Opaca.
La imagen que Lyna recibía de su reflejo se veía opaca.
Como si desde el momento en que llegó a Gelia, su luz se hubiera ido extinguiendo gradualmente.
Observo su ropa.
Llevaba una falda rosa que llegaba hasta sus tobillos. Una pulcra camisa blanca con pequeños bolados y unos simples aretes en forma de perlas.
Pronto levanto la vista hacia su rostro.
Y alli estaba el problema.
Profundas ojeras negras se encontraban bajo sus ojos rosados.
Aquellos ojos que todos siempre habían alagado, ya no brillaban con alegría y felicidad, ahora en cambio, tenían una sombra triste tras ellos.
Su cabello rubio, tan largo como siempre se hallaba suelto, pero eso no evitaba que la venda alrededor de su cabeza sea menos evidente.
Aun dolía donde la habían golpeado.
El medico dijo que lo mejor seria mantener la herida vendada por unos días.
Pues había perdido mucha sangre, y aquella poca que aun le quedaba, estaba completamente contaminada por la droga que le aplicaron.
Pasarían unos días antes de que salga por completo de su sistema.
<<Aún me siento un poco mareada.>>
Pero no le importaba realmente. Todo era mejor que estar dormida, todo era mejor que estar soñando con falsedades, siendo incapaz de diferenciar el mundo real del falso.
Cuando despertó finalmente se sentía confundida, perdida.
Estaba en el palacio, en su cuarto y a su lado, el mago supremo de la torre.
Cuando este le conto la historia de su secuestró que duro días, y de su permanente estado de coma durante ese tiempo, fue algo impactante.
Había estado días desaparecida, y cuando fue encontrada, estuvo cuatro días mas dormida.
<<Fue una larga siesta.>>
Pero lo que realmente le hizo perder los estribos, fue cuando aquel hombre de cabellera azul le conto quien fue a su rescate.
Nei. Su preciada amiga, Nei.
Según Seren, la había buscado sin descanso desde el día en que desapareció.
Y si Lyna había dormido mucho, Nei no lo había hecho. No solo había arriesgado su vida, sino que también había ido en contra de los príncipes de Gelia.
Lyna tembló involuntariamente.
Nei había arriesgado su vida, puso en juego su cabeza y finalmente termino por perder su salud.
Por Lyna, todo por ella.
Al principio cuando se entero del estado actual de su amiga, no pudo evitar sentirse sumamente preocupada, pues esta estaba en un estado critico, la corrupción había consumido su cuerpo y de no ser por su desmayo, posiblemente hubiera acabado con su cordura.
Lyna aun recordaba la promesa que Nei le había hecho tiempo atrás, aquella donde juro que jamás usaría sus dones nuevamente.
No porque Lyna les tuviese miedo, sino porque le aterraba la idea de que sucediera aquello que justamente había pasado.
Temía ver a su amada amiga siendo devorada por la corrupción.
<<Pero fue una tontearía.>>
Ahora, ella podía entender que había sido sumamente egoísta. Y aunque sus razones fueron puras, realmente le había hecho esconder una parte de ella misma.
Le obligo a esconder un lado de su naturaleza, todo por una estúpida promesa, todo por su estúpido temor.
<<¿Y en que termino todo?>>
En una Nei incapaz de manejar sus dones, cediendo fácilmente a la corrupción por no poder controlarlos.
Y ahora, se encontraba entre la vida, la muerte y la locura.
Salvarla. Lyna quería salvarla.
Debía salvarla.
Apenas se entero del estado de su amiga, intento levantarse e ir a por ella, pero su débil cuerpo no le permitió salir de la cama.
Tuvo que esperar un día mas.
Sin ver a Nei, sin saber en que clases de pesadillas estaría sumida.
Lo peor, era que nadie sabía nada del estado de ella. Ni el mago de la torre, ni Madam Blaine.
<<Pero ya no importa.>>
Lyna se encontraba lo suficientemente fuerte como para ir al cuarto de Nei.
Aprovecho el momento en que no estaba siendo vigilada por la doncella para salir de su cuarto.
Ahora podría ver a su preciada amiga.
Asegurándose de no hacer mucho ruido, entro al cuarto de Nei.
Estaba nerviosa, ansiaba verla, pero temía el estado en el que se encontraría.
<<Da igual, ¡Yo puedo ayudarla!>>
Lo cierto es que Lyna había tenido mejores momentos, y su salud aún dejaba mucho que desear, pero daría todo lo que tenía para salvar a Nei.
Pero el problema, no se hizo visible hasta que se acercó a su cama.
El miedo congeló sus pasos.
Nei no estaba allí.
<<¿Que? ¿Donde está? ¡Dijieron que estaba durmiendo!>>
Lyna comenzó a recorrer la pequeña habitación. Sus tacones resonaban por el piso, haciendo eco en un cuarto vacío, completamente frío.
Al acabar, se sentó derrotada en el borde de la cama.
Trato de contener sus lágrimas, no podía evitarlo, había estado tan asustada estos días, y lo único que quería era ver a Nei.
Pero Nei no estaba.
Pronto su vista se fijó en un traje de Nei, aquellos tan raros que usaba y que a Lyna le fascinaban.
Lo observo solo para darse cuenta de algo.
Se movía.
<<¿Q-que?>>
Se levantó cautelosamente, y con todo el valor que tenía, lo tomo entre sus manos.
Apenas lo hizo, una pequeña y suave criatura sacó su cabeza.
Se aterro al principio y tiró lejos el traje, pronto la criatura sacó su cabeza visiblemente enojada, pero cuando vio sus pequeños ojos amarillos mirarla con fiereza, no pudo evitar recordar a Nei.
Lentamente se acercó para tocarla, al hacerlo, el pequeño intento morderla, pero rápidamente cambio de parecer cuando la olfateo.
Sin pensarlo dos veces salto a sus brazos.
Era suave y esponjoso.
Cuando este se acercó a la nariz de Lyna, esta pudo sentir el olor que desprendía.
Olía a lo que Lyna describía como naturaleza.
