-¿Crees que debería teñir mi cabello? Papá me ha dicho que le agradaría ver otro color en mi cabello.
-¿Tu padre ha dicho eso?-Le miré fijamente.
-Dice que el rubio nunca fue lo mió, yo le he dicho que así nací no tengo la culpa de que la abuela sea rubia.
-Deberías de considerarlo.
Así de extraña era nuestra amistad.
Nos habíamos conocido en el ultimó año de la escuela secundaria, ella llegó tal cual niña nueva sentandosé al lado de mi asiento.
(...)
-¿Tu cabello es así de rubio siempre?-Yo le pregunte.
-Sipi, aunque papá dice que el hubiera preferido una castaña.-Reí.
-Soy Ashlyn.-Le regale una sonrisa.
-Un gusto, soy Kate.-Sonrio.
-Seamos amigas.-Ordene.
-Vale, amigas por siempre.-Dijo sarcasticamente.
-Veras que si.
Así es como comenzó todo esto, nos juntábamos cada fin de semana.
Y bueno no pudímos resistir no dejar de hablar después de la escuela, por lo tanto ella siempre me visitaba, y cuando le conté sobre mi rara tentación de trabajar en la esquina, ella se volvió prácticamente loca diciendo que si sabía las cosas que podría pescar si tenía relaciones con gente extraña.
Pero logré convencerla.
Y bueno, desde lo que pasó ayer no creo que tenga algunas razón para quejarse, mi trabajo dejaba buenas enseñansas.
Al menos para mi lo parecía.
Bueno, talvez si soy un poquito loca.