Prólogo Luego de estar diez años sin saber nada del otro, nos encontramos, llámenlo destino o simplemente casualidad no hace falta poner etiquetas a este momento. Ahí estábamos sentados frente a frente en el Starbucks de la esquina donde fue nuestra primera salida. Él me miró y rápidamente retiró su mirada al darse cuenta que yo también estaba observándolo fijamente. Eran los mismos ojos que me habían flechado hace ya tanto tiempo, sin embargo como era de esperarse, no provocaba en mi lo que solía provocar. En ese preciso instante me di cuenta en lo fugaz y eludible que puede llegar a ser una relación a los diecisiete años, ahora casi a mis treinta puedo definir al amor como algo sobrevalorado y totalmente innecesario para seguir adelante. Me levanté de mi asiento y me marché sin mirar atrás, sin saber que ese no sería nuestro único encuentro "accidental".
4 parts