Los pensamientos del chico estampan contra la costa de su mente como olas furiosas intentando destruir el acantilado que se alza en el cielo, el bramar del mar se intensifica a la vez que la tormenta de su juventud ataca a su mente y corazón, desolado por el sobrepensamiento intenta buscar una respuesta a todas las preguntas que hacen que su corazón quiera salirse de su pecho cuando se acuesta dispuesto a dormir y a no pensar más. Así es como pequeños cristales de sus recuerdos vuelan dentro de sí y esparcen dulces y amargas historias desde lo más profundo de su corazón, reflejándose únicamente como lo mismo que él es. Algo fugaz.All Rights Reserved