Dulce y fresco.
El mismo olor que desprendía Nei.
Quizás sea por su lado sobrenatural, aquel que estaba conectado a la naturaleza de alguna forma que solo los seres con poderes podían estarlo, pero aquella criatura estaba bañada con el aroma de Nei.
Aunque tal vez, sea por estar jugando en su ropa.
—¿De donde has salido, pequeño?—Pregunto mientras lo tomaba entre sus manos para observarlo mejor.
Cuando Lyna vio el lazo rosado atado en su cuello, simulando ser un collar, supo que aquel pequeño, estaba conectado con Nei.
Sus ojos se abrieron con sorpresa.
—¡Oh! ¿Fue Nei quien te dio esto?
La criaturita sacudió sus alas en respuesta.
Lyna lo acuno en sus brazos y lo acarició suavemente.
—¿Sabes donde está Nei?—Preguntó esperando que realmente pudiera contestarle.
Pero no lo hizo.
El pequeño animal solo se mostro cabizbajo, eso fue suficiente respuesta para Lyna.
<<¡Bien! Te cuidaré hasta que Nei despierte.>>
Rápidamente se deprimió nuevamente
Pues no sabia cuando lo haría.
Tampoco donde estaba siquiera.
No solo no había visto a Nei, sino que en cambio la habían escondido.
Se la habían arrebatado.
—Lady Lyna, ¿Esta aquí?
La voz de Madam Blaine la sacó de sus pensamientos, estaba entrando en el cuarto de Nei, al parecer, estaba buscándola.
Escondió al pequeño tras su espalda.
—Aqui estoy.—Dijo suavemente.
Blaine se acercó a ella.
—Oh querida, ¿Ya puedes moverte? Aún así no deberías...—Sus ojos marrones brillaron con preocupación.
—¿Donde esta Nei?
Madam Blaine esquivó su mirada.
—Oh si, la joven Nei, ella...—
—Por favor.—Lyna la obligó a mirarla. Esta no pudo evitar caer bajo los encantos de la joven joya de Endra.—Digame donde esta Nei, es mi doncella. Estoy preocupada.
Madam Blaine suspiro.
—Oh bueno, la joven Nei...—Hizo una pausa.—No se encuentra en esta ala del palacio.—Lyna abrió los ojos.
<<¡¿Que!?>>
Por la impresión casi deja caer al pequeño.
—¿Por que se han llevado a Nei? ¿A qué ala?
<<¿Acaso la han puesto en prisión? ¿La pusieron en otro palacio?>>
—... Nei se encuentra en el ala Real. Donde se hospeda la familia real. Los principes ordenaron mantenerla allí.—Abrio sus ojos.—¡No se preocupe! Por lo que se, tiene un cuarto muy comodo, es constantemente vigilada...
—¿Por que hicieron eso? Es mi doncella, no pueden alejarla de mi. Debe estar a mi lado.
La voz de Lyna salió más fría de lo que imaginaba.
Ella sabia que no era algo que diría normalmente, pero sentía que esta vez no podía quedarse callada.
Nei era su doncella. Y aunque Lyna no la consideraba como su propiedad, estaba decidida a hacer o decir lo que sea necesario para ayudar a su amiga.
Era hora de ponerse firme y dejar de actuar como una niña.
<<Por Nei. Yo también debo ser fuerte.>>
—Vera Lady Lyna...—Comenzo a balbucear.—¡Oh claro! Los principes dijieron que era por precaución. El ala real posee mucha más seguridad, en caso de que la joven Nei sufriera un ataque, sería más fácil contenerla.
<<¡Pero mi Nei no es agresiva!>>
No importaba por donde lo viera, aquello no tenía sentido.
<<Si ese fue el caso, ¿La familia real no correría peligro?>>
Al ver la duda en su mirada, Blaine habló.
—Por favor no se preocupe. No corre peligro.
—¿Puedo verla? ¿Puedo ver a mi doncella?
Blaine negó.
—Lo siento. Nadie puede verla. Pero esta segura.
<<¿Segura?>>
¿En un lugar custodiado y lejos de Lyna?
¿Pero al alcance de las garras de los príncipes?
Cuanto mas lo pensaba, todo aquello parecía ser una escusa.
—¿Cuando podre verla?
Blaine suspiro con pesadez.
—No se preocupe, le avisaré a los principes que despertó. Estoy segura que querrán hablar con usted.
Lyna asintió.
Y pensó que si esta era una pesadilla, despertaría en cuanto viera a Nei.
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Keeran y Orión se encontraban caminando lentamente hacia la que, últimamente, se había convertido en su habitación favorita del palacio.
Pero no iban solos, llevaban en sus manos algo sumamente especial.
Único, mejor dicho.
Los principes de Gelia, no se habían sentido tan tranquilos en mucho tiempo.
Pues por fin, el objeto de su obsesión había vuelto a ellos, y es más, hasta lograron capturarla.
Cuando la señal del collar, que el mago convenientemente le había colocado a Nei, brilló, entonces no tardaron más de un minuto en ponerse en marcha hacia el lugar indicado.
Ansiedad y furia era lo único que los principes sentían en aquel momento, pero cuando llegaron y vieron la mansión del conde Gert en llamas, el temor se apoderó de sus cuerpos.
Por primera vez, tuvieron miedo.
La señal del collar provenía de allí dentro, de un lugar consumido por el fuego.
Jamás habían experimentado un terror igual al que sintieron aquel día, de solo pensar que Nei estaba allí, posiblemente carbonizada y tirada en algún lugar de aquel infierno.
Cuando estaban a punto de perder por completo el control y dejar su forma humanoide, una silueta femenina sobresalió entre el negro y espeso humo.
Como si de un fénix se tratara, la joven de ojos violetas revivió de las cenizas de aquella mansión.
Fue entonces cuando ya no hubo lugar para las dudas.
La querían.
No como un simple capricho, no como un juguete exótico.
Querían todo de ella, monopolizar sus sentimientos, libertad y cuerpo.
