Una limusina lujosa bajaba los hijos mayores de la realeza inglesa, la mayor la primera potencia mundial y el menor siguiendo sus pasos, ambos iban a visitar a su padre, las noticias, los periodistas y los fotógrafos, les entrevistaban y les tomaban fotos, jóvenes pedían autógrafos, todo color de rosa, pero ya era hora de entrar al gran palacio y juntarse con sus demás hermanos a quienes solo veían en las reuniones de la ONU, y apagan la televisión la ucraniana le reclama a el ruso porque el joven canadiense iba a dar unas palabras y no pudo escucharlas, pegaba a su hermano, después de todo Canadá la ponía loca, siempre lo seguía con la mirada, toda una acosadora, renegaba porque su hermano no le dejaba ir hablarle ella solo quería su numero y haría lo que sea para que Canadá note que ella existe, estaría dispuesta aprender su idioma, pero el ruso en ves de apoyarle, hacia que deseara rendirse.