Llevaba al menos media hora decidiéndose si llamar a su hermano o no. Ya miró tanto su fondo de pantalla que le aburrió y lo cambió por la foto de un gato.
Eso fue hace 15 minutos.
Y ya se estaba aburriendo de esa imagen.
Apagó el móvil y se recostó en su cama, mirando el techo como si este le fuera dar la solución a todos sus problemas.
Tal vez debería salir a caminar, o llegar al trabajo antes.
Es la primera vez que no tiene nada que hacer en ese apartamento, estaba tan aburrido.
No habló con el rubio en lo que restaba del día de ayer, ni lo que llevaba del día de hoy. Se sentía algo solo, y justamente por eso no llamaba a Natsuo, si se sentía así con tan solo un día –incluso menos– sin estar con Katsuki, no quería imaginar cómo sería estar con ese sentimiento de soledad que lo embargaba por mucho más.
Pero tal vez debería acostumbrarse.
La situación del día anterior la pudo tomar como ejemplo, seguramente el rubio traía a sus "citas" al apartamento y ahora no podía porque él estaba allí.
No deseaba incomodar más.
Pero tampoco deseaba irse.
Decidió dejar de pensar y alistarse con ropa casual, tal vez pueda visitar a Touya.
Antes de salir, logró cruzarse con Ame. La mujer, como siempre, le sonrió y le preguntó si necesitaba algo.
Negó y se despidió amablemente, por alguna razón, recordó el primer día que estuvo con ella. La mujer no hacía más que quejarse sobre el hecho de que Katsuki mantenía la despensa vacía, o en la manera en que se alimentaba.
Recuerda el día que le reclamó al dueño del apartamento, el cual no hacía más que reírse por ver a la mujer más amable que haya conocido hablándole de esa manera.
Al final, él se ofreció para hacer las compras y ella logró convencer a Bakugō de mejorar su alimentación.
Lo cual no ha cumplido mucho.
Una sonrisa involuntaria se posó en su rostro al recordar lo bien que se la ha pasado estos meses, no pensó que vivir con Katsuki sería tan divertido.
Estuvo un buen rato perdido en sus recuerdos, tanto que no notó cuando llegó a la casa de Touya. Espera que no esté ocupado, porque ahora lo único que quería era pasar un buen rato con su hermano y la pareja de este, si es que se encuentra.
Estaba a punto de golpear hasta que vio como la puerta era abierta bruscamente, encontrase de frente con un par de ojos rubís, que lo miraban con curiosidad.
— ¿Estas bien, Shōto? —
— ¿Tú lo estás? —
— ¡Yo no lo estoy! — Pudo escuchar a su hermano gritando desde el interior de la casa y notó como Tenko rodaba los ojos, aparentemente fastidiado.
—Qué bueno que llegaste...—Shōto solo sonrió, la relación de su hermano era bastante divertida. Pero igual se podía notar el amor entre ellos y el cómo se preocupaban el uno por el otro.
—Sí, ¡Porque Shōto no me abandona como lo haces tú! —
— ¡Deja de ser dramático! ¡Solo me voy una hora! —Salió rápidamente despidiéndose del bicolor. Sabe que si Touya sigue haciendo berrinche el tiempo suficiente, terminará quedándose con él.
Cuando entró a la casa, se encontró al azabache acostado en el sofá, con un puchero y jugando con uno de los aretes en su oreja.
—No me ama...— Rodó los ojos ante lo dicho, por lo visto, solo puede ser feliz cuando Tenko está en casa. Como un cachorro con su dueño.
—Hazme espacio, Drama queen—
Se acomodaron el sofá cada uno con la cabeza apoyada en los extremos del mueble, que por suerte era bastante grande.
— ¿Quieres que compartamos nuestras penas, mientras comemos helado? — Preguntó el oji azul, viendo como la cabeza bicolor del menor se movía haciendo un asentimiento.
Se dirigió a la cocina, sacando del congelador el gran tarro y volvió con su hermano. Pasándole una de las cucharas y empezando a compartir el helado de chocolate.
— ¿Y bien? —
—Natsuo volvió...—
—Lo sé, iré mañana a verlo—
—Me voy a mudar con él—
—Oh, pensé que estabas cómodo con tu amigo—
Se sorprendió cuando su hermano clavó con mucha más fuerza de la necesaria la cuchara en el gélido. Supo que él problema tenía que ver con eso.
—No quiero molestarlo más—
—Wow, ¿te dijo que estabas molestando?—
— ¿Qué? No, no, no— Aclaró rápidamente cuando vio el ceño fruncido de su hermano. —Pero yo fui quien le pidió que me dejara estar allí...—
—Si no se ha quejado, no veo cual es el problema—
Shōto se quedó pensando un rato, ciertamente, Katsuki no ha dicho nada sobre la situación.
Estuvo conversando más tiempo con su hermano, en ese transcurso se acabaron el helado y jugaron uno que otro juego de mesa.
Shimura había llamado, diciendo que no se tardaba y su hermano fingió que no le importaba cuando llegara. Pero Shōto podía notar las furtivas miradas que le daba a la puerta principal, o a su celular. Aunque después de un rato se distrajo tanto que ya no prestaba mucha atención.
Eso le hizo acordarse de que no sabía cómo se llegaron a conocer, solo sabe que salen hace un par de años y le hizo sentir mal, tal vez no demostraba tanto interés en la vida de su hermano.
— ¿Cómo conociste a Tenko? —
— ¿Mm? ¿Por qué la pregunta tan de repente? —
—Solo curiosidad...—
—En la universidad, coincidíamos en algunas clases. Al principio nos llevamos fatal, no sabes cuánto me irritaba. Después de convivir con él por meses, me di cuenta de que tal vez no era tan malo. Nos volvimos mejores amigos y...me terminé enamorando—
Touya contaba todo con una sonrisa y de manera relajada sin estar consciente de lo que estaba causando en la cabeza de su hermano.
Tal vez, solo tal vez, la historia de su hermano era parecida a la suya con Katsuki. Pero él no se estaba enamorando, tal vez pasar mucho más tiempo con el rubio estaba causando que le tomara más cariño, pero eso no significa que se esté enamorando.
Sí, no lo estaba haciendo.
Se quedó un poco más de tiempo con la pareja ya que el peli celeste ya había llegado. Después partió hacia la oficina, su padre ya lo esperaba.
Enji le llamó la atención, pues lo notaba más distraído de lo usual, en su propio mundo. Incluso lo mandó a casa más temprano.
Cuando llegó, se encontró a Katsuki en la sala. Tenía su laptop en su regazo y algunas hojas esparcidas a su alrededor, supone que trabajos de la universidad.
Se quedaron mirando algunos segundos, pero Shōto aún no podía sacarse de la cabeza la historia de su hermano, peor aun cuando llegó Tenko, le dieron más detalles del como inició su relación. Encontrando más similitudes con la suya y la de su... "mejor amigo".
El rubio le dio una mirada entre confundida y preocupada cuando vio su cara enrojecer. Tal vez estaba suponiendo que estaba enfermo.
Le dejó un escueto "Buenas noches" y pasando de largo a su habitación.
Vaya día.
Se que probablemente no sea el mejor momento para escribir que Shōto y Touya tienen la mejor hermandad pero...
Déjenme soñar :")
¡Gracias por leer!
—Mell