Bajo sus cuerpos cirugían las hojas secas y pequeñas ramitas caídas de los árboles mientras se devoraban mutuamente la boca. Las ansiosas manos de JaeBum recorrían el cuerpo de JinYoung por debajo de su ropa, haciéndolo estremecer por la heladez de las manos. El menor estaba con los ojos cerrados mientras gemía y jadeaba, removiéndose ante el tacto del mayor.
- ¿qué hay... qué hay de tu amigo? - preguntó JinYoung entre suspiros.
- él siempre espera. - respondió con desinterés, bajando sus labios al cuello del chico, pero él lo detuvo, tomándolo de los hombros para separarlo. - ¿q-qué?
JinYoung finalmente logró detener a JaeBum. ¿Cómo se le iba a ocurrir tener sexo en medio de un bosque prácticamente maldito? Además, el sujeto era un completo desconocido que se iría dentro de unos pocos días. No era de clase de chicos que podían tener aventuras y luego olvidarse. Era un chico que esperaba lo suficiente para entregar un beso. No podía engancharse de JaeBum.
Se puso de pie y le dio la espalda, empezando a caminar hacia el estanque en el que se vieron por primera vez. Por dentro se sentía avergonzado, intimidado por sus deseos carnales, era todo un pervertido.
- ¿sucedió algo que no te gustara? - preguntó JaeBum detrás de él, manteniendo distancia. - dije algo malo.
- no. - respondió. - no es eso...
- entonces, ¿qué es? - realmente no quería responder. - ¿hice algo mal?, ¿te hice daño?
- no. - contestó cortante.
- JinYoung, he viajado por varios pueblos, he conocido a mucha gente. - le habló, siguiéndolo. - por favor, cualquier problema que tengas, quizás tenga algo de experiencia para poder ayudarte.
- no sucede nada, no hay problemas. - dijo con algo de recelo. - solo vamos a buscar a tu compañero. - siguió caminando, aunque el otro hombre lo seguía, no estaba dispuesto a cerrar el tema.
- ¿es por lo que acaba de suceder? - preguntó, haciendo congelar al menor. - pensaba que te estaba gustando, incluso... te oías muy bien.
- sí, es por lo que pasó, pero a la vez no. - se limitó a decir.
- oh, si quieres... lo terminamos en tu casa. - JaeBum chocó con su espalda, y de paso, lo abrazó de la cintura, pero el chico se volteó, apartándose. - ¿y ahora qué sucede?
- mira... - empezó a hablar. - tú eres un hombre libre, un cazador de brujas que va de pueblo en pueblo, ganándote la vida como quieras y pasándola bien con quien quieras, pero yo no soy así. Yo... yo simplemente quiero... en realidad no quiero y no debería, pero debo llevarte al lugar que me pediste que te llevara, y quiero cumplir con eso para salvar a esas personas y niños, y luego no volverte a ver y...
- por favor, ve al grano. - demandó el cazador.
- tú te acuestas con chicos o chicas que encuentras en la aldea que pisas, tienes aventuras y no te acuerdas de ellos, lo más probable, y sé que quieres entrar en mis pantalones, pero yo no soy de esas personas que son solo una aventura. - respondió. - yo realmente quería darle mi primer beso a alguien que ame de verdad, pero te lo di a ti y ahora... esto iba a ser un error. Y... no puedo... ya tengo mala reputación por un tarado. Por favor...
- entiendo... - murmuró JaeBum, tomando distancia entre él y chico.
Cuando llegaron al estanque, YuGyeom ya estaba allí, recostado contra un árbol, esperándolos, con una expresión cansada y algo irritado.
- supongo que satisfacieron sus más bajos instintos. - comentó, haciendo sonrojar incómodamente a JinYoung.
- Gyeom. - habló con severidad JaeBum. - nos perdimos unos momentos, pero no sucedió nada. - tomaron una incómoda pausa. - iremos a esa parte del bosque, Jin nos va a llevar.
- ese lugar es peligroso. - dijo JinYoung un poco apenado ante YuGyeom. - si van a entrar, no deben separarse, por nada del mundo. Ese lugar manipula la mente, debilita el alma, incluso el hombre más temerario no termina bien luego de salir... si es que llega a salir.
- y como debo suponer, Mr. Músculo entró a ese lugar para creerse un héroe y creer que nos dejará sin trabajo. - habló JasBum no tan contento. - seguramente encontraremos sus cuerpos tirados en ese lugar. Démonos prisa.
JinYoung no dijo nada, solo empezó a caminar con ambos forasteros detrás. Realmente no quería llegar a esa parte del bosque, pues allí la cosa se veía bastante fea, muy fea. Todo lo que entraba en ese lugar perdía la vida. Llevar a estos chicos era homicidio premeditado. Empezó a balbucear un par de cosas, incoherencias; según muchos y movía sus manos al aire. Luego de una hora de caminata llegaron a ese lugar. Se detuvo y miró a esos chicos, rezando en voz baja más incoherencias.
- eso me pone nervioso. - le dijo YuGyeom, haciendo que se callara unos momentos.
- es latín. - mencionó. - solo... solo me estaba desahogando.
Los 3 miraron hacia el otro aldo del bosque, que tenía una evidente oscuridad, incluso que dividía el suelo. Las hojas de ese lado eran opacas, pútridas, en cambio, la de su lado solo eran secas y con colores cálidos. Allí había algo mal, que gritaba desde lo más adentro de sí que sus almas corrían peligro
- tengo que dejarlos aquí. - volvió a hablar JinYoung. - tengan cuidado, por favor...
- llevamos años en esto, sabemos qué hacer. - le dijo YuGyeom duramente, ganando una mala mirada de JaeBum. - ¿qué? - el mayor no dijo nada, solo tomó una soga, haciendo un lazo, para pasarle un extremo.
- solo será un recorrido de reconocimiento. - le dijo el mayor. - no atacaremos, no haremos nada, solo recorreremos el lugar y volveremos para idear un plan. - el menor ató su extremo de la soga en su cintura. - JinYoung, no tienes por qué esperarnos. Ya sabremos el camino de vuelta.
- estaré aquí hasta el atardecer. - les dijo. - los esperaré, y en caso de que no vuelvan a tiempo, iré al pueblo a dar la noticia. - Im le dedicó una suave sonrisa al menor, entregándole un pequeño cuchillo.
- sé que te servirá.
- no puedo aceptarlo...
- si alguien se atreve a acercarte a ti para dañarte y no estoy allí, esto te ayudará. - Park tomó lentamente la cuchilla, por la parte del mango. - hasta luego...