—Castle y Snearl —Bynes dice entrando a nuestra oficina—, empaquen sus cosas...
Ambas nos miramos con el pánico en nuestros ojos, genial nos van a despedir.
—Si fue por lo de la máquina expendedora, juro que no quise dañarla —digo interrumpiéndolo, los ojos grises de mi jefe me miran, confundido— no es motivo de despido y Ophelia no tuvo nada que ver...
—¡Silencio! —grita y eso hace que cierre la boca—. No las estoy despidiendo, sólo quería decirles que irán a Coachella con 5SOS.
Oh, eso es otro cuento.
—¿E-en serio? —la chica frente a mi pregunta tartamudeando.
—Sí —cruza los brazos—. Fue idea de los muchachos y me pareció que estaba bien.
He escuchado hablar de ese festival pero nunca he ido, Leighton siempre va por la agencia de modelos en donde ella trabaja pero no aceptaban llevar acompañantes así que, muy triste por mí.
—Pero, no las quiero holgazaneando —Bynes se levanta de la silla y nos señala a ambas—, esto es trabajo chicas, no vacaciones.
Las cosas entre Bynes y yo están normales, al parecer todo va bien y bajo control. Luke me comentó que el hombre supuestamente había hecho que retiraran el artículo y que no volvería a pasar de nuevo. Mi jefe prometió que jamás haría que una noticia como esa saliera sin autorización de algunos de los chicos. El rubio estaba más tranquilo pero ambos teníamos la sospecha de que el hombre nos estaba mintiendo en la cara.
—Tú —dice acercándose y me pongo rígida—, te quiero cerca de Luke, ¿entendido? —sonríe—. Teniendo en cuenta que ya son unidos, eso no será problema para ti.
—¿Ahora soy niñera también? —Bynes suelta el aire de manera frustrada—. Si es así, súbame el sueldo.
—Véalo como quiera Breanna, sólo no se aleje de él. —y con eso sale de la oficina.
El deporte favorito de Bynes es tocarme las narices, ¿qué carajos pretende al hacer que yo no me alejara de Luke?
Después de que mi jefe sale, me estoy todo el día en la oficina, Ophelia tiene un día más activo, sale y entra cada cinco minutos. Yo mientras trabajaba quise llamar a Lyle para preguntarle si había recibido noticias de mis padres pero las tareas se me amontonaron y cuando me di cuenta, ya eran las seis y veinte de la tarde. Lo llamaré al llegar a casa.
Salgo de Modest y conduzco hasta Santa Monica, antes de guiarme a mi casa decido pasar a comprar algunas cosas en Target. Ross me había notificado que estábamos mal con respecto a las cervezas, rodé mis ojos cuando leí el mensaje. Estábamos mal de cervezas pero era por él.
Hice mis compras y de nuevo me subí en mi auto.
Voy escuchando mi playlist de favoritas, la música se detuvo y una llamada aparece en la pantalla del reproductor. Mi madre.
—Hola ma —digo atendiendo—, te iba a llamar al llegar a casa.
—Breanna, hola cariño —suena algo cansada.
—¿Todo bien? —pregunto mientras giro en una calle.
—Sí, sólo es el trabajo que me tiene preocupada. —quiero creerle pero mi cerebro detecta las señales de alerta.
—No me mientas, algo te pasa. —no responde—. Dime, tal vez te pueda ayudar.
—No te preocupes, estoy bien —aclara su garganta y continúa hablando—. Llamaba para saber cómo estabas, Lyle me comentó que en el trabajo has estado muy ocupada.
—Si, mi jefe es un dolor en el culo —obtengo una reprimida de su parte, ella odia que diga groserías—. Es la verdad.
—Que sea verdad no significa que lo tengas que decir. Como sea, tu padre y yo saldremos del país la semana que viene.
—¿Y eso? —me detengo en un semáforo en rojo y espero a que me responda, lo cual tarda algunos segundo más de lo normal.
—Nuestro aniversario, Breanna —dice al fin.
—Oh, eso. —pongo en marcha mi auto.
Mi madre y yo hablamos unos tres minutos más y luego se despide, quiero volver a asegurarme de que está bien pero si se lo vuelvo a preguntar posiblemente me mande a la mierda. Así que me quedo callada y me digo que ella está bien aunque no me la termino de creer.
Sigo conduciendo hasta mi casa, al entrar a la calle, veo demasiados carros estacionados al frente, también se escucha un poco de música. Meto mi auto y me bajo, frunzo el ceño cuando unos chicos salen por la puerta y uno de ellos tropieza conmigo.
