"Llorar por algo que te dolió no te hace débil". Me repetía a mi misma una y otra vez, pero aún así no lograba convencerme. Se supone que ya pasó tiempo, se supone que ya debí haberlo asimilado, ya debí superarlo, debí haber pasado página, pero aún no podía evitar derramar lágrimas al recordar todo. Jason siendo un idiota haciéndome daño y haciendo que me sienta como una basura, Ángela destruyendome la vida cada día más y más, el gran error de mi padre, mi familia decayendo. Todo eso en unos escasos meses, recibía golpe tras golpe y se me salió de las manos. Aunque diga que todo esta bien y que soy una nueva persona, en el fondo sigo siendo igual de débil. "Llorar por algo que te dolió no te hace debil". Me seguía repitiendo, "Debes sacar todo lo acumulado para comenzar a sanar". Eso le había dicho a el princeso. Me incorporé limpiando las pocas lágrimas que tenía en las mejillas y me mire al espejo. Pronto pasaré de página y todo estará bien.
Salí del baño y comencé a caminar hacia el exterior, quería tomar aire fresco, pero antes de poder salir una mano me jalo hacia dentro del cuarto del conserje donde tenía todas las cosas de limpieza. Me taparon la boca para evitar que gritara. Prendieron la luz y pude ver el rostro que aquella persona. Richard Camacho. Quito su mano lentamente.
-¿Qué te pasa?- le pregunté molesta.
-Tengo que hablar contigo.
-¿Hacia falta hacer una pequeña escena de secuestro? Casi pensaba que el conserje estaba enamorado de mi y quería hacerme algo prohibido.
-Lo siento, no veía forma diferente de hacer que hablaras conmigo sin que me escupieras en la cara- tomó aire, como si le costará hablar- ¿Cómo está?.
-¿Cómo está qué?- le espete incrédula. Sabía a que se refería pero quería que el lo dijera para que le dijera que podría joderse cada vez que el respirara.
-Alicia, ¿Cómo está ella?.
-¿Acaso te importa, idiota?- le espete enojada.
-¡Claro que si! Ambos sabemos que amo a Alicia incluso más de lo que me amo a mi mismo.
-¡Pues que rara forma de demostrarselo! No sabía que cogerse a la novia de tu amigo era una muestra de apreció hacia tu pareja actual.
-Tn, fuí un cabron y un hijo de perra y todo lo que quieras decirme. Pero fuí engañado, me sentí tan herido y me llene de rabia y dolor. No sabía que hacer ni como reaccionar, el coraje era el que mandaba...
-¿Y eso fue excusa para tirarte a la primera mujer que se te ofrecía?. Richard, te quiero con todo mi corazón y eso nadie lo va a cambiar, pero déjame decirte que no pudiste ser más estúpido y desgraciado. Le hiciste daño a Alicia y no sólo a ella, ¿Acaso no pensaste que Chris saldría herido? ¡Todo te valió pito! ¡Te valió quien podría salir perjudicado! Incluso los chicos y yo salí perjudicada. Si eres listo y si de verdad quieres a Alicia, deja de buscarla, ella nunca mereció que le hicieras eso, sea lo que sea, lo hiciste y por respeto o porque simplemente no eres igual, no debiste de vengarte, supuestamente porque ella te puso los cuernos primero. Ella ya sufrió y está sufriendo, por amor propio hacia ella y por su propio bien no volvera contigo. Y si, se que yo no soy nadie para decidir en la vida de ustedes o de ella, sólo estoy repitiendo lo que ella dijo.
-No quiero perderla en realidad. Pero tienes razón, se que lo que hice no es perdonable, se que la cague y se que yo me lo busque. Sólo quiero que ella me perdone. ¿Podría decirle que no me odie y que me perdonde? Estoy en serio arrepentido... y también, que me perdones tú. Se que ella es como tú hermana y si se meten con ella, tú meteras las manos al fuego por ella.
-Yo siempre voy a defender a los que me importan, así como también te defendería defendería a ti.
-Se que si, te conozco y siempre te preocupa la gente que te importa. Así como lo hago yo... y no quiero que tú y yo estemos mal, eres como mi hermanita y te adoro, no podría soportar saber que me odias.
-No te odio, ni te quiero menos. Estoy molesta por lo que hiciste, si. También decepcionada un poco porque tú eres una maravillosa persona y no se que pasó contigo.
-Ni yo mismo se que pasó conmigo.