Esa hembra era la única que los había mirado a los ojos y los habia desafiado, la única que se atrevió a ir contra sus ordenes y que estaba dispuesta a soportar el castigo que se le impusiera.
Ella escaparía y ellos le encontrarían.
Ninguno de los dos lados se rendiría jamas, y así podrían vivir una eternidad sin envenenarse mutuamente.
Un juego interesante, sin duda alguna.
Disfrutarían de su desesperación, de su dolor e ira.
Le quitarían todo, y finalmente, cuando no quede lugar donde huir, crearían una jaula de espinas a su alrededor, y la intoxicarian con su esencia hasta que perdiera por completo la razón y la esperanza.
Finalmente, seria suya por la eternidad.
Pues aquella, era la única forma de amar que los príncipes conocían; Sin amor, solo obsesión y deseo.
Cuando llegaron a la habitación donde yacía aquella joven de ojos violetas, no dudaron un segundo en entrar.
El lugar era sumamente espacioso, estaba finamente decorado con adornos de oro y mármol blanco.
En el centro de aquel cuarto, en una gran cama con sabanas rojo carmín, se encontraba durmiendo profundamente, una joven hibrida hundida en pesadillas.
Ambos se acercaron hasta quedar a cada lado de la joven.
Simplemente se veía perfecta.
Su largo cabello negro estaba esparcido por las sabanas, haciendo contraste con su pálida piel. Su pecho subía y bajaba tranquilamente.
Keeran y Orión jamás habían visto a Nei de esa forma.
Tranquila y relajada.
Tan... Humana.
Pues en aquel débil estado, no era la fría y agresiva hibrida que conocían y que les cautivó.
Era en cambio, una suave rosa que se había quedado sin espinas.
¿Cómo un ser podía tener dentro de si dos naturalezas tan contradictorias?
No lo sabían, pero les fascinaba.
Solo era otra razón mas que la volvía única.
Orión se agacho hasta su altura y comenzo a jugar con un mechón de su negro cabello.
—Aunque debo admitir que así es mas dócil, realmente no puedo esperar a que despierte.—Dijo algo ansioso.
Keeran no pudo estar mas de acuerdo con su hermano menor.
Pues la joven no se encontraba bien.
Los seres mágicos debían vivir muchas décadas antes de que la corrupción comenzara a invadirlos. La gran parte, moría antes de siquiera ver un pequeño atisbo de esa enfermedad en su cuerpo, pero con los híbridos no era así.
Pues estos, se corrompian con más rapidez gracias al maná desestabilizado, provocando que la gran mayoría, no llegase a la adultez.
Ambos la miraron.
La corrupción había comenzado a consumir su cuerpo, llevando a Nei a un mundo donde ellos jamás podrian alcanzarla.
Hundiéndola en un sueño eterno. Y la única que podía llegar a ella, era Lyna Equa.
Y la aborrecían por ello.
Sin importar que tan crueles sean, no querían verla en ese estado. Y el temor que inundaba sus fríos corazones, solo se volvía mas y mas grande.
Keeran se sentó en la cama y coloco suavemente su mano en la mejilla de la joven. Miles de descargas eléctricas corrieron por aquel toque.
<<Esta caliente.>>
En un acto mecánico, el cuerpo de Nei reacciono al frio tacto de Keeran, apegándose mas a el de forma involuntaria, como si aquella helada mano, pudiera de alguna forma ayudarle a bajar su fiebre.
Keeran no pudo evitar sentirse un poco orgulloso al ver el cuerpo de la joven buscando la frialdad de su ser.
Rápidamente pego aun más su mano en su mejilla.
—Oye, oye, ¿No crees que te estas aprovechando de la situación?—Pregunto Orión haciendo un puchero.
—Cállate.—Dijo de forma cortante.
—Eso es injusto.—Se quejo.
Lo cierto es que los príncipes sabían perfectamente los sentimientos del otro, y sobre todo que ambos iban dirigidos hacia la misma persona.
Pero también sabían que una guerra entre ellos era una perdida de tiempo, ambos eran poderosos, jamás habría un ganador de aquella batalla.
Por ello, Keeran y Orión, tenían un acuerdo no verbal. Ambos trabajarían juntos y tomarían a su presa juntos.
No porque realmente lo quisieran así, sino porque no existía otra forma.
—Dámelo.—Ordeno Keeran aun sin mirar a Orión.
Este asintió y tomo de la caja aquel objeto que aseguraría que la joven jamás volvería a escapar.
Con cuidado, levanto a la joven hasta que quedara pegada a su pecho, Orión aprovecho aquel momento para tomar el delicado artefacto y colocarlo alrededor de su cuello, y en cuanto lo cerro, se escuchó un perfecto "Click."
Que anunciaba que una decisión ya había sido tomada por ambos.
¿Cómo reaccionaria la joven?
Solo quedaba esperar.
Con sumo cuidado, Keeran volvió a depositarla en la cama, acomodando con sus largos dedos algunos mechones de su cabello.
Pronto, el sonido de carne siendo perforada lo hizo voltear hasta Orión.
Este, había aprovechado el momento para mordisquear la mano de Nei, aquella que tenia la herida que se había hecho protegiéndolo.
—¿Que crees que haces?
Este lamio la herida antes de responderle.
—¿Que crees? Marco lo que es mio.
<<Lo que es tuyo, eh...>>
Keeran miro con atención la pálida piel de la muchacha ponerse roja allí donde Orión la habia mordido.
Observo el cuerpo de la joven y se preguntó dónde podria dejar su marca.
Pues ya no podía negarlo, su instinto era tan feroz y animal como el de Orión.
Siguiendo los pasos de su hermano menor, tomo la mano opuesta de la joven y mordió con delicadeza su palma.
Hundiendo sus intencionalmente filosos colmillos de animal en su suave carne.
La joven no lo notó, como si lo que ocurría en su sueño, fuera más importante.
Ambos saborearon las pequeñas gotas de sangre que se habían escurrido de las palmas de la joven.
<<Dulce.>>
Los ojos dorados de los principes brillaron con deseo.
Más. Querían más.
