Capítulo 1 "Las mentirillas de la vida"
Decir que Sunoo estaba completamente seguro que lo que había hecho era correcto, era una mentira. Sus manos estaban sudorosas y la punzada en su pecho, no se iba por más que trataba de calmarse. Su cabeza daba mil y un vueltas pensando en una manera de convencerse de que estaba bien, él estaría bien ¿verdad? No podía ser tan malo vivir con un alfa que no conocías de nada.
Cerró la puerta detrás suyo y se sentó en la entrada, mirando a la misma dirección, para quitarse los zapatos. Con una lentitud desesperante, los acomodó a un lado, viendo que estuvieran perfectamente puestos, cosa que normalmente nunca haría. Solo estaba haciendo tiempo para no tener que entrar a saludar al dueño de la casa.
—¿Cuánto tiempo más estarás alineando tus zapatos?
Sus ojos se abrieron en sorpresa por la voz gruesa a sus espaldas. Casi se va para atrás de la sorpresa, no había escuchado un solo ruido desde que cruzó el umbral de la puerta. Pasó saliva con fuerza y se giró para encararlo.
Estaba apoyado en la pared, mirando hacia él con una sonrisa burlona que por un segundo lo aturdió. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, marcando la camiseta en sus brazos y pecho aun más, su pierna derecha se cruzaba delante de la contraria. Parecía que estuviera posando en alguna sesión de fotos.
Podría ser un modelo tan fácilmente, mira esas piernas, dios mío. Es tan....glorioso.
—Debes ser Sunoo...
¿Él era el alfa con el que iba a vivir 6 meses? ¿Acaso iba a vivir con ese...ESE ADONIS? Su mente decidió llevarlo al momento exacto cuando le preguntó a Jake si podía hacerle un favor, solo para asegurarse de que fuera real.
Había sucedido semanas antes de su penosa situación actual, estaban ambos en casa de Kim, quién lo había invitado a jugar videojuegos.
El de cabello negro empujó al contrario cuando perdió por quinta vez el shooter que jugaban desde que llegó su amigo, Refunfuñó e infantilmente tiró el mando sobre el colchón.
—¡Ay, no es para tanto, Sun!— Jake carcajeó, sabía que su mejor amigo ya no jugaría más, así que optó por apagar la consola y televisión. Se posicionó frente a Sunoo pero este parecía absorto—. ¿Pasa algo?
Al no recibir respuesta, chasqueó los dedos cerca del oído de Kim, como solía hacer cada que el menor parecía perdido en el espacio-tiempo.
Un desorientado pelinegro balbuceó hasta caer en cuenta de la atenta mirada de Shim, se encogió mientras sonreí con ternura.
—¿Me querías decir algo, Jakey?
—¿No serás tú el que quiere decirme algo?
Sunoo carcajeó nervioso—. Sí, pues... verás...¡pasé el examen de admisión para la universidad de Seúl!¡YUJU!
Jake no pareció feliz ni sorprendido por ello.
—Vine hace dos días para celebrarlo, idiota.
Sunoo abrió la boca, pensando en qué responder, pero nada se le ocurrió. Así que decidió decirlo sin más—. Esa fue la buena noticia. La mala es que no tengo donde vivir.
Jake separó los labios sorprendió y aunque quiso formular muchos regaños para su dongsaeng, solo respiró hondo y contó hasta 10.
—Entonces—. Jake tomó su celular—.¿Qué harás?
—Necesito alojamiento temporal, solo el primer ciclo—. Las manos de Sunoo cayeron en su regazo con desgano.
Shim suspiró, dejando su celular después de enviar unos mensajes. Sabía que Sunoo no creía que entraría, pero tampoco pensó que sería tan descuidado de no ver dormitorios por si quedaba. Definitivamente iba a regañarlo después de que solucionaran todo ese problema. Por suerte, el tenía familia en Seúl, solo que no sabía si estaría bien para Sunoo y su padre, más que todo por Sunoo. A quien siempre se había empeñado en proteger y ahora terminaría por irse solo a la gran capital.
—Mira...tengo familia en Seúl, pero no creo que esto te vaya a gustar, y menos a tu papá.
Sunoo prestó atención a todo lo que Jake empezó a contarle, su primo, de nombre Sunghoon, era un alfa que estudiaba también en la universidad de Seúl, a diferencia de Sunoo quien estudiaría psicología. El primo de Jake, estudiaba administración de empresas. Se había mudado hace más de 3 años, mismo tiempo que llevaba estudiando en la universidad.
