Parálisis del sueño

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La primera vez que me ocurrió fue como en el 2012.

Era una noche fría, nublada y húmeda parecía que estaba a punto de llover, se escuchaban relámpagos bastante cerca, tal parecía que sería una noche de tormenta. Aproveché para dormirme temprano.

Me desperté unas horas más tarde, sintiendo frío en mi cuerpo. Cuando quise buscar unas mantas para la cama, me di cuenta de que no podía moverme. Empecé a entrar en pánico. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué mi cuerpo estaba paralizado? Traté de levantar los brazos. Nada. Mi cabeza estaba apoyada en la almohada como si fuera un bloque de cemento y mi cuerpo incrustado en la cama, congelado. Luego tuve una especie de presión contra mi pecho. A medida que entraba más en pánico, más difícil era para mí respirar. Como si estuviera viviendo una auténtica película de terror, traté de gritar, pero no salían las palabras. Incapaz de poder mover los ojos, no tuve más remedio que mirar hacia arriba en medio de la oscuridad presa del miedo. No pude ver a nadie más, pero por alguna razón, sentía que tenía compañía. Había una presencia oculta y me estaba atormentando. Esa presencia se negaba a irse. Después de unos minutos, que para mí fueron como horas, pude moverme de nuevo. Temblando pude encender la luz del dormitorio y me senté en la cama hasta que amaneció. 



-Me fui a dormir como siempre, pero me desperté como si tuviera al mismísimo demonio en cuclillas sobre mi pecho, sentía que me absorbía la vida, el alma- Le conté a una amiga al día siguiente. Ella se rio. 

-¿Estás segura de que esto no fue solo una pesadilla?- Preguntó ella riendo

Pensé su pregunta. Lo cierto es que había tenido pesadillas antes, ¿Pero esto? Esto fue diferente. Esto realmente sucedió mientras estaba despierta.
 

-No lo creo.- Respondí.

En el fondo estaba segura de haber estado consciente, completamente presente, solo inmovilizada durante una eternidad.


No quería concertar una cita con el médico. Parecía innecesario, así que recurrí a Google.
"Despierta sin poderse mover", escribí en el campo de búsqueda. Al cabo de un rato estaba leyendo historias de personas que sabían exactamente de lo que estaba hablando.
-Mira esto.- Le dije a mi madre. -Muchas personas en Internet también han tenido esto.

Un poco más aliviada, me di cuenta de que no éramos todos unos inestables ni que tampoco soñábamos o bromeábamos: sufríamos una parálisis del sueño.


Según internet, la parálisis del sueño es una incapacidad transitoria para realizar cualquier tipo de movimiento voluntario que tiene lugar durante el periodo de transición entre el estado de sueño y el de vigilia. Puede ocurrir en el momento de comenzar a dormir o en el de despertarse y suele acompañarse de una sensación de gran angustia.  Su duración suele ser corta, generalmente entre uno y tres minutos, tras los cuales la parálisis cede espontáneamente. Durante el episodio, la persona está totalmente consciente, con capacidad auditiva y táctil, pero es incapaz de moverse o hablar, lo que puede provocar gran ansiedad. Sin embargo, no existe peligro alguno para la vida, pues los músculos respiratorios siguen funcionando automáticamente. Este trastorno está recogido en la Clasificación internacional de los trastornos del sueño dentro del grupo de las parasomnias.
Adrián Williams, profesor de medicina del sueño en King's College London y miembro del equipo médico del London Sleep Center, dice que la parálisis del sueño es un "fenómeno normal que no es peligroso, aunque sí angustiante".
Mientras dormimos, nuestros cuerpos alternan el sueño REM (movimiento ocular rápido) con el sueño NREM (movimiento ocular no rápido). Durante la etapa REM, nuestros cerebros permanecen muy activos y producen unos sueños mucho más elaborados.
"Durante el sueño, el cuerpo está paralizado para evitar que actuemos. Ocasionalmente, el cuerpo se confunde y el cerebro se despierta, pero la parálisis persiste".

Los episodios casi siempre están acompañados por una sensación de presión intensa en el pecho. Naturalmente, la incapacidad para respirar desemboca en una sensación de pánico y desesperación.
"Debido a la parálisis, el único músculo de respiración que está funcionando es el diafragma. A menudo hay una sensación de respiración inadecuada porque los músculos del tórax no funcionan".

Alrededor de la mitad de la población ha experimentado parálisis del sueño. Algunos lo notarán con frecuencia, mientras que otros tan solo lo vivirán una o dos veces en la vida. Y realmente muy pocas personas buscan tratamiento para eso. "Cuando una persona visita a un médico es porque, generalmente, ocurre con frecuencia", remarca Williams.
"A menudo el paciente no sabe que están sufriendo de parálisis del sueño".

