¿Quien se habría podido imaginar que el heroico Peter pan era más siniestro de lo que la gente se había puesto a pensar? Que nunca jamás no era un lugar divertido o algo similar, y los niños perdidos no eran tan felices como los solían pintar. Todos creímos en los sueños falsos que nos vendió pan, hasta que Wendy decidió que era hora de despertar.