—Hueles a..
—A que!?! Aléjate un poco, quieres!
—Es que hueles a...a...
Ya le estaba poniendo de nervioso, y el pelo verde seguía acariciando su cuello con sus respiración a causa de su olor. El cual es raro pero embriagador para el chico. Tanto que terminó rodeándolo con su cabeza reposando en sus hombros, podría pasarse tiempo así y no se cansaría. Por parte el rubio pensaba de cómo diablos se lo iba a quitar de encima.