CAPÍTULO 1

92.3K 4.3K 2.2K
                                    

JENNA

Tenía miedo, esa era la realidad. Sí, Jenna Tavish estaba cagada porque su exnovio le había pedido por favor que cenara con ella y le diera una oportunidad. Las últimas semanas había procurado centrarme en otras cosas, pero ahora tenía que tomar una decisión y debía hacerlo cuanto antes.

Quedar con Lion, justo ahora, iba a volver a ponerlo todo patas arriba y temía que mi decisión final se viera afectada. La Universidad de Berkeley me permitía incorporarme a la facultad el cuatrimestre siguiente y ya tenía en mis manos la carta del decano. Mi padre había movido unos cuantos hilos y había conseguido que se volviesen a abrir las puertas de la universidad a la que había deseado ir desde que era una enana.

Cuando tuve que decidir entre mudarme a San Francisco o quedarme en Los Ángeles a vivir con Lion, la respuesta fue automática: me quedaría sin dudar. Podría ser una buena médica fuera a la facultad que fuese, pero Lion solo había uno. Y joder... cómo lo echaba de menos.

Delante de Noah y de todo el mundo, me había puesto una máscara de chica fuerte, pero la realidad era que sentía un vacío en mi interior que no iba a llenar ninguna universidad de la Ivy League.

Cuando corté con Lion lo hice siendo plenamente consciente de la decisión que tomaba. El camino que había elegido, anteponiendo el dinero a lo que sentía por mí, había terminado por separarnos. Intenté ponerme en su lugar, comprendía que para él, un hombre que había tenido que hacerse cargo de un negocio que apenas llegaba a fin de mes, con una madre a la que mantener y un hermano recién salido de la cárcel, no era fácil ver que su novia lo tenía todo simplemente por haber nacido donde lo hizo.

Siempre supe que era una niña afortunada: mis padres me criaron para que valorara las cosas por lo que eran y no por el precio que costaban. Nunca fui una niña malcriada, pero cuando creces en el seno de una familia que gana millones de dólares al año es cierto que das ciertas cosas por hecho. Nunca tuve que preocuparme por el alquiler; de hecho, ni siquiera sabía si mis padres habían alquilado algo alguna vez. Son cosas que ni te planteas y que, de repente, cuando conoces a alguien que tiene que dejarse el culo para poder comer, hacen que todo se ponga en perspectiva.

Los chicos con los que había salido pertenecían a mi círculo social, jóvenes adinerados que miraban por encima del hombro a cualquiera que no se acercara remotamente a su nivel. Siempre lo odié. No era eso lo que buscaba en un hombre; no eran flores y bombones lo que esperaba de una relación. Muchas amigas mías medían el nivel de sus relaciones en función del número de ceros que había en la cuenta corriente de sus novios, pero a mí eso no podía importarme menos. Cuando conocí a Noah y me confesó entre lágrimas todas las cosas que había sufrido de pequeña, me sentí totalmente fuera de lugar, porque a mí no me había pasado nunca nada ni remotamente similar. Su manera de ver el mundo era tan distinta de la mía que hasta me avergoncé por lo que había tenido siempre. Admiraba su capacidad de seguir adelante, de no ser materialista, de querer algo más en la vida que una casa grande y muchos lujos.

Lion me daba mucho más que eso, y si no podía permitirse pagar una casa en los Hamptons o unas vacaciones en el Caribe ¡no importaba! Yo tenía dinero, y siempre iba a tenerlo, por muy frívolo que eso pudiera sonar. Me mataba ver que él se deslomaba para pagar un alquiler que yo podría pagar con los ojos cerrados. Se lo dije, pero Lion no quería ni oír hablar del tema. Creo que fue a raíz de esa conversación cuando empezó a comportarse como un auténtico gilipollas.

La sola idea de que le dejase dinero lo enfurecía, lo cual no solo me hería sino que me cabreaba sobremanera.

—Es el hombre el que tiene que mantener a su familia, no voy a aceptar tu dinero.

«Oh, Dios mío...», pensé cuando soltó ese comentario.

Recuerdo que estábamos en su casa, sentados en el sofá. Me incorporé y me lo quedé mirando desde mi altura, con el ceño fruncido y notando cómo el cabreo se adueñaba de todo mi sistema.

JENNA&LION - Capítulos Extra.Where stories live. Discover now