Paso con cuidado su mano por la espalda descubierta de su esposa maravillado por su suavidad, la miró con ese flamante vestido que solo había creado para ella, enorgullecido por resaltar la belleza de el ser que amaba con locura, una hermosa beta que poseía un cabello rojo. - te amo - le dijo risueño, sonrojado las mejillas de la mujer en sus brazos, amaba esa tranquilidad que expulsaba.