El tenía que volver. Tenía que estar bien.
Y cuando regresara, cuando le volviera a mostrar esa sonrisa que el tanto amaba, tal vez, y solo tal vez, perdonaría al demonio que alguna vez llamo padre y al ángel que aun hoy llamaba madre.
El tenía que volver. Tenía que estar bien.
Y cuando regresara, cuando le volviera a mostrar esa sonrisa que el tanto amaba, tal vez, y solo tal vez, perdonaría al demonio que alguna vez llamo padre y al ángel que aun hoy llamaba madre.