la vela para que ahora quieran venir a apagarla solo porque si.
Amelia se dio media vuelta, buscando a Bellatrix y a otros para ir a hacer lo que le había pedido su hermano. No lo demostraba, pero le daba algo de miedo saber que estaba a punto de nacer el que posiblemente podía matar a su hermano.