Durante la batalla decisiva en el área deshabitada de Shinjuku contra Kenjaku y el rey de las maldiciones, Sukuna, los hechiceros de la escuela Metropolitana de Tokyo se hicieron con la victoria y salvaron al mundo de una posible catástrofe global. Tras superar aquella maldición y la reconstrucción de sus propias vidas, finalmente podían sentir algo de paz y no cargar con el peso de todo, principalmente Yuuta Okkotsu, quien ahora cargaba con el título de "El Hechicero más Fuerte".