Hace apenas una década celebramos con un festival la independencia burguesa que logro nuestra América en los inicios del siglo XIX, pero más aquella barnizada nueva patria, no significo para los pueblos de nuestra tierra que el rojo de la sangre de sus clases más desprotegidas se siguiese derramando, en esta absoluto abandono de dos siglos quizá más sangrientos que los que 3 que nos habían legado los imperialismos europeos, la eternidad del pueblo y sus mártires del trabajo, aquellas personas que desgastan aquellas gruesas uñas en las labores, jamás serán protagonistas de cualquiera de las historias que escriban sus intelectuales de nuestra tierra, no tienen el poder y sus supuesta democracia, en la carne de sus hombres, mujeres y niños se alimenta su ansias de ganancias a costa de sus almas...