Siempre había pensado que las personas pecadoras no merecen ser salvadas, habían elegido su forma de vida y tenían que lidiar con ello. ¿Pienso eso ahora? No. Creo en el perdón. Y creo que una persona no debe ser juzgada con base en lo que hizo en el pasado. Es lo que pienso mientras nado a la superficie en busca de oxígeno. Pataleo, pero Athan inconsciente como está, no ayuda. Lo tomo del cuello de la camisa con más fuerza y sigo nadando. No lo soltaré. Podría dejarlo y salvarme, al fin y al cabo cualquiera diría que era una muerte que merecía; pero no lo dejaré para que sea la carnada de esos monstruos. Entonces siento un tirón y de pronto ya no estoy sosteniendo la camisa de Athan; sino que está a varios metros por debajo, siendo llevado por alguna de esas criaturas. Algo me golpea en el cráneo, y pierdo la visión. Siento algo tirando de mí. No importa cuántas veces lo hayan evitado, mi destino siempre fue morir.