Morder, besar, rasguñar, lamer.
Su instinto salvaje comenzaba a despertar dentro de ellos.
La gente pensaría que al ser tan fuertes, tendrían más control sobre sus instintos, pero esa era realmente una muy idea equivocada.
Pues era justamente su parte animal, la que los hacía tan poderosos.
Eran más bestia que persona.
Antes de que sus pensamientos se desviaran a un punto sin retorno, un golpe en la puerta llamó su atención.
—Altezas.—La voz de Madam Blaine resono tras la puerta.
Hubo una larga pausa.
—¿Que sucede?
—Lyna Equa despertó, y desea ver a Nei.
Ambos príncipes se miraron.
¿Como osaba aquella humana demandar ver a su hibrida?
Pronto su mirada se desvió nuevamente hacia Nei.
Independientemente del modo, necesitaba despertar.
Orión suspiro.
—Dile que nos encontraremos en la sala del trono en unos minutos.
—Entendido.—Los pasos de Blaine se alejaron gradualmente.
Ambos príncipes se levantaron y le echaron una última mirada a Nei.
Ya habría tiempo para devorarla más tarde.
El fin del juego, no estaba muy lejos.
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Lyna acomodo su ropa por ultima vez, guardo a su pequeño amigo dentro de el bolsillo de su falda, no sin antes acariciarlo.
—Pronto veremos a Nei.—Le susurro. En respuesta, este agito sus alas animadamente.
Lyna camino hacia la puerta, al abrirla, alli se encontraba el mago supremo de la torre.
Aunque actuaba despreocupadamente con ella, la ansiedad en sus ojos carmín no pasaba desapercibida.
Lyna supo por Blaine que nadie, ni siquiera Seren, había podido ver a Nei desde que la trajeron.
Solo los príncipes se encargaban de ella.
Y aunque trato de no pensar en eso, ella ya sospechaba la razón.
—Vamos.—Dijo Seren apurado.—Los príncipes te esperan en la sala del trono.
Lyna asintió y comenzaron a caminar.
Durante estos días, fue Madam Blaine y Seren quienes se encargaron de ella.
Una atendiendo sus necesidades y el otro curando los restos de droga en su sangre.
Nadie mas se había acercado a Lyna, pues por lo que dijo Seren, aun existía la posibilidad de un traidor entre los sirvientes del palacio.
Decidieron no arriesgarse. Incluso le negaron ver a Anne.
Realmente fueron dias muy solitarios para Lyna.
<<¡Pero todo estará bien si logro ver a Nei!>>
Rápidamente llegaron a la sala del trono, por no decir que fueron literalmente corriendo hacia ella.
—Recuerda.—Dijo Seren.—No importa que tan crueles sean, eres la única que puede llegar a Nei.—Por primera vez la miro, no había una pizca de diversión en su mirada.—Ellos lo saben, y por eso estarán furiosos.
<<Oh, vaya, eso me anima un poco.>>
Lyna trago saliva fuertemente.
—¿Y si no me dejan ir con ella?—Pregunto tratando de no mostrar el miedo que sentía.
Seren negó.
—Lo harán. Ellos quieren que se recupere, con las mismas fuerzas que desean esconderla.—Murmuro. Volvió su vista a la puerta.—Pero aun asi, te llamaron a ti apenas pudiste salir de la cama. Estan preocupados. Por muy extraño que suene.—Concluyo arrugando la nariz
—Pero... Pero si Nei despierta, entonces ella estara...—Lyna no termino la frase.
Seren sonrió por primera vez en mucho tiempo.
—Créeme, si Nei despierta, entonces ella se hará cargo de todo.—Hizo una pausa.—Pero primero necesita despertar.
Lyna asintió con fuerza.
Quizás ella no sabia porque habian decidido apartar a Nei, tampoco sabia que motivaba a los corazones de Keeran y Orión.
Pero si sabia algo.
Ayudaría a Nei sin lugar a dudas.
Nei era valiente, pero ya había luchado mucho por ambas, ahora ella tenia que hacer su parte y despertar a su amiga de su sueño, antes de que termine perdiéndose en el.
Sin mas, las puertas se abrieron.
Lentamente se fueron acercando hasta quedar parados en el medio de la sala, donde no solo los principes los esperaban, sino también Isel.
Este le sonrio cálidamente.
Ambos hicieron una reverencia.
—Oh, parece que al fin despertaste, joya de Endra.—La voz burlona de Orión hizo que diera un brinco.—¿Que tal estuvo tu estadía en la casa del conde Gert?
—Lamento haber causado tantos problemas.—Dijo suavemente.
—Vaya que sí has causado problemas.—Respondio con repulsión el primer principe.—Seren, cuéntanos sobre su estado.
Seren dio un paso adelante y tomó su habitual postura relajada.
Pero Lyna pudo ver el puño cerrado tras su espalda.
—No tiene un daño permanente, solo es una pequeña herida.—Comento.—Busque en su mente, pero no hay ninguna señal de quien es la mente maestra tras todo este escenario.
—Obviamente no fue el conde Gert.—Isel hablo por primera vez.—No solo porque era realmente muy tonto para planear algo así, sino tambien porque su cadaver chamuscado fue separado de los restos de la mansión.
Keeran bufo.
—¿Eso quiere decir que estamos nuevamente desde cero?
Isel negó.
—Lo cierto es que recibimos la ubicación de Lady Lyna gracias al collar de la joven Nei. Eso demuestra que logro descifrar su paradero. Cuando despierte debemos corroborar lo que sabe.
Lyna sintió un deje de orgullo.
<<Mi Nei siempre fue muy inteligente... Y últimamente también se volvió imprudente.>>
Se encargaría de regañarla por actuar se forma peligrosa.
Claro, después de abrazarla fuertemente.
—Oigan, ¿Que hay del viejo?—Preguntó Orion.
—No ha dicho nada.—Contesto Isel.
—¿Lo amenazaron?
—Si.
—¿Tortura?
—Esta mañana.
—¿Mutilación?
—Dudo que sea efectivo.