¿Qué hace toda esta gente aquí?
Sigo caminando hasta entrar a la casa, un alboroto me da la bienvenida y maldigo mentalmente. Yo quería llegar a dormir como toda una adulta mayor de veintidós años que soy.
Gente va y viene, algunos están sentados cómodamente en el sofá de la casa, otros salen hacia el patio para ir a la piscina. Dejo mis llaves en la mesa de la entrada y camino para ver si encuentro a alguno de mis amigos y seguramente al responsable de esto.
Entro a la cocina y la imagen de dos chicos besándose como si no hubiera mañana me recibe. Niego con mi cabeza, salvo por los dos tórtolos y las cantidades de comida, en la cocina no hay más nada.
Esto parece una fiesta de fraternidad salvo que esta la están haciendo a las siete y cuarto de la noche.
¡Vaya locura!
—¡Breanna! —escucho a alguien llamarme, me doy la vuelta para encontrarme con la persona que estoy segura que hizo todo esto.
—¡Leighton Olivia Ferns! —camino hasta ella— Me explicas todo esto, cariño. —digo moviendo mis brazos por todos lados.
—Oh, es una pequeña reunión —pequeña no tanto y reunión, para nada—. Quise avisarte pero como nunca atiendes tu móvil..
—Leigh, apenas es miércoles, ¿no pudiste esperarte al viernes o al fin de semana. —ella se ríe.
Me digo a mi misma que obviamente se pudo haber esperado, sólo que no le dio la gana de hacerlo, así es ella. Yo la amo pero a veces hace las cosas sin tener en cuenta a los demás y eso me pone de nervios.
—Me iré a mi habitación —digo alejándome—. Si alguien por alguna razón parte algo, haré una visita a tu closet y venderé tus zapatos.
Mi mejor amiga se ríe de nuevo, pero yo lo digo con toda la seriedad del mundo.
Llego hasta mi habitación no sin antes toparme con los amigos de Leigh, me doy cuenta que esta chica trabaja con gente odiosamente bonita.
Cierro mi puerta y comienzo a quitarme la ropa para ir a darme una rápida ducha, luego del baño, me meto en mis pijamas ridículamente grandes y me siento a ver una película. El ruido se hace más fuerte a medida que se hace tarde, tomo mi móvil y vi que son las diez. El estómago me ruge y decido bajar a robar un poco de comida, es obvio que no podría cocinar.
La cocina es la zona de besuqueos.
Meto mis pies en mis muy cómodas y para nada infantiles pantuflas de conejos rosa y voy hasta el piso de abajo, como lo supuse en la cocina está otra pareja besándose, con cuidado me acerco y tomo una caja de pizza, tres cervezas y de nuevo me escabullo a mi habitación.
Al llegar a mi cuarto me siento sobre la cama y me pongo a comer, la pizza está realmente buena.
El móvil sobre mi mesa de noche empieza a sonar y lo tomo en mis manos.
Luke me está llamando.
—Hola Ricitos. —digo mordiendo un pedazo de pizza.
—Hola Bree —Luke responde—, ¿estás en tu casa?
—Sí, aquí estoy, ¿por qué preguntas?
—Genial, no vemos en diez minutos. —trato de decirle que no es buena idea pero cuando lo voy a hacer, me cuelga la llamada.
Australiano maleducado
...
Giro mi rostro hacia la puerta cuando escucho que alguien está tocándola, ignoro eso y de nuevo pongo mi atención en la bonita cara de Sebastian Stan. Otra vez tocan, doy un suspiro dramático y me levanto frente a la puerta.
—¡Fuera, aquí no es cuarto de follar! —digo gritando, sabiendo las intenciones de las personas que subían a la habitaciones en medio de una fiesta, escucho una risa y vuelven a tocar, decido abrir— ¡Joder, les digo que aquí no...!
—¿Si no es aquí, en dónde es? —Luke pregunta con la diversión plasmada en su guapo rostro—. Hola Bree.
—Pasa —es lo único que le digo—. ¿A qué se debe tu presencia aquí?
—Quise venir a visitarte —encoge sus hombros—, aunque debo admitir que estoy algo molesto— le doy una mirada confundida— Hiciste una fiesta y no me invitaste.
—No es una fiesta, es la "reunión" de Leighton y sus amigos genéticamente perfectos. —el rubio se ríe y camina por mi habitación, observando todo—. Así que... ¿sólo querías visitarme?
Luke voltea su rostro a verme, tiene el cabello recogido en un bun, se ve guapo.
—Eh, digamos que me sentía un poco solo y decidí venir a visitar a mi buena amiga Bree Snearl. —sonríe y su lindo hoyuelo se asoma.
