Ladybug et Chat Noir: l'avent...

By Clarisee02

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Esta historia ocurre en el momento exacto donde terminó la tercera temporada. Marinette está iniciando una n... More

Una prueba inesperada.
Una terrible revelación.
Plagg se convierte en maestro de química.
Al borde de la derrota.
La treta de muerte de Nino.
Dos tontos hablando de chicas.
Comienza el verdadero juego.
No hay corazón roto que un buen amigo no pueda curar (Parte 1).
No hay corazón roto que un buen amigo no pueda curar (Parte 2).
Las cajas también explotan.
La cosa está que arde.
Todo o nada.
La calma después de la tormenta.
Secretos.
Una nueva obsesión.
Promesa de cristal.
Una explosión purpura.
Compras navideñas adelantadas.
Nuevo aliado.
Callejón sin salida.
La química destruye más que el cataclismo.
La presa y el cazador.
Malas coincidiencias.
Buque de guerra.
Los mejores amigos son seres incomprensibles.
Mi eterna compañera.
Mentiras perfectas.
Ya no hay vuelta atrás.
Ave Fénix.
Un caballero de triste sonrisa.
¡Aviso!
Un orgullo desmedido
Sorpresa de navidad
Área restringida y algo más
Amor, guerra y paz
Borrón y cuenta nueva
Un desfile de verdades y pirañas
Un equipo de desadaptados
Sospechosos y más sospechosos
La familia Agreste
Emilie y Amelie: dos mitades rotas

Peugeot 208 GTI

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By Clarisee02


―Qué agradable es volver a reunirnos todos como grupo... ―comenzó a decir Lila y tan solo con escuchar su voz comencé a tener una crisis de migraña. Ignoré el resto de su empalagoso discurso mientras me dirigía al profesor para decirle que no me sentía bien para practicar deporte hoy, y como estaba tan concentrado en lo que estaba diciendo Lila, me permitió quedarme sentada sin siquiera preguntarme el por qué no podía hacer ejercicio. Para mí fue mucho mejor así y me sentí aún mejor cuando vi la cara de decepción de Lila al ver que no iba a participar en el juego. No iba a permitir que me humillara enfrente de todos con alguna estúpida historia inventada; porque si de algo tenía certeza, era de la verdadera intensión que tenía ella.

Comenzó el juego y todos empezaron a lanzarse balones como si su vida dependiera de ello, y por lo que veía, la vida de Kim si dependía de ello, jamás se le veía tan concentrado como cuando estaba en un partido o competencia. Pero en esta ocasión no era solo él sino todos los que estaban completamente absortos en el juego. Aproveché eso y me dirigí al salón a recoger mis cosas para ir directo a la biblioteca. Tenía alrededor de dos horas antes de que se acabara la clase, y tenía pensado adelantar los deberes atrasados en ese tiempo. Con suerte y unas cuantas horas menos de sueño, esta misma semana podría quedarme al día. Pero el hecho de revisar mis apuntes de la investigación del libro y los diccionarios de símbolos y runas era una verdadera tentación; ni hablar del mapa que me había entregado Marianne. Entre resistir la tentación de continuar descifrando el libro y comprender los ejercicios de matemáticas y las actividades de historia (de las cuales no tenía idea alguna porque no había prestado atención en clase) hice lo que menos debía hacer: me quedé dormida. Me despertó la campana que anunciaba la hora del almuerzo. 

"Soy un completo desastre que lo uno que puede hacer bien es dormir" pensé. Resignada, recogí nuevamente mis cosas y me dirigí hacía la cafetería por algo de comer.   

―Bienaventurados sean los dioses del olimpo que nos otorgan el privilegio de verte hoy, Marinette ―dijo Nino con los brazos extendidos hacía el cielo. Yo negué con la cabeza sin poder disimular lo divertido que encontraba su comentario. Él venía con Alya y Adrien. Al segundo también le parecía gracioso el comentario de Nino y se estaba riendo; mi amiga, ella intentaba no mostrar hostilidad, pero se notaba a kilómetros que se había percatado de mi ausencia en la clase de gimnasia y que aún no olvidaba nuestro último encuentro. Intenté hacer de la vista gorda e ignorar la actitud de Alya, con suerte así no comenzaríamos una nueva discusión.

―¿Cómo han estado, chicos? ―les pregunté mientras tomaba una bandeja para el almuerzo y continuaba haciendo la fila.

―Más que bien ¡Ganamos! Nuestro equipo le dio una paliza legendaria al otro equipo ―respondió Nino.