Orión resoplo.
Lyna miró a Seren y a Isel, no parecían muy aterrados por las palabras del segundo príncipe.
Ella en cambio, luchaba por no temblar.
—Las investigaciones deben continuar como hasta ahora, en secreto.
Todos asintieron.
Pronto, en aquel silencio, Lyna tomó el valor para hablar.
—Altezas.—Pronuncio suavemente.—Debo ver a Nei.
Ambos la miraron, como si hubieran estado esperando que sacara el tema.
—¿Por que?—Pregunto Keeran a pesar de saber la respuesta.
—Debo curarla.
—¿Como sabes que ya no se encuentra bien?—Esta vez fue Orión quien hablo.—Ha estado recibiendo los mejores cuidados, tal vez ya no te necesite.
Orión y Keeran sabían que tarde o temprano necesitarían a Lyna para salvar a Nei, pero el solo hecho de que ella se sintiera alguien fundamental en la vida de la joven de ojos violetas, lograba fastidiarlos.
Por ello, habían decidido jugar un poco con sus emociones.
Y aunque las frías mentiras de Orión buscaban crear dolor en su corazón, las palabras de Seren resonaban en su cabeza.
Lyna se armó se fuerza para hablar.
—Al contrario. Soy la única que puede ayudarla.—Lyna no supo de dónde sacó el valor para decir aquello, solo espero que no se acabase.—No es la primera vez que curare a Nei.—Hubo una pausa.—Ella me necesita.
Los orbes dorados de los principes brillaron con furia.
—¿Como demonios te atrev...—
—Oh, eso me recuerda.—Isel interrumpió.—El rey dijo que en cuanto Lady Lyna despertará y recobrará fuerza se encargará del estado de la joven Nei.—Sonrio inocentemente.—El esperaría hasta entonces para retormar el tratamiento.—Hizo una pausa.—Es una orden, claro.
Los principes miraron a Isel con cautela.
—¿Por que al rey le interesaría eso?—Pregunto Seren visiblemente confundido.
Isel se encogió de hombros.
—El rey y la joven Nei tiene asuntos que discutir.
—¿Que asuntos tendría una fugitiva con el monarca de Gelia?—Pregunto Keeran intentando aferrarse a su última carta.
La culpabilidad de Nei.
—¿Fugitiva?—Isel parecía sorprendido.
—Asi es.—Esta vez fue Orión quien hablo.—Desobedeció la orden de quedarse en el palacio, en el momento que escapó se volvió una fugitiva.—Hizo una pausa.—Sin contar que estoy seguro que la asi llamada "Salvaje" que golpeó a los nobles en la casa de apuestas, fue ella.
—Oh, Por los d-dioses...—Seren tapo su boca con la mano e hizo un gran esfuerzo para no reír.
Oh si, no cabia duda que había sido Nei.
—Oh, no.—Dijo Isel ignorando el último comentario.—El rey fue quien le dio permiso. El dejo que Nei se marchara. Por lo tanto, sería injusto castigarla por ello.
Lyna se sintió aliviada.
<<¿Entonces Nei no recibirá un castigo?>>
Su corazón pálpito con fuerza.
Keeran y Orión, quienes ya sospechaban sobre la intervención de su padre, no pudieron evitar sentirse molestos.
Tendrían que encontrar otra forma de retener a Nei en aquel lugar.
Aunque ese no era un problema muy grande para los principes.
No mientras tuviera aquel artefacto adornando su cuello.
—Bien.—Dijo Keeran sabiendo que no podía retrasar más la situación, aunque tampoco era como si asi lo quisiera—Al salir Madam Blaine te guiara hasta Nei.
Los ojos de Lyna brillaron.
—¡Se lo agradezco alteza!
—No lo hagas.—Dijo Keeran.—No es un pase libre al ala real, solo la verás para curarla. Aún debe permanecer en vigilancia.
Lyna iba a replicar, pero se contuvo.
<<Al menos podre ver a Nei.>>
—Entonces yo acompañaré a la señorita.—Dijo Seren mirando a Keeran.
Este río sarcásticamente.
—No es necesario, estoy seguro que tienes trabajo que hacer.
—Pero yo...—Fue interrumpido.
—Ni lo pienses.
El mago bufo.
—Si eso es todo, terminemos aquí.—Dijo Orión levantándose de su asiento.
Todos asintieron y se retiraron se la sala lentamente.
Antes de ir donde Madam Blaine la esperaba, alguien tomó a Lyna por el brazo.
—¿Señor Seren?—Pregunto mientras se giraba para verlo.
—Debes hacer algo por mi.—Dijo visiblemente ansioso.
<<¿A que se refiere?>>
—¿Disculpe?
El le entrego un pequeño artefacto. Era redondo y parecía hecho de un cristal azul.
—¿Que se supone...?
—Ponlo debajo de la cama de Nei. Romperá la barrera mágica que encierra el cuarto.
Lyna abrió los ojos con sorpresa.
—¿El cuarto de Nei tiene una barrera?
Seren suspiro.
—Si, eso me ha estado generando migraña los últimos días.—Dijo sin muchas explicaciones.
Aunque Lyna no sabía el porqué, simplemente asintió.
Seren la había estado ayudando todo esté tiempo y al parecer, su relación con Nei era muy buena.
<<Bueno, el dijo que le gustaba jugar con Nei, ¿Verdad?>>
Lyna, quien era muy inocente, claramente no dudó de las palabras del mago y mucho menos vio el significado oculto tras ellas.
—¡Mm! ¡No te preocupes! Yo me encargo.—Lyna sonrió brillantemente y comenzó nuevamente su camino hacia el lugar donde Nei estaba esperándola.
_________________________________________
Lyna se acercó lentamente al cuerpo inconsciente de Nei.
El camino hacia aquel lugar no había sido sencillo. Los guardias estaban en cada esquina y casi tuvo que rogarle a Madam Blaine para que la dejara unos segundos con Nei.
Lyna se arrodilló a su lado.
Luego de colocar el artefacto que Seren le entregó, observó a Nei.