De acuerdo con la información del Servicio Nacional de Salud, la parálisis del sueño puede ser desencadenada por la ansiedad, el estrés y la depresión, lo que puede explicar que mi primer encuentro con la enfermedad se produjo durante un momento de sumo estrés.
Aquellos con patrones de sueño irregulares corren más riesgo que otros de experimentar el trastorno mientras caen o se despiertan después de dormir.
"No hay antibióticos para hacer que la parálisis del sueño desaparezca", comenta Williams.
"Lo primero que debe hacerse es centrarse en mejorar el sueño de una manera conductual".

Este experto en sueño explica que la condición puede transmitirse de generación en generación, pero no está relacionada con el género.
Muchas culturas han culpado a la parálisis del sueño a elementos procedentes del inframundo y de misteriosos personajes como "la vieja bruja" o "el diablo en la habitación".
En Tailandia, algunos creen que las dificultades para respirar en la noche son causadas por el espíritu Phi Am, un fantasma que se posa sobre el pecho y te aplasta.
También se han escuchado leyendas del Taotaomona, un espíritu del vampiro de un bosque que busca proteger la Tierra. Aquellos que no respetan la isla de Guam, dicen las historias, serán estrangulados mientras duermen.
William, que dijo que la parálisis del sueño ocurre más comúnmente cuando duermes boca arriba, sugiere que el problema puede evitarse durmiendo de lado. Aunque a mí no me funciona. Los episodios pueden ser interrumpidos por el tacto, por lo que un compañero de cama puede ser capaz de intervenir.
Cuando la parálisis del sueño ocurre con frecuencia y los esfuerzos para corregirlo no han tenido éxito, los antidepresivos se prescriben, no necesariamente porque el paciente esté deprimido sino por un intento por suprimir el sueño REM.
Algunas personas me han dicho que, a veces, incluso parpadean justo después de salir de la parálisis. Otros dicen que mover lentamente los dedos de las manos y los pies ayuda a romper "el hechizo".


Desde esa noche del 2012, he experimentado la parálisis del sueño, por lo menos, 10 veces. Por mes. Una vez me dio tres veces en una misma noche. Es aterrador y, a la vez, agotador.
Ahora evito la cafeína antes de acostarme y escucho música de relajación mientras duermo. También llevo un diario de sueño en el que escribo descripciones de aquellos episodios. El caso más reciente ocurrió hace dos días:


3:30 am. Despierto al sentir movimientos en mi habitación, hay un ente que reconozco, su presencia maligna me es familiar, no puedo verlo, solo percibo su figura en la oscuridad, pero lo siento, siento que avanza hacia mi lentamente. Poco a poco voy cayendo presa del pánico, intento moverme, pero no lo consigo, mi respiración se acelera notablemente, quiero gritar, pero de mi boca no sale siquiera un suspiro, solo puedo mover los ojos, Es solo un sueño repito en mi mente, pero realmente no estoy segura de ello, porque recuerdo haberme despertado al sentir esta presencia, mis ojos ce cierran pesadamente como si sus pestañas estuvieran hechas de plomo, mientras yo lucho por mantenerlos abiertos. Poco a poco me sumerjo en la oscuridad. Este ente se apodera cada vez más de mí, el pánico aumenta cuando me doy cuenta que hay más de una presencia en este ambiente. Emergen de las sombras y comienzan a sostenerme los brazos y piernas, a agarrarme los dedos, me rompen las muñecas y comienzan a cortarme en todos lados al azar., siento una presión fuerte en el pecho, otra vez veo al demonio sobre mí, succionando me la vida, mi cuerpo comienza a temblar incontrolablemente. Pero aun así estoy congelada, no puedo escapar. Soy una prisionera. Lentamente mis agresores desaparecen y las luces se encienden, pero estoy atrapada en esta habitación desconocida. Estoy acostada de espaldas y sin poder gritar. Estoy tratando de gritar, pero no sale nada. Estoy desesperada por llamar la atención. Nadie oye. Nadie viene. A estas alturas solo puedo llorar rogando que esto termine.

Minutos después que para mí fueron una eternidad, todo se acabó. Estoy despierta y estoy a salvo en mi habitación. Todo parece normal, no hay nadie más en la habitación. Reviso mis brazos, dedos y cuerpo. Están fríos, pero no tienen sangre ni moretones. La parálisis del sueño había atacado de nuevo.

Parálisis del sueño.Where stories live. Discover now