Lo peor de todo es que, una vez que empieza, Keiji no alcanza a darse cuenta de que es precisamente ese momento el que marca el inicio de todo. Bueno, no. Pero es ciegamente ingenuo, esa vez. Tampoco es tan trágico. Keiji sabe que no va a ser el primero ni el último al que le gusta alguien de su mismo sexo -que además lo tiene fijo como amigo y solo kohai- y que no es correspondido. Que se le hace imposible y hasta un poco triste. Querer a Bokuto duele, y Akaashi no está acostumbrado a ese tipo de sentir. Oneshot. BokuAka. Dedicado a Victoria.