-Tengo que irme, no estoy molesta contigo...- abrí la puerta- deberías disculparte con Christopher, el también salió dañado, claro... Si no quieres estar mal con el.
Salí de ahí viendo que nadie me viera. Comencé a caminar hacia afuera de la Universidad. Prendí mi celular para ver la hora, pero mi mirada se enfocó en la fecha de hoy y no pude evitar cerrar mis ojos fuertemente tratando de reprimir el dolor que me oprimia fuertemente el pecho evitando que pudiera respirar. No era mi día y estaba claro que yo no podía estar bien, estaba más sensible que nunca. 1 año, 1 maldito año estaba haciendo hoy del peor día de mi vida, hasta la fecha me sigo sintiendo horrible y la peor persona. 1 año desde aquel día y 1 año desde la última vez que lo vi.
-¿Estas bien?- escuche, me gire y lo vi- no parece que lo estés, no me puedes mentir.
-Todo está bien y perfecto- le dije luchando contra el horrible dolor que me causaba el nudo en mi garganta para poder pronunciar una palabra- sólo que hoy no es mi día.
-¿Estas segura?- siguió insistiendo- no me convences.
-En serio- no podía contarle, no aquí, no veía otra opción más que contarle la vieja confiable para salir de esto- es sólo que... tengo la regla y...
-¡Entiendo!- dijo sonrojado. Al menos me hizo reír, el princeso volvió- ¿Tienes... em, cólicos?.
-Si y también todo me pone de llorona- le dije sacandome de este aprieto.
-Lo siento por ser muy insistente- se rasco la nuca nervioso- me preocupabas y de haber sabido no habría insistido tanto, seguramente si no me querías contar era por algo y...
-No digas nada, esta bien, no importa.
-¿En serio?.
-Si. Podría ayudarme si nos vamos con los chicos, no se donde puedan estar.
-¡Oh si claro!, vamos.
Amablemente me llevo con ellos. Era tan agradable estar con el, pero no duró mucho, en mitad del camino, Alex, se nos acerco, poniendo el ambiente tenso, pero no sabía porque.
-Hola, Tn y... ¿Christopher?- le dijo viéndolo.
-Hola Alejandro- le contesto Christopher sin una pizca de gracia.
-Alex- le corrigió.
-Como sea- contesto sin darle importancia.
-Presiento que no te agrada mi presencia aquí.
-¡Oh! Claro que no, Alex, no es eso- intervine con el único objetivo de parar una pelea.
-No te preocupes, Tn. No es como que me importe en realidad. El único fin por el que estoy aquí, es que tengo una propuesta para ti- dijo sin despegar la mirada de mi.
-¿A mi?- le pregunté esperando su propuesta.
-Si, ¿Quisieras salir hoy conmigo? Podemos ir a donde tú quieras.
-Bueno... en realidad...
-Yo mejor me voy de este romántico momento- dijo Christopher comenzando a alejarse son darme tiempo de respondes o si tan siquiera de respirar.
-¿Y qué dices?- volvió a insistir.
-Alex, hoy no es el momento indicado para salir, estaré ocupada, ¿Te parece mejor otro día?.
-Entiendo. Tú me avisas cuando puedas.
-¡Claro que te avisaré! Y lo siento nuevamente.
-No te preocupes, niñita. Tengo que revisar algunas cosas que tengo pendientes.
-Si, ve por tus asuntos y yo me iré a los mios- le dije nerviosa.
Me respondió con una sonrisa para después comenzar a caminar hacia el lado contrario de donde estaba yo. Claro que sólo fue un pretexto, no tenía nada pensado en este tarde y mucho menos estaría ocupada. Hoy no era el día adecuado para salir, aparte de que no me sentía muy bien, prefería no salir en esta fecha, lo único que quería era estar en mi cama encerrada en mi habitación mientras trato de pasar página de lo que tanto me cuesta superar. Alex se fue mucho antes de lo sucedido, al menos lo que paso en un día como hoy hace un año, el no sabe nada, pero igualmente se que si lo supiera, me entendería perfectamente y se hubiera evitado la propuesta de invitarme a salir.
(...)