―Amigo, eso no es cierto. Nosotros les ganamos por veinte puntos de más ―agregó Adrien divertido. Yo miré a Nino con una ceja levantada.

―Viejo, no sé de qué estás hablando, si arrasamos con todos ustedes ―se defendió Nino―. Incluso yo anoté el punto ganador cuando lancé la pelota y le di a Alix en la cabeza.

―Alix fue la que anotó el punto con el pelotazo que te dio, Nino ―aclaró Adrien, y por supuesto, Nino lo negó todo.

―Pero tú debes saber quién ganó, Marinette ¿O acaso no estabas allí? ―preguntó Alya con doble intensión. "Aquí vamos de nuevo" pensé. Sin embargo, mantuve la calma y le respondí tranquilamente.

―Estaba en la biblioteca adelantando unos trabajos atrasados ―le dije y ella me miró con suspicacia. Los chicos no notaron nada porque estaban muy enfrascados en su discusión sobre quién había ganado el juego.

―Bueno, al final tú sabes que yo digo la verdad y que ganamos ―me dijo Nino.

―Por supuesto que sí, Nino, eres el mejor ―le dije conteniendo la risa. Él me miro con aprobación y me mostró su pulgar en alto para después pasar delante de mí y pedir su almuerzo. Adrien gesticuló sin emitir ningún sonido algo así como "Nosotros ganamos" y de la misma forma le respondí que lo sabía. Nino tiene la ligera costumbre de exagerar sus "victorias". 

Cada uno de nosotros ordenó su almuerzo y nos sentamos a comer. Alya parecía un poco más relajada, aparentemente había dejado de lado su obsesión por saber el porqué de mis faltas y estaba hablando acerca de su blog y el poco tiempo había tenido para él por los trabajos; o eso creía porque noté que evitaba dirigirse directamente hacía mí durante la conversación. Si bien no era justo de mi parte decirle una mentira tras otra, tampoco lo era la actitud que ella estaba tomando conmigo. Me hacía sentir un poco mal el hecho de que ella no confiara en mí, es decir, soy consciente de que el último mes mi comportamiento no ha sido el más normal, y que mis amigos tienen todo el derecho a hacerse preguntas por eso, pero Alya seguía mis movimientos y me interrogaba como si yo estuviera planeando algo malo o fuera algún tipo de criminal. Tenía el presentimiento de que ella también me estaba ocultando algo, su actitud había cambiado de un momento a otro. Ella nunca cuestionaba tanto mis faltas a las clases, por lo menos no así. Había algo más, de eso estoy segura, porque no entendía la desconfianza que Alya había desarrollado hacía mí de un día para otro; pero no tenía tiempo para un misterio más en mi lista de cosas por resolver.

Me perdí gran parte de la conversación que estaban teniendo mis amigos, así que no entendí muy bien porque Adrien y Nino discutían. Lo más probable es que fuera por algo relacionado al partido anterior. Terminamos de comer y salimos al patio. Nuestra siguiente clase era artes, la de Alya y Adrien era literatura. Nino me suplicó que le hiciera un boceto de un dibujo: teníamos que dibujar un animal que nos habían asignado, a mí me había tocado un tigre, a Nino un caballo.

―Marinette, por favor, intenté todo el fin de semana hacerlo por mi cuenta, pero quedaban horribles. Mira... ―dijo Nino mientras sacaba su dibujo. Definitivamente, no parecía un caballo―. Es un mamarracho sin forma ¡Ni siquiera parece un pony!

―Parece un perro que no ha comido en mucho tiempo y que tiene nariz de cerdo ―dijo Adrien analizando su dibujo.

–Y no olvides esa cola de...¿Serpiente? ―apuntó Alya. Después de las apreciaciones de mis amigos, Nino me miró aún más suplicante.

―Está bien, pásame tu libreta, pero tendrás problemas si el profesor Brosse te pide repetirlo en clase ―le dije sabiendo que no lo podría ayudar en caso de que eso sucediera.

―No importa, pero hazlo medio feo para que no sospeche nadie ―dijo y yo me reí. 

