No crees en la vida, no crees en la felicidad. Tampoco crees en el amor. No quieres aceptar que, ahora, te está sucediendo a ti. No quieres, no puedes, ser feliz. Algo dentro tuyo te ordena sentir que no lo mereces. Algo, hace que tu vida vaya por el camino equivocado. Aunque tal vez sea una apariencia. El miedo, con su mano, oprime los mecanismos ancestrales que viniste a conocer en este mundo, en el que, al final, nada importa tanto.