Se veía tranquila. Sus facciones estaban relajadas y su respiración era muy suave.
Su cabello negro se hallaba esparcido por las sabanas de color carmín.
Rápidamente, el pequeño animal azul que había estado escondido, saltó de su bolsillo y se colocó sobre el cuerpo inerte de Nei.
—Kyun...
Acarició su cabeza y lamió sus mejillas, pero Nei no reaccionó.
Sin poder hacer nada, comenzó a acurrucarse a su lado, bajo algunos de los negros mechones del cabello de Nei.
Lyna observó la situación.
Parecía estar durmiendo.
Pero no era así.
Lyna sabía a la perfección aquel no era un sueño común. Era una pesadilla viviente, ella, quien estaba en contactó siempre con la corrupción, era capaz de sentir las emociones que está producía.
Cuando curaba al Rey de Gelia, podía sentir su añoro, el deseo y las ansias de recuperar a aquella persona que tanto amo.
En cambio, cuando curaba a Nei, lo único que podía sentir era una infinita y húmeda tristeza.
Y finalmente, una emoción que no lograba descifrar.
La corrupción los tomaba de la mano y se los llevaba a sus recuerdos más profundos y dolorosos, luego, los mantenía cautivos en una tranquila oscuridad, donde los reconfortaria e incitara a quedarse allí para siempre.
Lejos del dolor y del mundo real.
Quienes deciden quedarse, mueren lentamente y quienes luchan por despertar, son consumidos por la locura.
<<Pero eso no le sucederá a Nei.>>
Tomo su mano de forma delicada, y aunque trato, inútilmente, de contener las lágrimas, no pudo evitar que fluyeran libres por rostro.
Sin saber porque, comenzó a cantar torpemente aquella canción que tiempo atrás le había ayudado a seguir.
Esperando que donde sea que Nei se encontrara, pudiera brindarle el consuelo que un día le entregó a Lyna.
—Cuando mires al cielo, allí hallaras,
Reflejado en las nubes, veras a tu hogar.
Mas no sufras antes de tener que marchar,
Pues a tu lado hasta el fin yo me voy a quedar.
Al final quizás haya un mal final,
Pero por ti cambiare el destino una vez mas
Pues cuando mire al cielo,
Alli quiero hallar, reflejadas en las nubes,
Gemas violetas que me puedan guiar.
Porque se que cuando las vea, veré a mi hogar.
Y lentamente, comenzó a purificar el cuerpo de Nei.
Mientras la buscaba entre las sombras.
_________________________________________
Tranquilidad.
Me encontraba flotando en una calida y tranquila oscuridad.
Todo rastro de humo se había ido de mis pulmones, mi cabeza ya no dolía y mi cuerpo se sentía ligero.
<<¿Mi cuerpo?>>
No, este no era mi cuerpo.
¿O tal vez si?
Yo... No podía recordarlo.
¿Acaso era alguien antes de encontrarme flotando en aquella inmensa oscuridad?
¿Tenia sueños? ¿Un futuro?
Quizás... ¿Había algo que no deseaba perder?
<<No... Realmente... Realmente no me importa.>>
Con los ojos cerrados, deseaba permanecer en aquella inquebrantable paz.
Conforme mas tiempo pasaba, mi conciencia más se desvanecía, pronto, ya nada quedaría de ella.
Seria libre.
Lejos de los problemas, la oscuridad a mi alrededor se tragaba el dolor y la tristeza, los secretos y la locura.
Pues aún podía sentir los atisbos de aquellas emociones.
Aunque no tardarían en desaparecer.
<<Siempre... ¿Siempre he cargado con esta tristeza y soledad? Eso es... Muy triste.>>
Quizás había sido una persona desdichada.
Pero lo quisiera o no, aquello estaba apunto de terminar.
Solo debía dejar de pensar. Solo debía olvidar y permitir que la oscuridad me trague junto con todo rastro de lo que alguna vez fui.
Si le daba mi vida, podía quedarme allí, y olvidar.
Sanar y jamás volver a ser lastimada.
<<¿No sería eso algo maravilloso?>>
Este seria mi nuevo hogar.
.
..
...
<<Espera, ¿Nuevo hogar?>>
No. Yo ya tenia un hogar, un lugar al que regresar.
<<Un sueño que cumplir.>>
Pronto, un pequeño dolor se instalo en mi cuerpo.
Porque estaba comenzado a recordar.
El recuerdo de una joven tirada en la acera con un charco de sangre a su alrededor me golpeó con fuerza.
Luego, las imágenes no cesaron, y tampoco los sentimientos que venían con ellas.
Quizás para salvarme, o para destruirme.
Lo ultimo que apareció, fue una mansión prendida fuego, una princesa durmiente, y luego sangre negra.
Espesa y abrumadora sangre negra que broto de mi hasta que finalmente caí en la inconciencia.
<<Oh, si. Ya lo recuerdo todo.>>
Mi corazón se sintió ligero.
¿Qué había pasado conmigo?
Realmente no me interesaba.
Lyna estaba a salvo.
Por ahora, me bastaba con saber eso.
Pronto un agudo sonido se filtro por mis oídos, como un pequeño grito desgarrador que atravesó la tranquilidad de la oscuridad, quebrando en mil pedazos aquel mundo que minutos antes me había tentando a hundirme en el.
Y de pronto, me encontraba con un solo pensamiento cruzando mi mente.
<<Correr.>>
Tan rápido y lejos como pueda.
Escapar, huir, debía irme.
Y así lo hice, comencé a correr sin mirar atrás.
No podría decir cuando tiempo estuve corriendo, solo sabia que debía hacerlo.
Podía sentir mis piernas entumecidas por el frio y mi corazón agitarse, amenazando con salirse de mi pecho en cuanto tuviera la oportunidad.
Mi cabeza daba vueltas y tenia la garganta áspera por el viento.
Comenzaba a sentir la ansiedad y el temor, como si fuera una niña pequeña.
Quería escapar de algo que estaba profundamente arraigado en mi corazón.
<<No, espera..>>
Este no era mi corazón.
