Llega un momento en que todo te da igual.
Ni las lágrimas pueden curarte, ni los abrazos calentarte. Todo se paraliza, se rompe, cae. Te caes.
Y no sabes dónde, adónde irán a parar todos y cada uno de esos pedacitos de ti. Quizá vayan a parar a un lugar mejor, en el que no tengan que sufrir.
Me siento egoísta por pensar que mis problemas realmente lo son.
Mil y una veces mi mente dice, déjalo.
Una y mil veces mi corazón dice que no. Que no le haga caso a esa voz que me dice lo que tengo que hacer, y por qué. Que me dice que no llore, que no vale la pena, que hay muchos otros que sufren peor condena.
Me obligas, me oprimes, y a la vez, me das alegrías.
Pero hoy no. Hoy no toca reír, o tan siquiera esbozar un intento de sonrisa. Hoy, aquí y ahora, toca dejar caer el dolor aguantado, las palabras que en su día importaron, cada paso dado, y nuestro querido pasado.
Y tal vez, algún día te encontraré, chillándome. Y ese día, te lo prometo, te escucharé.
Nota de autora:
La foto de multimedia es obra mía jajaj.
Espero que os haya inspirado este primer "capítulo" de mis pensamientos.
Voyad si ha sido así y hacédmelo saber en los comentarios.
Hasta la próxima!!
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punto y aparte
Non-Fictionmi día a día, en forma de reflexiones. Si eres de esas personas que se llenan la cabeza de rayadas sin solución, ¡bienvenidx al club! De seguro esta "colección" de pensamientos te ayudará de alguna forma. Adelante❤️