El día transcurrió aburrido y deprimente, o tal vez lo único sólo lo sentia yo. Me puse mi casco, lo único que deseaba era llegar a mi casa y enterrarme en mi almohada, tratando de sentirme menos porquería. También, tratando de borrar aquellas veces que me negué a verlo, dejo de insistir desde hace ya varios meses, pero era porque no sabia la verdad, después de tocar fondo, me sentí lo peor que piso la tierra pero ya no había vuelta atras, el perdió la esperanza y yo nunca fuí (y aún no lo soy) lo suficientemente fuerte para afrontarlo y echarle cara. Mi madre aún no llegaba del trabajo, ahora trabajaba doble turno, por lo tanto solo salía a recoger a mi hermano menor y se lo llevaba con ella a su trabajo. Esperaba que este terrible día lo pasará con ella, que me dijera que no soy tan mala persona, que me diga que todo estar a bien y que me diga que el no está molesto o decepcionado, y que a pesar de todo, el me sigue amando de la misma forma que cuando lo vi por última vez. Me deje caer en mi cama, estaba completamente sola, la casa estaba más vacía que yo. Tape mi rostro con mi almohada recordando lo último que grito antes de verlo por última vez, y palabras que quedaron en mi corazón y mis recuerdos como un tatuaje en mi piel; ¡No importa lo que pase ni lo que pienses, te amaré siempre princesa!. Solté un grito que fue opacado por la almohada, ¿Por qué no le grité que a pesar de todo lo que pasaba, no cambiaba nada y yo también lo amaba y siempre lo amaré?. De tan sólo recordarlo duele como una apuñalada, un dolor que me oprime el pecho haciéndome jadear de dolor, siento que todo se me viene abajo. Quiero que esto no sea real, pero claro que lo es, y duele mucho, tanto que quema.
-Yo también te amo- dije mientras me tapaba el rostro con ambas manos mientras lloraba- y no sabes cuanto te extraño y cuanto lo lamento, lo lamento cada día de mi vida.
Estuve así un rato, un rato que lo sentí eterno, me preguntaba si mi madre también sentía ese vacío, me preguntó si ella sabe en que fecha estamos o tal vez está felizmente riendo con mi hermano mientras arregla papeles, tal vez yo era la única con el alma rota. No, no era la única, por mucho que me doliera pensarlo, el esta sufriendo hoy. Una llamada me hace volver a la realidad, lo tomó y veo el nombre, Alicia. Lo deje sonar hasta que la llamada desapareció hasta tenerlo como una notificación; llamada perdida de Alicia. Volvió a sonar, pero esta vez lo tome y contesté.
-¿Hey?- le conteste lo más normal posible, pero la voz me tembló y me salió en un hilo.
-Te noté rara en la escuela y ahora te escucho muy mal, ¿Pasó algo de lo que quieras contarme?.
-No- le dije.
-Puedes confiar y contar conmigo.
-Esta todo en orden, sólo estaba algo cansada.
-Eso no fue lo que le dijiste al princeso.
-Mier...
-Cuidadito con esas palabras...
-Dormiré un rato, llamaste en un mal momento, hablamos después.
Le colgué sin más, abracé mi almohada y seguí en mi mundo de tristeza, hasta que un mensaje entrante me dejo confundida.
~Alicia:
Traté de decirle que no lo hiciera, pero estaba muy preocupado por ti y es tan necio como tú, lo siento. Estaba aquí con nosotros.
¿De qué hablaba esta mujer?, no tarde mucho en saber a que se refería. Escuche como tocaron varias veces el timbre, sea quien sea no estaba del todo bien para recibirlo, me enterre más en mis almohadas hasta que un mensaje de otra persona hizo encender mi pantalla de bloqueo.
~Princeso👑:
Estoy afuera.
La puerta no tiene llave, pasa.
Fue lo único que dije para después bloquear de nuevo mi celular y arrojarlo a cualquier parte de mi cama. Después de un rato escuche como la puerta de mi habitación era abierta, me enderece para verlo. Me miro atento sin decir nada, hasta que caí en cuenta que estaba echa un desastre, seguramente tenía los ojos rojos, las mejillas llenas de lágrimas y la nariz completamente roja.
-No dude en venir en cuanto escuche que le dijiste a Alicia que estabas cansada y lo que me dijiste a mi sólo fue una mentira- me extendió una pequeña bolsa llena de mis dulces favoritos- me dijeron que con esto te ayudará.
Los tome agradecida, le sonreí pero no la pude contener mucho. No había persona diferente con la que me sintiera más cómoda. Estaba por confiar en el y contarle todo. Baje mi mirada y comencé hablar lo mas claro posible, hablar de ello en voz alta me rompía toda y sentía como si lo volviera a vivir.
-Hace un año, justamente el mismo día de hoy, yo estaba sentada, estaba rodeada de demás gente. Pero yo sentía como si sólo estuviera yo... mi padre y el juez. Escuchaba como le daban años de cárcel a mi padre por un crimen de robó, tenía la mirada clavada en el suelo y la mente en otro lado, la voz del juez solo hacia eco, las lágrimas me escurrian. Sentía tanta impotencia, tanto dolor y tanta decepción. Mi padre había comenzado a trabajar en esa empresa hace algunos pocos meses, salió demandado por robo de dinero de esa empresa de una cantidad grandísima. Yo solo podía preguntarme ¿Cómo pasó eso?, mi padre siempre fue un ejemplo a seguir, siempre fue limpio y respetable en cada trabajo que el hacia, ¿Cómo pudo terminar siendo un ladrón?, mi madre estaba tan desecha que cayó en una terrible depresión haciendola bajar muchos kilos, mi hermano menor apenas siendo un niño lloraba porque ya no estaría nuestro padre con nosotros y yo, estaba destruida, el era mi ejemplo a seguir, mi confidente, siempre hacia todo para que estuviéramos bien, pero eso fue tan duro, no sabía que clase de persona estaba en nuestra familia. Entre esas personas que están presentes en su juicio, estaba Ángela y su padre, o mejor dicho, el jefe de para entonces, de mi padre. El fue el que puso la demanda. Se llevaron tras las rejas a mi padre, el pedía que yo fuera a visitarlo, quería hablar conmigo, pero yo estaba tan decepcionada y dolida que nunca acepte, pasaron meses y el insistía cada vez menos, hasta que paso ese día, ese día donde me sentí la peor persona del mundo- volví a romper en llanto- todo fue mentira, mi padre siempre fue inocente y nunca robó nada. Todo el tiempo el trato de hablar conmigo para decirme la verdad pero yo sólo me negaba. El solo quería decir la verdad ¿Y yo que hice? Lo evite como pude, me negué a escucharlo, lo tenía en un concepto de una persona mentirosa, siempre decia que estaba muy decepcionada, estoy segura que mi madre se lo contó. El dejo de insistir pero yo ya sabia la verdad. Me sentí la peor persona del mundo, ya pasó un año y yo no me digno a pararme por allá. Seguro que ahora el que piensa que no soy la persona que digo ser, es el. Aún no tengo la suficiente fuerza para ir a verlo, ¿Qué le voy a decir?, después de un año por fin me digno a verlo, ya pasó tanto tiempo, no se si pueda lograr verlo. No soy lo suficientemente fuerte. También... estoy segura que Ángela tuvo algo que ver en todo esto. Ocupó eso para torturarme por meses, rocordandome lo que según mi padre había echo con la empresa de su padre.
Limpio mis lágrimas cuando acabe de hablar, tomo mi rostro entre sus manos y dejo un cálido beso en mi frente, para despues estrecharme en sus brazos. No dude y me aferre a el, habia olvidado lo bien que se siente un abrazo cuando más lo necesitas, pero... también había olvidado lo bien que se sentía estar en los brazos de una persona, corrección, de una persona en específico, este abrazo se me está haciendo imposible querer separarme de el, me sentía tan cómoda, tranquila y de alguna manera, segura. Ni con Jason sentí esta corriente de emociones y paz.
-No se muy bien que decir en estos momentos- hablo por fin- pero quiero que sepas que todo mejorará, todo tiene solución y tarde o temprano todo cambiará a tu favor. También que no importa lo que pase, estoy seguro que el te sigue amando y no está molesto ni decepcionado. No te agobies, cuando estés lista, irás, todo tiene su tiempo, primero tienes que superar todo esto.
Como si una niebla se hubiera aclarado en mi mente fue gracias a el, no sabía bien que me ocurría pero no había persona distinta con la que me sintiera más plena y feliz. No había nada mejor que una pequeña palabra para decirle, era corta pero era con total sinceridad y el lo sabía
-Gracias- le dije aún con mi cara escondida en su cuello.
-No es nada, Tutsi Pop.
-¿Tutsi Pop?- le pregunté por fin separandome de el y verlo con cierto confusión.
-Es tú nuevo apodo.
-¿Por qué?.
-Porque tienes una pequeña rara y sana obsesión por las paletas, sobre todo sana ¡Eh!.
-¡Oye!- le dí un pequeño golpe en el hombro- ¿Qué acaso nunca has probado una?.
-No.
-¿No?- le dije impaktada- debes probarla, se vuelve adictiva.
Saque dos paletas de la bolsa y le dí una. Obviamente terminó encantado por la paleta. Me reí en su cara.