Mientras dibujaba mis amigos comenzaron a hablar de la nueva película que se estrenaría dentro de dos semanas, y especulaban de lo que podía pasar o no. Después de un rato yo perdí el hilo de lo que estaban diciendo porque recordé mi encuentro con Chat Noir hoy en la noche. Él no me había querido comentar cómo conseguiríamos averiguar el nombre de los lugares que visitó Hawk Moth, y me moría de la curiosidad por saberlo. Se terminó la hora del almuerzo, me despedí de Alya y Adrien y continuamos el camino hacia nuestro salón. La clase se pasó volando y cuando menos me di cuenta, ya habíamos terminado la jornada de clases. Ellos porque yo no, yo tenía que quedarme al odioso refuerzo todas las tardes hasta que nivelara todas mis notas de nuevo. Resignada me dirigí al salón que me habían asignado. Dentro estaban unos cuentos chicos que había visto en la escuela pero con los que jamás había cruzado palabra.

―¿Marinette? ―preguntó alguien y yo me giré antes de sentarme. Era Kim―. No esperaba verte por aquí, lo veo y no lo creo.

―Pues créelo, Kim, porque para mí desgracia no es una broma ―le dije con cansancio. Él soltó una carcajada y me señaló con la cabeza el puesto vacío que estaba a su lado. Tomé mis cosas y me senté con él.

―¿Por qué estás aquí? ¿Malas notas? ¿Irrespeto a los profesores? ¿Acumulación de reportes? ¿Demasiadas inasistencias? ¿Bromas pesadas a tus compañeros y directivos? ―preguntó Kim enumerando las razones por las que se podía estar aquí, de las cuales yo solo conocía por "malas notas".

―Supongo... que por todas las anteriores, a excepción de las bromas pesadas y la falta de respeto a los profesores ―le dije y él asintió pensativo.

―Es un buen comienzo, pero debo decirte que te gané, yo si estoy aquí por todo lo anterior –dijo él con ¿Orgullo? Solo Kim podía hacer de esto una competencia―. Pero no te preocupes, con el tiempo podrás hacer lo demás.

―¿Por qué querría hacer alguna de esas cosas, Kim? ―le pregunté confundida.

―La verdadera pregunta es: ¿Por qué no querrías hacerlas? ―respondió y yo negué con la cabeza. Este muchacho era el colmo-. Además estar aquí no es tan malo, mira... Ese chico de allá ―me dijo señalando a un muchacho que estaba sentado en la primera fila. Tenía el cabello crespo y oscuro, era alto, delgado y un poco moreno―. Se llama Dimitri, pero odia su nombre, así que jamás lo llames así, solo dile Ditry. Va un año atrás de nosotros, pero en un as de las cartas, puede hacer cualquier truco de magia que quieras. La chica pelirroja que está a su lado es Aline, va un año delante de nosotros y tiene una voz increíble, pero es terriblemente mala para los números, así que está aquí por matemáticas, química, física, etc. El de la otra esquina es Loriàn, y ese tipo sí que está loco, es muy temperamental, pelea todo el tiempo, pero es muy amable si realmente no se le provoca ―explicó Kim y yo lo reconocí de aquella vez que me mandaron a la dirección y había dos chicos peleando―. Oh, pero Patrick es mi persona favorita aquí, no tengo idea de cómo lo hace pero logra ingresar a la cafetería de la escuela y siempre tiene comida, por él ninguno aquí muere de hambre. Olivia, la chica de trenzas, es un manojo de nervios todo el tiempo y biología es su martirio. Hila y Herve, estas gemelas no son las mejores amigas de la puntualidad, así que tú podrías ser su trilliza perdida ―agregó Kim y yo le di un codazo―. Y finalmente, el que está parado en la entrada es Pierre, un bromista sinvergüenza.

―Kim, ¿Cuánto tiempo llevas asistiendo? ―le pregunté asombrada.

―Desde que inició el año ―dijo él con mucha frescura―. Lo que te intento decir es que estar aquí no es tan malo. El director te pintó a ti y a tus padres como si todos estos chicos fueran delincuentes o vagos o "Chicos que el día de mañana no le aportarán nada a nuestra sociedad" ―dijo Kim imitando al director―. Y no, es decir no estamos en un correccional, y no es un delito de muerte no comprender física.

―Quisiera que mis padres lo comprendieran, pero cuando intenté decirles eso, lo tomaron como si fuese una excusa ―le dije. Y Kim puso cara "típico"

―Aquí nos ayudamos entre todos, así que cuando menos te des cuenta, ya no estarás en las tardes. Eso sí, lo único que es insoportable, es la profesora que nos cuida...

―¡No quiero escuchar una sola palabra a partir de este momento! ―dijo firmemente la profesora Mendeleiev. Ella nos entregó unas guías y salió del salón.

―La señorita Mendeleiev va y viene, así que tenemos veinticinco minutos entre cada entrada y salida de ella. Solo está dos veces en la semana, de resto, son maestros aleatorios los que nos supervisan ―me explicó Kim―. Lo único importante es terminar las guías y entregarlas antes de las cuatro, y a excepción de la señorita Mendeleiev, los otros profesores nos dejan salir y hacer las actividades en el patio o la biblioteca.

Y Kim tenía toda la razón, no fue tan malo, de hecho pasé un rato verdaderamente agradable y pude terminar las actividades sin problema. Algunos puntos no los entendí, pero Hila fue muy amable me explicó la historia de Francia de una forma mucho más sencilla y comprendí todo. Pasar el resto de las tardes aquí solo sería un castigo si yo lo veía así porque podía ser un tiempo extra con nuevos amigos.

Cuando llegué a mi casa, les mostré a mis padres la cantidad de deberes que tenía por hacer, así que no tuvieron más opción que pasar por alto mi castigo en la panadería, y dejarme subir directo a mi habitación para continuar con mis estudios. Adelanté lo que más pude, esta vez sin dormirme, pues tenía a Tikki, y a diferencia de la biblioteca, en mi habitación podía salir sin problema y halarme de las orejas si no realizaba mis deberes. Con Tikki montándome guardia no había chance de procrastinar. A las ocho baje a cenar y esperé a que mis padres me vieran subir a mi habitación nuevamente; como sospechaba, veinte minutos después subieron a supervisar que si estaba estudiando y al ver que lo estaba haciendo, me desearon buenas noches y fueron a la panadería para atender los últimos clientes y después cerrar. Cuando escuché que habían salido del apartamento, me transformé y revisé el mensaje que me había dejado Chat con la dirección en donde nos encontraríamos. Rápida pero sigilosamente, salí a encontrarme con mi compañero.

―Espero no haberte hecho esperar mucho, Chat ―le dije sin aliento al ver que él ya estaba allí.

―Para nada, Ladybug, yo también acabo de llegar ―me respondió.

―Y bien, ¿Cuál es tu plan? ―pregunté y él señaló la calle de al frente.

―Es una empresa de seguridad. Según el contacto que tengo, esta empresa trabaja en conjunto con la policía y en general la guardia parisina. Tienen varios puntos en la ciudad, pero solo aquí almacenan los videos de seguridad de toda la ciudad. Somos los héroes de Paris, así que no creo que nos nieguen la entrada ―dijo Chat y yo le sonreí impresionada, en este lugar, encontraríamos sin problema la grabación de Hawk Moth―. Podemos decir que se perdió un perro y que necesitamos revisar las grabaciones para ver dónde está.

―Si trabajan para la guardia parisina, no creo que un perro perdido sean relevante para ellos ―dije y Chat coincidió conmigo―. Creo que debemos pensar en algo más elaborado.

―¡Y tenemos que hacerlo ya! Están cerrando el lugar ―agregó Chat con urgencia.

―Entonces tendremos que improvisar ―le dije yo y juntos nos lanzamos hacia la entrada.

―Buenas noches, señor oficial ―saludó cortésmente Chat. El oficial se mostró bastante sorprendido al vernos.

―Buenas noches, Chat Noir, Ladybug, ¿En qué puedo ayudarlos? ―nos preguntó mientras estrechaba nuestras manos.

―Vera oficial.... Oficial Lisandry, esperábamos que nos permitiera acceder a los videos de seguridad, estamos en busca de algo que ha estado causando estragos pero que no hemos logrado atrapar ―dije y el oficial frunció el ceño.

―Ninguno de mis superiores me ha notificado algún problema o disturbio... ―dijo el oficial extrañado―. Pero permítanme realizo un par de llamadas. Si es algún joven bromista, avisaremos a la policía de la zona y ustedes no tendrán que preocuparse por eso. Solo díganme en qué lugar está sucediendo y...

―No creo que eso sea necesario, oficial Lisandry, no queremos molestar ―comencé a decir yo después de intercambiar una mirada de advertencia con Chat.

―Pero si no es una molestia, señorita Ladybug, es mi trabajo ―dijo amablemente el oficial.

―Lo sabemos, señor oficial, y se lo agradecemos mucho, permítame y le explico lo que sucedió ―respondió Chat―. Lo que sucede es que durante nuestra patrulla nocturna de hoy, una señora nos detuvo y nos comentó que su perro estaba perdido y... y....