Era el de Nei.
Jamás había experimentado emociones tan fuertes e infantiles como cuando viví en carne propia el pasado de Nei hace ya mucho tiempo atrás.
Por ello, no fue difícil deducir lo que sucedía.
<<Es otro de sus recuerdos.>>
Nuevamente era una mera espectadora de un pasado que no me pertenecía, obligada a mirar desde lejos un escenario plagado de tristeza sin la posibilidad de poder cambiarlo.
Sin otra alternativa, trate de concentrarme en lo que veía.
Comencé a prestar atención a lo que sucedía a mi alrededor, solo para caer en la cuenta que aun la joven Nei, no había dejado de correr ni un solo segundo.
<<¿De que escapas, pequeña?>>
A mi alrededor, un frondoso bosque se abría paso y junto con la luna, la oscuridad parecía eterna e infinitamente aterradora.
Podía sentir los rasguños por el cuerpo de Nei, ardían con cada respiración, el lodo cubría gran parte de su cuerpo y ya había comenzado a flaquear en cada paso.
No tarde en darme cuenta que este recuerdo era de una Nei mas adulta, lo sabia gracias a la agilidad de sus movimientos y la altura de sus pasos.
<<Debe tener diez, o nueve años.>>
Pero realmente me era imposible saberlo con certeza, ya que su cuerpo se sentía débil, cansado.
Sus brazos y piernas estaban extremadamente delgados. Como si no se hubiera alimentado en días, como si no hubiera comido bien en toda su vida.
Y aun así, no perdía ritmo en su carrera contra lo que sea que la estaba persiguiendo.
Rabia. Miedo. Impotencia.
Era realmente muy difícil diferenciar las emociones de Nei de las mías.
No solo me contaba su pasado, sino que en cambio, quería que lo sintiera por mi misma, que viviera en carne propia su dolor.
—¡Ah!
Estaba tan concentrada en huir, que no noto la rama que la hizo tropezar cuesta abajo por un pequeño descenso en medio del bosque. Abrazo con fuerza su cuerpo en un intento de proteger lo ultimo que le quedaba de el.
<<Vueltas y vueltas. Me estoy mareando.>>
Su cuerpo choco contra un árbol, las vueltas se detuvieron, pero el dolor se intensifico.
Nei llevo su mano hacia su cabeza al mismo tiempo que sentía un cálido líquido caer por ella.
Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver que se trataba de sangre.
Intento levantarse pero un calambre paralizó sus piernas.
Inmediatamente cerró su puño con fuerza y un profundo odio comenzó a correr desde lo más recóndito de su ser.
—¡Yo... yo...!—Comenzo a hablar sin fuerzas.—... Realmente quisiera morir.
Sollozo.
Cálidas lagrimas caían por su rostro, llenas de ira y tristeza.
Nuestro corazón dolía profundamente.
—¡Quiero morir! ¡Lo odio! ¡Lo odio!—Sin importar el dolor en sus brazos comenzó a golpear su pecho con todas sus fuerzas. Cuando no pudo más, se acomodo en posición fetal y se puso a llorar más fuerte.
Solo se escuchaba el agua de un río cercano, los árboles siendo arrullados por el viento y los sollozos de la joven Nei.
Naturaleza y dolor mezclados bajo una fría noche.
<<Realmente no logro comprender nada.>>
La primera vez que viví un recuerdo de Nei, se sentía triste, pequeño e inocente, pero sobre todo, cálido.
Pues había algo que su corazón atesoraba con fuerza.
Pero esta Nei mas adulta, era distinta.
Apenas podía sentir un atisbo de lo que fue alguna vez.
Ahora su cuerpo se sentía más frio, indiferente, dolorosamente consiente del mundo a su alrededor.
La inocencia que antes había visto y experimentado, ya no existía.
Había muerto aquel día junto con la mujer de cabello rojo y gemas azules.
Y aún así...
<<Algo no se siente bien.>>
Unos pasos se escucharon a lo lejos. El cuerpo de Nei se tensó, pero aún no podía moverse.
Cuando los pasos se detuvieron frente a ella, levantó sus ojos hinchados por las lágrimas y miró con odio puro a la persona frente a ella.
Era una alta sombra que oculto la tenue luz de luna.
Su rostro estaba cubierto por la oscuridad, no lograba verlo.
Excepto por una pequeña parte de el.
Pues si la luna iluminaba el cielo oscuro, aquellos ojos violetas que la miraban desde arriba, iluminaban su oscura silueta.
Pero no eran iguales a los que yo veía todos los dias.
Los orbes de aquel ser, estaban atravesados por una rasgada pupila gatuna, diferente a la redonda de Nei.
Y aun así, desprendían un aire digno y feroz.
No eran fríos y opacos. Ardian como fuego.
Pues si los de Nei no reflejaban emociones, estos en cambio, mostraban tantas que apenas se podían descifrar.
Era un ser salvaje. Completamente equilibrado y cómodo con su naturaleza.
No tuve que ver mas para saber que se trataba de un dragón oscuro.
—Estas sangrando.
La voz de aquel hombre, retumbó por mi ser.
Un instinto de calidez y familiaridad que reacciono con aquel sonido se instaló en Nei.
Ella lo oculto con recelo y bajo miles de capas de odio.
El hombre extendió una mano hacia ella, Nei se apegó aun más al árbol.
Deseando fundirse en el.
—... Vete.—Murmuro Nei.
La mano que se había acercado, se detuvo a medio camino.
—Escuchame...—
—¡Vete! ¡Vete! ¡Vete! ¡Monstruo! ¡Eres solo un monstruo! ¡Una pesadilla! ¡Un mal sueño!—Dijo gritando y tapando sus oídos con fuerza. Odiaba cada palabra que salía de esa persona. La odiaba como jamás odio nada.—¡Todo es tu culpa! ¡Tu culpa! ¡Muere, Muere, Muere! ¡Solo desaparece!
¿Cómo podía una joven albergar tanto odio en su corazón?
No lo sabía. Realmente no lo sabía.
