Capítulo 7

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Hoy, al terminar mi turno, estoy contenta. Lo sé. Una locura. Increíble. Pero sí, estoy contenta. Y no por los turistas pesados, ni tampoco por mi jefe amargado, ni mucho menos por el sol insoportable. Por nada de eso.

Esta noche... ¡es la fiesta de cumpleaños de Brunito!

Quizá no debería estar tan entusiasmada, pero es que me hace mucha ilusión. Soy la más pequeña de mi familia y nunca hemos sido muy propensos a las celebraciones, así que hace muchos años que no asisto a una fiesta de niños. Me pregunto si habrá golosinas, regalos y música. Seguro que sí. Sé que es un poco tonto, pero... de nuevo, sí, me hace ilusión.

Nada que nos haga ilusión es tonto.

Para aumentar mi buen humor, la policía no ha aparecido a interrogarnos como dijeron. De hecho, le he preguntado a Stef si podía trabajar tranquila y me ha asegurado que probablemente no vendrían hasta la semana que viene. No he entendido mucho el por qué de la amenaza de ayer, pero solo por su cara he preferido no preguntar.

Estoy tan contenta que cuando llego a la cabaña saludo a la noruega. Ella, que está estirada en su cama y habla por teléfono, no se molesta en responder. Se limita a poner los ojos en blanco y seguir a lo suyo.

Nada más sentarme en la cama —y todavía envuelta en mi toalla de la ducha—, saco el móvil para escribirle a mi mejor amigo.

Clau: Hooooooola :D

Arni: Hey

Clau: Hoy voy a hacer una cosita muy divertida ;)

Arni: No me asustes

Clau: Ten un poco más de confianza

Arni: Siento q vas a liarte con alguien por despecho

Estoy a punto de responder, pero sus palabras me dejan totalmente parada. ¿Liarme con alguien?, ¿por despecho? ¿De qué habla?

Siento que no quieres descubrirlo.

Clau: Despechada por qué???

Escribiendo. En línea. Escribiendo. En línea.

Oh, oh.

Clau: ???????

Arni: Me refiero a la foto de Marina

Arni: La última que ha subido

Siempre que Marina y yo cortamos, Arni se niega a llamarla por su nombre y se refiere a ella de esta manera. Normalmente me hace mucha gracia, pero ahora mismo sigo contemplando la pantalla con perplejidad.

Clau: No he visto nada

Arni: Pues no lo mires, Clau, que no vale la pena

Por supuesto, paso de él y voy directa al perfil de Marina. Todavía me tiene bloqueada. ¡Mierda!

Sin siquiera pensarlo, me acerco a la noruega y señalo su móvil. Ella me hace un gesto para que me pierda. Quizá en otro momento pasaría de ella, pero en este decido que quiero guerra. Y lo demuestro al arrancarle el móvil de la mano y cortarle la llamada.

La noruega se pone de pie de un salto y empieza a gritarme lo que supongo que serán de todo menos halagos, pero me da igual. Mientras me persigue por el metro cuadrado que es nuestra cabañita, yo voy buscando el Instagram entre sus aplicaciones. Tardo más de lo esperado porque tiene un montón de redes sociales, la pesada. Pero finalmente llego a él. No sé cómo, pero me las apaño para entrar en el perfil de Marina.

Cartas de veranoWhere stories live. Discover now