―Y al parecer ha estado haciendo estragos en el vecindario donde vive. Ella no está segura de que sea su perro o no porque, como dijo Chat, está perdido, así que puede que sea él, como puede que no. El problema es que los vecinos comenzaron a quejarse y acusan a su perro de eso ―dije continuando con la historia de Chat.

―Estamos manejando un bajo perfil con esto porque la señora no quiere perder su perro o tener que mudarse en caso de que se descubra que es culpable. Por eso tenemos que buscar en los videos al perro, no solo para encontrarlo, sino para demostrar su inocencia y que la señora pueda estar tranquila ―continuó diciendo Chat.

―Y al mismo tiempo ayudar a los vecinos para que sus jardines dejen aparecer con basura y hoyos. Es una situación un tanto trivial para la policía, así que por eso decidimos hacerla nosotros ―dije yo intentando restarle importancia.

―Pero entendemos, por supuesto, que usted no pueda permitirnos ver los videos de seguridad. Sabemos que hay restricciones y normas muy estrictas y lo último que queremos es causarle problemas, oficial Lisandry ―agregó Chat para dar por terminada nuestra historia. El oficial había escuchado atentamente nuestro relato y ahora guardaba silencio, pensativo.

―Bien, entiendo lo que sucede y me parece muy noble de su parte que ayuden a aquella mujer. Es verdad que solo el personal autorizado puede acceder a las grabaciones, pero tratándose de ustedes no creo que haya problema, son los héroes de Paris, y creo que mi jefe se enojaría si se entera que no los ayudé, así que síganme ―dijo el oficial y nos permitió entrar. Chat y yo soltamos el aire que habíamos estado conteniendo, y aliviados, seguimos al oficial hasta el ascensor, en donde marcó el piso seis. 

Era una oficina enorme, con el sistema de archivo más grande que había visto jamás. Nos dirigimos a uno de los tantos ordenadores con mil pantallas que había y el oficial ingresó una clave en ellos―. Bueno, aquí ingresan el número de referencia de las cámaras de la zona, inician por el mismo código las que son de la misma localidad. En esta carpeta, están los códigos de la zona de la ciudad. En esta parte colocan la fecha exacta del día que quieran mirar y automáticamente les aparecerá el video, ustedes lo adelantan o retroceden a su gusto dependiendo de la hora en la que necesiten firmar.

―Muchísimas gracias, oficial Lisandry ―le dije sintiéndome infinitamente agradecida.

―No es nada, me alegro de poderles ser de ayuda. Yo iba de salida, pero mientras ustedes buscan eso iré a terminar unos reportes ―dijo el oficial y se retiró de la oficina. Con Chat nos empezamos a reír, no podíamos creer que había funcionado.

―Por un momento pensé que no lo lograríamos ―dijo él cubriéndose la boca para no hacer ruido al reírse. Después de eso, no perdimos ni un más segundo y comenzamos a buscar.

―¿Las últimas akumatizaciones dónde fueron? ―le pregunté.

―Cerca del Arco del Triunfo ―respondió Chat y abrió el mapa en su bastón―. Eso quiere decir que debieron ir en dirección a.... la catedral de Notre Dame.

―Bien, el código de esa zona es 5902 ―dije y coloqué la información en el ordenador. Me aparecieron alrededor de unas 25 cámaras diferentes―. Son demasiadas, Chat.

―Miremos las de la catedral y sus alrededores ―propuso él y le hice caso. Adelanté el video a las diez de la mañana: hora en la que había sucedido la akumatización―. Allá, en la esquina, pasó algo rápido.

―Esta cámara no tiene cobertura en ese ángulo ―dije y pasé rápido a la cámara que daba hacia la parte trasera de la catedral. Efectivamente algo pasaba a toda velocidad y entraba por la torre donde estaban las campanas. Congelé la imagen justo cuando estaba entrando y le hice zoom. Se veía borroso y casi que irreconocible, pero nosotros la había visto antes y sabíamos cómo era, y sin duda era Mayura. Antes de que saliera, comenzaron a llegaron montón de autos negros, todos idénticos y sin placa y se estacionan detrás de la catedral. Tres minutos después sale Mayura, se sube a uno de ellos y todos los autos arrancan de manera desordenada, le dan dos vueltas a la manzana y cada uno toma una dirección diferente. Chat y yo nos miramos sorprendidos y aterrorizados.

