¿Puedes conocer a una persona de una noche y sentir que ya no se debe marchar nunca? Aunque realmente no haya entrado en tu vida.
Que te falte darle una patada en el culo para que entre en ella, totalmente.
Mágicamente, la manera en la que encajaban tus labios en la botella de cerveza que sujetabas con delicadeza, casi dejándola caer. Sabiendo que de un momento a otro podría golpear el suelo y romperse. Y tú, con ella.
Pero no pasa nada, las noches siempre están bonitas para destrozarnos en otros bares.
Salvo esta noche, esta noche no, chico suicida.
Canta las canciones de Pedro mientras te tengo detrás mía.
Recita un rato, o dos, o tres, o joder, el tiempo que quieras pasar conmigo.
Sujetas mis manos con más fuerzas que a las botellas. Ahora no hay quién se rompa, ¿verdad? Solamente el segundero de todos los relojes. Me he encargado yo de ello.
Tercer libro de la serie amores de la mafia [EN PROCESO]
Crecer como la hija de uno de los capos de Italia solo tiene una ventaja -tener un matrimonio asegurado-, y para mí no es una ventaja porque tener matrimonios concertados solo te convierte en la esclava sexual y fábrica de bebe. Cosa que me niego rotundamente a ser.
Pero vivir en una ciudad donde tu padre tiene ojos en cada esquina y miles de voces que le informan las cosas antes de que pueda suceder es una tortura y esa tortura me llevo a contraer matrimonio con él, Alessandro Lucchese.
Esta es una historia que me pertenece en su totalidad. No permito ni acepto copias, adaptaciones, reproducciones, transcribir o trasmitir por cualquier medio físico o mecánico sin mi consentimiento.