Una mirada. Una sonrisa. Unos hoyuelos. Perfectos dientes. Ojos cafés. En resumen, él. No tenía una, sino muchas imperfecciones, pero al enamorarte de una persona no importa cómo sea en realidad, importan los ojos con que la veas. Él es perfecto, así lo veo yo. Nada de copias, adaptación o traducción sin mi permiso. Esta historia es completamente mía.