La siguiente akumatización había sido cerca a la escuela, en la dirección contraria quedaba la Torre Eiffel, pero no podía ser ese lugar. Al mediodía, hora en la estábamos luchando con el villano, la zona de la torre estaba repleta de personas, turistas, gente que salía a tomar su almuerzo y el tráfico era una locura.

―Chat, hay demasiadas personas, por más rápida y ágil que sea Mayura, es imposible que haya pasado desapercibida ―le dije y él coincidió conmigo.

―¿Y si buscamos uno de esos autos sin placa? ―propuso Chat, aunque el mismo descartó su idea diciendo que ocuparíamos demasiado tiempo en eso y que las probabilidades eran nulas.

―Un semáforo, Chat, podrías en esa toma filtrar los autos que pasaron ―dije y él de inmediato buscó en su bastón.

―Hay uno justo en la esquina ―dijo Chat y con la ubicación busqué una de las cámaras. Cada rato volteaba a ver detrás de nosotros, por si el oficial regresaba.

―Aquí hay uno ―dije. Era una cámara ubicada desde lo alto de un edificio. Despues de ver ocho minutos de video, en donde solo pasaban y pasaban carros, estábamos a punto de rendirnos hasta que vi algo y lo pause sin pensarlo.

―¿Qué pasó? ¿Qué viste? ―preguntó Chat confundido.

―Mira esto ―le dije mientras retrocedía el video dos minutos. Lo pausé cuando se detuvo en el semáforo un muy bonito auto―. Observa las placas del auto: 5312-MJ-06 y ahora observa las de este auto ―agregué y volví a adelantar la cinta a donde la había detenido antes―. Este auto tiene las mismas placas, eso es imposible, a menos...

―A menos que las hayan duplicado ―terminó Chat la frase por mí y me miró estupefactado―. ¡¿Cómo carajos te diste cuenta de eso?! Pasaron miles de autos durante todo el tiempo que vimos la grabación.

―El auto que te mostré antes es un Peugeot 208 GTI y es bellísimo, mi mamá está completamente obsesionada con él ―le expliqué a Chat, pero él seguía anonado―. Además, este segundo auto es del mismo modelo que los de color negro que vimos antes, solo que en gris metálico. Mala suerte para Hawk Moth, que justo unos minutos antes, pasara el auto con las placas que duplicó.

―Tampoco contaba con que fueras una experta en carros ―agregó él asombrado.

―No contaba con que mi mamá fuera una experta en carros ―lo corregí―. Casualmente reconocí ese porque es el modelo favorito de ella... Chat, el auto ingresa al estacionamiento de ¿Una tienda de rebajas y descuentos? No tiene sentido ―dije. Tres minutos después salían del lugar. Nadie más ingresaba ni salía. Tanto Chat como yo estábamos confundidos. Esas habían sido todas las akumatizaciones "fáciles". Miré la hora y eran casi las nueve.

―Deberíamos irnos ya, no es justo hacer esperar más al oficial ―dijo él y le dije que sí. Le agredimos nuevamente al oficial, quien estaba en el primer piso terminando sus informes. Nos disculpamos también por las molestias y por el tiempo que le habíamos hecho quedar de más en el trabajo.

―Nada de esto tiene sentido ―volví a repetir después de que saliéramos del lugar.

―No, pero el lado bueno es que Howk Moth no tiene ni idea de que ya sabemos, mucho menos que tenemos una pista solida ―dijo Chat.

―Como civiles deberíamos visitar esos lugares y verificar si hay cámaras o algo que nos pueda ayudar a identificar lo que obtuvieron o hicieron en cada uno de esos lugares ―le dije y él asintió.

―Pero, ¿No estás castigada? Me refiero a que si no te queda muy difícil salir con eso de que tus padres no te pierden la pista ―dijo Chat y yo suspiré, él tenía razón.

―No va a ser fácil, pero creo que puedo ir a la Catedral ―le dije.

―Entonces yo iré a la tienda de rebajas y al museo. Si no nos vemos antes, ¿Hasta el jueves durante la patrulla? Así damos dos días para que cada uno visite los lugares ―dijo él y yo acepté su propuesta.

La catedral quedaba cerca a mi casa, y por lo tanto, de la escuela, así que tendría que ingeniármelas para ir durante el refuerzo por las tardes, era el único momento en el que no tenía a mis padres encima y me podía fugar. Esto cada vez se colocaba más raro, enredado y sin sentido. Era un misterio tras otro... Ya he dicho cuanto odio los misterios, ¿No?

Los odio con toda mi alma.

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