Era un odio irracional. Su mente sabia que debía odiarlo.
Casi como si se lo hubieran enseñado a la fuerza.
¿Su corazón?
Ni siquiera era capaz de prestarle atención.
Y lo entendía perfectamente, pues yo había sido igual.
—Pequeña...—El hombre volvió a llamarla.
—¡Te odio! ¡Te odio! Yo... Realmente te odio...—Dijo mirándolo con repulsión.—¡Eres un monstruo! Tu y todos lo que son como tu ¡Los odio!
Los ojos violetas del hombre brillaron con ¿Dolor?
<<Extraño.>>
—... ¿También te odias a ti?—Pregunto en un susurro, como si realmente le costara hacer aquella pregunta.
—¡Si! ¡Si! ¡Me odio! ¡Me odio! ¡Desearia morir! ¡Quiero morir! ¡Quiero morir!—Sollozo más fuerte.—... Todo es mejor que ser... Esto.—Concluyo con asco.
<<Duele, realmente duele.>>
—... Esta bien.
La mano que había extendido, aquella que jamás llego a la cabeza de la joven Nei, simplemente cayo rendida a un lado, sin haber cumplido su objetivo.
Luego, los pasos de aquel hombre comenzaron a alejarse, lentamente, de forma cautelosa.
Pero se detuvo inesperadamente.
—... Si cambias de opinión, vendré a buscarte.—Hizo una pausa.—Siempre estare esperándote.
—... Solo... Desaparece... ¡Para siempre!
El dudo por un instante.
Pero finalmente se alejó.
Nei sollozo hasta quedarse sin lágrimas.
Y entre el llanto, lentamente mi conciencia se fue desprendiendo del cuerpo de aquella joven Nei.
Y nuevamente, estaba flotando en la misma nada.
<<Pero ahora lo entiendo.>>
Ahora lo comprendía bien, Nei no dejo de usar sus dones por Lyna.
Ella no los usaba porque los odiaba.
Nei se odiaba a sí misma.
Incluso oculto aquellos ojos que le recordaban la sangre de dragón corriendo por sus venas.
<<Ella odiaba a los dragones.>>
Su odio fue tan grande, que incluso en el momento de perder a Lyna, no fue capaz de hacer nada por ella.
La dejo caer sola al abismo.
Pues ayudarlar, significaría admitir lo que era.
Prefirió la muerte antes que aceptase.
<<¿Por que?>>
No lo comprendía.
Pero lo que sí sabía, era que Nei vivió, toda su vida, aborreciendo su naturaleza.
Y a aquel hombre.
¿Quien se supone que era?
Era un dragón sin duda, pero ¿Acaso no dejo ir a Nei?
¿Era el quien estaba buscándola ahora?
Mientras más pensaba, más lograba hundirme en el profundo abismo a mi alrededor...
<<¿Mm? ¿Que es eso?>>
En medio de aquella interminable oscuridad, un pequeño destello de luz se hizo notar.
<<Se siente... Cálido.>>
Comence a avanzar lentamente, luego, los pasos se volvieron zancadas y finalmente me encontraba corriendo a toda velocidad hacia aquella luz.
¿Que era? No lo sabía.
Solo quería tocarla.
<<Estoy... Tan cerca...>>
Antes de poder llegar, la oscuridad a mi alrededor comenzó a ponerse pegajosa, como si buscara detener mis pasos.
El piso comenzó a hundirse bajo mis pies, finalmente caí de bruces al suelo.
Estire mi brazo para alcanzar aquella luz, pero rápidamente fue atrapado por las sombras.
<<¡No, espera!>>
Y aunque estaba cerca, no logre llegar.
.
..
...
Pero ella sí.
Pues la luz, aquella que brillaba tímidamente, de pronto emitió un resplandor que devoró todas las sombras.
Yo no llegué a la Luz,
Ella vino a mi.
Deje de luchar y permiti que la calidez de aquellos rayos limpien las sombras a mi alrededor, y finalmente, me sentí en casa después de mucho tiempo.
.
..
...
Podía sentir los párpados pesados, haciendo un gran esfuerzo logre abrir lentamente mis ojos.
La luz del sol acaricio cálidamente mi cara, en un intento de apartarla, tuve que girar mi rostro.
Lo suficiente para ver a una pequeña bola de pelos dormida a mi lado.
<<Ja.>>
Luego, mi vista se posó en la joven que sostenía mi mano con gran fuerza.
<<Así que tu me has salvado.>>
¿Cuantas veces me había ayudado Lyna?
Ya no lo recordaba.
Como si sintiera mi mirada sobre su cabeza, levantó rápidamente los ojos en mi dirección.
Eran rosados y brillantes, pero las lágrimas los cubrian por completo.
—N-Nei.—Dijo como si no pudiera creerlo.
Sonrei brillantemente.
—...Señorita Lyna.—Hice una pausa.—¿Como ha estado?
De un brinco, salto hacia mi y me abrazo firmemente, podía escuchar sus sollozos cada vez más fuertes en mis oídos.
Lentamente coloque mi mano en su espalda.
Cerré mis ojos suavemente.
—Todo está bien ahora.
Y eso quise creer, al menos, sin saber que las nubes tras nuestro cielo despejado pronto comenzarían a oscurecerse cada vez más.
<<Pero... No importa.>>
Estábamos juntas nuevamente, y por ahora, era todo lo que necesitamos para seguir adelante.
Paso a paso, hacia un futuro brillante y libre de lágrimas.
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PD: ¡Llorare! ¡Ya era hora de que nuestras pequeñas tuvieran su tan esperado reencuentro! ¿No creen? Bien. Debo decir que este fue un capítulo muy interesante de escribir. Tanto desde el punto de vista de Lyna como desde el de los toxic...¡Ejem! Principes.
Sin más, declaro que hemos llegado a el momento en que las cosas se pondrán muy peligrosas a partir de ahora. Estoy segura que ya lo habrán notado.
Asi que solo puedo decir que...
¡Esperen con ansias los siguientes capítulos!
¡Saludos y hasta la proxima!❤