—Es buena persona...solo que a veces, es algo difícil de tratar ¿sabes? —. El tono dudoso en la voz de su mejor amigo, le confirmó a Sunoo, que tal vez sea difícil convivir con un total extraño. Porque todavía ni le habían hablado para saber si podía alojarse en su casa.
—Lo único malo de todo esto, y que probablemente sea la razón de que tu padre se niegue a que vayas. Es que, Sunghoon hyung es un alfa.
Sunoo sintió como sus esperanzas se destrozaban y pronto, sus ojos enrojecieron, amenazando con comenzar un río de lágrimas. Ya no había posibilidad de poder vivir en Seúl, no conocía a otras personas a quienes pedirle algo así. Su padre tampoco tenía mucho dinero como para poder costearle un departamento para el solo, y Sunoo menos, el trabajaría para pagarse la matrícula.
—Lo lamento, Sunoo. No debí habértelo dicho, solo te di falsas esperanzas.
El menor negó desanimado, aún con la vista en sus manos. Sabía que Jake haría todo lo que estuviera a su alcance para ayudarlo, pero Sunoo no entendía la ecuación del problema y no podía encontrar la respuesta.
Si el estudiaba y trabajaba al mismo tiempo, lo más seguro es que todo su día este ocupado, y solo necesitaría una cama para dormir. Y un escritorio, para las tareas. No necesitaba casi nada, ni tampoco estaría en casa el tiempo suficiente como para convivir con el extraño.
Si lo pensaba mejor, si lograba hacerse si quiera amigo del alfa, sería mejor que estar solo en la capital. Al menos tendría a alguien al que acudir si pasaba algo, y él le informaría a Jake después. Lo único que le preocupaba era su padre y como reaccionaría al respecto, él era bastante estricto con ello. Nunca lo dejó ir a pijamadas con Jake, a pesar de ser un beta.
Si el no se entera, no habrá tanto problema.
¿¡Qué demonios estaba pensando?! Él no podía ocultarle tan importante información. Si hubiera algún problema, su papá tendría que ser la lo primera persona en enterarse.
Pero...si no se entera, podría ser la segunda, después de Jake.
Oh mierda. Ya estaba convenciéndose de ocultarle a su papá tremendo detalle.
—Jake...¿Tú crees que si no le digo a mi papá que tu primo es un alfa, todo estará bien?
Jake abrió los ojos con sorpresa y vaciló para responder—. Ay, Sunoo. Realmente no quiero dejarte ir—. Tomó las manos contrarias con suavidad y las apretó, brindándole apoyo—. Esto no me gusta pero...si lo ocultamos bien, no se enterará.
Kim jadeó sorprendido y lo abrazó con fuerza, repitiendo una y otra vez, lo mucho que lo quería y cuánto lo extrañaría.
Quiero que me quieras como yo a ti, Sunoo...
Pero tú mereces algo mejor que un simple beta.
El tiempo iba pasando, el día posterior a la conversación entre Jake y Sunoo, el primero llamó a su primo y tras confirmarle el sí, Sunoo empezó a empacar faltando solo unos días para viajar a Seúl.
El pelinegro no esperaba que el primo de Jake aceptara tan rápido, y eso le hizo dudar ¿Qué si justo era un maltratador de omegar o algo parecido? Tal vez quería a su próxima víctima.
No quería pensar mal de él sin haberlo conocido, ni tampoco quería ser prejuicioso solo porque era un alfa. Sabía que no todos los de esa clase eran horribles, su papá era un gran ejemplo de ello. Se sentía mal por dejarlo solo, si por él fuera, lo llevaría a Seúl, pero eso no haría feliz al alfa, su padre provenía de Busan y toda su vida había vivido ahí. Aún así dolía dejarlo atrás.
Dejar sus charlas vespertinas, los juegos de mesa los fines de semana, acompañarlo al parque en las noches que no pueda conciliar el sueño. Extrañaría esos momentos y rutinas, solo esperaba que todo en Seúl fuera bien, así el tiempo no sería una tortura.
—¿Entonces te dejo en la estación del tren en una hora? ¿No quieres que te acompañe a Seúl con Jake?
El menor se atoró con la comida y negó frenéticamente mientras se golpeaba el pecho para que pase la comida—. No es necesario, pa...Sería muy cansado para ti, Y Jakey de seguro no tiene el tiempo.
—Entiendo...y ese omega primo de "Jakey" ¿de verdad estuvo de acuerdo?
Sunoo tragó saliva, alejándose del plato y sonrió en grande, buscando tranquilizar a su papá.
—Claro, somos dos omegas, no va a pasar nada.
Si solo supiera en lo que se metería, tal vez no habría mentido tanto.