Malfoy's [Harry Potter]

²⁹.Cumpleaños

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❝ ¿Alguna vez has pensado que tal vez tu perteneces a mi lado? ❞

— Feliz cumpleaños Lira — dijo Harper una vez que la rubia se despertó.

— ¿Es hoy? — preguntó la rubia confundida — ¿Hoy no es 4?

— No, es 5 de Junio — respondió Harper con diversión — ten tu regalo.

— ¿Un relicario? — preguntó confusa la rubia al ver el pequeño relicario de oro en forma de corazón.

— Abrelo — pidió Harper con entusiasmo, al abrirlo había una foto en movimiento de Harper y Lira.

— Es hermoso — susurró Lira sin dejar de verlo.

— Lo sé — respondió Harper con obviedad.

— Gracias, iré a ver a Draco — dijo Lira, Harper asintió con la cabeza.

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Harry no pensó que se iba a sentir tan deprimido y de malhumor al ya no hablarle a Lira, de hecho pensó que había sido lo mejor y así ya podia dejar de pensar en ella. Desde luego que se había equivocado, y era un martirio tener que estar sentado con ella dos largas horas en las clases de pociones, la rubia no le dirigía ni una sola mirada, y Harry tenia esa sensación de pedirle disculpas y hablarle nuevamente. Incluso había estado soñando con ella donde ambos volvían a ser amigos e incluso unos donde ella confesaba sus sentimientos hacia el.

Sabia que el cumpleaños de la rubia y Draco era ese día, por lo que al verla en la biblioteca eso solo hizo que su corazón se acelerara, entonces se armo de valor y fue hasta ella con una caja en manos.

— Feliz cumpleaños — Fue lo que Harry dijo al verla. La mirada de Lira se levanto del libro que leía y miro con confusion al azabache.

— Gracias Harry — respondió la rubia en un tono de voz bajo — ¿Como supiste?

— Harper — respondieron ambos al mismo tiempo en tono obvio.

— Te conseguí esto — susurró Harry cohibido mientras le daba una pequeña caja, Lira le sonrió con diversión.

— Gracias — dijo la rubia — Oh, vamos, ¿no me darás un abrazo?

Harry se sonrojo levemente, pero aún así se acercó a la rubia y le dio un corto abrazo.

— Lo siento — dijo Harry — No debi haberte dicho eso de que era mejor que no nos habláramos. De hecho, no lo es, pero sigo pensando que si no quieres mi amistad o algo yo podría...

— Vamos, Harold, no seas tonto — espetó Lira — No dejare de ser tu amiga por una tontería así. Espero y te quede claro.

Harry sonrió, había olvidado lo mucho que había extrañado a la rubia aquellas largas semanas sin hablarle. No importaba que solo lo viera como un amigo.

— Vamos, abre la caja — le incitó Harry, Lira frunció su ceño levemente y obedeciendo la abrió.

— Es bastante regaliz, ¿no? — cuestionó Lira con diversión al encontrar varias cajas dentro, Harry le ánimo a que rebuscara más — Una pulsera.

— Creí que haría juego con el collar — dijo Harry y Lira sonrió de felicidad — ¿Estas llorando?

— no — susurró la rubia — es que... suelo ser muy sentimental.

— Bueno, no es para tanto — dijo Harry algo avergonzado.

— Muchas gracias, enamorado — dijo Lira con diversión haciendo referencia al artículo en corazón de bruja. Harry le devolvió la sonrisa completamente sonrojado, el artículo no mentía del todo, solo que Harry no se lo diría.

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—Oh, disculpe señora — dijo Lira al chocar con el cuerpo de Molly Weasley.

— oh, descuida — dijo la señora, Harry se sonrojo levemente como siempre que veía a Lira.

— Bien, adiós — dijo la rubia incómoda al mismo tiempo que se alejaba de ahí con rapidez.

— Oye mamá — llamo uno de los gemelos — el artículo de corazón de bruja no era del todo falso.

— Harry si esta enamorado de esa rubia, Lira Malfoy — terminó de decir George Weasley, Harry se sonrojo en extremo.

— No es verdad — se apresuro a decir el azabache rápidamente al ver la ceja alzada de la señora Weasley.

— Bueno, tu sabes quien es su familia, Harry — dijo la señora Weasley con disgusto a Harry, este negó con la cabeza bastante avergonzado como para responder o replicar.

[•••]

— ¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio Hogwarts! — Los aplausos y vítores provocaron que algunos pájaros salieran revoloteando del bosque prohibido y se perdieran en el cielo cada vez más oscuro — En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! — Más aplausos — Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons!

— No olvides nuestra apuesta, Harper — le recordó Abraxas a la pelirroja al llegar ahí y sentarse a su lado.

— Si yo ganó.. — comenzó a decir la pelirroja — dejarás de salir con las chicas, y si llegas a salir con una que sea porque de verdad quieres algo serio con ella.

— Hecho — dijo Abraxas — y si yo ganó... le dirás a Ron Weasley que te gusta.

— ¿Que? — preguntó Harper perpleja, Abraxas sonrió de lado.

— Legeremancia, querida, la aprendí hace 2 años — respondió Abraxas — y claramente se lo que tu y Weasley se traían, increíblemente asombroso.

— Cállate — espetó Harper entre dientes.

— ¿Es un trato entonces? — preguntó Abraxas extendiendo su mano a Harper, esta la estrechó dudosa.

— ¡Entonces...cuando sople el silbato, entrarán Harry y Cedric! — dijo Bagman — Tres... dos...uno...

Harry y Cedric entraron al laberinto, Abraxas soltó una exclamación de incredulidad.

— No puedo creerlo... ¡Tampoco veremos nada! — dijo molestó — esta prueba es como la segunda... me lleva la..

— Esta bien — interrumpió Lira — tu paciencia es nula.

— es que nos van a tener sentados aquí más de 1 hora sin hacer nada — dijo el rubio molesto — esto es indignante.

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— Oh, por... Merlín — susurró Lira con asombró al ver el cuerpo inerte de Cedric y a Harry aferrándose a él.

Había chicas que gritaban y lloraban histéricas.

— Ya no vuelvo a apostar en mi vida — susurró Harper con temor a lo que dijo se hizo realidad.

— Ganamos y perdimos los dos — susurró Abraxas en un tono desanimado, Lira les dio una mirada de incredulidad.

— Pobre señor — se lamentó Lira al ver como Amos Diggory se encontraba histérico y gritando por su hijo.

Harper se sentía extrañamente culpable por haber hecho esa apuesta con Abraxas, se sentía rara de que se hubiera cumplido y Abraxas se sentía triste, Potter había ganado, pero también alguien había muerto.