Silvano Casas ha muerto y su único hijo tan solo puede limitarse a recordar antiguos momentos de erotismo y resentimientos desatados por la presencia de Álvaro Novoa, el que en su día fue el amigo más íntimo de su padre.
Silvano Casas ha muerto y su único hijo tan solo puede limitarse a recordar antiguos momentos de erotismo y resentimientos desatados por la presencia de Álvaro Novoa, el que en su día fue el amigo más íntimo de su padre.
El típico escéptico que no cree en nada, un día decide probarle a su mejor amigo que aquello en lo que cree no es más que su imaginación.
Un abogado del diablo fue llamado al mundo mortal acude de in...