Harry vivía en un mundo "Gris" o blanco y negro. Todo era igual, todos hacen lo mismo, todos eran copias entre sí. Él no quería ser uno de esos, era imposible encontrar a alguien que no fuera así de simple como todos. No había alegría, felicidad, risas o sonrisas. Al contrario, era tristeza, odió, depresión, absolutamente todos eran así. Pero él ya no podía soportar. Todo iba normal, en regreso a su casa (Como siempre), hasta que miro una luz brillante de color amarillo, nunca había visto algo así, sintió mucha curiosidad, dejo su mochila y se dirigió a aquel callejón. Miro la espalda de alguien, se acercó lentamente y miro a un gran chico feliz, era pelinegro, alto y pálido, pero tenía una gran y perturbadora sonrisa de oreja a oreja. Entre sus manos un pequeño frasco, contenía pastillas de colores. Ir a ese callejón no fue lo mejor para Harry.
1 part