—¿Te sentías solo? —él asiente— ¿Y Sierra?
—Se fue a Florida a visitar a su mamá. —el chico toma asiento en la esquina de mi cama.
—Así que soy tu backup —Luke me mira unos segundos y sonríe mientras niega con la cabeza—. Me halagas, eh.
—Deja de hablar tanto y sube algo para beber —lo miro mal— .Ya que no quieres ir a la fiesta, traigamos la fiesta aquí.
—Ni lo sueñes, hay personas que trabajamos mañana y definitivamente embriagarme no está en mis planes para la noche de hoy —Luke plasma en su rostro una adorable mueca de cachorro—. Detente, no caeré con tu ternura, Hemmings ya dije que no y lo mantendré.
...
—¡And we dance all night to the best song ever! —yo estoy en mi mejor momento cantando mientras Luke trata de no morirse de la risa.
Digamos que mi "no" se convirtió en un "si" luego de que el rubio insistiera un poco más.
Accedí y ambos nos escabullimos hacia el piso de abajo, fuimos hasta donde estaba el licor y tomamos algunas botellas de tequila y vodka, algunas frituras y un pastel de chocolate. Había que embriagarse pero también necesitamos comer. Luke y yo bebimos shots tras shots, él conectó su móvil a mis bocinas y puso música. Escuchamos desde rock de los ochenta y terminamos con One Direction.
—Cuando necesitemos una vocalista extra, me aseguraré de llamarte. —le saco el dedo corazón y el chico sigue riéndose.
—No toda tenemos la voz de un ángel —Luke seguía riendo, llevaba burlándose de mi inexistente habilidad para el canto toda la noche—. Me caes mal, Hemmings.
Ignoro al chico y sigo tarareando la letra de la canción, camino hasta mi mesa de noche y tomo el móvil, achico mis ojos porque ya estoy empezando a ver doble y, puedo notar que son las doce y cuarto de la madrugada.
¿En qué momento había pasado tanto tiempo?
—Bree —Luke llama mi atención—, baila conmigo.
El chico da vueltas al rededor de todo el lugar y tiene esa sonrisa que me da a entender que está algo pasado de tragos.
—No hay habilidades de baile tampoco —respondo y él chasquea su lengua.
—Yo también tengo dos pies izquierdos y aquí estoy, vamos no me hagas rogarte —ruedo mis ojos y me levanto—. Qué linda te ves con tu pijama, no te lo había dicho.
—Y tú te ves lindo con tu coleta. —me mira con los ojos entrecerrados.
—Es un moño de hombre —suelto una carcajada y empezamos a bailar.
Bueno, si es que a esto se le puede llamar así.
Es más bien dos ebrios dando vueltas al ritmo de la música tratando de no tropezar y caerse al suelo. Luke me levanta del suelo y me da vueltas.
Y entonces, digamos que la parte de "tratar de no caernos" no sale muy bien
—¡Somos un desastre! —digo entre risas mientras ambos caemos al suelo luego de que nos enredáramos con la chaqueta de Luke.
—Estoy de acuerdo. —el rubio dice mirándome, el azul de sus ojos me golpea y siento como las mariposas con taladros eléctricos empiezan a hacer revolución en mi estómago.
Ambos nos ponemos de pie y en eso la puerta se abre dejando a la vista a una pareja besándose —o más bien, succionándose la cara— entrar al cuarto.
—¡No, no! A ver, fuera par de pantalones calientes —los chicos detienen la escena de besos y me miran—. Al final del pasillo hay una habitación con una cama muy cómoda, allí pueden hacer sus cochinadas no aquí, adiós —los empujo hasta sacarlos de nuevo y cierro la puerta.
—¿Cochinadas? —Luke pregunta claramente divertido, yo le ruedo los ojos mientras tomo una botella de vodka y doy un trago—. Quieta señora embriagarme no está en mis planes.
—Shh Hemmings, tu voz me aturde —doy otro trago del empalagoso licor de cereza y continuo con nuestra "fiesta privada"
...
Son las tres y cuarto de la mañana, ambos estamos lo suficientemente ebrios para ya quedarnos quietos mientras vemos el océano desde el balcón de mi cuarto. Luke se ha quitado los zapatos y va descalzo, nunca lo había visto tan relajado y admito que la imagen borracha del chico jamás se me va a olvidar, hubo un momento en donde sentí que las tripas se me iban a salir.
Luke es extrañamente gracioso cuando está algo ebrio.
