III

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A decir verdad, este hombre era la obsesión de Boris. Pasaba horas pensando en lo que sucedía al interior del local. Nadie sabía sobre sus recorridos nocturnos o al menos eso era lo él que pensaba...

-Sabes que no debes espiar a la gente, gordo- dijo un borracho parado detrás de él. ¿Crees que no te he visto recostado contra la pared todas las noches mirando hacia el local del señor Xu?- preguntó mientras se limpiaba la nariz con la manga de la camisa.

-¿Conoce usted al dueño del local?- preguntó con el tono de voz más firme del que fue capaz.

-Si, lo conozco desde hace mucho tiempo. Su local ha estado en esa esquina desde antes que tu nacieras- dijo en tono desdeñoso mientras se acerca tambaleante.

-¿Sabe usted que es lo que pasa adentro? No es un estudio normal...-preguntó ansioso.

-¿En verdad quieres saber?- sus ojos, antes vidriosos, resplandecieron por un instante. El señor Xu y su ayudante han pasado mucho tiempo en tierras lejanas, aprendiendo diferentes tipos de artes ocultas en lugares que no hacen parte de mapa alguno... cruzado montañas, desiertos y selvas, se han expuesto a mucho peligros para aprender un arte antiguo y secreto.

-Podría decirme en qué consiste este arte?- dijo tratando de disimular cualquier emoción.

-Veras.. los clientes del señor Xu le pagan mucho dinero para que los retrate; nunca se llevan la obra terminada porque, la verdad, hace falta el paso más importante: lograr que la tinta no se desvanezca y la bella imagen se preserve para siempre.

Boris no lo logra entender lo que decía este hombre y ni en sus más locas fantasías hubiera imaginado que ésto era lo que sucedía dentro del local. Notó que el borracho se le había acercado demasiado y casi susurraba en su oído.

-Lo importante es que la pintura permanezca para que así se preserven la juventud y belleza del cliente.

No lo podía creer, su corazón se detuvo. Todas las actrices y presentadores de televisión; todas las mujeres de clase alta que bajaban apresuradas de sus lujosos autos.

Tratando de entender, se acercó un poco más al borracho y notó que su aliento no olía a alcohol. Le pareció extraño pero su curiosidad atacó nuevamente.

-Menciona a un ayudante... pero nunca he visto a nadie más dentro del local- dijo tembloroso.

El hombre dió un paso atrás y lo miró fijamente.

-Bueno más que un ayudante me llamaría un protector.- Su voz había cambiado completamente y ahora era firme y amenazante. Sus ojos se volvieron febriles y sus movimientos precisos.

Sintió una punzada en el estómago y luego un sudor frío cubrió todo su cuerpo. Sintió la humedad de la sangre mojando su camiseta y todo se volvió oscuro. Antes de desplomarse escuchó al hombre decir:

-Eso te pasa por meterte en lo que no te importa.

Palabras: 833

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⏰ Last updated: Jan 19, 2017 ⏰

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Tinta chinaWhere stories live. Discover now