Sede de la CCG
-Ginshi Shirazu... - murmuró Arima.
-Sí - asintió Haise. - No lo parece, pero siempre se preocupa por lo que pasa a su alrededor. Urie tiene mucho talento, pero creo que Shirazu sería mejor líder de escuadrón.
-Esa es una decisión curiosa, Haise - opinó el investigador. - Y muy propia de ti.
Arima se acercó corriendo al chico y comenzó a atacarle.
-Es una buena oportunidad para que Urie mejore su actitud - dijo mientras le esquivaba.
Haise dio una voltereta hacia atrás y empezó a atacar a Arima.
-Actúas como si fueras su padre - bromeó él. Intentó darle una patada pero el otro la esquivó. - Eres un tipo muy amable.
-Son unos chicos de lo más problemáticos - rió Haise.
De pronto, Arima le dio una patada en el estómago, haciendo que cayera al suelo. Haise se incorporó y Arima le apuntó con un bolígrafo.
-Vale, me rindo - sonrió el chico.
-No está mal, Haise - dijo Arima, dándose la vuelta y volviendo a su escritorio.
-Eh, esto, señor Arima - le llamó. Él se dio la vuelta para mirarle.
-¿Has vuelto a oír su voz? - Preguntó.
-Sí, me susurra cosas al oído. Creo que se trata de mi yo anterior - dijo Haise. - Y, hace unos tres días, volví a soñar con ella.
-¿La chica de las alas de fuego? - Sonrió Arima. Haise asintió. - ¿Crees que puede ser alguien de tu vida pasada?
-No lo sé... - murmuró Haise. - No sé qué pasó en casi 20 años de mi vida, así que no tengo nada, pero la verdad es que aún así soy bastante feliz. Si mi antiguo yo regresara, todo lo que he construido estos dos años desaparecería... es algo que me aterra.
-¿Y no te gustaría ver a la familia y a los amigos que tenías en aquella época? - Preguntó Arima. - ¿No te gustaría saber quién es ella?
-Yo ya tengo una familia - sonrió él. - Y respecto a la chica, creo que era alguien de mi pasado que necesitaba ayuda.
-¿Ayuda? - Preguntó Arima confundido.
-Si, no sé porqué, pero me da la sensación de que era alguien muy fuerte pero que, en el último momento que la ví, estaba asustada - confesó Haise. - Me dijo cosas importantes que yo no supe entender.
-Puede que las entiendas en otro momento - dijo Arima. - Por cierto, quiero que me prestes otro libro, así que me pasaré por Chateau.
-No hace falta que se moleste, si quiere puedo llevárselo yo - ofreció Haise.
-No pasa nada - sonrió. - Es más, quiero ver a mis "nietos".
Noche
-¿Crees que necesitarás ayuda para encontrar a Sierpe? - Preguntó aquella persona.
-No - contestó él.
-¿Seguro? Nunca fuiste demasiado bueno encontrando a las personas - bromeó.
Ayato se giró y abrió los ojos sorprendido.
-Misao... - murmuró él.
-Hola, Ayato - sonrió.
El chico la miró unos segundos más, todavía descolocado.
-¿N-No estás muerta? - Preguntó confundido.
-Como puedes ver, no - contestó subiendo los hombros. Sonrió y le miró algo nerviosa. No sabía qué estaba sintiendo en ese momento, si estaba enfadado, dolido, alegre de volver a verla o si le era indiferente.
-Entonces, ¿qué es lo que vi? - Preguntó él. - Kishou Arima te clavó su quinque, te mató.
-Ya, yo también pensé que me había matado - sonrió Misao. - Creo que debería explicarte un par de cosas.
-Sí, opino lo mismo - contestó el chico, cruzándose de brazos.
La chica suspiró y se acercó un poco a él.
-Hay un sitio llamado el Jardín del Sol Blanco - comenzó Misao. - Es un sitio controlado por el Clan Washu, los que dirigen la CCG. Allí nacen niños que tienen sangre ghoul. Algunos son ghouls, como Rize, y otros son humanos pero con sangre ghoul, como Kishou Arima. Los mejores inspectores de la CCG suelen venir de allí. Tienen habilidades y reflejos mejores que la mayoría de los seres humanos, además de que se les prepara para el combate y pueden comer comida normal, pero no poseen un kagune o kakujan. Lo malo es que mueren antes, como a los 30 años, pero eso les da igual. Cuando un arma se rompe la remplazan por otra. La mayoría de los niños que viven allí son hijos de una pareja ghoul-humano. No hay ghouls de un ojo, como Eto, eso es algo rarísimo de ver, de forma natural.
Cuando terminó de explicar, Misao le miró.
-¿Y qué tienes que ver tú en todo eso? - Preguntó el chico.
-Yo nací allí, soy una de los hijos de Tsuneyoshi Washu - contestó Misao.
-Entonces, tu nombre sería Misao Washu - dijo Ayato, ella asintió. - Has dicho uno de los hijos, ¿cuántos hermanos tienes?
-Muchos - murmuró ella.
-¿Kishou Arima es uno de ellos? ¿Es tu hermano? - Preguntó el chico.
-Y... Y Rize también es mi hermana - confesó ella en un suspiro. Ayato la miró sorprendido, pero por fin entendió por qué se parecían tanto. - Yo tenía un gran potencial y mi padre decidió utilizarme como un experimento. Antes era humana, pero jugó con mis células RC porque quería que fuera un poco mejor. No salió bien y me convertí en una ghoul.
Ayato asintió mirándola.
-¿Y qué pasa con los ghouls? - Preguntó él. - No creo que sean también palomas.
-No... Los ghouls se quedan en el Jardín del Sol Blanco. Si eres una mujer te utilizan para "preservar la sangre del Clan Washu" - contestó Misao. - Como puedes entender, no me iba a quedar allí para que mi padre o cualquier otro de sus hombres me violara hasta quedarme embarazada. Rize decidió huir. Meses después, cuando me paso lo del experimento, decidí huir yo también.
-Siento que te pasara eso - murmuró Ayato, acercándose a ella. Le puso las manos en la cintura y la miró. - No voy a permitir que ninguno de esos hombres o tu padre te haga daño.
Misao se sorprendió un poco porque se hubiera acercado a ella, pero no fue incómodo.
-Mi padre me buscaba, así que Kishou me ayudó. Él fue el que me sacó del Jardín, siempre tuvimos una relación de hermanos, no como con el resto. Eto y él hablaron y decidieron mandarme a Alemania para que estuviera a salvo de mi padre - dijo ella. - Él estuvo allí un par de años y tenía contactos.
-Entonces, ¿has estado bien? - Preguntó Ayato. Misao asintió y le puso una mano en la mejilla.
-Siento no haberte dicho nada en tres años, no podía - se disculpó Misao. - Espero que puedas perdonarme.
-Te perdono - contestó él.
-Gracias - murmuró la chica. - Después de lo que te he contado, ¿me sigues queriendo? Bueno, si es que antes me querías.
Ayato la besó. Misao correspondió y pasó la mano que tenía en su mejilla a su cuello.
-¿Por qué no te iba a seguir queriendo? - Preguntó él.
-Porque ahora que conoces mi pasado entendería que salieras corriendo - contestó Misao. - Y después de haber estado "muerta" durante tres años aún más.
-En todo este tiempo siempre me he arrepentido de no haber sido lo suficientemente fuerte como para hacer que te quedaras - respondió Ayato.
Misao sonrió y volvieron a besarse.