La voz de Lana Del Rey se escucha dentro de mi cuarto y me dan ganas de dormir, la gloriosa voz de esa mujer siempre me relaja mucho. Doy un bostezo y tengo la atención del rubio.
—Hora de dormir chica fiestera. —Luke se levanta y tambalea un poco, se me escapa una risa tonta.
Ambos entramos a mi habitación y Luke me ayuda a llegar a mi cama, me arropa y luego apaga la música, veo al chico recogiendo su chaqueta del suelo y sus zapatos.
—Quédate —digo mirándolo—, es algo tarde y no estás en condiciones de manejar.
—¿Te preocupas por mí, Snearl? —dice con voz divertida, yo solo le ruedo los ojos—. Estás demente si piensas que dormiré en la habitación de huéspedes. —le tiro un cojín que se estrella en su rostro debido a la falta de reflejos.
—Obvio no, aquí en mi cuarto, tonto —él sube sus cejas—. Prometo no aprovecharme de tu estado —levanto mi mano derecha y Luke se ríe—. Oh, y recuérdame que tengo que cambiar las sábanas de esa habitación.
Luke se queda de pie y pienso que está meditando la situación, el chico pasa las manos por su rostro y luego por su cabello, hace una respiración profunda y luego su linda sonrisa hace presencia.
—Muy bien. —veo como camina hasta el otro lado de la cama y se acuesta.
Se hace un silencio incómodo, la luces están apagadas salvo una pequeña lámpara que está sobre mi escritorio. Luke se acuesta boca arriba y eso me da a mí una imagen de su lindo perfil.
La curva de su nariz es simplemente lo más perfecto del mundo.
—Eres muy bonito. —digo en voz alta y una fila de cachetadas mentales vinieron luego de eso, Luke gira su rostro hacia y siento cómo me observa.
—Tú también eres muy bonita —el chico gira todo su cuerpo y termina en la misma posición que yo, ambos de lado—. Así que, tú y Caín volvieron.
Intento descifrar si es una pregunta o un simple comentario.
—Eh sí, eso creo —me muevo algo incomoda y giro mi cuerpo para quedar boca arriba—. Supongo que lo resolvimos y ya sabes.
—No entiendo por qué lo perdonaste pero, al mismo tiempo lo hago —me volteo a mirarlo—. Hacemos por las personas que queremos cualquier cosa, aunque digan que no lo merecen, que sólo traerán más problemas y que no valen la pena, no soy quien para juzgarte Bree.
Me quedo callada y observo como Luke entrecierra los ojos, mis ganas de hacerle preguntas no de aguantan.
—¿Quién fue ella? —la pregunta abandona mis labios como vomito verbal, el rubio abre los ojos y me dan ganas de golpearme— Lo siento, joder... yo...
—No es nada —me asegura—. Y respondiendo a tu pregunta, era una chica que todo el mundo sabía que significaba problema menos yo, me enamoré y al final fue bastante doloroso todo. Engaños, drogas y malas decisiones estuvieron presentes a lo largo de la montaña rusa que fue nuestra relación.
—¿La amabas? —pregunté.
—Sí, lo hice, tanto que dolía —dice con una sonrisa triste—. Pero ella solo me vio como uno más, supongo.
Por dentro tenia ganas de ir a buscar a esa chica y hablar pacíficamente con ella mientras le golpeaba la cara con una silla. No encontraba motivos lógicos para engañar y no corresponder el amor de Luke, este chico, el tiempo que llevaba conociéndolo me había demostrado no ser otro idiota como los demás.
—Pero eso ya es pasado. —dice dando fin a la conversación.
No quise decir más nada y de nuevo me doy la vuelta para quedar de lado, la distancia en la que nos encontrábamos es más corta. Luke estira su mano, retira unos mechones de cabello de mi cara y los ubica detrás de mi oreja. Siento como el calor sube a mis mejillas.
Rubio, deja de hacer esas cosas.
—Buenas noches, Bree. —dice en voz bajita, como si fuera secreto.
—Buenas noches, Ricitos. —sonríe y cierra sus ojos.
Me quedo despierta unos minutos más, Luke cae profundamente dormido y su respiración es pesada, sus labios están un poco entreabiertos. Ignoro lo rápido que me empieza a latir el corazón y me digo que es hora de cerrar mis ojos, la casa de un momento a otro queda en silencio así que lo único que escucha es la pausada respiración de Luke y el océano.
La union de esos dos sonidos, podría convertirse en mi favorito.
nota de la autora:
akdkdiejbmdbshjdksodlesbsjsjsnshdiekwnsjdjdbsbssjsjsbshsisksjs
fin del comunicado.