2. Preparativos

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Supo que era de día cuando la luz le dio en la cara

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Supo que era de día cuando la luz le dio en la cara. La mucama apartó las sábanas y las almohadas, era claro que la hora de dormir se acabó. Cuando Danielle abrió los ojos, lo primero que vio fue la silueta de alguien que estaba de pie ante ella. Poco después distinguió la figura de su madre.

—Levántate —dijo sin siquiera un saludo.

—¿Cómo...?

—Te trajo la seguridad de Milla —aclaró.

—Ah...

Hizo el esfuerzo por recordar. Le dolía la cabeza de forma insoportable, y las escenas regresaban como "flash" a su cabeza. Había "borrado casette", y era la primera vez que conocía esa sensación. Al incorporarse, todo le daba vueltas. Se miró a sí misma, aún llevaba la ropa del día anterior. O al menos algo que se le parecía, estaba hecha una desgracia.

Las imágenes de la noche anterior eran confusas, y las escenas no llegaban a concluirse. Ella bebiendo y riendo con Aliz. Luego, en la fiesta, todos bailando. Vio más bebida, más cervezas. Ella riendo con Milla. Su imagen en el espejo, el maquillaje corrido, y una sonrisa de borracha que daba vergüenza ajena. Y luego, y luego...

Luego ellas. Bailando juntas. Las manos de Aliz en sus caderas, ella besando su cuello. Luego un beso. Y otro, y otro...

—Mierda... —murmuró. El corazón le latía acelerado, ¡y no recordaba nada! Ningún detalle de lo que sin duda fue una experiencia gloriosa.

—Cuida tus palabras, muchacha —dijo su madre sin perder la calma—. Ahora entra a la ducha de una vez, no quiero que tu padre te vea así.

Dani obedeció, nadie en su sano juicio haría que Nanette Montagny perdiera la paciencia. Se metió al baño, esperando que esa ducha le devolviera la claridad a su mente.

Eso no pasó. Mientras más intentaba recordar, el dolor de cabeza empeoraba. Tampoco hubo mucho tiempo para indagar, ni bien salió de la ducha, su madre la esperaba. Era hora de ir al spa, y al parecer era casi el mediodía. En serio, no podía creer que iba a pasar sus dieciocho con resaca. O que su madre ni siquiera la felicitara. ¿No se suponía que era una fecha especial para la familia?

El único momento en el que al fin pudo coger el celular fue cuando le hacían la pedicura, pues aprovechó el tratamiento fácil para dormir un rato más. Danielle tenía incontables notificaciones, entre etiquetas en fotos, saludos de cumpleaños, mensajes y más. Revisó lo único que le interesaba.

¿Estás viva?

Era un mensaje de Milla por WhatsApp.

Si se puede decir viva a este estado de decadencia, pues si 🤕

Kjdsnjhnakaj Bienvenida a los 18 😘😘😘

Felicítame, no sé. A todos se les olvidó 🙄

Frontera de cazaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant